Ronald, convertido en el confinamiento, evangeliza por Internet con vidas de santos y lectura espiritual
Ronald es un joven que se convirtió en el confinamiento y a partir de ese momento se dedicó a evangelizar por internet, concretamente aportando buenos audiolibros de lectura espiritual.
El confinamiento conllevó muchos inconvenientes, pero curiosamente esos días sin poder salir a la calle fueron momentos de conversión para muchas personas. ¿Para usted fue tiempo de gracia?
Sí estoy seguro de ello, considero que muchas veces Dios se vale de nuestras tantas debilidades para acercarnos a él. Por la vida que he vivido, tanto en casa como en el mundo siempre he sentido la necesidad de proteger, pero esto no es facil comprender viviendo en un mundo de pecado, donde el mal se enmascara de bien, con toda facilidad.
El no salir a la calle hace que uno esté más recogido, como un monje en su celda, salvando las distancias…
Sí. Si estás en Jesús puedes pasar días encerrado rezando en casa, únicamente saliendo para ir a Misa, si se puede…Pero si no estás en Jesús, esto se puede convertir en un auténtico infierno, como creo que ha sido para algunos, una verdadera catástrofe la pandemia.
¿Qué le hizo en esos momentos buscar a Dios en Internet?
Un día tras un acontecimiento, los vecinos donde vivo dejaron la bombona de gas abierta, y la persona con la que comparto vivienda, me avisó de que olía mucho a gas, se armó un buen lío, gracias a Dios no explotó la bombona.
A raíz de esto me quedé meditando un tiempo considerable, me preguntaba, ¿y si la bombona hubiera explotado? Había otra bombona al lado.
Al siguiente día me llegó al móvil un enlace de la consagración de Lazos de Amor Mariano y empecé a mirar. Ahí empezó mi camino de conversión.
Miraba cada día uno, son 33 clases, también empecé a ver los vídeos de Medjugorje, y escuché que la Virgen mandaba ayunar, no tardé en empezar ayunar a pan y agua, y diría que esto fue un punto de fuerza muy importante para avanzar en mi vida espiritual. A día de hoy lo sigo haciendo y lo recomiendo mucho, pero algo qué recalcó es que lo hagan bajo la supervisión de su director espiritual.
¿Cómo fue ese proceso de acercamiento a la fe?
Esto sí fue duro, dado que llevaba más de 20 años sin confesarme, sin ir Misa, sin rezar el Rosario, etc. El mal estaba muy arraigado y viniendo de una familia desestructurada. Siempre había sufrido de pesadillas y a veces gritaba en las noches.
A raíz de mi conversión esto se convirtió en miedo y angustia. Me despertaba gritando de dolor, no dolor físico, sino dolor espiritual, a día de hoy esto no se ha ido sigue ahí, pero puedo llevarlo mucho mejor y comprender algunas cosas.
Todos estos síntomas se calman cuando rezo, hago oración y voy a Misa. El Rosario me ha sacado de grandes tormentos.