24.08.21

Finalizamos los testimonios de Covadonga con López Ureña en homenaje al gran trabajo de la organización

Con este último testimonio concluye, Dios mediante, el amplio ciclo de entrevistas sobre la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga. Agradezco de corazón a todos los entrevistados que han querido compartir con InfoCatólica sus impresiones y a la organización la confianza y las facilidades dadas. Pongo todos los testimonios bajo el manto de la Virgen de Covadonga, para que den gloria a Dios y frutos de conversión en las almas. Igualmente espero que sirvan para que muchos se animen a ir al año que viene y en los sucesivos.

Les emplazamos para la próxima pergrinación NSC- E 2022, aunque lógicamente seguiremos atentos a todo lo noticiable que pueda surgir durante el año en torno a la misma.

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Javier López Ureña ejerce la abogacía desde hace casi 15 años y además trabaja en la Administración, aunque su verdadera vocación, pospuesta por diversas causas hasta el día de hoy, es la de historiador. En esta entrevista nos habla de la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga desde el punto de vista organizativo y de logística, algo esencial para que pudiese llevarse a cabo.

¿Por qué decidió involucrarse en la organización de la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad?

Antes que responder a la primera pregunta, quiero mostrar mi más sincero agradecimiento a todas las personas que han intervenido en la organización y a todos los voluntarios, sin su esfuerzo, dedicación y ejemplaridad no hubiera sido posible sacar adelante la peregrinación.

Hace casi 15 años un amigo y yo que habíamos acudido a la peregrinación París-Chartres nos propusimos organizar algo similar en España, y se nos ocurrió este mismo trazado. Estuvimos reconociendo el terreno in situ durante varios días, pero en aquella época las dificultades para lograr algo así eran mayores que hoy y la difusión de las realidades adheridas a la Tradición en España era menor.Cuando a través de un amigo participante en la organización me enteré de la iniciativa pensé que si a personas tan distantes y distintas generacionalmente se nos había ocurrido lo mismo, una inspiración superior parecía estar interviniendo. Pude confirmar esto cuando durante los preparativos tuve noticia de que había existido, al menos, otra iniciativa exitosa del Instituto Lepanto de Madrid en 2018. La Fe de los cristianos españoles ha abierto numerosos senderos hacia Nuestra Señora de Covadonga a lo largo de la historia, pero que justo en este momento histórico una persistente inspiración susurre al oído de diferentes personas sin relación entre sí la misma iniciativa es un signo evidente de la intervención de una Voluntad superior. Siendo así, lo difícil era no involucrarse en ella.

Una peregrinación de estas características, ¿qué tipo de logística requiere?

Ante todo, una aclaración previa: ningún evento de estas características hubiese podido organizarse con las escasísimas personas que estuvieron dispuestas a ofrecer su tiempo, trabajo y dinero durante los meses previos, y a sacrificar sus ganas de caminar. Puedo decir que ni el 10% de las personas que estimo necesarias participaron en la preparación, y nos dábamos perfecta cuenta de ello. Pero todos teníamos la convicción de que, a pesar de la carencia de cuadros, cualquier dificultad del tipo que fuese sería solventada. Las dificultades principales provenían de este hecho, de ver cómo se multiplican por siete las modestas previsiones iniciales de afluencia, y en relación con ella, las cambiantes restricciones administrativas derivadas de la alerta sanitaria, que han resultado un quebradero de cabeza permanente, de la preocupación por encontrar lugares adecuados para dormir, de la disponibilidad de vehículos para todo tipo de tareas, de los cambios en los lugares de celebración que obligó a reprogramar horarios contrarreloj, del escaso número de voluntarios, que en muchos casos hubo que recabar in situ, porque con carácter previo al comienzo los ofrecimientos personales eran muy escasos dado que todo el mundo quería caminar, etc.Nuestro Señor fue quien hizo posible que se hayan podido solventar todas estas dificultades.

