Javier Espinosa analiza el curso de Doctrina Social de la Iglesia, organizado por Enraizados
Javier Espinosa Martínez. Colaborador y Director del Área de Formación de la Asociación Enraizados. Analiza el Curso de Doctrina Social de la Iglesia, organizado por la mencionada asociación en el mes de octubre.
¿Cuál es el objetivo del curso?
Dar a conocer la Doctrina social de la Iglesia, sobre todo a los que se confiesan católicos; pero también a todas aquellas personas de buena voluntad que, aun no siendo católicos, o incluso siendo ateos, creen en la dignidad del hombree y están preocupados por la deriva que la sociedad, a nivel mundial, está tomando. En esta deriva España es pionera.
En nombre de un falso “progresismo” estamos asistiendo a la destrucción de nuestras raíces, de nuestra identidad y, lo que es mucho más preocupante, estamos asistiendo a la destrucción del propio hombre.
Desgraciadamente, esta Doctrina de la Iglesia es desconocida por la mayoría de los católicos y por la sociedad en general. Es un gran tesoro, pero, no sé por qué razón, está oculto. Con nuestros cursos pretendemos ayudar a que se conozca y, sobre todo, a que se ponga en práctica y con ello los católicos demos testimonio de nuestra fe.
¿Cuáles son las principales temáticas que se trabajan?
Desde Enraizados impartimos dos cursos sobre la Doctrina social de la Iglesia.
Uno de ellos dedicado a conocer y profundizar en sus raíces, que no son otras que las Sagradas Escrituras, la ley natural y la tradición, y en sus principios: la dignidad de la personas, el bien común, la subsidiaridad, y la solidaridad y sus valores: la libertad, la verdad, la justicia y el amor. Los principios y los valores constituyen la columna vertebral y la estructura de la doctrina y nos permiten aproximarnos a las realidades que estamos viviendo con otros ojos.
En otro curso abordamos esas realidades temporales: la familia, el trabajo, la economía, la política, tanto en su dimensión nacional como internacional y el medio ambiente. También las propuestas que la Iglesia viene haciendo desde hace décadas para conseguir la paz. Acaba el curso apelando a nuestra conciencia y a nuestro papel, como laicos, en nuestra sociedad, en nuestro propio entorno. San Juan Pablo II decía que la Doctrina social de la Iglesia es una herramienta imprescindible para abordar la “nueva evangelización”.