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5.06.21

Emotivo escrito del Padre Alba sobre Mons. Guerra Campo. En memoria de un santo obispo

No puedo menos de hacer partícipes a los lectores de Meridiano Católico de mi propio testimonio en favor de don José Guerra Campos, obispo de Cuenca durante veintitrés años.

Por una serie de circunstancias que ahora sería innecesario detallar, quiso él que los dos últimos meses de su vida transcurrieran en medio de la pequeña comunidad que dirige el Colegio del Corazón Inmaculado de María, en donde radica también el secretariado de AVE MARÍA. Vino aquí -fueron sus palabras- a “refugiarse como un perrillo enfermo en busca de un poco de reposo, silencio y cariño familiar”.

La muerte le sorprendió en el sueño de la noche, ya de madrugada, cuando todos esperábamos que la afección del corazón herido que se le había manifestado a principios de la primavera, entraría ya en franca convalecencia. El Señor, en su adorable providencia dispuso que pudiéramos ser testigos hasta el fin de la santidad de don José Guerra Campos.

Nos dejó ejemplo de pobreza. Le compramos hasta un pijama para cambiarse el único que poseía. Nos dejó ejemplo de caridad. Siempre tuvo disculpas para todo. Jamás escuché de sus labios una murmuración. Nos dejó ejemplo de amor a la Iglesia. Todo lo de la Iglesia cabía en su gran alma. Por eso gozaba con la lectura de AVE MARIA, y gozó especialmente con el número de julio, que hablaba de su antigua diócesis conquense. Nos dejó ejemplo de piedad. En el altar parecía un nuevo San Luis, y, en las visitas al Santísimo admiraba su recogimiento. Nos dejó el ejemplo de su humildad y sencillez. El Sr. Cardenal Primado de Toledo, hoy ya retirado, dijo de él que era el obispo más sabio de todos los españoles y de los primeros del mundo, teniendo presente que él conocía, por su presencia en el Concilio Vaticano II, a casi todos los obispos del mundo. Pues bien, su conversación con los niños, con los obreros de la casa, igual que con los profesores o sacerdotes, era de una sencillez que seducía en persona de nivel intelectual tan extraordinario.

Con esa sencillez, después de habernos deseado que descansáramos, se fue al Cielo aquella noche, en la víspera de la Virgen del Carmen.

Que estas apresuradas líneas den a toda la familia de Meridiano Católico la aseveración. el testimonio de haber conocido de cerca, hasta la hora suprema de su muerte, la verdad de un obispo de la Santa Iglesia, apóstol, sabio, humilde, pobre y santo.

+ P. José María Alba Cereceda, S.I.

“Todavía estamos esperando el nacimiento definitivo, y a él contribuye misteriosamente nuestra Señora. Si es así, mis queridos hermanos no levantemos la voz, creamos de verdad (sintamos miedo sí nos da vergüenza el creerlo) que vamos todavía en el seno de la madre; creámoslo con santa ilusión con santo orgullo”.

Monseñor D. José Guerra Campos, Obispo

25.05.21

Bill Gates ¡Reset!, nuevo libro de Carlos Astiz sobre una de las cabezas de la dictadura globalista

Carlos Astiz es periodista y analista, doctor en Ciencias de la Información y profesor universitario. Ha trabajado en diversos medios de prensa, radio y tv, así como en distintas universidades, de España y otros países. Ha firmado trabajos sobre Política internacional, Comunicación Digital, Situación política e ideología, Arte, Comunicación Política y Corporativa, Implicaciones sociales de las nuevas tecnologías… Además, ha impulsado varias empresas y es miembro de diversas fundaciones, Laboratorios de ideas y ONG. En esta entrevista reflexiona sobre su último libro Bill Gates ¡Reset!, una magnífica iniciativa de la editorial Libros Libres.

Después de un libro sobre Soros, ¿Por qué ahora uno sobre Bill Gates?

Asistimos a un cambio fundamental del mundo, de la sociedad que conocíamos por parte de los grandes billonarios, que ahora se disponen a construir una sociedad según sus designios, bajo su control directo y de alcance planetario. La globalización industrial ha dado paso a la globalización financiera y política, más allá del alcance de las naciones o de sus tribunales.