La prepararon a conciencia 6 meses antes trabajando muy duro, pues son muchas cosas las que hay que dejar atadas…

Efectivamente, la preparación de algo así exige bastante más tiempo del que pueda parecer, del que tampoco disponíamos debido a nuestras ocupaciones particulares, pero como he comentado anteriormente, teníamos la confianza de que la Providencia ayudaría a solucionar todas las carencias existentes. El mayor problema era crear ex novo el esquema de la peregrinación. La visualizamos en nuestra cabeza docenas de veces, y constantemente teníamos que revisar lo ya determinado. Las permanentes modificaciones administrativas derivadas de la pandemia y las prohibiciones canónicas de última hora nos obligaron a alterar las previsiones iniciales varias veces de un modo que sería aburrido de relatar aquí. Baste saber que ante estas dificultades ante todo habíamos puesto la confianza en Dios.

El hecho de no poder celebrar en los templos les hizo tener que buscar las carpas contrarreloj y finalmente, de manera providencial, las consiguieron.

Las prohibiciones canónicas nos obligaron a modificaciones bastante importantes, que 18 horas antes del comienzo de la peregrinación no estaban solventadas porque el escaso plazo disponible para adaptarnos hizo que la disponibilidad de infraestructuras para Misas de campaña fuese inexistente en ninguna de las dos docenas de proveedores a los que recurrimos, pues además la previsión meteorológica no era nada halagüeña. Pero, efectivamente, de forma providencial, todo se solucionó de forma inesperadamente rápida.

También cabe destacar el gran esfuerzo de tener que crear rutas nuevas, pues las existentes no eran viables para todos los peregrinos por su extrema dureza…

Aunque parezca insólito, no existían rutas adecuadas para una peregrinación de estas características. Las rutas senderistas existentes eran demasiado exigentes para un público tan heterogéneo y excesivamente alejadas de los núcleos de población principales en caso de necesidad, y las rutas por carretera resultan demasiado peligrosas para una columna tan numerosa de peregrinos.Así que se ideó una ruta completamente nueva sobre el mapa gracias al gran esfuerzo de Diana Catalán, responsable de organización, ruta que se tuvo que recorrer dos veces desde el principio hasta el final antes del comienzo.

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23.08.21

P. Marqués: “En Covadonga rezamos para que Cristo vuelva a reinar en los corazones y en la sociedad”

P. José Miguel Marqués Campo es sacerdote de la Archidiócesis de Oviedo. Criado en Chicago (Illinois) USA, es licenciado en Empresariales por Rosary College, EE.UU. (1985). Cursó sus estudios Eclesiásticos en el Seminario de Oviedo (1989—1996) y fue ordenado sacerdote el 26 de mayo de 1996. Sus destinos pastorales han sido: Salas, Luarca, Basílica del Sagrado Corazón en Gijón, Oviedo. Fue director del “Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica” en Radio María (2007—2012) y de una serie sobre Literatura y Fe en la misma emisora: “De los Anillos al Señor” (2013). Actualmente es capellán diocesano de la Santa Misa Romana Tradicional (desde 2008).

¿Cómo nació su amor a la liturgia tradicional?

Creo muy sinceramente que mi respuesta está incluida en su pregunta: sencillamente yo “nací así", por así decirlo. Desde muy pequeño, siempre me ha cautivado la liturgia de la Iglesia. El camino a mi corazón es por la liturgia y por la música litúrgica. Habiéndome criado en aquella extraordinaria parroquia-colegio de San Jacinto en la zona polaca de Chicago, recuerdo vivamente a los sacerdotes que eran como padres para nosotros los niños, y las religiosas que eran como madres. Recuerdo a los niños y niñas de clase, que tanto nos queríamos. Son recuerdos tan buenos que me marcaron hondamente para siempre. Un día se nos anunció en clase que íbamos ir a Misa más temprano que habitual, y recuerdo mirando por la ventana hacia la hermosa iglesia parroquial, y tuve (sin saberlo entonces) la experiencia del salmista (121): Qué alegría cuando me dijeron: ¡vamos a la casa del Señor! Recuerdo a los sacerdotes en sotana y portando casullas romanas preciosas, recuerdo las religiosas en sus hábitos en clase, y en Misa el dulce canto gregoriano, acompañado con los suaves acordes del órgano, el olor del incienso, y particularmente el canto per omnia sæcula sæculorum. El latín y el carácter tan sagrado de la liturgia desde entonces siempre me han cautivado y fascinado.

