Entrevista al P. Pich-Aguilera tras recibir un escrache de feministas en Barcelona por defender la vida
Esta semana radicales feministas intentaron profanar la parroquia de Santa María del Remei de Barcelona. Un grupúsculo proabortista y anticlerical amenazó con presentarse en la iglesia el pasado 30 de marzo y no precisamente en son de paz. Gracias a que muchos fieles se plantaron valientemente delante de la parroquia, mientras otros rezaban en el interior, no pasó nada.
Y todo porque no les gustó un vídeo del P. Pablo Pich-Aguilera, joven vicario de la mencionada parroquia en el que animaba a rezar pacíficamente en la campaña de 40 Días por la Vida. Según informó Religión en Libertad, en cuestión de minutos, varias organizaciones feministas de Barcelona difundieron esta convocatoria por redes sociales:
“Con un tono paternalista y moralista y posicionándose como defensor de la vida, vemos que este vídeo es un ejemplo más de la voluntad de quitar a las mujeres el control sobre sus cuerpos y su sexualidad y una agresión directa hacia sus derechos sexuales y reproductivos. Ante esta ofensiva, las vecinas de Les Corts decimos basta. Os convocamos el próximo jueves, 30 de marzo, a las 18:30 en la plaza Concordia. Llevad cacerolas y cucharas, y a vuestras amigas. Necesitamos ser muchas y gritar fuerte que si nos tocan a una, nos tocan a todas".
Entrevistamos brevemente al P. Pablo Pich-Aguilera que analiza de forma sencilla los hechos.
¿Cómo valora que sus fieles de la parroquia del Remei de Barcelona defendieran la iglesia de la profanación feminista, tanto con la oración como con su presencia?
La batalla espiritual está en estos momentos en lo más álgido y el demonio anda agitado y causando tremendos estragos. Por eso mismo, el mundo necesita testimonios valientes, hacer ver a la gente que la Iglesia está viva y que no se arredra ante ningún tipo de amenazas mientras y siempre defiende la verdad sin complejos.
Especialmente le impresionó como los fieles defendieron la parroquia y la causa católica.
Así es. Fue una gran alegría poder comprobar que muchachos que ni siquiera están bautizados o no habían hecho todavía la comunión estuvieran allí defendiendo a la Iglesia que será su Madre cuando se bauticen y de la que gozarán más plenamente cuando hagan la primera comunión. De momento ya dan un valiente testimonio en su defensa.