24.08.23

Borja Zavala, productor de El Cielo no puede esperar, analiza el libro que ha escrito con su hermana Inés

Entrevistamos a Borja Zavala, que junto a Inés Zavala, es el productor de la película “El cielo no puede esperar” sobre la vida de Carlo Acutis. Ahora han escrito un libro sobre la película. Antes de abordar este tema dejemos primero que se presenten y hablen un poco de su trayectoria.

Soy Borja Zavala, un joven de 22 años. He colaborado en películas como el “Misterio del Padre Pío”, “Renacidos”, “Wojtyla. La investigación”, “Amanece en Calcuta” y esta última como productor de “El cielo no puede esperar”. Además de tener un título de grado superior en Marketing y Publicidad, actualmente estudio Comunicación audiovisual. Soy productor de cine junto a mi hermana Inés en Custodian Movies. Mi propósito como productor es transmitir valores y mensajes de esperanza a las personas a través de películas que hagan bien a las almas.

Soy Inés Zavala, tengo 21 años y a lo largo de estos años he aprendido que en la vida todo lo que hagamos debe ser para gloria de Dios. He participado en varias películas como “El misterio del Padre Pío”, “Renacidos” “Wojtyla. La investigación” y en esta última sobre Carlo Acutis. Estudio Educación Infantil, me gusta montar a caballo, el cine, quedar con amigos… Soy una chica normal que ha decidido seguir el camino que Dios le ha puesto delante. Junto con mi hermano Borja, decidimos llevar a cabo este proyecto con la seguridad de que iba a hacer mucho bien y, efectivamente, así ha sido y sigue siendo. Queremos seguir el ejemplo de Carlo Acutis y dar la oportunidad a los demás para que también lo sigan y encuentren a Dios. Además, estamos seguros de que este proyecto ha traspasado fronteras y llegará a todo el mundo: Carlo es una figura que atrae a muchas personas y esto nos está sorprendiendo mucho.

Ahora estamos inmersos en la segunda película de Carlo Acutis, “El latido del cielo", estamos muy contentos por la intensidad del proyecto y estamos seguros de que ayudará a muchas a abrir los ojos a la realidad de la presencia de Dios en la Eucaristía.

En definitiva, soy una chica joven que ha decidido decirle que si a Dios y lucho cada día junto a mi familia por hacer su voluntad y sacar adelante estos proyectos que hacen mucho bien a las almas.

¿Qué ha supuesto para ti escribir junto a tu hermana este libro sobre la película El Cielo no puede esperar?

Ha sido todo un reto. Escribir un libro no es nada sencillo y hacerlo sobre una figura tan potente y actual como es Carlo Acutis supone una responsabilidad muy grande. Después de haber producido la película junto a mi hermana Inés, que ha tenido gran acogida en EE.UU, México, Colombia, Polonia o España sin ir más lejos, vimos clara la idea de plasmar nuestra experiencia en este libro, además de esbozar con anécdotas muy curiosas la vida del joven beato. Es un bonito recuerdo que recoge la apasionante y también complicada aventura de haber producido la primera película de Carlo Acutis, pese a nuestra corta edad.

¿Qué supone que lo haya prologado la misma madre del santo?

Para nosotros es un auténtico privilegio. En cuanto le planteamos a Antonia Salzano la idea de que prologara el libro sobre su hijo, dijo que por supuesto. Antonia es una persona muy cercana. Estar con ella es como estar con Carlo. Es muy bromista, siempre está de buen humor y transmite una gran fe.

Con Antonia compartimos momentos inolvidables en la gira que hizo por España para promocionar la película de su hijo. Después de los pases de cine los espectadores querían hablar con ella, preguntarle cosas y es impresionante cómo Antonia atendía a cada uno de ellos, con un cariño y una paciencia encomiables.

¿Por qué decidieron que el libro tuviese tres partes claramente diferenciadas?

La estructura del libro está pensada para que cualquiera pueda leerlo de manera sencilla. Es muy accesible a cualquier tipo de lector. Por eso hemos decido distribuir su contenido en tres bloques. La primera parte profundiza en la apasionante figura de Carlo Acutis de manera que el lector pueda conocer al personaje antes de seguir profundizando en el ámbito de la película.

En la segunda parte se relata con pelos y señales el making off de la película. Como todo proyecto hay muchos momentos en los que hemos estado a punto de tirar la toalla y dejar todo. Es duro hacer una película, conlleva buscar la financiación, llegar a los tiempos establecidos y trabajar en equipo. Han sido experiencias duras pero muy gratificantes y hemos aprendido de muchas personas que nos han dado lecciones de compromiso muy impactantes. Todo lo que hemos vivido ha sido único y por eso decidimos escribirlo para que los demás también puedan participar de esta experiencia y conocerla.

La última parte consta de un álbum de fotos, muchas de ellas inéditas, ordenadas cronológicamente. Comienza con algunas fotos de Carlo y continua con fotos del making off, el rodaje, los viajes, el preestreno, el estreno en el cine Callao en Madrid…El lector podrá visualizar gran parte de los hechos que se relatan en el libro con este gran álbum de fotos.

La primera parte es una hagiografía. ¿Por qué han querido presentarla de una manera amena y distendida?

Hay muchas maneras de contar una misma historia. Es frecuente toparse con biografías densas, repletas de datos y poco atractivas para el común de los lectores. Inés y yo hemos querido dar al libro en su conjunto un estilo ameno repleto de anécdotas y curiosidades de Carlo con las que el lector va a poder aproximarse a este joven de manera entretenida.

También es muy interesante la segunda parte del making off, pero sobre todo como la figura del joven santo fue entrando en tu vida y la de tu familia…

En efecto, el lector con este libro va a conocer cómo se ha ido gestando el proceso de la película ‘El Cielo no puede esperar’. Desde la primera vez que oímos hablar de un tal Carlo que estaba incendiando las redes con motivo de su beatificación, pasando por nuestra experiencia con la madre de Acutis o los milagros que hemos presenciado en propia carne durante el proceso de la película, por intercesión de Carlo.

En ese sentido Carlo también nos ha ayudado personalmente a apreciar el gran regalo de la Eucaristía. Nosotros siempre hemos ido a misa con fe y hemos comulgado con fe también. Pero Carlo nos enseña algo más, algo tan grande que cuando lo descubres ya no puedes soltarlo: el inmenso amor de Dios hecho hombre en la Eucaristía. Es el mayor milagro que todos los días se produce en cada iglesia y lo tenemos al lado. Él esta presente en cada sagrario y podemos ir a verle cuando queramos porque siempre nos espera. Un regalo tan grande descubierto por un niño tan pequeño como Carlo, esta es su historia y damos gracias porque esta película nos ha ayudado a abrir mas los ojos y ver lo que realmente importa, que es Dios.

Y la tercera parte no deja de ser menos interesante, como la ficha, fotografías, guión, oraciones y frases del santo…

Efectivamente, como hemos mencionado antes, el álbum de fotos cuenta una historia desde el principio hasta el final. Cada foto es única, y cuando nos ponemos a verlas recordamos cada momento con gran ilusión. Por ejemplo, las fotos del estreno en el cine Callao tienen su historia detrás. Ese día fue increíble y estábamos todos muy nerviosos, debíamos viajar de Barcelona, donde había tenido lugar el preestreno, hasta Madrid para asistir a la gran cita en el cine Callao en plena Gran Vía. Al mismo tiempo Antonia Salzano llegaría también al cine y estábamos pendientes de recibirla. Imaginaos una inmensa cola de espera en la puerta del cine, el cartel en la pantalla grande en plena Gran Vía y gente entrando en masa. Fue una experiencia inolvidable. Más de 800 personas abarrotaron aquel día una sala que muy pocas veces se había logrado llenar al completo.

En cada imagen se esconde una gran historia que hemos querido compartir en modo de libro para que todos tengan la oportunidad de acercarse a estas vivencias. Es un testimonio que muestra lo grande que es Dios y que cuando dejamos todo en sus manos al final todo sale bien.

¿Cómo complementa este libro la película?

En una película no se puede contar todo. Hay límite de tiempo. Pero en un libro uno se puede explayar más. Además, el libro cuenta lo que no se ve, el llamado making off, el proceso desde el principio hasta el final.

¿Por qué es importante dar a conocer la vida del beato en habla hispana?

Me parece curioso que a la hora de comentar la profunda crisis de fe y valores que se vive hoy en la sociedad en general, haya personas que pongan el grito en el cielo al decir que no hay que ser pesimistas. Yo creo que hay que ser más bien realistas. Por eso precisamente hace falta dar a conocer vidas como las de Carlo que son buenos ejemplos a seguir para unos tiempos difíciles.

Hoy en día vivimos en una sociedad totalmente alejada de Dios y los jóvenes necesitan esa otra opción que les guie al bien. Por eso la vida de Carlo es tan importante y por eso decidimos hacer la película, para ayudar a las personas que están buscando algo y no saben el qué, Carlo les muestra que lo que buscan y necesitan es a Dios.

Un chaval de quince años, normal como cualquier otro, pero con una profundidad espiritual y caritativa que deslumbraba a cualquiera. La vida de Carlo es muy necesaria hoy porque nos muestra entre otras cosas que ser santo está al alcance de todos. Cada uno de nosotros estamos llamados a ser santos.

¿Qué frutos espirituales esperan?