Gracias a Dios la puede celebrar desde hace años en Oviedo…

Efectivamente, gracias a Benedicto XVI, reconoció en 2007 el inmenso tesoro espiritual de la Misa Tradicional en Latín, que nunca fue abrogada, y el principio de que lo que fue sagrado para generaciones anteriores sigue siendo sagrado para nosotros hoy, y lo será para las generaciones futuras. Entonces en 2008, hubo una petición en Gijón para poder iniciar celebración dominical y festiva en la archidiócesis, fui nombrado desde entonces capellán diocesano, aprendí el rito Romano tradicional, y lo llevo celebrando ininterrumpidamente desde 2008, en lugares distintos. Hemos mantenido una asistencia fiel todos estos años, y seguimos creciendo lenta pero consistentemente.

¿Por qué quiso participar en esta pergrinación NSC-España?

La primera noticia que tuve de esta peregrinación me llenó el corazón de una gran alegría. Bien conocida es la tradicional peregrinación París—Chartres en torno a Pentecostés (últimamente alcanzando unos 20.000 peregrinos de todo el mundo), y la peregrinación a Nuestra Señora de Luján en Argentina. Nunca me fue posible participar en esas peregrinaciones. Celebrar una peregrinación de estas características en España, y más aún en Asturias—tierra donde comenzó la Reconquista—es una excelente iniciativa que segurísimo supondrá gracia tras gracia para nuestra nación, y para la Iglesia aquí. En el vídeo que prepararon a posteriori, aparecen estas palabras esperanzadoras: Lætare, Mater. Hispania tua est / Regocíjate, Madre. España tuya es. ¿Cómo no iba a participar en algo tan providencial para nuestra querida Patria?

¿Era necesaria una peregrinación así en España?

¡Ya lo creo que sí! Ahí donde hay una liturgia verdaderamente sagrada, más enraizada en la Tradición de la Iglesia, donde personas de todas las edades son convocadas para unos días veraniegos de intensa espiritualidad y de gran esfuerzo físico, supone una lluvia de bendiciones. Reavivamos nuestra honda alma católica española, sin complejos estamos sanamente orgullosos de nuestra historia común, en plena comunión con la Iglesia, nuestra Madre en la fe católica y apostólica. Rezamos por España y la evangelización, para que Cristo vuelva a reinar en los corazones pero también en la sociedad. Rezamos por el Papa, los obispos, sacerdotes y fieles, por las vocaciones y por las necesidades personales que cada peregrino llevaba en su corazón.

¿Qué supuso para usted poder asistir por primera vez a la primera celebración solemne del Vetus Ordo?

Habiendo celebrado la Santa Misa Tradicional en mi diócesis desde 2008 ha sido y es una enorme gracia. Y lo seguirá siendo. Para un servidor, desde luego, para el ejercicio del sacerdocio. Por supuesto es una bendición para la diócesis también, aunque no siempre es apreciada. Pero he estado celebrando habitualmente Misa rezada—que con su intenso silencio orante es ya de por sí sobrecogedor—alguna vez Misa cantada, pero no había tenido ocasión de una Misa con rito propiamente solemne.

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22.08.21

Clara: “Ha sido una gracia ver en Covadonga a tantos sacerdotes amantes de la Eucaristía y la Iglesia”

Clara, joven enfermera, del capítulo de San Francisco Javier de Navarra, nos regala la frescura de su testimonio de la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga. Para Clara fue un gran regalo conocer a todos los sacerdotes de la peregrinación, pues los jóvenes necesitan pastores que les hablen con radicalidad y sin medias tintas. Según ella todos transmitían a Dios con su forma de ser y su mirada, aparte de con sus palabras y homilías.