Es importante identificar a los enemigos de la libertad y de la humanidad porque estos mismos magnates pretenden sustituir las democracias nacionales por organismos supranacionales, más allá de la voluntad popular y que solo responden a los intereses de sus amos: los grandes capitales especulativos y financieros que ya no se limitan a apoyar a políticos que defiendan con mayor o menor claridad sus intereses sino que los colocan, directamente, bajo una agenda que es la de los globalitarios. Si no lo evitamos, solo tendremos ocasión de elegir a los gestores de las políticas que nos impongan esas entidades sin poder discutir las políticas mismas. Y tenemos que ponerles nombre: la familia Soros, los Gates, los Rockefeller, Los Ford…

¿Quién es realmente Bill Gates?

Sorprende el enorme número de aduladores que afloran en medios de comunicación, e instituciones supuestamente respetables y que rozan lo ridículo, con alabanzas a su “inteligencia superior” o ficciones sobre “el niño pobre que construye un emporio desde el garaje de su casa”. Pero son eso, ficciones porque la realidad es que pertenece a una familia muy acomodada (su abuelo le legó un millón de dólares), su padre dirigía un importante bufete de abogados y su madre no era la maestra que nos cuentan sus panegiristas sino una importante directiva que llegó a dirigir la mayor entidad de beneficencia de EEUU, usando sus contactos para que su hijo pudiera firmar su primer contrato con IBM, entonces la mayor empresa informática del mundo y que no estaba al alcance de cualquiera.

Ello no supone restar ningún mérito al gran empresario que contribuyó decisivamente a configurar el mundo de la informática que es casi como decir el mundo en sí y que demostró su inteligencia y valentía para aprovechar las oportunidades, pero hay que dar el panorama completo y esos valores se ensombrecen cuando descubrimos que intentó todo tipo de maniobras ilegales para eliminar a la competencia y que le llevaron a una sucesión de demandas ante las autoridades, tanto en Norteamérica como en Europa, con grave quebranto de su imagen y la de Microsoft y multas millonarias.

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19.05.21

Dante Urbina y Daniel Marín: la concepción católica de la economía desde el Magisterio de la Iglesia

El evento se transmitirá por Facebook. Se propone demostrar que liberalismo y cristianismo son incompatibles.

El 22 de mayo, los economistas Dante Urbina Padilla y Daniel Marín Arribas expondrán la concepción católica de la economía desde el Magisterio de la Iglesia. El evento se transmitirá por Facebook Live mediante la página Católicos Contra el Liberalismo durante la tarde en horas de América hispana y en la noche en hora de peninsular española e islas.

Urbina y Marín, profesores universitarios y economistas, abordarán una visión católica de la economía bajo el principio de que la Iglesia no propone un modelo concreto, pero sí da pautas netamente cristianas que la diferencian de las ideologías que alumbran el capitalismo y el socialismo. Entre esas directrices eclesiásticas, se hablará de temas como la desmoralización de la economía, el capitalismo, la condena de la usura, y de más aspectos del liberalismo en su amplitud.

El evento está dirigido a católicos y no católicos, tanto conscientes como no conscientes de los problemas de esta ideología. Además, será útil para estudiantes de economía, y otras áreas de las ciencias humanas, quienes podrán profundizar en temas clave de la Doctrina Social de la Iglesia.

El evento se transmitirá a las 15:00 Hrs en Perú, Méjico, Colombia y Ecuador, 16:00 Hrs en Chile, Bolivia, Venezuela y Paraguay, 17:00 Hrs en Argentina y Uruguay, y 22:00 Hrs en España. Se titulará El liberalismo es pecado: economía católica vs. economía liberal y será colgado en el canal de YouTube de la comunidad Católicos Contra el Liberalismo.

Dante Urbina Padilla es peruano y ejerce la docencia en la Universidad de Lima. Estudió Economía en la Universidad Mayor de San Marcos, Máster en Economía por la Universidad Complutense de Madrid y Doctorado en Economía por la Pontificia Universidad Católica del Perú.

El profesor Urbina ha publicado varios libros, entre ellos Economía para herejes: desnudando los mitos de la economía ortodoxa (2015), varias veces best seller en Amazon. Además, ha sido ponente en espacios académicos de Perú, Argentina, Méxjico, España, y Alemania. Asimismo, ha publicado artículos en revistas académicas de Perú, Estados Unidos, India y Ucrania.