Esto es algo que dejamos en manos de Dios, nosotros nos metemos en estos proyectos con el único fin de hacer bien a los demás y salvar almas. Siempre los decimos, esto no sale si Dios no esta ahí y nos ayuda, nosotros solo somos meros instrumentos en las manos de Dios y todo sale gracias a Él.

Él nos va guiando y nosotros hacemos lo que podemos, nos ha puesto a un equipo magnífico en el camino y una vez que se estrena la película ya es Dios el que se ocupa de los frutos.

Prueba de ello son las numerosas conversiones que nos han llegado a raíz de la película y del libro. Hemos visto personas salir llorando de la sala de cine dispuestas a cambiar sus vidas y retornar a Dios. En otros casos nos han llegado testimonios de personas que después de ver la película se han ido a confesar tras muchos años sin hacerlo. Esta claro que para Dios nada es imposible.

Por último háblanos de vuestra productora y de próximos proyectos…

Custodian Movies es una productora constituida por dos jóvenes hermanos que creemos en el cine como un medio poderoso de evangelizar, de llegar a muchas almas necesitadas de mensajes de esperanza. Durante más de cinco años tanto Inés como yo hemos comprobado cómo cientos de miles de personas que han visto las películas dirigidas por nuestro padre, José María Zavala, han salido transformadas de los cines: jóvenes que han sentido la llamada a la vocación sacerdotal, personas que llevaban años y años sin confesar, matrimonios que se han dado una segunda oportunidad… en definitiva personas que a través de testimonios y grandes figuras intercesoras como el Padre Pío, la Madre Teresa o San Juan Pablo II, han dado sentido a sus vidas. Esto es muy fuerte cuando te lo cuentan, pero cuando lo vives en propia carne es bestial. Por eso Inés y yo queremos continuar con esta preciosa labor de evangelización, cada día más necesaria en un mundo que por lo general ha dado la espalda ya no solo a Dios, sino a todos los valores que antaño se respetaban escrupulosamente.

Ya estamos ultimando nuestra siguiente película ‘El latido del Cielo’ cuyo tema central es el gran misterio de los Milagros Eucarísticos. Para ello hemos entrevistado a médicos de gran reputación mundial que nos cuentan lo qué han visto, a ojos de un microscopio, en determinadas Sagradas Formas que han empezado a sangrar inexplicablemente. Por primera vez habla también Andréa Acutis, el padre de Carlo y personas que le conocieron muy de cerca.

Por Javier Navascués

2 comentarios

  
M. A.
¿Son los hijos de Jose María y Paloma?
24/08/23 4:04 PM
  
Carolina Rivera Vargas
Buen día me gustaria ver la pelicula no alcance cuando la lanzaron aca en colombia como hago ppr favor gracias
26/08/23 12:59 PM

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23.08.23

Contrarrevolución católica en el sistema democrático moderno. Análisis de Fernando Romero

Fernando Romero Moreno es abogado por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y Profesor Superior Universitario por la Universidad Católica Argentina (UCA). Está dedicado desde hace 30 años a la Educación, tanto en cargos docentes como directivos. Actualmente trabaja en el Colegio Los Caminos (APDES-Pilar). Es autor del libro “La Nueva Derecha-Reflexiones sobre la Revolución Conservadora en la Argentina” (Grupo Unión, Buenos Aires, 2021). Está casado y tiene 4 hijos.

¿Por qué un católico hoy debe luchar por el Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo?

No es un combate que deba librarse hoy sino siempre. Lo fue para nuestros antepasados, lo es para nosotros y lo será para nuestros descendientes, hasta la Parusía. Nuestro Señor Jesucristo es Rey, como enseñaba el Papa Pío XI, por derecho de naturaleza (es Dios) y por derecho de conquista (nos redimió y nos liberó del poder de Satanás). Esa Realeza no es de este mundo en un sentido político-prudencial (su misión en la tierra no fue liberar a los judíos de los romanos ni es en la actualidad, por ej. ocuparse directamente de terminar con la desnutrición infantil a nivel mundial) pero sí lo es en cuanto a que todo el orden social y político debe reconocer a Jesucristo como Rey y subordinarse a la ley natural (que se conoce por la razón) y a la ley-divino positiva (a la que llegamos gracias a la Revelación).

Por lo tanto, no es Rey en un sentido meramente retórico, ni reducido sólo a lo espiritual o a la vida privada, sino en sentido real, referido a lo espiritual y a lo material, y que se extiende a lo individual como a lo social. Negar la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo fue considerado un grave error por todos los Padres de la Iglesia e incluso herejía por San Juan Crisóstomo. Como bien decía Jean Ousset, esta Realeza no “es de este mundo” sino sobre este mundo.

¿Por qué el catolicismo debe impregnar el orden temporal, es decir instaurar o restaurar lo que se conoce como Cristiandad?

Porque es una exigencia que se desprende de la propia Fe católica. Así lo explica el actual Catecismo de la Iglesia Católica al tratar sobre el Primer Mandamiento. En el número 2105, afirma: El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es ´la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo´ (DH 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan ´informar con el espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive´(AA 13). Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única verdadera religión (…) en la Iglesia católica y apostólica (cf DH 1). Los cristianos son llamados a ser la luz del mundo (cf AA 13). La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas(cf León XIII, Carta enc. Immortale Dei; Pío XI, Carta enc. Quas primas)”.

En cuanto al término Cristiandad y como bien lo ha explicado el Padre Alfredo Sáenz, S.J, “no hay que confundir Cristiandad con Cristianismo. Cristianismo dice relación con la vida personal del cristiano, con la doctrina que éste profesa. Cristiandad tiene una acepción más amplia, con explícita referencia al orden temporal. La Cristiandad es el conjunto de los pueblos que se proponen vivir formalmente de acuerdo con las leyes del Evangelio de las que es depositaria la Iglesia. O, en otras palabras, cuando las naciones, en su vida interna y mutuas relaciones, se conforman con la doctrina del Evangelio, enseñada por el Magisterio, en la economía, la política, la moral, el arte, la legislación, tendremos un concierto de pueblos cristianos, o sea una Cristiandad”. Conviene sí aclarar que la doctrina del Evangelio en relación a la economía, la política, la cultura, etc., es de naturaleza moral y no se refiere a materias que de suyo son opinables en relación al depositum fidei. Por eso, fundados en las mismas verdades, todos los bautizados deben proponer y defender principios e instituciones de naturaleza universal y permanente, mientras que a la vez gozan de una lógica y sana libertad acerca de cómo llevarlos a la práctica o qué proponer en materias de suyo contingentes.

Para que Cristo reine hay que combatir la Revolución anticristiana. ¿Deben ser, por lo tanto, contrarrevolucionarios todos los católicos?

En ocasiones se utiliza la palabra Revolución para referirse a cambios de gobierno, reformas culturales o rebeliones ocasionadas por el lícito ius resistendi o derecho de resistencia a la opresión, que poco o nada tienen que ver con el sentido laicista y anticristiano de Revolución. En esos casos, el haber sido revolucionario o contrarrevolucionario, es algo opinable. Hecha esta aclaración, cuando hablamos de Revolución anticristiana nos referimos, en sentido amplio, a la rebelión de Satanás contra Dios y a la guerra que eso supone (como lo explica San Agustín en La Ciudad de Dios o San Ignacio de Loyola en la Meditación de las Dos Banderas), que terminará con la Parusíay, en sentido estricto, al proceso histórico de la Modernidad ideológica y secularista, cuyos hitos históricos más significativos son la Reforma Protestante de 1517, la fundación de la Masonería moderna en 1717, la Revolución Francesa de 1789, la Revolución bolchevique de 1917, la Revolución de la “Iglesia conciliar” a partir de 1965 (no necesariamente relacionada con los documentos magisteriales del Concilio Vaticano II) y la entrada al llamado Nuevo Orden Mundial en 1989. Esa Revolución anticristiana tiene sus ideologías (liberalismo, nacionalismo, socialismo), sus tropas regulares (Judaísmo talmúdico-cabalístico y Masonería) y su Quinta columna (liberalismo católico ideológico, americanismo y modernismo teológicos, progresismo cristiano, neoconservadorismo, etc).

Frente a esa Revolución, que Albert de Mun definió como el intento de fundar la sociedad sobre la voluntad del hombre en vez de hacerlo sobre la Voluntad de Dios, todo católico debe oponerse y por lo tanto, ser contrarrevolucionario, en el sentido expresado por el Papa San Pío X:“la Iglesia que jamás ha traicionado la felicidad del pueblo con alianzas comprometedoras, no tiene que desligarse de lo pasado, antes le basta anudar, con el concurso de los verdaderos obreros de la restauración social, los organismos rotos por la revolución, y adaptarlos, con el mismo espíritu cristiano de que estuvieron animados, al nuevo medio creado por la evolución material de la sociedad contemporánea, porque los verdaderos amigos del pueblo no son ni revolucionarios ni innovadores, sino tradicionalistas”. Esto no implica identificar tradicionalismo con una determinada corriente política en aquello que sea de suyo contingente y por lo tanto, opinable.