¿Qué supone para una joven como usted haber participado en esta peregrinación tradicional, de marcado carácter juvenil?

Pues ha sido una gracia, han sido unos días en los que verdaderamente hemos participado de un triunfo del Inmaculado Corazón de María. Yo así lo veo. O es que, ¿no es acaso un triunfo de su Corazón que 400 jóvenes y familias de toda España caminen durante 3 días a un santuario mariano; rezando por el camino por toda la Iglesia, por el Papa, por todos nuestros sacerdotes y por la fe en España? ¿No es un triunfo de su Corazón que en este momento de la historia en el que precisamente a la Eucaristía se le da menos importancia, se haya organizado una peregrinación en la que se ha celebrado la Santa Misa y expuesto el Santísimo con gran solemnidad, respeto, amor y devoción? Estamos en una batalla y la Eucaristía es uno de los puntos que el Enemigo quiere fulminar a toda costa, porque es tan fundamental como que es Jesús mismo… Jesús entregado, Pequeño, hecho Alimento, Medicina, hecho Fortaleza y Defensa, Consuelo y Todo.

¿Era consciente de tener una cita con la historia?

Covadonga es el punto de partida de la reconquista de España, es un lugar histórico muy emblemático. Peregrinar a Covadonga tiene esa chispa, esa relación de semejanza y analogía con el deseo de que España vuelva a ser de Cristo. Ojalá crezca cada año el número de peregrinos y los frutos de la peregrinación sean frutos que revolucionen España.

Por otro lado, en la línea de lo que decía antes, me llena de alegría haber participado en una peregrinación en la que la celebración de la Santa Misa ha sido la esencia y el centro del día. Era precioso lo cuidado, digno y lleno de amor con que montaron las carpas con el altar. Y cómo se cuidaba la liturgia. Todo ayudaba a tomar más consciencia de lo que realmente vivimos cuando vamos a Misa.

¿Cómo ayuda el hecho de poder vivir estos días en comunidad, con otros jóvenes y con familias que viven el mismo ideal?

Los jóvenes necesitamos rodearnos de otros jóvenes que también vivan la fe para no ir enfriándonos y poco a poco sucumbiendo a las cosas del mundo. Durante el camino se rezaba el rosario, se cantaba, los sacerdotes estaban disponibles para confesar y hablar… Y, también mientras caminabas ibas conociendo y hablando con gente de tu capítulo y de otros. He hecho amistad con gente maravillosa y es muy bonita la pequeña fraternidad que se ha creado entre nosotros en solo los 3 días que duró la peregrinación.

¿Por qué las amistades hechas en esta peregrinación pueden crear fuertes lazos?

Porque cuando compartes la fe compartes lo más profundo y aquello sobre lo que quieres cimentar tu vida. Dicen que “quien tiene un amigo tiene un tesoro", pero yo cambiaría el refrán y mejor diría “quien tiene un buen amigo si encima es un amigo que tira de ti a cosas buenas y te empuja al camino de la santidad… entonces sí que realmente tienes uno de los mayores tesoros del mundo". Nuestra meta es el Cielo, todos estamos llamados a la santidad y un buen amigo que comparta contigo esa mirada de Cielo… es un regalo que Dios te pone en el camino.

De toda la peregrinación, ¿Cuál ha sido el momento de más alto voltaje emotivo?

Sin lugar a dudas la llegada a Covadonga. Todos estábamos cansadísimos (hemos caminado bastantes kilómetros, la peregrinación no ha sido dar un paseíto…), pero todos estábamos con el corazón lleno de alegría, de emoción, de agradecimiento… Llegar a la explanada de la Basílica de Covadonga, ponernos de rodillas delante de las andas de la imagen de la Virgen con la que habíamos caminado todos esos kilómetros, cantarle con voz fuerte todos juntos, gritarle vivas… fue muy emocionante y seguro que hemos sido una alegría y un consuelo para el Corazón de Nuestra Madre.

