Enric, un católico que arrasa con su canal Adictos a la Filosofía con más de 600.000 suscriptores
El autor se enamoró de la filosofía en su adolescencia y a ella está dedicando su vida
Enric F. Gel estudió filosofía en la Universidad de Navarra y es doctor por la Universidad de Barcelona. Desde el 2016, divulga la filosofía en su canal de YouTube, Adictos a la Filosofía, que cuenta con más de 600.000 suscriptores. Es autor del libro ¿Hay filosofía en tu nevera?
¿Cómo nace su pasión por la filosofía?
De adolescente era un chaval con muchas preguntas extrañas. Recuerdo ir un día a la cocina, abrir la nevera para prepararme el desayuno y, de pronto, verme asaltado por la pregunta “¿Qué es lo que hace que yo sea yo, en vez de ser mi padre o mi hermano?”. Me preocupaban también las típicas cuestiones del sentido de la vida, Dios, el alma, la muerte, la libertad… No sabía aún que eran preguntas filosóficas, pero las tenía bien adentro y me atormentaban.
Entonces, en el Bachillerato, descubrí que existía una disciplina viva con más de 26 siglos de historia que se hacía sistemáticamente esas mismas preguntas, intentando responderlas. Y me enamoré: me enamoré de la filosofía, la filosofía me conquistó. Hasta tal punto que, poco a poco y con mucho vértigo, vi que nacía en mí el deseo de estudiarla como carrera y llegar a dedicarle mi vida. Y en esas estamos.
¿Qué supone poder dedicarse a ella a tiempo completo?
Para mí, una felicidad enorme. Aunque en casa siempre me dicen que lo sobre pienso demasiado todo, y tal vez en eso ser filósofo no ayuda. Pero la filosofía, para mí, ha sido un salvavidas. Nietzsche dijo una vez que, sin música, la vida sería un error. En mi opinión, lo sería también sin filosofía.
¿Por qué decidió crear el canal Adictos a la Filosofía? ¿Cómo se le puede seguir?
Terminé mis estudios en la Universidad de Navarra el año 2015, y luego empecé un máster en Barcelona con la idea de hacer un doctorado. Pero terminé dándome cuenta de que necesitaba más tiempo para terminar de dar con una buena tesis, así que me tomé un descanso de la carrera académica. Al mismo tiempo, tenía muchas ganas de probar algo diferente, y por aquel entonces seguía diversos canales de divulgación científica en YouTube. Un día, se me ocurrió que podría hacer lo mismo, pero con la filosofía. Lo consulté con dos buenos amigos y me dijeron que era muy mala idea, pero no les hice caso y tiré el proyecto adelante. ¡Y menos mal!
Si a alguien le interesa, puede seguir mi trabajo sobre todo por YouTube, en el canal Adictos a la Filosofía. He escrito también una introducción a la filosofía en tono divulgativo, pensada para quienes quieran adentrarse por primera vez en este mundillo: ¿Hay filosofía en tu nevera? (2023, Penguin).
¿Esperaba una repercusión tan grande hasta alcanzar más de medio millón de subscriptores?
¡Para nada! Me esperaba encontrar una audiencia pequeñita (porque yo sabía que en YouTube había audiencia para cualquier cosa), pero para nada una acogida tan grande como la que ha tenido mi contenido. ¡Parece que hay mucha más hambre de filosofía de la que me pensaba!
¿Por qué la filosofía sigue interesando tanto al hombre de todos los tiempos?
Porque la filosofía trata de esas preguntas últimas que todo ser humano lleva en lo más profundo de su corazón. En este sentido, no hay persona que no filosofe al menos alguna vez en su vida: son preguntas de lo más naturales, que surgen en nosotros espontáneamente en el contacto con la realidad.
¿Cómo hace, desde su condición de creyente, cuando tiene que difundir filósofos totalmente alejados del sano pensamiento católico?