De hecho, han existido católicos ortodoxos y contrarrevolucionarios en distintas corrientes, movimientos y partidos políticos. Basta recordar, en el caso de España, a referentes católicos de sana doctrina y que tuvieron opciones prudenciales distintas como sucedió con Ramón Nocedal (integrista), Félix Sardá y Salvany (carlista) y Marcelino Menéndez y Pelayo (conservador). No siempre esta sana pluralidad de opciones ha sido respetada o bien entendida y no han faltado católicos que, en cuestiones opinables o prudenciales, han querido defender que las suyas eran las únicas “soluciones católicas”. Tampoco los Papas ni la Secretaría de Estado del Vaticano, han sabido conservar un sano equilibrio al respecto, pues en no pocas ocasiones forzaron la legítima libertad de los laicos en estos asuntos. Por último, hay que recordar lo que bien decía De Maistre: La Contrarrevolución no es una Revolución contraria sino lo contrario de la Revolución. Sin embargo, fruto de un agere contra desordenado, no pocas veces hubo católicos que exageraron esa postura contrarrevolucionaria, poniendo el combate en el mismo plano que los enemigos de la Cristiandad, con daño para la Causa de la Tradición.

El padre Leonardo Castellani lo explicó con su habitual sabiduría, a propósito de la Contrarreforma (en un análisis que, por analogía, puede aplicarse a la Contrarrevolución): “Una gran parte del Catolicismo moderno (sobre todo en España y aledaños) se ha edificado sobre el Concilio de Trento más que sobre el Evangelio; es decir, se ha configurado en contra del Protestantismo, lo cual comporta una especie de imitación subconsciente. No se mueve libre­mente el que esgrime contra otro: depende del otro en sus movi­mientos. El Protestantismo se llevó cautivas una cantidad de nociones, o di­gamos más bien de esencias-cristianas, que el Catolicismo necesitaba y que el Catolicismo abandonó y aun combatió, viéndolas convertidas en «herejía»: como por ejemplo, la lectura y el estudio de la Biblia, tan intensos en los Santos Padres, sustituidos por la lectura de obras de autores devotos de más en más chabacanas y deleznables; y otra lista de cosas excelentes, que por haber vivido en países protestantes, podría yo hacer fácilmente (…) Esto es la faz negativa de la «Contrarreforma»; no quiero negar aquí su inmensa faz positiva, que otros ya ponderan bastante”. Mutatis mutandi, algo similar ha sucedido en ocasiones con la Contrarrevolución católica.

¿Cuáles son los principios básicos no negociables para un católico?

Todo católico que quiera ser fiel al Orden Natural y Cristiano debe aspirar siempre al Bien mayor, es decir, a la Cristiandad con todo lo que esto implica para la política, la sociedad, la cultura, la familia, las libertades concretas, las relaciones internacionales, etc. Pero en tanto y en cuanto esto no sea posible, los católicos deberán elegir el Bien posible en el grado más cercano al Bien mayor, teniendo en cuenta las circunstancias de tiempo y de lugar, sin dejar de poner los medios ni de remover los obstáculos para que, llegado el momento, se pueda restaurar el Bien mayor. El Bien mayor es la Cristiandad y el grado más alto la Unidad Católica de la comunidad política. Cuando hay minorías religiosas no católicas, la prudencia política indicará si el Bien mayor es o no posible, y de no serlo, qué grado de Cristiandad menor se puede conservar (confesionalidad católica formal y substancial con libertad o tolerancia religiosa o confesionalidad sólo substancial o de hecho con libertad o tolerancia religiosa). Sólo si el Bien Mayor y los Bienes posibles que conservan la confesionalidad católica de la comunidad política son imposibles de mantener o de instaurar, será lícito aceptar el modelo de laicidad aconfesional respetuosa de la ley natural, de la libertad civil en materia religiosa y de la libertad de la Iglesia Católica.

Pero este modelo (la hipótesis, en terminología previa al Concilio Vaticano II) no será nunca el ideal, y por lo tanto jamás podrá convertirse la hipótesis en tesis, que es precisamente uno de los errores del liberalismo católico ideológico, condenado por los Papas. León XIII lo explicó bien a propósito del ejemplo de los Estados Unidos y del pedido hecho por los Obispos de dicha nación. Además, sería un error engañarse al respecto. Si con la Gracia, aún sigue siendo difícil vivir de acuerdo a la Ley Natural (tanto a nivel individual como social) mucho más lo es si no se reconoce la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo ni se le da culto público a través de la Iglesia Católica. Como bien decía Chesterton, quitad lo sobrenatural y sólo quedará lo que no es natural.

Teniendo en cuenta todo esto, no se puedan dar normas universales en el tiempo y el espacio respecto al bien posible, aunque sí orientaciones que ayuden a juzgar y actuar de acuerdo a una conciencia recta dentro de ciertas circunstancias. Lo que no hay que confundir es la lícita opción por el bien posible con el llamado mal menor, pues nunca se puede elegir un mal para lograr un bien. Lo que sí puede hacerse es, al realizar un acto de suyo bueno o indiferente (objeto), con intención honesta (fin) y en situaciones moralmente lícitas (circunstancias), elegir un bien del que se siga inmediatamente un efecto bueno, aunque pueda producirse un efecto malo no querido. De todo esto se sique la gran importancia que tiene el conocimiento por parte de los católicos de lo esencial y definitivo en materia de Doctrina Social de la Iglesia y también de los principios morales de uso más frecuente (elementos del acto bueno, actos intrínsecamente malos, voluntario indirecto, voluntario in causa, diferencia entre cooperación formal y material con el mal, errores de la llamada moral de situación, etc).

En cuanto a los principios no negociables en la vida política y teniendo en cuenta lo anterior, las exigencias de la Iglesia han variado según lo que era posible o no en distintas épocas, lo que no dispensó nunca a los católicos de estudiar si, en algunos casos, era posible exigir más. Pero lo que no era negociable hace cien años sigue siéndolo ahora, aunque ciertas realidades deban tolerarse (no reprimir un mal menor para evitar un mal mayor), más nunca tenerlas por lícitas. Es así que, respecto de las elecciones, era común antes del Concilio Vaticano II que el Papa y los Obispos exigieran no votar a partidos políticos que fomentaran la separación Iglesia- Estado, el laicismo escolar, el divorcio vincular, la co-educación, etc., además de recordar las ideologías que estaban condenadas total o parcialmente por el Magisterio de la Iglesia (liberalismo, socialismo, comunismo, fascismo, nacional-socialismo) o las sociedades secretas enemigas de la Fe católica y de la Cristiandad (sobre todo, pero no exclusivamente, la Masonería).

Hoy, ante un mundo que, en general, no sólo ha rechazado la Fe sino también en muchos casos la misma Razón natural, el Magisterio de la Iglesia exige a los católicos no votar ni cooperar con partidos o candidatos que se opongan a defender la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, que equiparen la familia fundada en matrimonio heterosexual a otro tipo de convivencias inmorales que el Estado no puede tutelar, que nieguen la libertad de enseñanza de los padres respecto de sus hijos y que no procuren la primacía del bien común político. Como puede advertirse es “el mínimo de los mínimos”, por debajo del cual estaríamos convalidando un tipo de sociedad salvaje que viola sistemáticamente la ley natural mediante la legalización y promoción del aborto, la manipulación de embriones, la eutanasia, la homosexualidad y la ideología de género, el estatismo educativo y fines contrarios a la naturaleza propia de la comunidad política (razón de estado, voluntad general, libertades individuales absolutas, raza, etc.).

¿Es lícito colaborar con movimientos semi-contrarrevolucionarios?

En relación a este punto, vale la pena seguir lo enseñado por el Dr. Plinio Correa de Oliveira en su clásico libro Revolución y Contra-Revolución:“Ciertos espíritus marcados por esa Revolución interior podrán tal vez, por algún juego de circunstancias y de coincidencias, como una educación en un medio fuertemente tradicionalista y moralizado, conservar en uno o en muchos puntos una actitud contra-revolucionaria. Sin embargo, en la mentalidad de estos ´semi-contrarevolucionarios´ se habrá entronizado el espíritu de la Revolución. Y en un pueblo donde la mayoría esté en tal estado de alma, la Revolución será incoercible mientras éste no cambie. Así, la unidad de la Revolución trae, como contrapartida, que el contra-revolucionario auténtico sólo podrá serlo totalmente. En cuanto a los “semi-contra-revolucionarios” en cuya alma comienza a vacilar el ídolo de la Revolución, la situación es un tanto diversa (…) Fuera de la Iglesia no existe auténtica Contra-Revolución.

Pero podemos admitir que, por ejemplo, determinados protestantes o musulmanes se encuentren en el estado de alma de quien comienza a percibir toda la malicia de la Revolución y a tomar posición contra ella. De personas así es de esperar que lleguen a oponer a la Revolución barreras a veces muy importantes: si correspondieren a la gracia, podrán volverse católicos excelentes y, por tanto, contrarevolucionarios eficientes. Mientras no lo fueren, en todo caso crean obstáculos en alguna medida a la Revolución y pueden hasta hacerla retroceder. En el sentido pleno y verdadero de la palabra, ellos no son contra-revolucionarios. Pero se puede y hasta se debe aprovechar su cooperación, con el cuidado que, según las directrices de la Iglesia, tal cooperación exige. Particularmente deben ser tomados en cuenta por los católicos los peligros inherentes a las asociaciones interconfesionales, según sabiamente advirtió San Pío X (…) El mejor apostolado llamado ´de conquista´ debe tener por objeto esos no católicos de tendencias contra-revolucionarias".