Por otro lado, me parece un puntazo por parte de los organizadores de la peregrinación, que nos animaran a consagrarnos a la Virgen una vez llegamos a Covadonga. Fue el “broche de oro” final, pues todos hemos regresado a nuestras casas marcados por el sello de Nuestra Madre del Cielo. Y… cuando uno se consagra a la Virgen y le ofrece su vida, en realidad quien sale ganando es esa persona, ya que nosotros somos muy poca cosa, no entregamos en realidad casi nada, pero en cambio, la Virgen siempre toma la delantera y no olvida nunca a aquellos que le pertenecen.

Háblenos del gran don de haber conocido en la peregrinación a tantos sacerdotes fervorosos y alegres.

Cuando volví a casa y le conté a una amiga cómo había sido la peregrinación, caí en la cuenta de algo en lo que no me había parado a pensar: el regalo que había sido conocer a todos los sacerdotes de la peregrinación. Todos transmitían a Dios con su forma de ser y su mirada, aparte de con sus palabras y homilías. En todos ellos se percibía un amor por la Eucaristía y por la Iglesia. Los jóvenes necesitamos pastores que nos hablen con radicalidad y sin medias tintas. Pastores que despierten en nosotros grandes ideales y el deseo de encontrarnos y conocer cada día más al Señor y dar la vida por Él. Pastores que nos pongan delante a Cristo.

No sé si alguno de ellos estará leyendo esta entrevista, pero si es así… ¡gracias por su ejemplo de entrega y su testimonio de amor por la Eucaristía!

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21.08.21

Gerhard Eger: “En la peregrinación a Covadonga se pudo ver la Misa Tradicional en todo su esplendor”

Gerhard Eger Domenichini es licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Princeton, USA (2014). Actualmente está cursando un máster en culturas medievales en la Universidad de Barcelona. En la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga ha tenido un papel muy importante en los cantos de la Santa Misa y en otros momentos relevantes como las Letanías de los Santos en la Basílica de Covadonga, cuya voz retumbaba en todo el recinto del santuario. Analiza su experiencia en la peregrinación y la importancia de cuidar la liturgia tradicional en todos sus aspectos, desde la formación de monaguillos a la promoción de las scholae cantorum.

¿Qué supone para usted haber participado en la peregrinación a Covadonga, tras haber estado en Chartres?

Yo ya había participado dos veces en la peregrinación tradicional de Chartres, la cual es una espectacular manifestación de apego a la tradición litúrgica de la Iglesia especialmente entre los jóvenes. Estuve muy entusiasmado al saber que por primera vez se iba a realizar una peregrinación similar en España, y el resultado ha sido una experiencia inolvidable. Ver jóvenes católicos atraídos por la tradición reunirse para una difícil caminata de tres días a uno de los santuarios más importantes no sólo para España sino para la Cristiandad entera fue algo muy alentador, pues demuestra que al igual que en Francia la devoción por la liturgia tradicional en España no es un atavismo propio de meros nostálgicos, sino una expresión de auténtico amor por Jesucristo y su Iglesia, un amor que encuentra su mejor expresión en el culto que la Iglesia ha celebrado ininterrumpidamente por más de un milenio. La forma tradicional del Rito Romano no es la expresión de ciertas modas y maneras de pensar de los años 60 y 70, sino la expresión de la fe de todas las generaciones de católicos desde que la Iglesia llegó a Roma hasta nuestros propios días. Este aspecto casi atemporal de la Misa tradicional permite unir a católicos de todas las épocas, incluyendo a los católicos jóvenes hoy, que ven la destrucción que ha causado en la sociedad el abandono de nuestras raíces cristianas, y por lo tanto quieren más que nunca volver a esas raíces y así cumplir el llamamiento de san Pablo «instaurare omnia in Christo».

¿Intuye un gran despertar de la Tradición en España y en las Españas?