Creo que la fe no tiene nada que temer de las posturas filosóficas que le son opuestas. Al contrario, no pocas veces su razonabilidad brilla con más fuerza al comparársela con sus alternativas. Por eso, como cristiano no siento ningún reparo al presentar, con todo el rigor de que soy capaz, pensadores y sistemas filosóficos con los que discrepo. En paralelo, considero que es mi deber como filósofo presentar las posiciones contrarias a las mías en su versión más fuerte. En esto, tomo nota del proceder de Santo Tomás: a veces uno puede encontrarse en su obra objeciones contra la fe y el teísmo mucho más potentes que en muchos autores ateos contemporáneos.
¿Por qué los filósofos clásicos, por lo general, parecen estar más cerca del pensamiento cristiano?
Esa es una muy buena pregunta. Yo no creo que sean los únicos adaptables a la fe cristiana, pero sí que es cierto que filósofos clásicos como Platón y Aristóteles desarrollaron sistemas de pensamiento que, luego, se prestaron muy bien a ser incorporados a la fe. Y desde el principio, los padres de la Iglesia y otros grandes pensadores cristianos lo reconocieron, entrando en diálogo con ellos. Diría que, en el fondo, es un testimonio de esa convicción cristiana de que Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza, dotándonos de una razón capaz de penetrar, por sí sola, en la estructura más básica de la realidad.
¿Cómo pudieron llegar con la luz natural a la conclusión de que Dios existía, conocer sus atributos, la inmortalidad del alma…?
A la existencia de lo divino llegaron profundizando en esa gran pregunta filosófica: ¿por qué hay algo en vez de nada? Creo que se dieron cuenta de que, en último término, una respuesta plenamente satisfactoria tiene que apelar a un principio último que sea completamente autoexplicable: y eso es un ser que no dependa absolutamente de nada distinto, sino que exista exclusivamente por sí mismo, y eso es el Dios del teísmo clásico.
A la inmortalidad del alma humana llegaron fijándose en lo peculiar que es la actividad intelectual. Con el intelecto, el ser humano es capaz de hacerse con la esencia de todas las cosas, pero sin convertirse por ello en ninguna. En la filosofía aristotélica, si una parcela de materia adopta la esencia de una cosa, sencillamente se convierte en esa cosa: si yo pudiera, a la materia de un perro, transferirle la esencia o forma del gato, lo convertiría en gato. Pero entonces, si con el intelecto puedo poseer la esencia de otra cosa sin convertirme en ella, se sigue que la actividad intelectual es inmaterial. En cuyo caso, no resulta tan extraño pensar que el alma intelectual pueda sobrevivir a la muerte del cuerpo.
Para quienes les interesen estos temas, pueden consultar Cinco pruebas de la existencia de Dios, de Edward Feser, y Immortal Souls, del mismo autor.
¿Por qué le gusta especialmente Aristóteles?
Creo que Aristóteles, al quedarse con lo bueno y verdadero de su maestro Platón, pero corregir al mismo tiempo sus excesos, básicamente da con las categorías filosóficas clave para entender tanto la realidad externa como a nosotros mismos. Muchas veces me ha pasado de encontrarme con una duda o un problema filosófico, y descubrir que era un tema que ya había tratado de modo satisfactorio el Estagirita. Así, muchos de los caminos sin salida de la Modernidad encuentran su solución en un retorno a las categorías aristotélicas.
¿Cuál fueron sus principales aportaciones a la historia de la filosofía?
Creo que su principal aportación a la historia de la filosofía es su distinción entre el acto y la potencia. El presocrático Parménides había declarado que el cambio era imposible, porque para que algo que no existía empezara a existir, tendría que salir del no-ser, y eso era imposible (de la nada, nada sale). Aristóteles resuelve este problema aclarando que el cambio no implica el paso titánico e imposible entre el no-ser absoluto y el ser, sino entre dos tipos de ser: el ser en potencia y el ser en acto. Es cierto que, cuando uno tiene la semilla, el árbol en el que se convertirá todavía no existe en acto, pero sí en potencia, y esa es una manera de ser. El cambio es, entonces, un paso de la potencia al acto.