En un sentido similar se pronunció Jean Ousset en Para que Él reine, aceptando como excepción la cooperación con ciertos heterodoxos honestos, pero siempre que sea realizada en función de objetivos moralmente sanos, con medios lícitos y bajo el marco axiológico de la Doctrina Social de la Iglesia, que es normativa para los católicos y una autoridad moral cualificada para los no católicos. Fuera de esos criterios, toda acción se torna moralmente peligrosa y a la larga, además, ineficaz. Como sostenía el Dr. Héctor H. Hernández, representante egregio de la Escuela Argentina de Derecho Natural y Cristiano, acuerdos prácticos sin la aceptación de un fundamento filosófico y teológico común, terminan en fracasos, dado que dicho fundamento tiene un carácter constitutivo y configurador de los bienes a defender. Basta recordar que, aun si el marco axiológico común es el mínimo, el de la Ley Natural, su comprensión y alcances no serán los mismos si los iusnaturalistas son individualistas, personalistas o solidaristas de corte tomista clásico.

De todos modos, y en tanto esos acuerdos se refieran a bienes concretos, la prudencia política iluminada por la Fe e informada por la Caridad es la que nos indicará en cada caso la licitud o no de la cooperación. Por eso es que la Iglesia no ha prohibido la actuación de los católicos en movimientos o partidos cuyas ideas habían sido parcialmente condenadas (explícita o implícitamente) como sucedió con ciertas corrientes liberal-conservadoras, con el “nacionalismo integral” de la Acción Francesa, con el Fascismo italiano, con el Justicialismo y ciertos nacionalismos de tercera posición, con la Democracia Cristiana, entre otros. El Papa Juan XXIII hizo además una sabia distinción: “Es también completamente necesario distinguir entre las teorías filosóficas falsas sobre la naturaleza, el origen, el fin del mundo y del hombre y las corrientes de carácter económico y social, cultural o político, aunque tales corrientes tengan su origen e impulso en tales teorías filosóficas. Porque una doctrina, cuando ha sido elaborada y definida, ya no cambia. Por el contrario, las corrientes referidas, al desenvolverse en medio de condiciones mudables, se hallan sujetas por fuerza a una continua mudanza. Por lo demás, ¿quién puede negar que, en la medida en que tales corrientes se ajusten a los dictados de la recta razón y reflejen fielmente las justas aspiraciones del hombre, puedan tener elementos moralmente positivos dignos de aprobación?” Pero esa cooperación, en el caso de ser necesaria, exige por parte de los católicos una buena formación doctrinal-religiosa, una vida cristiana virtuosa y una cuidadosa prevención frente a los errores que en tales corrientes políticas puedan subsistir.

¿Por qué es ingenuo pretender restaurar la Cristiandad desde la democracia moderna?

La democracia en su formulación moderna, sea la individualista de Locke, la relativista de Rousseu, la igualitarista de Le Sillon, la personalista de Maritain, la comunista de Lenin o la neo o post marxista de la Nueva Izquierda, es incompatible con el Orden Natural y Cristiano. Sea por los mencionados errores teóricos y por el laicismo (moderado o radicalizado) común a todos, así como por sus condicionamientos históricos, mediáticos, financieros y geopolíticos, sólo un ingenuo, un ignorante o un cómplice, podría pensar que se pueda “cambiar el sistema desde adentro” o que sea un instrumento útil para la restauración de la Cristiandad.

La soberanía popular que niega el origen divino de la autoridad, el indiferentismo religioso y la explícita negación de la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo, el monopolio de la representación por parte de los partidos políticos, la negación de derechos de representación ante el poder político a los cuerpos intermedios, el electoralismo que induce fácilmente a la corrupción, el sufragio moderno (calificado o universal), la no obligatoriedad de cumplir con las plataformas electorales, las decisiones tomadas por disciplina partidaria aún contra la propia conciencia, la ausencia de vínculos directos entre representantes y representados, la primacía de la cantidad sobre la calidad, la ausencia de requisitos de idoneidad concretos para ocupar cargos públicos, la tendencia a la demagogia y a convertir la democracia en regla según la cual exigir cambios en instituciones y comunidades de suyo jerárquicas (como la familia, la patria o la Iglesia), entre muchas otras cuestiones, impiden pensar con seriedad en que tamaña perversión política pueda servir para alcanzar el bien común político.

Es verdad que la Doctrina Social de la Iglesia no ha condenado en el plano de las instituciones la democracia constitucional, la división de poderes, el control de constitucionalidad, los partidos políticos o el sufragio, pero sí ha exigido una enorme serie de condiciones que nada tienen que ver con la democracia moderna tal como de hecho o de derecho se la practica, sea en regímenes monárquicos o republicanos, desde 1688 en Inglaterra hasta la actualidad. Basta leer al respecto lo enseñado por Papas como León XIII, San Pío X, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Pero estos problemas de la democracia, sea liberal (Locke- Tocqueville) o totalitaria (Rousseau- Marx) no han impedido que la Iglesia permita o aún aliente a los católicos a participar dentro de este sistema para defender las libertades concretas (de las personas, las familias y los cuerpos intermedios) así como también los derechos de la Patria, de la Cristiandad y de la Iglesia.

Pero cualquiera que tenga un mínimo conocimiento teórico y práctico de este asunto, sabrá que lo máximo que se puede esperar de esta participación es frenar ciertos males parciales o alcanzar algunos bienes también parciales. Más allá de hecho, si la democracia moderna retorna alguna vez a los principios y normas de un régimen político respetuoso del Orden Natural y Cristiano, no será por aplicación de sus mecanismos sino como fruto de una profunda batalla cultural y teológica que la elimine en la modalidad ideológicamente moderna que ahora tiene.

¿En qué medida se podría entrar en el juego de la democracia moderna, siendo un sistema intrínsecamente perverso? ¿Estaría permitido que los católicos luchen dentro de este sistema para alcanzar algunos bienes y frenar algunos males?

Una participación responsable (justificada como cooperación material, no formal, respecto de la perversión democrática), motivada por fines honestos y realizada con medios lícitos, puede ayudar a conseguir victorias en asuntos importantes y de allí la insistencia del Magisterio de la Iglesia en que los católicos participen dentro del sistema, aunque no hacerlo como manifestación explícita de repudio al mismo en el marco de una acción concreta por el bien común político también puede ser una opción lícita. En ambos casos, el empeño principal debe estar puesto en trabajar por la restauración del Orden Natural y Cristiano dentro de instituciones naturales como son la familia, el municipio, la corporación profesional y todo el mundo de la educación y la cultura, procurando “ordenar según Dios los asuntos temporales”, misión específica de los laicos, como bien enseña el Concilio Vaticano II.

Por eso decía San Pío X:“Lo bueno y lo honesto que hagan, digan y sostengan los afiliados a cualquier partido y las personas que ejerzan autoridad puede y debe ser aprobado y apoyado por todos los que se precian de buenos católicos y buenos ciudadanos, no solamente en privado, sino en las Cortes, en las Diputaciones, en los Municipios y en todo el orden social. La abstención y oposición a priori están reñidas con el amor que debemos a la Religión y a la Patria (…) «En las elecciones (actuaremos), apoyando no solamente nuestros candidatos siempre que sea posible vistas las condiciones del tiempo, región y circunstancias, sino aun a todos demás que se presenten con garantías para la Religión y la Patria», teniendo siempre a la vista el que salgan elegidas el mayor número posible de personas dignas, donde se pueda, sea cual fuere su procedencia, combinando generosamente nuestras fuerzas con las de otros partidos y de toda suerte de personas para este nobilísimo fin.

«Donde esto no es posible, nos uniremos con prudente gradación con todos los que voten por los menos indignos», exigiéndoles las mayores garantías posibles para promover el bien y evitar el mal. Abstenernos no conviene, ni es cosa laudable, y, salvo tal vez algún rarísimo caso de esfuerzos totalmente inútiles, se traduce por sus fatales efectos en una casi traición a la Religión y a la Patria. Este mismo sistema seguiremos en las Cortes, en las Diputaciones y en los Municipios en los demás actos de la vida pública (…) Cuando las circunstancias nos lleven a votar por candidatos menos dignos, o entre indignos por los menos indignos, o por enmiendas que disminuyan el efecto de las leyes, cuya exclusión no podemos lograr ni esperar, una leal y prudente explicación de nuestro voto justificará nuestra intervención. En las cosas dudosas que directa o indirectamente se refieren a asuntos religiosos, consultaremos nuestras dudas con los Prelados” (San Pío X, Mensaje a los católicos españoles, El Siglo Futuro, 30 de enero de 1909).

En continuidad con estas enseñanzas y aplicándolas a las circunstancias actuales, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (en tiempos de Juan Pablo II y con la firma del entonces Cardenal Ratzinger) publicó una Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y a la conducta de los católicos en la vida política. Se afirmaba en la misma: “La legítima pluralidad de opciones temporales mantiene íntegra la matriz de la que proviene el compromiso de los católicos en la política, que hace referencia directa a la doctrina moral y social cristiana. Sobre esta enseñanza los laicos católicos están obligados a confrontarse siempre para tener la certeza de que la propia participación en la vida política esté caracterizada por una coherente responsabilidad hacia las realidades temporales (…) Los católicos, en esta grave circunstancia, tienen el derecho y el deber de intervenir para recordar el sentido más profundo de la vida y la responsabilidad que todos tienen ante ella (…) Cuando la acción política tiene que ver con principios morales que no admiten derogaciones, excepciones o compromiso alguno, es cuando el empeño de los católicos se hace más evidente y cargado de responsabilidad.