Espero que sea así. España necesita un despertar de la tradición litúrgica. Hasta ahora las comunidades dedicadas a la celebración de la Misa antigua son demasiado pocas y sufren muchas limitaciones. La peregrinación, espero, haya demostrado a los participantes cuánto se puede hacer si uno está dispuesto a hacer el esfuerzo. Fue bueno ver cuántos sacerdotes participaron en la peregrinación, y verlos celebrar simultáneamente sus Misas privadas, era como una escena de un monasterio. También creo que muchos peregrinos pudieron ver por primera vez la celebración de la Misa tradicional solemne, con diácono y subdiácono y el canto de todos los propios musicales, lo cual debe ser nuestro ideal. Todavía en España es demasiado poco común ver la celebración de una Misa solemne, e incluso de una Misa donde se canten todos los propios.

Hasta ahora la Liturgia Tradicional está mucho más activa en países como Francia o Estados Unidos.

Exactamente, es muy triste ver cuán pocas Misas tradicionales se celebran en España peninsular y de ultramar, comparado con el gran número que se celebran en Francia y Estados Unidos, los cuales son, irónicamente, los dos estados revolucionarios por excelencia. Yo conocí la misa tradicional por primera vez en Nueva Jersey, donde estaba realizando estudios de grado, en una iglesia parroquial, cuyo párroco se decidió a celebrar la Misa antigua tras la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum por Benedicto XVI. La iglesia, que no era nada pequeña, se llenaba todos los domingos para la celebración de la misa antigua. Teníamos un coro, formado en general por músicos no profesionales, de más de 20 personas que cantaban cada domingo todos los propios de la Misa, además de un equipo de acólitos de entre 15 y 20 niños y adolescentes que se turnaban cada domingo. Incluso entre el clero de la diócesis se notaba el entusiasmo por la misa antigua, y llegamos al punto donde había incluso dos diáconos permanentes que decidieron a aprender cómo ser diácono y subdiácono en la Misa tradicional; esto nos permitió tener Misas solemnes casi todos los domingos. Y era una parroquia común y corriente, pero gracias al entusiasmo, tanto de los fieles como del clero, por la Misa antigua se conseguían celebraciones verdaderamente sublimes.

¿Qué ha supuesto para usted ser uno de los responsables de los cantos de las Misas solemnes?

Me ha alegrado mucho poder haber ayudado en la celebraciones de estas Misas solemnes. Como ya he mencionado, pudimos cantar todos los propios musicales: introito, gradual, aleluya, ofertorio y comunión. La herencia musical gregoriana es riquísima: hay que recordar que estos cantos tienen un origen antiquísimo, y que desde que comenzaron a ser escritos en el siglo IX se han seguido cantando de manera casi idéntica hasta nuestros días. Tienen cierta dificultad, es cierto, pero tampoco son demasiado difíciles: el ideal de San Pío X y Pío XII fue que algunos de los fieles pudieran aprender y cantar estos propios por lo menos en las Misas dominicales. Porque estos propios son parte integral de la Misa; no son cantos añadidos. Y el ideal debe ser que cantemos la Misa, en vez de cantar en Misa.

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20.08.21

Beatriz C. Rossell: “Peregrinar a Covadonga ha sido un derrame de caridad y nos ha quitado complejos”

Beatriz C. Rossell es la creadora de «Teresa Rossell dibujos», un estudio de ilustraciones católicas artesanales para mayor gloria de Dios. Ha sido una de las peregrinas a Covadonga. Nos cuenta la experiencia de la peregrinación desde su perspectiva de artista. Pueden seguirla en su web «Teresa Rossell dibujos» y en Instagram.

¿Qué ha supuesto para usted haber participado en la primera peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad -España, un evento tan especial?

La peregrinación ha supuesto un canal rebosante de gracias que jamás habría imaginado. Cuando mi amiga Marta, una de las organizadoras, me comentó la idea no pude resistirme y desde ese momento le dije que contase conmigo y mi pobre oración para que el proyecto llegara a buen puerto si Dios lo veía bien. Nunca había participado en una vivencia de esta categoría y con este sentido penitencial y ello me asustaba, pero confiaba en que Nuestra Señora me ayudaría a llegar a su Casa en Covadonga.

