Sevilla se suma al Rosario de hombres, pidiendo por el triunfo del Inmaculado Corazón de María
Antonio José Sánchez Sáez es Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Sevilla. Ha sido catequista de confirmación y de matrimonios en los Salesianos de Triana y en la Basílica del Cachorro. Es adorador nocturno en el turno María Auxiliadora y adorador perpetuo en la Capilla de Adoración perpetua de San Onofre. Ha escrito y dirigido libros jurídicos en defensa del nasciturus y en contra de la eutanasia.
Como organizador nos habla del Rosario de hombres que tendrá lugar en Sevilla el próximo sábado.
¿Por qué decidió organizar el Rosario de hombres en Sevilla?
Pues fue al ver el éxito de la convocatoria del Rosario de Hombres en Madrid. Yo rezo el rosario a diario desde hace muchos años, y he participado en otras iniciativas parecidas, como Rosarios por España, y, sobre todo, Rosarios por la Vida. Entonces, me dije: “Hay que organizarlo en Sevilla". Pero como nadie tomaba la iniciativa un día, ante el Santísimo, decidí tomarla yo y me puse en contacto con Ricardo Martín Almagro, uno de los organizadores del Rosario en Madrid , y me indicó los pasos a seguir. Y aquí estamos.
¿Qué es lo que más le atrajo de la iniciativa polaca?
Me llamó mucho la atención ver a hombres hechos y derechos arrodillados como un ejército en formación de batalla, pero no portan do armas sino el rosario (el “arma” por excelencia contra el mal, que diría el padre Pío). me recordó también al Ejército mariano del fin de los tiempos del que hablaba San Maximiliano Kolbe o San Luis María Grignon de Montfort. Es cierto que el hombre está siendo especialmente atacado por la ideología de género, que vierte una sombra de sospecha sobre todo el sexo masculino, como si todos fuéramos maltratadores o como si todos tuviéramos un gen en nuestro ADN tendente a la violencia. Se buscan presentadores, actores, concursantes afeminados, las TVs y productoras de cine, serias de televisión promueven ese tipo de roles… como queriendo indicar que ellos son más aceptables que los hombres heterosexuales. Y es importante reseñar que hay hombres buenos y malos, como mujeres buenas y malas, y es un acto muy bonito para constatar que los hombres, con nuestra virilidad, nos sometemos a la Mujer con mayúsculas, María, que es nuestra guía y maestra. Es un llamado a la fe masculina y a visualizar la masculinidad católica como buenos padres de familia y esposos.
Es esencial reivindicar hoy la virilidad y reciedumbre en una sociedad afeminada…
Sí, desde hace décadas parece evidente que los poderes fácticos quieren difundir una imagen afeminada del hombre, que no es real: la moda, por ejemplo, usa modelos andróginos, no definidos, con ropas femeninas e incluso faldas, famélicos o asexuados. Los chicos están creciendo pensando que su sexo es malo de por sí, y que lo guay y lo moderno es cambiar de género, buscando una feminidad que parece estar permitida. Pero es también una trampa, porque el feminismo radical también ataca la femineidad real: la de las mujeres con curvas, heterosexuales, madres… imponiendo una mujer igualmente andrógina. Hay que volver a darle valor a la masculinidad católica, la que ama a la familia, protege a su mujer y a sus hijas, la del hombre trabajador, que además tiene fe, ama a Jesús y a María y les tiene como modelos. Hay que revindicar que la fe es también una cosa de hombres, y que cumpliendo debidamente los deberes de estado se está haciendo la voluntad de Dios.