Ante estas exigencias éticas fundamentales e irrenunciables, en efecto, los creyentes deben saber que está en juego la esencia del orden moral, que concierne al bien integral de la persona. Este es el caso de las leyes civiles en materia de aborto y eutanasia (…), que deben tutelar el derecho primario a la vida desde de su concepción hasta su término natural. Del mismo modo, hay que insistir en el deber de respetar y proteger los derechos del embrión humano. Análogamente, debe ser salvaguardada la tutela y la promoción de la familia, fundada en el matrimonio monogámico entre personas de sexo opuesto y protegida en su unidad y estabilidad, frente a las leyes modernas sobre el divorcio. A la familia no pueden ser jurídicamente equiparadas otras formas de convivencia, ni éstas pueden recibir, en cuánto tales, reconocimiento legal. Así también, la libertad de los padres en la educación de sus hijos es un derecho inalienable (…) Del mismo modo, se debe pensar en la tutela social de los menores y en la liberación de las víctimas de las modernas formas de esclavitud (piénsese, por ejemplo, en la droga y la explotación de la prostitución).

No puede quedar fuera de este elenco el derecho a la libertad religiosa y el desarrollo de una economía que esté al servicio de la persona y del bien común, en el respeto de la justicia social, del principio de solidaridad humana y de subsidiariedad, según el cual deben ser reconocidos, respetados y promovidos «los derechos de las personas, de las familias y de las asociaciones, así como su ejercicio». Finalmente, cómo no contemplar entre los citados ejemplos el gran tema de la paz (…) La paz es siempre «obra de la justicia y efecto de la caridad»; exige el rechazo radical y absoluto de la violencia y el terrorismo, y requiere un compromiso constante y vigilante por parte de los que tienen la responsabilidad política (…) La frecuentemente referencia a la “laicidad”, que debería guiar el compromiso de los católicos, requiere una clarificación no solamente terminológica. La promoción en conciencia del bien común de la sociedad política no tiene nada qué ver con (…) la intolerancia religiosa (…)

Una cuestión completamente diferente es el derecho-deber que tienen los ciudadanos católicos, como todos los demás, de buscar sinceramente la verdad y promover y defender, con medios lícitos, las verdades morales sobre la vida social, la justicia, la libertad, el respeto a la vida y todos los demás derechos de la persona (…) Sería un error confundir la justa autonomía que los católicos deben asumir en política, con la reivindicación de un principio que prescinda de la enseñanza moral y social de la Iglesia”. Sobre una recta noción de sana laicidad (en línea con lo enseñado por Pío XII y que no se identifica necesariamente con la llamada “laicidad aconfesional”), así como la mejora que el Catecismo de la Iglesia Católica hizo respecto del discutido concepto de libertad religiosa y sus límites (remitiendo en gran parte a los documentos magisteriales más antiliberales y antimodernos), podemos escribir otro día, pues son temas que exigen más espacio que el permitido para un reportaje como el presente.

Por Javier Navascués

16 comentarios

  
Juan Mariner
Los principios innegociables que recordó Benedicto XVI son autosuficientes, pero la Democracia Cristiana vaticana lo sigue inundando todo de inmundicia.
23/08/23 12:23 PM
  
Masivo
Prefiero la palabra "reaccionario" a "contrarrevolucionario".

El entrevistado es de una minuciosidad poco común. Muy buena exposición.
23/08/23 3:39 PM
  
Pedro de Torrejón
Jesucristo es el Rey del Reino de Dios ,y el Rey del Universo.

San Agustín dice :" Señor , nos has creado para Tí,y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en Tí "

El Universo fue creado por Dios para la vida ; y de manera especial para los seres humanos creados a la imagen y semejanza de Dios. La tierra fue creada para ser habitada en condiciones paradisíacas ; pero solamente con el Gobierno de Dios.

El hombre y la mujer creados por Dios,rechazaron ser gobernados por el Creador para gobernarse así mismos. Y desde entonces la humanidad está inquieta dando palos de ciego con los sucesivos imperios, regímenes políticos y gobiernos. Y no encontraremos la verdadera Paz , Justicia ,y Felicidad ; hasta que el Señor Jesucristo venga a juzgar a todos los gobiernos y naciones de la tierra,e instaure su Reino en todo el planeta.

Tienen razón los Padres de la Iglesia : es un grave error negar a Jesucristo como Rey !!!
23/08/23 5:35 PM
  
Federico Ma.
«In medio stat virtus».

Muy bueno y claro. Muchas gracias, Fernando.

En efecto, la «tesis» enuncia algo debido, como dice el p. Garrigou-Lagrange: «la tesis enuncia el fin que se ha de obtener, a saber, la verdadera religión debe ser abrazada por todos, no sólo individualmente, sino también socialmente. Mas para la consecución de este fin se deben considerar las circunstancias. Y por eso, en un caso particular o per accidens, la prudencia puede dictar que se debe tolerar algún mal para evitar un mal mayor. Pero no podemos considerar la tesis antedicha como un ideal meramente especulativo y que ha de ser dejado de lado en la práctica, porque esto sería apartarse del fin que se debe conseguir». De allí que, también dice este gran teólogo, «a causa del abuso de la distinción entre tesis e hipótesis, muchos teólogos, con razón, la substituyen por la distinción entre el fin y los medios que son aquí y ahora oportunos para el fin, según el juicio de la prudencia» (De Revelatione, concl.).

En cuanto a la frase «…no necesariamente relacionada con los documentos magisteriales del Concilio Vaticano II», parece que sería mejor decir: «no relacionada con la correcta interpretación de los documentos magisteriales del Concilio Vaticano II».
23/08/23 7:52 PM
  
Yousef
Excelente entrevista. Vale la pena refinar los conceptos para todos. Muchas felicidades. Apropiado uso de los términos. Me gusta que hizo las salvedades del Concilio y dio la advertencia tacita de mantenerse alejados de los documentos esos. P.S. Pensar que el Concilio y sus "problemas" se basan en una "mala interpretación", es ser totalmente iluso, soñar con falsedades, y defender lo indefendible.
23/08/23 11:38 PM
  
Esperanza
Dice en un libro de oraciones:
Jesucristo es Rey y lo Es ante todo en el altar.
En el Sacramento de la Eucaristía opera su obra de santificación en las almas, forma de continuo en la Iglesia su "Cuerpo Místico " que un día trasladará al Reino del Padre para tomar parte en el magno concierto de alabanzas que sin cesar se tributa a la Trinidad Beatísima en el Cielo.
!!Viva Cristo Rey¡¡
24/08/23 1:45 AM
  
Federico Ma.
Si así fuera, no se citaría al Catecismo del Concilio Vaticano II, Yousef. En efecto, el Catecismo de la Iglesia Católica lo es. Así que a repasar quién anda "soñando falsedades"...

Por lo demás, hablando de "contrarrevolución católica", el que rechaza el Concilio, de católico tiene poco y nada. Y el entrevistado está bien lejos de hacerlo.
24/08/23 1:46 AM
  
Urbel
Lo menos que puede decirse es que la doctrina del reinado social de Cristo está ausente de los documentos del concilio Vaticano II.

Cierto que un concilio ecuménico no tiene por qué recordar todas las verdades católicas. Pero este silencio del Vaticano II es clamoroso tratándose de un concilio general cuyos documentos son tan numerosos y extensos.

Es más, la realeza social de Cristo se desconoce u oculta en dos pasajes donde afirmarla habría venido naturalmente al punto. De manera que, implícitamente, se la niega. Lo cual ha contribuido a su olvido en el posconcilio.
24/08/23 9:13 AM
  
Urbel
En primer lugar en el número 36 de la constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la autonomía de lo temporal.

Donde se establece como límite a la misma que “cuantos creen en Dios, sea cual fuere su religión, escucharon siempre la manifestación de la voz de Dios en el lenguaje de la creación”.

Es decir, el sometimiento al orden natural creado por Dios.

Pero nada se dice sobre el sometimiento, en el orden sobrenatural, a la única religión verdadera y la única Iglesia de Cristo.

Tanto como decir que el orden de las sociedades humanas es un orden exclusivamente natural, que debe definirse en su relación con el Creador, autor de la naturaleza, y no con el Dios trinitario, autor de la vida sobrenatural de la gracia, no con Cristo Rey y su Iglesia.

24/08/23 9:23 AM
  
Urbel
En segundo lugar, en el número 6 de la declaración Dignitatis humanae sobre la libertad religiosa.

Cierto que esta declaración comienza afirmando que deja intacta la tradicional doctrina católica sobre "el deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo".

Pero en el número 6 establece:

"Si, en atención a las peculiares circunstancias de los pueblos, una comunidad religiosa es especialmente reconocida en la ordenación jurídica de la sociedad, es necesario que al mismo tiempo se reconozca y respete el derecho a la libertad de todos los ciudadanos y comunidades religiosas."

Estos términos son indignos de la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo, ya que son exactamente los mismos aplicables a cualquier confesionalidad del Estado, fuese la propia del reconocimiento del reinado social de Cristo, fuesen las múltiples y variadas del reconocimiento de falsas religiones del mundo.

