7.06.21

El P. Santiago Cantera reflexiona sobre su libro La crisis de Occidente: Orígenes, actualidad y futuro

Entrevista al Prior del Valle de los Caídos

El P. Santiago Cantera Montenegro (Madrid, 1972) es monje benedictino y sacerdote en la Abadía Santa Cruz del Valle de los Caídos, de la que actualmente es prior administrador. Es Doctor en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid y fue profesor de Historia en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid. Ha participado en diversos proyectos de investigación y labores docentes. Tiene 20 libros publicados en España y en el extranjero sobre Historia de la Iglesia, de la vida monástica y de España, y sobre Teología y pensamiento. Entre ellos resaltan su tesis doctoral “Los cartujos en la religiosidad y la sociedad españolas (1390-1563)” y varios que ya han conocido dos y tres ediciones como “La crisis de Occidente” (Madrid, 2008, 2011 y 2021), “Hispania-Spania. El nacimiento de España” (Madrid, 2014, 2016 y 2021) o “Ángeles y demonios. Criaturas espirituales” (Madrid, 2015 y 2017).

¿Por qué un libro sobre la crisis de Occidente?

Después de los años de estudios de la licenciatura y el doctorado de Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid, durante dos años y medio impartí como profesor en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid una asignatura de “Historia de las Civilizaciones”. Esto me hizo adentrarme más en las características fundamentales que definen una cultura y una civilización, sobre todo al ahondar en las reflexiones de algunos pensadores como Christopher Dawson, y ello me permitió percibir con mayor claridad por qué el Occidente se encuentra en una fase de descomposición interna al haber ido renegando de los principios que lo sustentaban.

Más adelante, como monje benedictino, al profundizar en la visión trascendente de la Historia (en la que ya me venía afianzando desde la lectura de La Ciudad de Dios de San Agustín a los 18 años y posteriormente con la del Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo comparados en sus principios fundamentales de Juan Donoso Cortés), y ahora con una mayor intensidad en la oración y nuevas lecturas, pude ir conociendo mejor las raíces del Occidente, el papel de los monjes en su configuración y los motivos de la crisis que amenaza con su hundimiento absoluto como civilización. Oswald Spengler escribió en su día un famoso ensayo titulado La decadencia de Occidente, pero mi ensayo se distancia por completo de su visión, propia de un biologismo histórico determinista que conlleva un notable pesimismo. Me puedo encontrar mucho más cerca de Arnold J. Toynbee que de Spengler, pero mi referente fundamental del siglo XX en el campo de la Historia y Filosofía de la Cultura y de la Civilización es Dawson.

¿Es 100% evidente que hay una crisis o no lo es para todos?

Para mí y para muchos resulta evidente al 100%, pero no para todos, y además no todos lo quieren ver ni desean afirmarlo aunque lo vean con cierta nitidez. El desarrollo material y tecnológico, la sociedad del bienestar y del ocio, el predominio de lo superfluo y lo provisional, etc., con frecuencia causan una ceguera moral que impide percibir el auténtico trasfondo de la situación en la que uno mismo y la sociedad en su conjunto realmente viven y se mueven. Esto ha sucedido en las crisis más hondas de todas las civilizaciones cuando han alcanzado un grado muy elevado de desarrollo y de comodidad. Las visiones buenistas, hoy muy en boga incluso dentro de los ámbitos católicos, sólo permiten una actitud de absoluta ingenuidad que trata de ocultar la realidad y de suscitar un autoconvencimiento de que las cosas no van tan mal como otros las pintan. Incluso sorprende observar que un golpe tan severo a este tipo de sociedad como ha supuesto todo el fenómeno del covid, no ha dado origen a una reflexión profunda acerca de la debilidad de los principios que hoy sustentan tal modelo cultural y social y que son precisamente los opuestos a los que verdaderamente crearon nuestra civilización.

¿Por qué antes de abordar propiamente la crisis comienza apuntalando los cimientos sobre el ser y la identidad de Europa?

Una crisis de civilización se produce cuando los fundamentos sobre los que ésta se sustentaba comienzan a tambalearse y a ser demolidos consciente o inconscientemente desde el propio interior de la misma, a lo cual se suma la labor de zapa de agentes externos cuya capacidad de acción desestabilizadora aumenta ante la debilidad interna. Europa se construyó sobre la herencia clásica de Grecia y Roma, sobre el aporte de los pueblos germánicos y eslavos y de algunos otros (magiares, etc.) y, fundamentalmente, sobre el aliento vital que insufló el cristianismo a todo este conjunto cultural y social. Y los principales valores y fundamentos que, a partir de todos estos elementos configuradores, han sustentado el mensaje de la Cristiandad europea al mundo, creo que se pueden sintetizar en el puesto central de Dios Creador y Redentor, la visión trascendente de la realidad, el valor del hombre y el origen y la composición natural de la sociedad.