Así desencaja Aristóteles la aporía de Parménides y lega al pensamiento una distinción fundamental entre dos modos de ser que luego aplicará de modo muy fructífero a un montón de áreas de la filosofía: la metafísica, la ética, la política, incluso la teología. Dios será entendido como una realidad puramente actual, sin mezcla de potencia, algo que recogerá posteriormente Santo Tomás.
¿Qué influencia tuvo en Santo Tomás?
El occidente cristiano no descubrió las obras completas de Aristóteles hasta el s. XIII, por medio del trabajo de sus comentadores árabes. Y, claro, Aristóteles lleva a cabo una crítica destructiva de la filosofía de Platón, lo cual puso nerviosas a muchas personas, porque desde san Agustín la fe cristiana se había sistematizado utilizando categorías platónicas. Al mismo tiempo, varios autores empiezan a sacar del aristotelismo conclusiones radicalmente opuestas a la fe, y presentándolas como resultado de la razón filosófica. Eso alimenta todavía más la animadversión hacia la filosofía aristotélica por parte de otros pensadores.
Lo que hace santo Tomás es buscar el término medio, porque reconoce en el pensamiento de Aristóteles ideas muy valiosas, y un tipo de lenguaje que, hasta cierto punto, podía llegar a ser más útil incluso que el platónico para expresar las verdades de la fe. De ahí que empieza a defender una síntesis muy particular entre Aristóteles y el platonismo que hereda de san Agustín, dándonos una de las filosofías cristianas más robustas y admirables.
¿Cuál fue a su juicio el punto de inflexión en el que la filosofía se aleja del realismo cristiano, del que Santo Tomás es su máximo exponente?
Es complicado decirlo, porque probablemente hay muchos factores en juego. Personalmente, creo que hay un punto de quiebre en la Modernidad, con el pensamiento de Descartes y otros, cuando el objetivo del filósofo deja de ser contemplar la naturaleza en su bella verdad, y pasa a ser encontrar aquel sistema de pensamiento que mejor nos permita convertirnos en sus “dueños y poseedores”. Esto lleva a centrarnos en los aspectos cuantificables de la naturaleza, cosa que, de por sí, es algo positivo (nos dio la ciencia moderna), pero que tristemente va acompañado de un rechazo total a las categorías filosóficas más clásicas.
Dicho esto, tal vez el verdadero punto de inflexión está más atrás, con el auge del nominalismo en el s. XIV. El nominalismo es una filosofía que niega realidad al universal. Ya no hay esencias o naturalezas, sino solamente puros individuos que la mente humana categoriza según sus intereses más o menos arbitrarios. Esto es un quiebre radical con respecto a la filosofía anterior, que estaba basada en la convicción de que la razón no inventa lo universal, sino que lo descubre.
El problema es que, si la razón inventa el universal, este deja de ser una herramienta con la que profundizamos en la estructura metafísica de lo real, y se convierte más bien en una ficción de la mente humana que se justifica en vistas a su utilidad práctica. Con el nominalismo, la naturaleza ya no tiene una estructura racional que la razón humana puede descubrir y que, por decirlo así, se le impone, le guste a ella o no. Y de aquí a la idea de que todo vale o de que cada uno crea su propia realidad, hay sólo un paso.
Por Javier Navascués
8 comentarios
Y sus vídeos de internet son muy buenos. Recuerdo uno sobre la peculiar lectura (un disparate, vamos) que ese ateo oficial de hoy, Richard Dawkins, hace sobre las cinco vías tomistas. Extraordinario.
No los recibio y todavia andan preguntandose , que habra querido decir con eso de que el hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.
- ¿Por qué brilla el sol?
- Cambio de sexo.
- Filosofía materialista y marxista.
- Teoría evolución.
- Universo eterno e infinito.
- Etc.
2. La Fe católica ilumina a la razón. Esto quiere decir que el logos ha de estar en el Logos para no errar.
3. Es obligación moral y obra de misericordia espiritual corregir y descubrir la falsa filosofía = ideología = sistema de pensamiento cerrado alejado de la realidad.
Excelentemente explicado.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
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