5.05.21

Mª del Prado Fernández, comboniana: “Muchos quieren experiencia misional, pero pocos quedarse”

Una joven castellana, un día se armó de valor y se presentó en la delegación de misiones… ¡no fue nada fácil para mí dar ese paso! Y realmente no sabía bien lo que iba buscando… ser misionera, pero ¿qué era eso? No lo sabía. El sacerdote le acogió, y le preguntó “¿pero tú que buscas?”… y su respuesta fue “Yo quiero ser misionera para toda la vida” y subrayó que ella quería trabajar en África. En ese momento le parecía el continente más abandonado.

Según la Hna Mª del Prado Fernández, misionera comboniana, ha merecido y merece la pena seguir al Señor… es lo más grande que le ha podido pasar en la vida. Él no se deja ganar en generosidad y lo poquito que nosotros podemos ofrecer Él lo multiplica y lo hace más grande, más bonito…Si volviera a nacer volvería a elegir esta opción de vida, con Él… y si pudiera tener más vidas, las dedicaría todas a la misión, siempre con el Señor Jesús.

Háblenos un poco de usted y de cómo nace su vocación religiosa.

Me llamo María del Prado, Fernández Martín, soy de Ciudad Real y vengo de una familia sencilla. Mi vida era la de cualquier joven del momento: amistades, estudios, diversión…y grupo parroquial de jóvenes.

No sabría decir con exactitud cuando surgió en mí el deseo de la vocación religiosa, pero empecé a plantearme qué quería hacer con mi vida en el momento en el que estudiaba enfermería. Yo veía mi vida dedicada a los demás, pero ¿cómo?… No sé de dónde ni cómo surgió en mí la idea de ser misionera, pero sé que estaba ahí, en lo profundo de mi corazón y no me dejaba tranquila. Había en mí muchas dudas y una certeza: yo quería ser misionera para toda la vida. Y misionera, en mi cabeza, era anunciar a Jesús y “ayudar” a combatir la pobreza. Y así, con esa inseguridad y temor empecé a preguntar a un sacerdote que me orientó hacia la delegación de misiones de mi ciudad.

¿Por qué en la familia comboniana?

Un día me armé de valor y me presenté en la delegación de misiones… ¡no fue nada fácil para mí dar ese paso! Y realmente no sabía bien lo que iba buscando… ser misionera, pero ¿qué era eso? No lo sabía. El sacerdote me acogió, y me preguntó “¿pero tú que buscas?”… y mi respuesta fue “Yo quiero ser misionera para toda la vida” y subrayé que yo quería trabajar en África. En ese momento me parecía el continente más abandonado.

Fue él quien me puso en contacto con las misioneras combonianas y así las conocí. Ellas fueron las que me dieron otras direcciones de congregaciones misioneras para que pudiera elegir, pero a mí me había cautivado la sencillez con las que se presentaron a mí en ese primer encuentro en mi ciudad. Estuve en contacto con ellas durante un tiempo en el que me desplacé a Madrid en dos ocasiones para conocerlas y al final decidí irme con ellas.

Estando ya en la formación, en el noviciado, cayó en mi mano una revista de “Mundo Negro”, la revista de los misioneros combonianos y en su contraportada había una fotografía de una religiosa con un vestido blanco y unos botones rojos que estaba con un niño pequeño en Sudán… Ahí recordé como siendo muy pequeña (7-8 años) yo había visto esa fotografía, no sé dónde, y me había dicho a mí misma… “yo quiero ser misionera como ella”… Nunca lo había comentado con nadie y ¡ahora esa misma fotografía caía en mis manos!… me pareció un toque genial del Señor en mi vida, era como si me dijera…yo te escuché aquel día, y hoy estas aquí! Él me había conducido, sin que yo lo supiera, hasta esa opción misionera y misionera comboniana.

¿Qué es lo más le atrajo de su fundador?

