López Pizcueta analiza a fondo los puntos de la Agenda 2030 que son incompatibles con la fe católica
Tomás López Pizcueta (Barcelona, 1965) se licenció en Geografía e Historia (Historia Medieval) por la Universidad de Barcelona y obtuvo el Doctorado en la misma Universidad, en mayo de 1995. Es autor de diversas publicaciones especializadas, así como de Historia de la Empresa y otras materias. Es investigador sobre temas de actualidad, especialmente en todo lo relacionado con la imposición del Nuevo Orden Mundial. Ha impartido diversas conferencias sobre Masonería y sobre la Agenda 2030.
¿Dónde radica la malicia en la Agenda 2030 y qué puntos en concreto son incompatibles con la doctrina y cosmovisión católica?
Para entender la malicia de la Agenda 2030, hay que tener en cuenta que ésta se basa en todos aquellos documentos de la ONU, publicados ya desde mediados de los años 60, así como en las conferencias mundiales de Dacca (1964), donde ya se alentaba a la homosexualidad; de Río de Janeiro (1992), donde se habla de la “nueva ética universal de vida sostenible”; de Bucarest (1974), en la que se habló del control de la natalidad y de impulsar el aborto; la Carta de la Tierra (1993); la Conferencia de El Cairo (1994), donde se promulgan los derechos sexuales y reproductivos -es decir, el aborto- así como la igualdad de género; y también, no menos perniciosa que las anteriores, la Conferencia de Pekín, (1995), en donde se insiste en la promoción de la ideología de género.
Se concluye, pues, que sus postulados no son nada nuevos y que es el culmen de un trabajo de años, llevado a cabo por parte de las élites mundialistas, que quiere ser -y de hecho es- la hoja de ruta para la instauración del Nuevo Orden Mundial.
Muchos son los puntos maliciosos de esta Agenda. Por sintetizar, podríamos resumirlos en los siguientes:
Es un planteamiento que reduce al hombre a un ser vivo más de la Creación, esto es, le despoja de toda dignidad, al incidir en el cuidado de la Tierra como ente dotado de vida, que todos los males y desastres que sufre son producidos por el hombre. Gorbachov así lo dijo: “Se necesita hacer la transición de la idea del hombre como rey de la naturaleza a la convicción que el hombre forma parte de ella”. (Entrevista a Mijaíl Gorbachov en “Los Ángeles Times”, 8 de mayo 1997).