Por su parte, Daniel Marín Arribas es español y también ejerce la docencia universitaria, además del ejercicio profesional como economista. Estudió un Máster en Escuela Austriaca de Economía y otro en Doctrina Social de la Iglesia en las universidades Rey Juan Carlos de Madrid y Pontificia de Salamanca, respectivamente. Además, es miembro de AEDOS (Asociación para el Estudio de la Doctrina Social de la Iglesia).

El profesor Marín ha estudiado en profundidad la Escuela de Salamanca y el Magisterio de la Iglesia, brindando ponencias, actos e incluso un documental sobre los teólogos y juristas de Salamanca: La Escuela de Salamanca: Defensores de la Fe (2016). También, ha sido autor de diversos libros sobre el pensamiento social católico, entre ellos están Destapando al liberalismo: la Escuela Austriaca no nació en Salamanca (2018) y Juan de Mariana y la defensa de la Cristiandad Hispana (2020).

Quien requiera de más información acerca del evento, puede contactarse con Católicos Contra el Liberalismo al correo [email protected] o mediante sus redes sociales: Facebook e Instagram.

Acerca de Católicos Contra el Liberalismo

Católicos Contra el Liberalismo es una comunidad que combate las ideas liberales con el magisterio de la Iglesia, la apologética y la filosofía clásica. Tiene más de 1000 seguidores en Facebook y 500 en Instagram.

https://www.facebook.com/CatolicosContraliberalismo

https://www.instagram.com/contraliberalismo/

15.05.21

Agnus Dei presenta un libro sobre oración mental, ideal para los católicos que no saben meditar

La plataforma católica Agnus Dei Prod nos informa de la presentación de un libro para aprender a hacer oración mental. Les dejo con la nota informativa que contiene un número y una dirección de contacto para las personas interesadas en adquirir el libro, que se vende a precio simbólico de 3 euros (más gastos de envío).

La nota dice así:

Nos hemos decidido a realizar este libro de oración mental ante la necesidad que muchas almas tienen de hacer oración y por el desconocimiento que existe sobre el método de hacer oración mental. La tradición nos ha legado el método de oración de los Ejercicios de San Ignacio de Loyola, camino seguro y fiable para llegar al Señor, de intimar con Él, de ser ilustrado por Él. Insuperable método de oración donde el alma quedará del todo plena y satisfecha en sus ansias de Dios, si es constante en ella.

Se requiere un método, una forma concreta de oración para empezar; es necesario que el alma entre en un camino de disciplina y obediencia inicial, de fidelidad al método de oración, para que una vez adentrada en la vida de oración sea el Espíritu Santo quien “coja” al alma y la lleve por donde a Él le plazca; pero esto requiere un tiempo previo de oración, de fidelidad a la oración, de constancia diaria en hacerla, de superar todo obstáculo y apatía, de no sucumbir al desánimo, de vencer todo impedimento.

El libro se ha realizado lo más esquematizado posible, con una exposición sencilla, pero sin faltarle lo esencial; quien lo lea con detenimiento tendrá el conocimiento necesario para iniciarse en la oración mental y en los métodos que se describen en el curso.

Ahora sólo es necesario que surja en el alma el verdadero deseo de santidad, de amar al Señor con todas sus fuerzas: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente (Mt. 22, 37). Ese deseo es el motor que pone en movimiento al alma en su recorrido interior y espiritual de búsqueda de Dios.

Sólo nos resta recordar las disposiciones necesarias que deben acompañar al alma para que esté decididamente resuelta a emprender el camino de unión con Dios en la intimidad de la oración:

1. No ser tibio ni flojo, que es lo que caracteriza al perezoso, sino resuelto y eficaz como es el fervoroso.

2. Ser insaciable, esto es, que no se contente con lo poco que hace, aunque sea todo lo que puede hacer, que desee mucho más, mucho más deseo de santidad y perfección sin llegar a sentirse satisfecho.

3. Ser estable, es decir, que no esté cambiando de actitud, más firme unos días, menos otros; más decidido hoy, menos mañana. Mantener firmeza y estabilidad en la vida de oración y de santidad.

4. Ser constante y perseverante hasta la muerte, sin aflojar o entibiarse por las tentaciones, desánimos, por los malos consejos, manteniendo siempre una actitud de firmeza y viril, como el ciervo que con gran vehemencia corre buscando la fuente de agua en que hartar su sed (Sal. 31, 2 y ss.).

