Negros nubarrones, como en la foto, se ciernen sobre Cataluña y sobre nuestra patria española. Ha llegado el momento en el que los comunistas, que gobiernan en muchos pueblos de España, están impidiendo que honremos a nuestros mártires. Ante este grave atropello y vil canallada contra la memoria de nuestros héroes de la fe es hora de denunciar con contundencia la gravedad de los hechos y llamar a la España Católica a reaccionar ante esta atroz pesadilla, antes de que sea demasiado tarde.
Una vez más toca denunciar una grave ignominia en Cataluña. La alcaldesa de Montcada de Iniciativa por Cataluña, partido comunista y ecologista, ha impedido que por primera vez en 83 años un buen número de tradicionalistas y familiares de las víctimas hayan accedido al cementerio de la localidad a honrar la memoria de los Mártires de la Tradición, caídos por Dios y por España en la Cruzada Nacional.
Los presentes, inasequibles al desaliento, han procedido a rezar un emotivo Viacrucis recorriendo por fuera las tapias del cementerio.
Les dejo con la espléndida crónica de Javier Barraycoa, testigo de los hechos.
En 1939, recién liberada Barcelona del terror revolucionario, muchos acudieron al cementerio de Montcada i Reixach a rezar por los cientos y cientos de personas que allí habían sido asesinadas salvajemente. Ese año, las autoridades militares impidieron un acto de reparación por motivos de seguridad. No obstante, desde 1940, cada año sin faltar, han acudido fieles tradicionalistas o simplemente parientes de las víctimas para rezar por sus almas. Pero este año, tras 83 años de constancia, no se ha podido celebrar la tradicional Santa Misa.
La causa: un furgón de policías municipales y un coche municipal enviados por la alcaldesa, que bloqueaban la entrada al cementerio con el objeto de impedir el acto religioso. La alcaldesa de Montcada, Laura Campos Ferrer (de Iniciativa por Cataluña) cuenta en su haber tener un padre que fue durante casi 25 años alcalde de la población por el PSUC y el no haber acabado sus estudios universitarios. Por eso, presuntamente, debe ignorar lo que pasó hace 86 años en el cementerio.
Un centenar de los asesinados en Montcada ni siquiera pudieron ser localizados, simplemente porque fueron arrojados a los hornos de la cementera de la población. En esos momentos el control político estaba en la checa local, regentada por ERC. De la fosa común del cementerio se exhumaron 1.198 personas y de estas, 483 pudieron ser identificadas y el resto, 715, fue imposible. Los cuerpos de esas almas siguen en la fosa común, lo que convierte a este cementerio en la mayor fosa común de Cataluña durante la guerra.
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