Las raíces son evidentemente católicas. ¿Por qué compara la fe del viejo continente con la estructura de una catedral?

Son raíces en gran medida de Ley Natural, a las que la fe cristiana ha dotado de pleno sentido y trascendencia. La Cristiandad medieval, identificada básicamente con el mundo europeo (Europa vel Christianitas), tuvo una de sus más elocuentes manifestaciones artísticas en las catedrales románicas y góticas. De ahí que me haya servido de sus más destacados elementos constructivos y decorativos para ofrecer una imagen didáctica que nos permita acercarnos al conocimiento de esta civilización. Una catedral medieval se asienta sobre unos cimientos y se alza hasta unos arcos y bóvedas que le dan plenitud y elevación hacia el cielo, a la par que transmite un mensaje teológico a modo de catequesis a través de los capiteles de las columnas y de los tímpanos en las portadas.

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5.06.21

Emotivo escrito del Padre Alba sobre Mons. Guerra Campo. En memoria de un santo obispo

No puedo menos de hacer partícipes a los lectores de Meridiano Católico de mi propio testimonio en favor de don José Guerra Campos, obispo de Cuenca durante veintitrés años.

Por una serie de circunstancias que ahora sería innecesario detallar, quiso él que los dos últimos meses de su vida transcurrieran en medio de la pequeña comunidad que dirige el Colegio del Corazón Inmaculado de María, en donde radica también el secretariado de AVE MARÍA. Vino aquí -fueron sus palabras- a “refugiarse como un perrillo enfermo en busca de un poco de reposo, silencio y cariño familiar”.

La muerte le sorprendió en el sueño de la noche, ya de madrugada, cuando todos esperábamos que la afección del corazón herido que se le había manifestado a principios de la primavera, entraría ya en franca convalecencia. El Señor, en su adorable providencia dispuso que pudiéramos ser testigos hasta el fin de la santidad de don José Guerra Campos.

Nos dejó ejemplo de pobreza. Le compramos hasta un pijama para cambiarse el único que poseía. Nos dejó ejemplo de caridad. Siempre tuvo disculpas para todo. Jamás escuché de sus labios una murmuración. Nos dejó ejemplo de amor a la Iglesia. Todo lo de la Iglesia cabía en su gran alma. Por eso gozaba con la lectura de AVE MARIA, y gozó especialmente con el número de julio, que hablaba de su antigua diócesis conquense. Nos dejó ejemplo de piedad. En el altar parecía un nuevo San Luis, y, en las visitas al Santísimo admiraba su recogimiento. Nos dejó el ejemplo de su humildad y sencillez. El Sr. Cardenal Primado de Toledo, hoy ya retirado, dijo de él que era el obispo más sabio de todos los españoles y de los primeros del mundo, teniendo presente que él conocía, por su presencia en el Concilio Vaticano II, a casi todos los obispos del mundo. Pues bien, su conversación con los niños, con los obreros de la casa, igual que con los profesores o sacerdotes, era de una sencillez que seducía en persona de nivel intelectual tan extraordinario.

Con esa sencillez, después de habernos deseado que descansáramos, se fue al Cielo aquella noche, en la víspera de la Virgen del Carmen.

Que estas apresuradas líneas den a toda la familia de Meridiano Católico la aseveración. el testimonio de haber conocido de cerca, hasta la hora suprema de su muerte, la verdad de un obispo de la Santa Iglesia, apóstol, sabio, humilde, pobre y santo.

+ P. José María Alba Cereceda, S.I.

“Todavía estamos esperando el nacimiento definitivo, y a él contribuye misteriosamente nuestra Señora. Si es así, mis queridos hermanos no levantemos la voz, creamos de verdad (sintamos miedo sí nos da vergüenza el creerlo) que vamos todavía en el seno de la madre; creámoslo con santa ilusión con santo orgullo”.

Monseñor D. José Guerra Campos, Obispo

4.06.21

Colectánea. Una cruzada contra el espíritu del siglo, un libro de Alonso Pinto que llama al combate

Alonso Pinto, antes incluso de su conversión era una persona inquieta intelectualmente y con sed de verdad, estudiando la doctrina de los Padres de la Iglesia….Aunque su formación ha sido autodidacta, no le gusta esa palabra y, afirma con el filósofo, que todo autodidacta es, precisamente por ello y en la misma medida, teodidacta. En esta entrevista analiza su primer libro: Colectánea. Una cruzada contra el espíritu del siglo.