Estas disposiciones son las que acompañaron al Señor en el cumplimiento de hacer la Voluntad de Su Padre; esto debe animar al discípulo a seguir al

Maestro. Así como el Señor ocupó su tiempo en el provecho nuestro, así hemos de aprovechar nuestra vida siguiéndole e imitándole.

El Señor quiere ser amado con la perfección con que Él amó al Padre Celestial (Mt. 22, 37). El Señor dice a cada alma que se propone firmemente ser santo en el camino de la oración mental: Imitadme a Mí, como YO imité a Mi Padre.

Información y adquisición del libro:

[email protected]

Tf: 638.150.336

14.05.21

Último sermón de Mons. José Guerra Campos

ESPERANZA VIVA

Muy estimados superiores, profesores y alumnos de este Colegio del Inmaculado Corazón de María. También yo doy gracias a Dios porque me ha concedido pasar estos días de convalecencia, para mi corazón cansado y un poco desfalleciente, conviviendo con vosotros que sois la juventud emergente, portadores de ilusión y de esperanza. Un contemplador superficial podría decir que yo represento la caducidad, el agotamiento de la esperanza, vosotros representáis la esperanza creciente. Pero no es así, mi alegría profunda proviene de que he comprobado una vez más, que vivimos de la misma esperanza.

Yo tengo tanta esperanza como vosotros, y por tanto soy tan joven como vosotros, aunque con menos vigor y menos ganas de saltar, y menos capacidad de hacer cosas tangibles que se anoten en las crónicas temporales.

A mí me causa mucha alegría haber comprobado, que lo que os anima a vosotros, no es la esperanza que se consume, no es la esperanza de la edad, que ni siquiera merece el nombre de esperanza, porque cuando uno piensa en el joven portador de esperanza, esperanza para la Patria, esperanza para la Iglesia, la esperanza del futuro, tiene que ser franco consigo mismo y responder a una pregunta ¿De todos los sueños, proyectos, ilusiones, aspiraciones que constituyen esta especie de siembra y de germinación inicial, que es la etapa de la niñez, y la primera juventud. ¿Cuál es el resultado seguro, seguro para todos? Y la respuesta es implacable. Cuando los jóvenes de ahora lleguen a un tiempo en que se pueda hablar de logros, lo único seguro es que serán viejos, como lo soy yo. No hablo pues de esa esperanza, aunque es admirable esa especie de ración con que se nace y que desde el primer momento se va consumiendo, de suerte que según pasa el tiempo, y se acerca la hora de la muerte, esa esperanza prácticamente se da por agotada. A mí esa esperanza me interesa muy poco. Yo he visto que vosotros vivís cotidianamente de lo que San Pedro llama “la esperanza viva". Esa esperanza que no se consume, porque es más poderosa que la muerte. Esa esperanza que es capaz de responder a dos preguntas. ¿Es posible confiar en la victoria definitiva del amor sobre el egoísmo? Sí ¿Es posible confiar en la victoria definitiva de la vida sobre la muerte? Sí. Ésa es vuestra esperanza fundamental y es la que garantiza que según pasan los años y cualesquiera que sean las vicisitudes en vuestro curso de vida temporal, seáis siempre jóvenes.

ESPERANZA AUTÉNTICA.

Yo quisiera que alguien en el futuro cantase vuestra juventud inmarcesible a los 90 años, a los 120 años, si a tal nivel podéis llegar. La esperanza auténtica, la que se realiza precisamente al terminar el camino del tiempo. Esta esperanza que es imposible, como es lógico para todo cálculo, para toda técnica humana, es la que nos asegura nuestra condición de cristianos. Por eso como sabéis el Papa Juan Pablo II al referirse al paso del tiempo, acompañado por Jesucristo, al tercer milenio que va a comenzar enseguida, hace una observación preciosa, que los cristianos deberíamos no olvidar nunca, para apreciar la diferencia sustancial entre ser cristiano y no ser cristiano. Toda persona que quiera tener esperanza, necesita buscar la comunicación con Dios, todo lo demás es una engañifa y por eso en el fondo hay tanta melancolía y desencanto en el mundo actual, porque está de vuelta y sabe que no hay ni una solución satisfactoria con el paso del tiempo, en el futuro, porque el futuro será tan débil y tan fugaz como es el presente. Y por eso todo hombre, para ser hombre, para afirmarse como persona, para no ser una simple pieza de la biología, de la física, o un mero combustible de una hoguera colectiva, que luego se disipa y queda en nada, y por tanto es absolutamente vacía, necesita si no ha de renunciar a la esperanza, si no ha de renunciar a la juventud, al menos buscar a Dios. Y todas las formas de religión, incluso ciertas formas de inquietud, que no merece el nombre de religión, pero que refleja un corazón que no se cierra sobre sí mismo, aunque a veces parezca hasta ateo, son búsqueda de Dios.