Lo primero que me atrajo de Daniel Comboni fue que él dedicó toda su vida y sus esfuerzos al continente africano, y en concreto en Sudán, cuando aún se vivían allí situaciones tales como el comercio de esclavos y cuando la mentalidad de ese momento decía que el africano no tenía alma. La idea de Comboni de “Salvar África con África”, que fue también su método misionero, me parecieron muy actuales y muy potentes… en el fondo es Evangelio, creer en las personas, apoyarlas…

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4.05.21

Votando patrioterismo liberal nunca se instaurará el Reinado Social de Cristo en España

Hoy 4 de mayo un servidor impartirá una conferencia en el club Empel de Barcelona, a las 19:30 de la tarde, bajo el título El liberalismo: cáncer político y social. Ejemplos prácticos. Como católico militante estoy convencido de que el liberalismo es el mayor enemigo del catolicismo, como me explicó hace algunos años el profesor Javier Barraycoa. Y desde entonces no he cesado de combatirlo en los diferentes medios que he estado. La encíclica Libertas de León XIII o el Liberalismo es pecado de Sardá y Salvany son algunos de mis textos de referencia en mi cruzada antiliberal.

Hoy que previsiblemente ganará Isabel Díaz Ayuso en Madrid he querido dar esta conferencia para que nadie se lleve a engaño. Isabel encarna la línea más progresista del PP, que está en las antípodas de los grandes ideales de la España tradicionalmente católica. Si el Frente Popular, con su ideología marxista y anticlerical representa un gran peligro para España y hay que combatirlo con contundencia, no debemos hacerlo nunca desde el liberalismo, ciertamente un cáncer que ha contribuido a la descristianización de España. Por lo tanto, enmienda a la totalidad al liberalismo, no solo al de PP sino al de todos los partidos que defiendan los principios liberales.

Hasta que no comprendamos que con el patrioterismo liberal no podrá haber jamás Reinado Social de Cristo, no hay nada que hacer. Un árbol malo, no puede dar frutos buenos y el árbol liberal está podrido en su misma raíz.

Recordemos que el liberalismo, como explicaba en una reciente entrevista el profesor Daniel Marín, es la ideología o esa manera de pensamiento que en resumidas cuentas actualiza el pecado original; por un motivo muy sencillo, porque pone como primacía absoluta de todo a la libertad. El liberalismo no exalta la libertad sino la licencia, como decía el Papa León XIII, o dicho de una manera más actual, el libertinaje.

El liberalismo da o tiene potencialidad de dar derechos a todos los males cualesquiera que sean, en virtud de aquella primacía absoluta de la voluntad. De tal manera actualiza el pecado original del cual viene el mundo caído, que lo que provoca a la postre es la apertura de todo tipo de iniquidades, y esto evidentemente tiene consecuencias graves.

Por Javier Navascués

3.05.21

Daniel Marín Arribas: “El liberalismo es tiranía”

Hablamos brevemente sobre liberalismo con Daniel Marín Arribas, uno de los más relevantes expertos y estudiosos del tema en la actualidad.

Daniel Marín es docente universitario y economista profesional en ejercicio. Asimismo colabora en diferentes medios de comunicación y es miembro de AEDOS (Asociación para el Estudio de la Doctrina Social de la Iglesia Católica). En sus titulaciones avanzadas se encuentra el ser Máster en escuela austríaca de Economía y Máster en Doctrina Social de la Iglesia, además de máster en Psicología y Técnico Superior en control de Gestión por el Colegio de economistas de Madrid.

Académicamente destaca por ser un estudioso experto en la Escuela de Salamanca y el Magisterio de la Iglesia, y conocer en profundidad el pensamiento liberal, de donde nace y crece su labor divulgativa y apostolados católicos. Destacamos su último libro Juan de Mariana y la Defensa de la Cristiandad Hispana.

Para aquellos que no lo conozcan, ¿Cómo se podría explicar brevemente el liberalismo?

El liberalismo es la ideología o esa manera de pensamiento que en resumidas cuentas actualiza el pecado original; por un motivo muy sencillo, porque pone como primacía absoluta de todo a la libertad. Además, no solo la libertad en sí misma en su sentido más original, la libertad rectamente entendida en su sentido pleno, sino la libertad entendida de una manera equivocada, a la manera nominalista.

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28.04.21

Luis Segura afirma que la sed de conocimiento es en el fondo ansia de verdad, belleza y bien

Luis Segura es escritor, profesor de secundaria y bachillerato, historiador y crítico literario. Licenciado en Humanidades, máster en Humanidades Digitales y graduado en Ciencias Religiosas. Apasionado lector y bibliófilo, su amor por los libros le llevó a crear, en 2010, La cueva de los libros, espacio de crítica literaria leído en los cinco continentes. Su último libro, El más raro y milagroso crucifijo, es un estudio histórico-artístico sobre una magnífica y desconocida talla del renacimiento español, custodiada en un tranquilo pueblo de la provincia de Albacete.