Además, con la característica ambivalencia conciliar, en el mismo lugar se excluye radicalmente toda discriminación por motivos religiosos:

"La autoridad civil debe proveer a que la igualdad jurídica de los ciudadanos, la cual pertenece al bien común de la sociedad, jamás, ni abierta ni ocultamente, sea lesionada por motivos religiosos ni que se establezca entre ellos ninguna discriminación."

¿Cómo cabría otorgar especial reconocimiento a la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo, sin establecer discriminación alguna respecto de las demás?
24/08/23 9:47 AM
  
Urbel
Por lo que, coherentemente, Pablo VI extrajo la conclusión ineludible el mismo día de la clausura del concilio:

“¿Y qué pide ella de vosotros, esa Iglesia, después de casi dos mil años de vicisitudes de todas clases en sus relaciones con vosotros, las potencias de la tierra, qué os pide hoy?

Os lo dice en uno de los textos de mayor importancia de su Concilio: no os pide más que la libertad: la libertad de creer y de predicar su fe; la libertad de amar a su Dios y servirlo; la libertad de vivir y de llevar a los hombres su mensaje de vida.”

(Pablo VI, Mensajes del Concilio a la Humanidad, Mensaje a los gobernantes, 8 de diciembre de 1965, núm. 4).

Nada más que libertad para la Iglesia.

Ningún servicio del Estado a la realeza de Jesucristo.
24/08/23 9:52 AM
  
Federico Ma.
"Lo menos que puede decirse es que la doctrina del reinado social de Cristo está ausente de los documentos del concilio Vaticano II".

No deja de ser curioso que el mismo que afirma eso es el que cita el siguiente pasaje de dicho Concilio:

"...deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo" (DH, n. 1).

Claro que entonces "lo menos que puede decirse" es que lo primero que se dijo no es correcto.

El poder de argumentación de algunos filolefebvrianos es pasmoso.
24/08/23 5:19 PM
  
Urbel
¡Bravo! Ahora puede usted demostrar que el círculo es cuadrado.

Que se puede dejar intacta la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo (entendido tal deber como exigiendo el reinado social de Cristo), poner en el mismo plano el reconocimiento político de la verdadera religión y de las falsas religiones del mundo y afirmar que la Iglesia no pide a los Estados más que la libertad.

Cierto que con la frase en cuestión, añadida a Dignitatis humanae en la recta final de la deliberación por la propia mano de Pablo VI, se quiso conseguir y de hecho se consiguió recabar el voto favorable de algunos beneméritos obispos defensores del reinado social de Cristo.

Pero autores como Martin Rhonheimer, profesor de filosofía en la Universidad romana de la Santa Cruz, niegan que tales deber moral de las sociedades equivalga al reinado social de Cristo. El texto conciliar deja lugar a interpretación difícil y, desde luego, está muy lejos de la claridad de la encíclica Quas primas (1925) de Pío XI.

Después de demostrar que el círculo es cuadrado, nos toca escalar el Everest a nuestros años. Yo soy incapaz de lo uno y de lo otro.
24/08/23 8:11 PM
  
Gus
"Una gran parte del Catolicismo moderno (sobre todo en España y aledaños) se ha edificado sobre el Concilio de Trento más que sobre el Evangelio; es decir, se ha configurado en contra del Protestantismo, lo cual comporta una especie de imitación subconsciente. No se mueve libre­mente el que esgrime contra otro: depende del otro en sus movi­mientos".
Me encantó esto, es una visión clarísima de un error difícil de explicar tan claramente! Chapeaux
27/08/23 9:43 PM
  
Federico Ma.
«…adstruunt non comperta, sed sua».

Antes se tiene que mostrar que se propone un círculo cuadrado, como mal dice.

Antes no veía Ud. lo que dice el Concilio. Ahora parece que ve lo que no dice.

La Iglesia pide y exige, a lo menos, inmunidad de coacción en un contexto pluriconfesional, en el que no se puede de hecho, actualmente, exigir confesionalidad, que es el fin o ideal (tesis), conforme a la doctrina tradicional católica que dice el Concilio guardar. Si el Estado ha de reprimir las manifestaciones de cultos falsos, siempre y cuando no resulten de ello peores consecuencias, ello se debe no a la finalidad que persigue el mismo Estado de suyo en cuanto sociedad política, que es el bien común temporal, de orden natural, sino en cuanto puesto al servicio de la Iglesia, de la verdadera religión, de orden sobrenatural. Es por un fin que lo trasciende por el que el Estado o sociedad política puede y debe reprimir tales cultos, servatis servandis. Ergo, «laicizado» el mismo de hecho, no goza ya de tal función. De modo que los ciudadanos pueden por tanto exigir, dentro de los límites debidos, inmunidad de coacción en materia religiosa.

Ni la intención de san Pablo VI ni su proceder concreto ni lo que dice un profesor universitario forman parte del Magisterio de la Iglesia.

En todo caso, parece que a la amplia mayoría de obispos que firmó la DH se les pasó por alto esa, a su entender, «contradicción», y en una Declaración tan breve.

De cualquier manera, el Catecismo del Concilio Vaticano II, al cual cita el entrevistado, es claro y refiere expresamente a la Quas primas , a la Immortale Dei y a la Quanta cura.
27/08/23 11:24 PM
  
Jenny
Yo no voy a votar por nadie que sea o progre marxista o liberal como Milei.
MIlei no hara nada nuevo ni podra cambiar lo mal que esta Argentina tanto economica como moralmente y menos moralmente.
02/09/23 8:34 AM

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22.08.23

Antonio Peláez, director de Mirando al Cielo, sobre la vida de San José Sánchez del Río, analiza la película

Antonio Peláez, estudió cinematografía en la ciudad de Los Ángeles, incursionando más tarde en Hollywood como escritor, productor y director. En Sunset & Gower Studios, produjo y dirigió más de 260 horas de televisión con el programa “Hombre Nuevo” para el canal KIHS Televisión. Escribió y dirigió su primera película de largometraje “Crystalstone”, distribuida por Disney y ganadora de 7 premios internacionales como mejor película y mejor ópera prima: The Golden Award Houston International Film Festival, The Golden Halo Award California Motion Picture, The Golden Award of Excellence of Film Advisory Board, The Golden Award Academy Family Films and The Golden Award of The 20th y Festival of The Americas.

2001: Escribió y dirigió “Xplorando”, una serie de televisión de trece programas de aventuras para el Disney Channel, premiada por la UNESCO por su contenido y valores de producción y adquirida posteriormente por MVS y Televisa. 2007: Escribió y dirigió “Cuando las cosas suceden”, nominada a tres Diosas de Plata. 2010: Produjo, escribió y dirigió “1531”, un docudrama histórico sobre el Acontecimiento Guadalupano. A finales del 2011 el documental fue doblado y subtitulado comenzando su comercialización internacional. 2016: Produjo, escribió y dirigió “Testigos”, un docudrama que nos presenta la respuesta a la pregunta que Jesús les hiciera a un grupo de amigos: “Y ustedes, ¿quień dicen que soy yo…?” 2021 produjo, escribió, dirigió y editó “Mirando al Cielo”, un drama épico basado en un hecho de la vida real, sobre la vida de José Sánchez del Río, un niño mártir de la persecución religiosa en México. 2022: Recibió el premio católico al comunicador “José Ruiz Medrano", otorgado por la Arquidiócesis de Guadalajara.

Junto con su esposa Laura Díaz fundó Mediaquest, casa productora de cine y televisión. A lo largo de su trayectoria, la compañía ha realizado también proyectos de entretenimiento, corporativos y comerciales, para compañías como: Disney, MGM, Televisa, MVS, Cinepolis, Organización Ramírez, Camino Real, Quinta Real, Altos Hornos de México, Ferrocarriles Mexicanos, Aceros Corey, Laboratorios Pisa, Grupo Anderson’s, Tres Marías, Real del Mar Resort, CMIC, etc.

¿Por qué una película sobre San José Sánchez del Río?

La vida de San José Sánchez del Río, tiene todos los ingredientes de una historia para ser llevada a la pantalla grande. Es la historia de un joven de 13 años, que esta llena de fe, aventura, familia y coherencia de vida; un joven que a su corta edad, cree profundamente en las promesas de Jesucristo que hablan de un verdadero amor, de un Cielo que será la vida eterna y que comprende que la razón de su vida es la de llegar al Cielo que Jesucristo prometió. “Mirando al Cielo”, no es únicamente una película que entretiene al espectador a través de los paisajes y acontecimientos que presentan la guerra cristera en México, durante la persecución religiosa de los años 1926 a 1929, sino también es una película que cuestionará su fe y conmoverá su corazón.

¿Por qué el título Mirando al Cielo condensa en tres palabras lo que fue su vida?

El Cielo no es únicamente una maravillosa bóveda celeste que se encuentra sobre nosotros y que podemos ver de cualquier parte y a cualquier hora del día. José Sánchez del Río, al igual que muchos otros santos, reconoció que el Cielo es un destino creado por Dios, para que el hombre pueda vivir eternamente feliz en su presencia. Es por ello, que nunca debemos de dejar de mirar al Cielo a lo largo de nuestras vidas, porque es ahí donde se encuentran las respuestas y la autentica felicidad.

¿En qué medida los cristeros suponen un ejemplo eximio de la lucha por el Reinado Social de Cristo?