COLEGIO REALMENTE CIENTÍFICO.

El Papa señala que nuestra condición de cristianos es absolutamente privilegiada. El que busca a Dios, lo busca a tientas. Ser cristiano consiste en haber reconocido que Dios mismo nos sale al encuentro, que el Hijo de Dios se ha hecho hermano nuestro, se ha incorporado a nuestra historia, se ha hecho partícipe de nuestra condición para que nosotros podamos participar de su filiación divina. Y entonces más que buscar nosotros a Dios, dice el Papa, es Dios quien nos busca a nosotros. Y por ser Dios quien nos busca a nosotros, precede su llamamiento. A nosotros nos toca seguirlo, dejarnos acompañar por Él, vivir en unión con Él que es el vencedor del egoísmo, del pecado y de la muerte. Y esto explica que en el Colegio, aparte de la labor de instrucción, de apertura al mundo, de descubrimiento progresivo de nuestra interioridad y de todo lo que nos envuelve, del universo, etc, etc, se considere como parte esencial, la comunión con Dios revelado en Cristo Jesús. Y es un acierto enorme, es la única manera de que un colegio sea realmente científico, si por científico entendemos una actitud de conocimiento, una actitud de corazón, que corresponda a la auténtica realidad del hombre, que lo trate como persona, como hijo de Dios. Y así en este Colegio del Inmaculado Corazón de María, se está cumpliendo y cumplís vosotros, que sois los que lo constituís fundamentalmente, la gran enseñanza del Concilio Vaticano II, muy descuidada por cierto, el cual acerca de la educación dice, refiriéndose a todos los responsables de la educación, no a los católicos solamente, a todos sean quienes sean, Stalin, Lenin, quienes sean: “Que tienen el deber primordial, de satisfacer un derecho primordial de los niños y adolescentes, de los jóvenes que están en edad de educación, los cuales necesitan, no solamente, libertad e información, sino ser estimulados en el conocimiento y en el amor de Dios, y en este caso en el conocimiento y en el amor de Dios, que se ha hecho hermano, se ha hecho accesible, vive con nosotros, a través de todas las generaciones, la Santa Eucaristía, en nuestro propio corazón.

Y todo ello porque podríamos resumiendo decir, que si la juventud meramente de edad, es una engañifa porque lo es, porque es una consunción progresiva de la esperanza hasta aniquilarla.

Los que vivamos con Jesucristo, y con la Santísima Virgen María, su madre, vivimos con el único joven que existe en toda la historia.

A los demás les llamamos jóvenes porque durante unos pocos años así se llaman, pero están de paso, estamos todos de paso. El único joven es Jesucristo, la única joven es la Madre de Nuestro Señor Jesucristo, que en su mismo cuerpo, su vida humana está siempre joven. Sin ningún desgaste, sin ninguna consunción, fuente de esperanza plena y por tanto de vida y de amor. Por eso yo ante todo, y dejando aparte consejos particulares que podrían darse, pero esos os los dan vuestros padres, vuestros superiores, vuestros profesores todos, vuestros tutores, etc, no hace falta que yo insista en ello.

Os invito a que deis gracias al Señor por estar en un Colegio en el cual no se os engaña, no se os recorta, se atiende a la integridad de vuestra vocación, de personas que quieren tener un destino personal, y no diluirse en frases vagas colectivas, que no significan absolutamente nada valioso, y menos en el campo de la esperanza.