Colectánea… ¿Por qué un titulo tan culto, cuando desgraciadamente a veces no favorece las ventas? ¿O no busca tampoco una venta masiva?

Es una palabra que encontré por primera vez leyendo la Carta al duque de Norfolk de John Henry Newman. Coincidió con el inicio o proceso de mi libro, y me pareció adecuado utilizarla. Después el editor me pidió un subtítulo para orientar al posible lector desde la misma portada, y entre otros propuse “una cruzada contra el espíritu del siglo". Todo escritor quiere que su obra se lea masivamente (lo que no siempre va en proporción al número de ventas), pero ciertamente las cuestiones que trato en mi libro, con independencia del modo en que sean tratadas, no son demasiado atrayentes para el lector moderno.

¿Realmente con qué objetivo lo escribe?

En un primer momento no tenía ningún objetivo, más allá de plasmar algunas reflexiones que se me habían presentado con motivo de mi conversión o vuelta a la Iglesia católica. Poco a poco y conforme fueron aumentando los textos, vi que todos guardaban entre sí cierta conexión, y que podían conformar un libro.

Un libro, fruto de una conversión, que puede ayudar a otros a llegar a la fe…

No hay instrumento demasiado inútil si quien se sirve de él es Omnipotente. De hecho, en el libro menciono cómo Dios puede servirse incluso de un libro antirreligioso para provocar la conversión de alguien, y puede que de hecho a mí me pasara algo parecido al leer el Anticristo de Nietzsche. No digo que su lectura me hiciera directamente católico, pero sí es posible que me sirviera de impulso para alejarme del ateísmo, ¿y quién sabe si esa misma fuerza inicial no fue la que me siguió empujando en la búsqueda de la Verdad?

Este autor era al menos coherente con su profundo error, y en vez de disfrazar su odio al cristianismo reivindicando de alguna forma los propios valores cristianos pero separados de la religión, como hacen la mayoría, confesaba al contrario que el cristianismo había introducido en el mundo la compasión, la fraternidad, la igualdad, el amor por los débiles, etc., y que era eso precisamente lo que le repugnaba de nuestra religión. Para alguien que todavía cree en esos valores, leer de un erudito enemigo del cristianismo que sólo esta religión es el fundamento real de todos ellos, causa verdadera impresión e invita a replantearse muchos falsos prejuicios sobre el cristianismo, y puede ser el primer paso para conocer su historia. Obviamente nadie debe leer libros así cuando ya se ha convertido, ni es recomendable para quienes quieren convertirse, pero si se da la circunstancia sin buscarlo con ese fin, Dios es capaz de usar incluso un libro y un autor tan enfermizos a su favor. En mi caso no sé si lograré provocar tantas conversiones escribiendo a favor de la religión católica como habrá provocado Nietzsche muy a su pesar escribiendo contra ella, pero sin duda puedo decir que mi intención es mejor que la suya.

¿Por qué tuvo la inquietud de estudiar a los Padres de la Iglesia?

Cuando descubres que muchas de las cosas que te habían contado para mantenerte hostil al cristianismo son falsas, y que han logrado hacértelas creer durante mucho tiempo a pesar de estar claramente desmentidas por la realidad de los hechos, comienzas a estudiar la historia de la Iglesia católica para cotejar otros errores concretos que te habían inoculado, y eso te lleva insensiblemente, por la misma vastedad del objeto de estudio, a encontrar otras verdades colaterales que no buscabas en particular, y a retroceder en la historia llevado por esa misma inercia. Por ejemplo, cuando un ateo o anticristiano descubre por primera vez que Galileo no murió quemado en la hoguera por la Inquisición, su primera respuesta suele ser la de ver un enemigo en quien le ha descubierto esa verdad, porque necesitaba esa mentira y siente que la echará de menos. Por eso en el libro escribo que «si hay algo que los enemigos de la Inquisición jamás le podrán perdonar, es el no haber quemado en la hoguera a Galileo». Pero cuando se da el caso de que el desengañado tiene un verdadero deseo de encontrar la verdad, considera que su enemigo es quien le había mantenido engañado hasta entonces, y comienza a investigar en busca de otras posibles falsedades. Si es tenaz en esa búsqueda, poco a poco el campo de estudio se irá expandiendo, y cada punto que toque, al estar conectado con otros mil, le llevará a abrazar la totalidad y, finalmente, a estudiar el origen del cristianismo y a concebir su posterior desarrollo a partir de ese núcleo.