Los cristeros, como cualquier otra persona que entrega su vida por Dios, fueron un ejemplo de amor y generosidad por el Reino de Dios. Los mártires, como muchos cristeros, entregaron su vida por amor a Dios y a la Iglesia en un segundo, pero hay sacerdotes y religiosos que entregan sus vidas día tras día, durante toda una vida.

¿Por qué el santo es un modelo eximio para la juventud actual?

Los jóvenes en la actualidad están muy influenciados por los héroes que ven a través de la música y la televisión, héroes de ficción y que están muy lejos de la realidad. Los santos, como San José Sánchez del Río, son héroes de carne y hueso, que no únicamente enaltecen la dignidad del ser humano, sino dejan ver a través de su presencia y testimonio, la existencia de Dios.

¿Qué virtudes destacaría de él?

Detrás de un Santo, siempre habrá una familia. Pienso que muchas de las virtudes de este joven fueron aprendidas en casa a través del ejemplo de sus padres, de la lectura de las Escrituras, y sin duda de la oración. Esas virtudes que salen a la luz en los momentos difíciles, cuando la vida nos pone a prueba, y que en su mayoría se encuentran reunidas en una coherencia de vida dentro de lo que se cree y se vive.

José es un ejemplo de grandes virtudes que se aprecian, de forma natural, en el filme; como la oración, coherencia de vida, el valor de la familia, la humildad, la vocación, el espíritu de servicio, el celo apostólico y evangelización, la valentía, el valor de la amistad, el perdón y la perseverancia final.

¿Qué ha supuesto para usted espiritualmente dirigir la película?

Siempre he dicho que el cine es una suma de talentos. Pero si hablamos de mi experiencia personal, diría que todo comenzó en una hoja en blanco; cuando comencé a escribir el guion de “Mirando al Cielo”. Cada una de las palabras que iba escribiendo, estaban inspiradas en la vida de un niño muchos años menor que yo, que su vida y su historia le daban un sentido nuevo a mi vida y a mi profesión como cineasta. Mientras más conocía a este niño, más me daba cuenta de todo lo que yo había dejado de hacer por miedo y descubría cómo el amor a Dios tiene dimensiones mucho mayores a las que yo estaba acostumbrado a pensar, de lo que es vivir en humildad y generosidad hacia los demás. Me enseñó, que al Reino de Dios hay que defenderlo en todo momento, con los amigos, en el trabajo e incluso dentro de la misma familia, que no tenemos que dar la vida para hacerlo, y me enseñó que nunca debo dejar de mirar al Cielo.

¿Cómo fue el proceso de selección de actores, localizaciones y el tratar de ser fieles a la verdadera historia?

El proceso de la selección de actores y localizaciones, conlleva la gran responsabilidad de lo que se verá, se escuchará y se sentirá al ver la película. Fue un proceso que se fue dando en compañía de la oración, y en compañía de una de las personas que más he amado en mi vida, que es mi esposa Laura, quien además es la productora ejecutiva de la película. Todo ello, ha hecho de esta etapa conocida como la preproducción, que haya sido algo maravilloso e inolvidable. Finalmente, cada lugar y cada personaje de la película adquieren la misma importancia, ya que ninguno es más importante que otro y todos son indispensables para poder contar correctamente una historia. Como dato vivencial, podría añadir que durante todo el rodaje siempre predominó la humildad y la generosidad de parte de todos, el compromiso de dar lo mejor de cada uno, y lo digo no únicamente de lo que se puede ver en la pantalla, sino por todas las maravillosas personas que estuvieron detrás de cámara y que se podría pensar que no se ven, pero que están ahí y estarán para siempre en esta película.

Siempre hay un toque personal del director…¿Qué ha puesto usted de su mirada?

La verdad es que yo dirigía…pero los demás hacían lo más importante: darle vida a unas cuantas letras escritas en un libreto cinematográfico que, incluso con ciertas concesiones cinematográficas, buscaban ser lo más fiel posible a la historia para poder contar a través de imágenes lo que verdaderamente sucedió.

¿Qué frutos espirituales esperan que siga teniendo la película en todo el mundo?

La película se ha visto tanto en Estados Unidos como en México, y la respuesta de la gente le ha hecho justicia a la vida que entregó este adolescente santo…Es muy difícil poder describir con palabras la variedad de testimonios que hemos recibido tanto de niños, jóvenes y adultos. Sin duda la mayor satisfacción que sentimos Laura y yo, al igual que todo el equipo que ha trabajado hombro con hombro con nosotros en la promoción de la película, es la de haber sido instrumentos para poder llevar esta historia a mucha gente. Puedo decir con admiración y mucha alegría, que San José Sánchez del Río ha podido tocar los corazones de chicos y grandes sin importar sexo o edad, y eso es la mayor satisfacción que un contador de historias, como yo, puede llegar a sentir.

¿Por qué merece la pena ir al cine a ver esta película?

Merece la pena ir al cine a ver “Mirando al cielo”, porque además de pasar un momento entretenido y muy especial, van a tener la oportunidad de más que ver una película, experimentar una historia que da mucho para reflexionar y seguramente también para poder hablar con los demás. Te vas a reír, también vas a llorar, pero te aseguro que a pesar de ser la vida de un niño mártir, saldrás muy contento del cine, con el deseo de hacer algo más por tu vida y por el Reino de Dios.

Aprovecho para recordar que en el enlace mirandoalcielo.es los interesados pueden pedirla en su ciudad.

Por Javier Navascués

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21.08.23

Del reiki y convertir su casa en un templo budista a ser una virgen consagrada al servicio de la Iglesia

Rosa María Ramírez Montero. Estudió auxiliar de clínica, técnico en emergencias sanitarias y su especialidad es acompañar a los enfermos terminales. Aunque durante más de 13 años se dedicó a trabajar como quiromasajista y ya se metió de lleno en todas las terapias alternativas y cayó en el reiki.

Tras tener el encuentro con Dios, se dedicó a cuidar enfermos y acompañarlos en los últimos momentos. la El pasado domingo 11 de Junio de 2023, día del Corpus Christi, tuvo lugar la solemne ceremonia en donde pasaba a ser oficialmente virgen consagrada al servicio de la Diócesis de Asidonia-Jerez. Desempeña varias labores de servicio, acompañando a personas mayores que se encuentran solas, alentando a los jóvenes, formando a los niños y allí donde se le requiere.

¿En qué momento de su vida se alejó de Dios?

Entre los 12 y 18 años cantaba en la Coral del Carmen de Jerez e iba junto con mis hermanos a misa diaria. Luego pasé al lado contrario, tras entrar en otro instituto, mis padres se separan y empiezo a alejarme a pasos de gigante de Dios, de la Iglesia y de la Coral. A entrar en edad “tonta”, si no tienes una buena raíz, te olvidas de Dios y el mundo absorbe.

¿mo fue cayendo en el reiki incluso hasta hacerlo una forma de vida?

Trasla muerte repentina de mi hermano en un accidente de tráfico, empecé a tener ataques continuos de ansiedad y depresión. Me sentía sola e incomprendida, pero a la vez nunca pedía ayuda, siempre decía: “no necesito a nadie”. Y eso, me hacía más daño y me hundía más.

Como mi trabajo era dar masajes, tras oír hablar del reiki, pensé: “esto es maravilloso”, pensando que ayudaba a todo el mundo. Empecé a hacer cursos para formarme hasta llegar a la maestría. Hice talleres, retiros de todas las terapias alternativas que salían y así fue como mi vida fue cambiando. Incluso convertí mi casa en un templo budista.

¿Cuándo empezó a intuir que estaba viviendo una mentira?

Cuando me inicié en primer grado de reiki en el 2004, tuve una experiencia en la cual pasé mucho miedo. Se me presentó un ser, que al principio pensé que era un ángel, pero no era así, diciéndome: Dios no está contigo.

Y yo en vez de salir corriendo y dejar todas estas terapias, me metí más de cabeza en todas, pensando que así sanaría mis heridas, miedos y complejos.

Impartiendo las clases de yoga, leí libros en los cuales hablaba de un tal Jesús de Nazaret, pero como un simple maestro, eso empecé a verlo raro. A la vez, tenía más y más visiones de unos seres que venían de noche, pasaba mucho miedo, y cada vez iba la cosa a peor. No se lo contaba a nadie por miedo a que me tachasen de loca.

¿Cuándo empezó a cambiar la cosa?

El que había sido mi primer maestro de reiki en el 2015 me llamó y me dijo: Rosa, hemos estado haciendo el mal pensando que ayudábamos a la gente. Quedamos para hablar en persona y ahí conocí a una ex maestra de yoga y me preguntó:

¿Tú ves cosas verdad? Empecé a llorar y le conté todo lo que me estaba pasando durante tanto tiempo. Mi madre en más de una ocasión me aconsejaba hablar con algún sacerdote, pero mi orgullo y soberbia no me permitía entrar ni en una Iglesia.

¿mo fue el momento de su conversión?

Como pasaba tanto miedo empecé a acordarme de mi adolescencia en la Coral, así que comecné a rezar el rosario y cuanto más rezaba más paz sentía en mi alma.

En abril del 2016 Juan, el que fue mi maestro de reiki, dio su primera conferencia sobre new age y peligros que acechan nuestra fe. Esa conferencia me abrió los ojos. Dejé de practicar todas las terapias y hablé con un sacerdote que me dio una oración de liberación y tras hacerla durante nueve días, me llevó a un retiro y ahí fue cuando tuve mi encuentro personal con Dios.