VACACIONES CON CRISTO

Y finalmente quisiera recordar, que en una ocasión, lo sabéis muy bien, los primeros discípulos, los apóstoles que vivían con Jesús, después de una faena, una especie de un curso de trabajo, una misión apostólica, oyeron de Él esta invitación tan humana: “Ahora venid conmigo a un lugar tranquilo y descansad un poquito” Unas vacaciones, pero atención a estas vacaciones. Ahora venid conmigo, ahora dejad ese trabajo, esa misión apostólica concreta que Yo os había encargado. Vamos a descansar un poquito. Pero vamos a descansar con Él. Venid conmigo, no hay vacaciones para la comunión con Él, para la oración, para la acción de gracias, para la re conciliación, para el alimento eucarístico. Más aún, aquellos discípulos se encontraron con la sorpresa de que en aquel supuesto lugar tranquilo, se agolpaba una muchedumbre necesitada al servicio de la cual se pusieron inmediatamente, ayudando a repartir los panes de la multiplicación, que eran como el anticipo y el signo del pan definitivo, que es el mismo Señor Jesucristo. Lo cual significa, y este es mi consejo fundamental, que durante el tiempo de vacación, además de mantener, quizá con otros horarios, pero substancialmente las prácticas de oración, de devoción al Señor, a la Virgen María, las prácticas de reflexión, la vida interior, etc, procuréis no olvidar que estáis en medio de una muchedumbre, de otro jóvenes o personas mayores, necesitados de luz, porque sufren un vacío tremendo, una gran desorientación porque han comprobado ya con amargura, que ese vacío no se llena con el permisivismo irresponsable, y mucho menos con formas de prosperidad pasajera. Les falta algo profundo, que es precisamente tener esperanza, tener comunicación auténtica con el que es fuente de victorias sobre el egoísmo y sobre la muerte.

Y entonces será inevitable que de algún modo, sigáis nuestra solicitud apostólica, tratando de señalarles la presencia de Cristo como manantial de esa esperanza.

LA ALEGRÍA DE LA DONACIÓN.

Siempre en virtud de vuestra condición de cristianos, y en vuestro contacto en cualquier ambiente, con las demás personas, trataréis de cumplir las exigencias auténticas del amor, que son tres: Compartir los bienes, preocuparse por buscar el bien de los demás, por evitarles males, darse a sí mismo, que es más bien que los bienes, disponibilidad fraternal, respetuosa, generosa.

Pero esto no basta, porque muchas veces, los consejos de ayuda, de solidaridad, etc, se quedan ahí, en una especie de fraternidad de huérfanos.

El bien supremo no lo podemos dar ni dándole a los demás todos los bienes de este mundo, ni dándonos enteramente a nosotros, ni quemándonos en una hoguera como diría S. Pablo. El bien supremo es la esperanza y el amor de Dios, y eso nosotros no lo podemos dar, sólo podemos darlo anunciando a Cristo y ayudando a llevar a Cristo, a conocer a Cristo. Cosa en que nos ayudará maravillosamente, la Virgen María. Porque ese es su oficio, darnos a Cristo, llevarnos a Cristo, recordarnos que hemos de hacer lo que Cristo nos diga, intercediendo para que no nos desviemos estúpidamente de nuestra comunión con Cristo Jesús. Esto es lo que realmente podrá llenar de vida vuestro tiempo de vacación, para que en el futuro sigáis, los que volváis aquí, manteniendo este espíritu de familia con Cristo, o sea de familia de esperanza, o sea de familia de juventud. No hay más juventud que aquella que tiene esperanza. Y a mí que no me digan que tienen esperanza, los que sólo piensan planes que se van consumiendo según se intenta realizarlos.

Por eso volviendo al principio, os doy gracias porque con vuestra presencia y vuestro modo de ser y de querer ser, en cierto modo me habéis ayudado a mí mismo, a recobrar o reafirmar esa juventud que está por encima del desfallecimiento o del cansancio del corazón y de las fuerzas físicas, e incluso mentales.

Que el Señor, queridísimos hermanos, especialmente a vosotros queridos jóvenes, os conceda muchísima alegría, la alegría de la donación. Que os conceda muchísima libertad, la libertad del Espíritu Santo, que es la libertad de sintonizar con una voluntad, que es la de Dios, la cual nos hace realmente libres. Como diría S. Juan de la Cruz: “Después de hacer el esfuerzo de subir por los vericuetos a la montaña, conociendo nuestros fallos, tratando de encauzarlos, purificándonos, ya en lo alto es como si no hubiese ley, porque en cierto modo, hemos habituado a nuestra voluntad a identificarse con la voluntad de Dios, que es voluntad de amor y entonces todo lo que hacemos en actitud de servicio, de obediencia filial, equivale a libertad, porque brota espontáneamente de lo íntimo del corazón".

Feliz vacación, hasta vernos.

+ José Guerra Campos, Obispo