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3.06.21

Madre patria de Marcelo Gullo pulveriza la leyenda negra, primer fake news de la historia moderna

Marcelo Gullo Omodeo es doctor en Ciencia Política por la Universidad del Salvador Buenos Argentina. Magister en Relaciones Internacionales por el “Institut Universitaire de Hautes Études Internationales”, de la Universidad de Ginebra, Suiza. Graduado en Estudios Internacionales por la Escuela Diplomática de Madrid. Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario Argentina. Profesor Titular de la Universidad Nacional de Lanús (Argentina) y, Profesor Titular de la Escuela Superior de Guerra en la Maestría en Estrategia y Geopolítica (Argentina). Investigador asociado del Instituto de “Estudos Estratégicos” (INEST) de la Universidade Federal Fluminense (Brasil).

Libros publicados: Argentina Brasil: la gran oportunidad, Buenos Aires, ed. Biblos 2005; La insubordinación fundante. Breve historia de la construcción del poder de las naciones. Buenos Aíres 2008; Le temps des Etats continentaux? Les nations face à la mondialisation situation des pays latino-américains, Paris, Edit. Tarki, 2010, La costruzione del Potere, Storia delle nazioni dalla prima globalizzazione all’imperialismo statunitense, Firenze, Ed. Vallecchi, 2010; Insubordinación y desarrollo: las claves del éxito y el fracaso de las naciones, Buenos Aires, ed. Biblos 2012; La historia oculta. La lucha del pueblo argentino por su independencia del imperio inglés, Buenos Aires, ed. Biblos 2012, Haya de la Torre: La lucha por la Patria Grande Buenos Aires, Ed. de la Universidad Nacional de Lanús 2014;Relaciones Internacionales. Una teoría crítica desde la periferia sudamericana, Buenos Aires, ed. Biblos 2018.

¿Por qué un libro titulado Madre Patria? ¿Por qué consideran a España una madre?

El título del libro se inspira en un tango de Carlos Gardel donde llama a España “Madre Patria querida de mi amor”. Ese era el sentimiento de la mayoría de la población argentina e hispanoamericana antes que el veneno “negrolegendario” a través de la propaganda cultural hecha por la “izquierda cipaya” y el “progresismo sushi” penetrara en su espíritu. Cómo no llamar a España Madre Patria si -como afirmaba el tres veces presidente constitucional de la Argentina Juan Domingo Perón- su obra civilizadora no tiene paragón en la historia de la humanidad y constituye un rosario de heroísmo, sacrificios y renunciamientos.

España levantó templos, edificó universidades, difundió la cultura, formó hombres, e hizo mucho más; fundió y confundió su sangre con América y signó a sus hijas con un sello que las hace, si bien distintas a la madre en su forma y apariencia, iguales a ella en su esencia y naturaleza.”. Esta frase de Perón lo dice todo. Fíjese usted que el mismísimo Fidel Castro, durante su visita a Galicia en 1992 evidentemente emocionado, en un rapto de sinceridad, dijo “somos parte del alma de España”. Hasta el legendario Che Guevara consideró a España como nuestra madre patria.

Sin embargo algunos en América no la reconocen como madre.

Claro porque ha triunfado el relato elaborado por los propagadores a sueldo de la leyenda negra. Eva Perón gritó a los cuatro vientos que “la leyenda negra con la que la Reforma se ingenió en denigrar la empresa más grande y más noble que conocen los siglos, como fueron el descubrimiento y la conquista, sólo tuvo validez en el mercado de los tontos o de los interesados” y el problema es que se repartieron muchos privilegios y mucho dinero para que muchos interesados profesores, escritores y periodistas atontaran a muchos alumnos y lectores. Hoy la leyenda negra, es decir, la falsa historia de la conquista española de América escrita por los enemigos históricos de España e Hispanoamérica parece haber ganado la batalla cultural, determinando conciencias, costumbres y prejuicios. Pero los tiempos están maduros para la restauración de la verdad.

¿Por qué es muy importante hoy en día desmontar la leyenda negra antiespañola?

Para que usted, mañana y pasado mañana, sus nietos y bisnietos puedan, en cualquier barrio de Madrid, Sevilla o Alicante, seguir tomándose en las cálidas tardes de julio una caña o un tinto de verano. Porque sólo una inmigración masiva de hispanoamericanos podrá salvaguardar a España, que ya tiene una pirámide funeraria, de un trágico final ya anunciado y hacer entonces que, España siga siendo España. Pero, eso requiere de una profunda reconciliación entre los españoles americanos y los españoles europeos y para eso, hay que terminar con el mito de la leyenda negra, con la zoncera del genocidio de los pueblos originarios, con la zoncera de que España no descubrió América, con la zoncera de que Cortés conquistó México porque tenía dos arcabuces, cuatro perros y diez caballos, con la zoncera de que en el Perú, antes de que llegara el “cruel” Pizarro reinaba un paraíso comunista donde todos los pueblos sometidos por los incas comían, bebían y danzaban alegremente. La falsa historia es el origen de la mala política, porque entre el pasado y el presente hay una filiación tan estrecha que juzgar el pasado no es otra cosa que ocuparse del presente y cambiar el futuro.