Católico convencido y profesor de religión, analiza los textos clásicos con una profunda cosmovisión católica.

¿Por qué un libro titulado La cueva de los libros, nombre homónimo de su blog?

En primer lugar, como homenaje a un espacio al que he dedicado una atención desmedida en los últimos diez años. Respecto al título, alude al poder de inmersión de los libros y al hecho de que son, en efecto, un refugio frente al ambiente envilecido imperante, por su capacidad de evasión e incluso de iluminación, entendido esto último como el esclarecimiento de verdades que pueden llegar a ser fundamentales para no confundir lo esencial con lo accesorio, y lo eterno con lo transitorio.

¿Puede hablarnos del contenido y de la razón de ser de su blog?

La materia prima del blog, y del libro mismo, son reseñas literarias, aunque también he publicado en dicho espacio otros textos, como crónicas de viajes, artículos y relatos. Todo ello me permite tener una estrecha relación con asuntos que me apasionan y que me enriquecen intelectual y humanamente. Ésa es la razón de ser del blog, no hay otra: dedicar mi tiempo libre al estudio, a la investigación y al cultivo de las bellezas y verdades encerradas en los libros.

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26.04.21

Escándalo hipócrita ante un cartel electoral, sacerdote denuncia el doble rasero de la izquierda

Comparto por su interés el testimonio de un sacerdote que analiza la hipocresía y el odio de la izquierda política y mediática para demonizar un cartel contra la inmigración ilegal mientras son muy permisivos por ejemplo con una ley, esta sí abiertamente inmoral, que pretende robar la inocencia de nuestros hijos y la patria potestad de sus padres.

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En estos últimos días se ha generado un gran debate en torno a un cartel electoral que se ha hecho mediático en plena campaña electoral de la Comunidad de Madrid. Muchos se han apresurado en estigmatizar al partido anunciante porque, según entienden, ellos mismos estigmatizan a los emigrantes, generando odio…(¡!)

Ciertamente no me extraña este discurso entre los voceros del paganismo mediático… es más doloroso, sin embargo, cuando, con intenciones electoralistas, se escucha y se quiere influir con criterios de un cuestionable “humanismo cristiano” en el votante de Iglesia, desde dentro de la Iglesia…

Como miembro también de esta misma Iglesia a la que amo, pienso que este posicionamiento mediático, con tamiz “buenista” no nos hace ningún favor. La cuestión de las migraciones, como tantos otros asuntos, es un tema complejo a nivel social, político y moral y no se resuelve en un solo articulo de opinión. Solo quiero, sin embargo, poner un rayo de luz, en mitad de la confusión intencionadamente creada para turbar la conciencia de los creyentes y modificar su voto. Por consiguiente, huelga, en este caso, debatir con quien no comparta nuestra misma fe. Así, hablemos pues, como creyentes y en términos morales.

En primer lugar, no es lo mismo inmigración legal que ilegal. La bondad o maldad de los flujos migratorios se basa no en los derechos del inmigrante mismo que nadie cuestiona, y menos aún en el hecho de ser persona extranjera o de casa, de la misma o distinta raza, cultura o religión, sino en el hecho de que tales flujos migratorios se hagan de manera legal o ilegal. Ciertamente, no toda legalidad garantiza “per se” la moralidad de la ley, lo deberíamos saber todos (el aborto es legal y, sin embargo, no es moral) …, pero de ahí a fomentar la ilegalidad por sí misma, así, sin más, además de una irresponsabilidad, eso sí que es inmoral.

La inmigración es un fenómeno humano y social en sí mismo neutro, e incluso podríamos calificarlo también ¿por qué no? por sus numerosos beneficios, como moralmente positivo…, pero, como todo en la vida, será moralmente correcto, si está correctamente encauzado. El ejemplo del agua es iluminador: nadie duda de la influencia vital y benéfica del agua, sin embargo, esta misma agua, fuera de sus cauces y totalmente descontrolada puede ser enormemente mortal y destructiva…, ¡¡¡y que no me hablen después de las bondades del agua…!!! Debe ser, pues, una ley justa y la correcta aplicación de la misma, la que debe regularizar y encauzar estos flujos para que no dañen a nadie.

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