Además, le tengo una devoción muy especial a Nuestra Señora de Covadonga. Cuando recibí el Bautismo recién nacida, mis padres me llevaron ante la preciosa talla de la Santina para presentarme a la Virgen María. Aquella, siendo un bebé, fue mi primera peregrinación y la tuve muy presente en esta, dando gracias a Dios por mi familia y por todo el esfuerzo que han hecho por transmitirme el fuego de la Caridad hacia Nuestro Señor y su bendita Madre, Santa María.

Además ha peregrinado con el Capítulo mismo de Covadonga, aunque usted es de Cantabria, esperemos que al año que viene puedan tener su propio capítulo….

En el Capítulo de Nuestra Señora de Covadonga me sentí en casa. Sólo conocía a Marta, nuestra Jefa, pero rápidamente todos congeniamos y nos pusimos al servicio unos de otros. Conocerlos ha sido un regalo muy grande y estoy segura de que saldrán grandes amistades radicadas en el Corazón del Señor, que es el mejor sitio para ser y sentirse amigos.

No puedo dejar de citar a don Raúl Velasco, sacerdote de la Archidiócesis de Toledo que desempeñó la labor de capellán de nuestro capítulo. Fue nuestro aliento espiritual y físico, pues nadie subía las empinadas cuestas como él. Se preocupó por cada uno de nosotros de forma muy especial y nos acompañó durante todo el camino dando ánimos y dirigiendo los momentos de oración.

Yo soy montañesa y me gustaría que el próximo año saliera un capítulo desde mi tierra y que (por pedir que no quede) llevara el nombre de la Reina y Madre de la Montaña, Nuestra Señora Bien Aparecida. Nos pondremos manos a la obra como hicieran nuestros antepasados en la Reconquista junto a don Pelayo y el duque Pedro de Cantabria.

¿Cómo valora el ambiente católico vivido estos días?

El ambiente fue inmejorable. En todo momento se respiraba la alegría natural de los que se saben hijos de Dios. La contemplación de tantas personas bajo la bandera de Santa María, cada una desde un lugar geográfico distinto y condiciones diferentes, era una oportunidad para dar gracias a Nuestro Señor por la catolicidad de la Iglesia.

Podría definir aquello como un derrame de caridad: caridad con Dios, en primer lugar, pues es lo que nos movió para estar allí; y la caridad con nuestros prójimos, que durante aquellos días fueron los peregrinos. Recuerdo la ayuda que nos prestábamos cuando nos quedábamos descolgados por la dureza del camino. Serán inolvidables las palabras de ánimo, las conversaciones en la cumbre, los consuelos espirituales que nos proporcionaban los sacerdotes, el intercambio de comida e, incluso, el tráfico de vaselinas para evitar rozaduras en los pies.

¿En cierta manera se ha empezado a recuperar la cristiandad, al manifestar sin complejos y con alegría la fe?

Allí no existían los respetos humanos que tantas veces nos atacan en la vida ordinaria. La naturalidad con la que se daban los vivas a Cristo Rey y María Reina o se cantaban himnos católicos debe servir de acicate para borrar el excesivo amor propio que tenemos al confesar nuestra fe en público. No podemos tener vergüenza al expresar que Cristo es el Rey de nuestra vida y que debe reinar en España porque, los que descaradamente hacen el mal, no tienen ningún tipo de reparos en sus acciones. No podemos acobardarnos.

Hemos de ser testigos de la Verdad en todo momento y hasta las últimas consecuencias. El martirio tiene formas muy diferentes y tenemos ejemplos impagables. Los mártires regaron con su sangre los campos de España y no negaron a Cristo. Nosotros no podemos quedarnos a medias. O todo o nada. Si la peregrinación sirve para quitarnos complejos, bendito sea Dios que la ha permitido.

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