Barraycoa: “El rosario de hombres es imprescindible para restaurar una Cristiandad agonizante”
Javier Barraycoa, pensador catalán y activista contrarrevolucionario, se ha destacado por su labor intelectual contra el nacionalismo, en el análisis de la posmodernidad y en su diálogo real entre la fe y la cultura. Reflexiona en esta entrevista sobre el Rosario de Hombres que llega por primera vez a la ciudad Condal. Será este sábado 11 de junio a las 18 horas, en la Plaza San Jaime de Barcelona.
¿De dónde surgió la iniciativa del rosario de hombres y por qué?
Es una iniciativa de un sacerdote polaco, el P. Dominik Chmielewski, que hizo una llamada a los corazones varoniles para restaurar o fortalecer las relaciones de los varones con sus esposas e hijos para que el corazón de Jesús reine en las familias y, por ende, acabe reinando en la sociedad. El movimiento es muy potente en Polonia, se ha extendido por Irlanda, países hispanoamericanos y ya empieza a celebrarse en varias ciudades de España. Ha de ser un movimiento imparable para reconquistar la Cristiandad gravemente herida y agonizante.
Dicen que el rosario es cosa de viejas …
En absoluto. Hay un deber especial de los varones de cuidar especialmente de sus madres, y especialmente la Madre celestial. En el Antiguo Testamento encontramos muchas prefiguraciones. Por ejemplo, en el hermoso libro de Tobías, el padre de Tobías le encarga que a su muerte se encargue de su madre, que la respete, la cuide y no la menosprecie. El rosario es el consuelo que le ofrecemos a la Virgen María en esta sociedad incrédula y cristofóbica. El rosario sigue siendo la oración por excelencia en el seno de la familia. En los países católicos el rosario era dirigido por el pater familias y ello connota algo fundamental: la familia pivota en torno a una autoridad natural que es la del varón. Ya sé que las feministas lanzarán el grito al cielo, pero así fue en la Sagrada Familia. San José mantuvo su autoridad natural sobre Jesús y María, aunque Jesús tuviera la autoridad en el orden sobrenatural. Hoy, cuando la familia se ha convertido en el último objetivo a derribar por el Demonio y la revolución mundial, el varón debe recoger el testigo de San José y proteger su familia de la destrucción y la persecución. Así lo hizo san José, desde la huida de Egipto o en Nazaret.