Finalizamos los testimonios de Covadonga con López Ureña en homenaje al gran trabajo de la organización
Con este último testimonio concluye, Dios mediante, el amplio ciclo de entrevistas sobre la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga. Agradezco de corazón a todos los entrevistados que han querido compartir con InfoCatólica sus impresiones y a la organización la confianza y las facilidades dadas. Pongo todos los testimonios bajo el manto de la Virgen de Covadonga, para que den gloria a Dios y frutos de conversión en las almas. Igualmente espero que sirvan para que muchos se animen a ir al año que viene y en los sucesivos.
Les emplazamos para la próxima pergrinación NSC- E 2022, aunque lógicamente seguiremos atentos a todo lo noticiable que pueda surgir durante el año en torno a la misma.
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Javier López Ureña ejerce la abogacía desde hace casi 15 años y además trabaja en la Administración, aunque su verdadera vocación, pospuesta por diversas causas hasta el día de hoy, es la de historiador. En esta entrevista nos habla de la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga desde el punto de vista organizativo y de logística, algo esencial para que pudiese llevarse a cabo.
¿Por qué decidió involucrarse en la organización de la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad?
Antes que responder a la primera pregunta, quiero mostrar mi más sincero agradecimiento a todas las personas que han intervenido en la organización y a todos los voluntarios, sin su esfuerzo, dedicación y ejemplaridad no hubiera sido posible sacar adelante la peregrinación.
Hace casi 15 años un amigo y yo que habíamos acudido a la peregrinación París-Chartres nos propusimos organizar algo similar en España, y se nos ocurrió este mismo trazado. Estuvimos reconociendo el terreno in situ durante varios días, pero en aquella época las dificultades para lograr algo así eran mayores que hoy y la difusión de las realidades adheridas a la Tradición en España era menor.Cuando a través de un amigo participante en la organización me enteré de la iniciativa pensé que si a personas tan distantes y distintas generacionalmente se nos había ocurrido lo mismo, una inspiración superior parecía estar interviniendo. Pude confirmar esto cuando durante los preparativos tuve noticia de que había existido, al menos, otra iniciativa exitosa del Instituto Lepanto de Madrid en 2018. La Fe de los cristianos españoles ha abierto numerosos senderos hacia Nuestra Señora de Covadonga a lo largo de la historia, pero que justo en este momento histórico una persistente inspiración susurre al oído de diferentes personas sin relación entre sí la misma iniciativa es un signo evidente de la intervención de una Voluntad superior. Siendo así, lo difícil era no involucrarse en ella.
Una peregrinación de estas características, ¿qué tipo de logística requiere?
Ante todo, una aclaración previa: ningún evento de estas características hubiese podido organizarse con las escasísimas personas que estuvieron dispuestas a ofrecer su tiempo, trabajo y dinero durante los meses previos, y a sacrificar sus ganas de caminar. Puedo decir que ni el 10% de las personas que estimo necesarias participaron en la preparación, y nos dábamos perfecta cuenta de ello. Pero todos teníamos la convicción de que, a pesar de la carencia de cuadros, cualquier dificultad del tipo que fuese sería solventada. Las dificultades principales provenían de este hecho, de ver cómo se multiplican por siete las modestas previsiones iniciales de afluencia, y en relación con ella, las cambiantes restricciones administrativas derivadas de la alerta sanitaria, que han resultado un quebradero de cabeza permanente, de la preocupación por encontrar lugares adecuados para dormir, de la disponibilidad de vehículos para todo tipo de tareas, de los cambios en los lugares de celebración que obligó a reprogramar horarios contrarreloj, del escaso número de voluntarios, que en muchos casos hubo que recabar in situ, porque con carácter previo al comienzo los ofrecimientos personales eran muy escasos dado que todo el mundo quería caminar, etc.Nuestro Señor fue quien hizo posible que se hayan podido solventar todas estas dificultades.
La prepararon a conciencia 6 meses antes trabajando muy duro, pues son muchas cosas las que hay que dejar atadas…
Efectivamente, la preparación de algo así exige bastante más tiempo del que pueda parecer, del que tampoco disponíamos debido a nuestras ocupaciones particulares, pero como he comentado anteriormente, teníamos la confianza de que la Providencia ayudaría a solucionar todas las carencias existentes. El mayor problema era crear ex novo el esquema de la peregrinación. La visualizamos en nuestra cabeza docenas de veces, y constantemente teníamos que revisar lo ya determinado. Las permanentes modificaciones administrativas derivadas de la pandemia y las prohibiciones canónicas de última hora nos obligaron a alterar las previsiones iniciales varias veces de un modo que sería aburrido de relatar aquí. Baste saber que ante estas dificultades ante todo habíamos puesto la confianza en Dios.
El hecho de no poder celebrar en los templos les hizo tener que buscar las carpas contrarreloj y finalmente, de manera providencial, las consiguieron.
Las prohibiciones canónicas nos obligaron a modificaciones bastante importantes, que 18 horas antes del comienzo de la peregrinación no estaban solventadas porque el escaso plazo disponible para adaptarnos hizo que la disponibilidad de infraestructuras para Misas de campaña fuese inexistente en ninguna de las dos docenas de proveedores a los que recurrimos, pues además la previsión meteorológica no era nada halagüeña. Pero, efectivamente, de forma providencial, todo se solucionó de forma inesperadamente rápida.
También cabe destacar el gran esfuerzo de tener que crear rutas nuevas, pues las existentes no eran viables para todos los peregrinos por su extrema dureza…
Aunque parezca insólito, no existían rutas adecuadas para una peregrinación de estas características. Las rutas senderistas existentes eran demasiado exigentes para un público tan heterogéneo y excesivamente alejadas de los núcleos de población principales en caso de necesidad, y las rutas por carretera resultan demasiado peligrosas para una columna tan numerosa de peregrinos.Así que se ideó una ruta completamente nueva sobre el mapa gracias al gran esfuerzo de Diana Catalán, responsable de organización, ruta que se tuvo que recorrer dos veces desde el principio hasta el final antes del comienzo.