¿Qué experimentó rezando a solas ante Jesús Sacramentado?

En el retiro, por primera vez en mi vida o al menos antes nunca había sido consciente, me siento frente a Él. Me pusieron sobre los hombros el manto de la Virgen de Guadalupe, y me dijeron este consejo: “dile al Señor que le abres tu corazón”. Al principio le reté e incluso falté al respeto a Jesús Sacramentado, pasado unos minutos, empecé a sentir un calor muy agradable que me iba invadiendo, le dije: vale, como dicen aquí, te abro mi corazón. Fue decirlo y notar como una cascada de aire entraba con gran fuerza desde mi cabeza hasta mi corazón, empecé a sentir el dolor de mis pecados, no podía parar de llorar, lo miré, le pedí perdón y me moría de vergüenza por tantas y tantas cosas… Yo sentía que no me iba a perdonar, pero alguien (que a día de hoy sigo sin saber quién fue, se me acercó y me dijo al oído, tranquila, Él lo perdona todo).

Nunca podré expresar bien con palabras todo lo que experimenté, cuanto amor, y como a cabezona no me gana nadie, le pedí otra prueba al Señor.

Durante el retiro se hizo una actividad, y ahí sentí como Él me dio lo que le había pedido en la prueba. Él como siempre, con su gran generosidad y misericordia, volvió a colmarme de atenciones. Empecé a sentirme la mujer más amada del mundo y vi como se llenaba ese vacío que siempre había sentido en mi corazón y que intentaba rellenarlo con todo y con nada podía. En ese sábado, 23 de abril del 2016, mi alma se colmó de amor de Dios para siempre.

¿Por qué decidió entregarse por completo a Dios?

Cuandote sientes tan tan amada, Él te va conquistando, es un auténtico caballero. Y yo, quería devolverle, aunque sea con un amor pobre, todo lo que ha hecho y sigue haciendo por mí.

¿mo ha sido el proceso de discernimiento para ver donde le quería el Señor?

Trashacer el retiro, salí siendo otra Rosa, completamente distinta, ya era del Señor, no tenía miedo, ni vergüenza y como he comentado anteriormente, me sentía la más amada del mundo. Quería gritar a todos: “me he encontrado con Dios, me ama y soy feliz”.

A todos les iba contando mi testimonio y le dije a un sacerdote: “quiero ser monja”, él me preguntó: ¿de dónde? y yo contestaba que da igual, que solo quería estar con Él.

Me explicó que eso había que ir mirando, y durante mucho mucho tiempo y acompañada por mi director espiritual, iba viendo dónde ir, pero no me veía en ninguno y eso me agobiaba muchísimo.

Rezaba y le decía: Señor, soy tuya, pero no sé dónde encajo, ¿dónde me quieres?

Con el paso de los años, en los momentos de oración personal, en retiros de silencio, Él me iba llevando poco a poco, así fue como descubrí la vocación de El Ordo Virginum o El Orden de las vírgenes consagradas.

¿Qué supuso para usted descubrir la vocación de virgen consagrada?

Lo descubrí “de casualidad”,vi en internet el testimonio de una virgen consagrada en San Sebastián. Me quedé alucinada, ya que coincidíamos en muchísimas cosas. Al día siguiente me fui de retiro a un monasterio y allí mientras hacía la oración personal apareció esta chica de San Sebastián, mis ojos no daban crédito.

Le llamé por su nombre, María, y ella me dijo: ¿nos conocemos? Me disculpé diciendo: no, pero anoche te vi en Internet y estoy aquí para saber si el Señor quiere que sea como tú. Ella emocionada, me dijo: rezaré.

Al terminar la misa ese día, me retire a mi celda del monasterio, allí seguí rezando y pidiendo ayuda al Señor. La lectura que se me venía a la cabeza era parábola de las diez vírgenes necias y prudentes.

¿mo se fue concretando esa vocación?

Alsalir del monasterio, lo tenía por fin tan tan claro, que le escribí a Monseñor Rico Pavés, obispo recién llegado a mi diócesis. Y así empezó el proceso de discernimiento e ir preparándome para la Consagración que fue el domingo 11 de Junio de 2023, día del Corpus Christi.

¿Qué es lo que hace ahora en un día normal de servicio en la Iglesia?

Desde rezar la liturgia de las horas, el santo rosario, la misa y la adoración diaria me dedico a acompañar a personas mayores en sus momentos de soledad, a compartir con jóvenes el testimonio y escucharles y a estar con lo más pequeños enseñándoles a rezar en la parroquia. Y por supuesto, servir donde se necesite en la diócesis Asidonia-Jerez.

Por Javier Navascués

6 comentarios

  
Santiago Ll
Maravilloso testimonio.
21/08/23 8:19 AM
  
jandro
Qué cosa más linda. Felicidades Rosa María, el Señor que es tu Esposo, te recompense como sólo Él sabe hacerlo
21/08/23 7:25 PM
  
Miriam de Argentina
Hermosa entrevista ❤️
21/08/23 9:25 PM
  
Generalife.
Una historia preciosa.Dios puede cambiar el corazón de las personas
21/08/23 11:37 PM
  
Mónica
¡Qué maravilla! Nuestro amoroso Señor se prodiga y conquista corazones silenciosamente, niquelando las almas sin un ruido, en medio de este tiempo de griterío de los demonios. "Porque no hay nada imposible para Dios"
22/08/23 3:02 PM
  
Sylvie
Gracias a Dios Muchísimas gracias por el maravilloso testimonio! Me hizo llorar! Semejante mi vida a la tuya Rosa María!
Dios Todopoderoso nos salvó del camino de la perdición! Gloria a Dios!
Que Dios nos guarde y bendiga!
Fiat Voluntas Tua! Amen!
24/08/23 2:15 PM

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19.08.23

Yovane, voluntaria de Maternity, un testimonio de amor y entrega. Recemos por su eterno descanso

Los primeros meses en la vida de un inmigrante que deja todo atrás para venir a nuestro país no son siempre fáciles. Pero eso no le impidió a Yovane, profesora de profesión, entregarse por quienes, como ella, saben lo difícil que es la vida del inmigrante.

Fue un ejemplo de amor y de entrega por los demás que se vio reflejado en su trabajo como voluntaria en Proyecto Maternity, una ONG provida que acompaña, acoge y asiste a mujeres en situación de vulnerabilidad que afrontan un embarazo inesperado. Ella era la responsable del ropero de Barcelona, y por ella pasaron cientos de kilos de ropa que fueron clasificados y ordenados con mucho mimo para que a ninguno de los bebés de las más de 600 mamás, que atiende anualmente la organización, les faltase de nada.

Hace un año le detectaron un cáncer de colón a raíz de los fuertes dolores que padecía en el abdomen. “Decidimos llevarla a Lourdes, donde, aguantando los fuertes dolores, fue hasta los pies de la Virgen, no para pedirle que le curase, sino para aceptar la voluntad de Dios” cuenta el presidente de Maternity, Miguel Ángel Maestre. “Pese a que le costaba andar, renunció a ir en silla de ruedas y aguantó el viaje estoicamente", añade.

En mayo encabezó la romería que Maternity organiza por el mes de María y no dudo en llevar el estandarte de la Virgen de Guadalupe, pese a que aún tenía fuertes dolores. En junio, y pese a que aún se encontraba en tratamiento, participó en la solemnidad del Corpus Christi de Barcelona, decorando las inmediaciones de la sede de la ONG Maternity con una gran alfombra para, como ella misma relató, “recibir en casa a Jesús, presente en la Eucaristía", “para adorarle, pedirle todo lo que anhela nuestro corazón y darle gracias por todo el amor que me tiene", decía en un audio donde contaba su testimonio llena de alegría y esperando poder repetir en el 2024.

La Misa funeral será el miércoles 23 de agosto a las 19:30 en la parroquia Santa María de Gracia de Barcelona

Pedimos oraciones por su eterno descanso.

6 comentarios

  
Marta de Jesús
DEP. Incluida en mis oraciones por los difuntos.
19/08/23 5:32 PM
  
Lau
Dale Señor descanso eterno y brille para ella la luz que no tiene fin.
Que por la misericordia de Dios descanse en paz!
+
19/08/23 8:27 PM
  
Jorge Cantu
Tantas almas hermosas como la de ella, que de manera humilde y callada sirven de manera eficaz al prójimo movidas por el Señor.

Dios premie su amor como sólo Él sabe hacerlo.

¡Loado sea El Señor por la santidad, bondad y entrega de sus fieles hijos!
20/08/23 1:59 AM
  
Mima Canalda
Esta en mis oraciones y en mi vida como ejemplo y esperanza y luz en esta vida que tenemos....que el Señor la tenga en su seno .y permita que interceda por nosotros.
20/08/23 4:38 PM
  
Miriam
Giovana Dios te conceda la vida eterna. Y a tu familia consuelo en estos momentos de dolor
22/08/23 9:55 AM
  
Judith
Dale Señor el descanso eterno,María madre nuestra recibela y acogela en tu regazo!!! Descansa en Paz Yovane,los ángeles y querubines te guiarán hacia la eternidad...allá dónde no hay dolor ni sufrimiento !!!🙏🕊
22/08/23 7:55 PM

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