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2.06.21

Javier Barraycoa: “La lucha es Tradición frente a Revolución, dejemos de decir derechas e izquierdas”

Javier Barraycoa es profesor de sociología y prolífico autor sobre temas políticos y sociales. Sin embargo, durante los últimos años ha dejado un rastro de artículos periodísticos contundentes sobre las zozobras que han agitado nuestro país. Han sido recogidos en el libro titulado: “Escolios para el combate”. De forma categórica, el autor denuncia las incongruencias del conservadurismo, de la izquierda y, evidentemente, del nacionalismo. Mete el dedo en la llaga del costado de los patriotas constitucionalistas y denuncia la traición constante de los gobiernos centrales. En medio de los comentarios de la realidad cotidiana, sobresalen reflexiones perennes para comprender la Transición y su trágico desenlace, cuyo inicio estamos contemplando.

Un libro sobre recopilación de artículos periodísticos tiene el riesgo de pasar de moda…

Ciertamente, ese es un peligro. Por eso, los artículos han sido escogidos cuidadosamente porque, dejando de lado lo perentorio que puedan contener, en ellos se refleja un posicionamiento político perenne que nos puede ayudar a entender por qué los problemas en España subsisten y se han agravado durante la Transición. También pretende recoger un posicionamiento de reflexión fuera de las estrictas y estériles categorías de constitucionalistas y separatistas anticonstitucionalistas. Personalmente no me considero constitucionalista ni acepto las tesis independentistas anticonstitucionalistas. Y creo que muchos españoles no nos queremos dejar constreñir por estas dos categorías.

¿Puede profundizar en esta idea?

El primer artículo del libro habla de la figura de los “piojosos”. Este era un apodo que se pusieron los habitantes de uno de los barrios más paupérrimos de Hospitalet de Llobregat de los años 30 del siglo XX. De allí surgieron grupos anarquistas que se apodaban así. En estos años de lucha contra el separatismo, muchos nos hemos sentidos tratados como “piojosos” y no precisamente por los independentistas. Desde asociaciones como Somatemps conseguimos colaborar en grandes movilizaciones, sacamos millares de personas a las calles y con ellas frenamos al separatismo. Pero luego, muchos de los españoles de a pie que nos habíamos involucrado en una lucha que el Estado no comparecía, fuimos arrinconados por las asociaciones que la partitocracia financiaba, para que los partidos políticos constitucionalistas se llevaran el mérito. Así que, … nos convertimos -con orgullo- en los “piojosos” de la lucha en Cataluña.

Un artículo interesante se titula “El pacto del hambre”, curioso título.

Está en relación con lo anteriormente expuesto. “El Pacto del hambre” es el que se realizó entre Companys, los sindicatos como la CNT y la UGT (que habían apoyado al General Primo de Rivera) y con los empresarios. Este pacto consistía en que no se contratarían a aquellos que habían militado en los Sindicatos Libres y que en los años 20 se habían batido el cobre (en pocos años 53 de sus dirigentes fueron asesinados) contra los sindicatos anarquistas. El sistema los utilizó y luego los abandonó a su suerte condenando a sus familias a pasar hambre. Francamente, es una analogía bastante perfecta de lo que muchos hemos sentido que nos pasaría (o pasará) en Cataluña.

Entonces no acepta las categorías de Derecha o Izquierda.

Exacto. Nunca me he considerado ni de derechas ni de izquierdas, ni de aquellos populismos que pretenden superar esta dialéctica, pero fracasan en proponer una vía moralmente aceptable. En el libro hay sendos artículos para reflexionar sobre los sentidos ocultos de la “derecha” y la “izquierda”. Ante ellos prefiero contraponer las categorías “trascendencia” frente a “inmanencia”. La “Derecha” por definición es un plano inclinado hacia la izquierda. Cualquier programa de partidos conservadores, actualmente es más de izquierdas que la “Izquierda” de hace cuarenta años. Algunos a eso le llaman progreso. Yo prefiero definirlo como deslizamiento hacia el vacío. En resumen, como se describe en uno de los artículos, la llamada “derecha”, es la “derecha de la izquierda”.

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