Cristina López del Burgo habla de El camino de la infertilidad, libro para ayudar a aquellos que la sufren

Cristina López del Burgo es licenciada y doctora en Medicina por la Universidad de Navarra y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Con más de 15 años de experiencia en la docencia universitaria y la investigación sobre sexualidad y fertilidad, ha realizado varias estancias en centros de Estados Unidos. En la actualidad, combina su trabajo en la Universidad de Navarra con el acompañamiento de parejas que se enfrentan a la infertilidad y también imparte sesiones y talleres.

¿Por qué decidió escribir el libro El camino de la infertilidad?

Tras la pandemia del coronavirus, abrí una cuenta en Instagram para acompañar, a través de mi experiencia personal y profesional, a las parejas con infertilidad. También buscaba que quienes tenían hijos conocieran mejor lo que supone no tenerlos. En mi cabeza estaba ya la idea del libro, pero no encontraba tiempo. Hasta que recibí una llamada en la que una persona me preguntaba qué decir, y sobre todo, qué no decir a una pareja que estaba sufriendo por no conseguir el embarazo. Pensé que si no hablamos abiertamente de la infertilidad, ¿cómo vamos a acompañar a quienes la sufren? Ese día comencé a escribir el libro.

¿Por qué es necesaria una guía para afrontar lo que llama un desafío?

Porque cuando te das cuenta de que puedes tener un problema de fertilidad, difícilmente sabes cuál es el siguiente paso que conviene dar, dado que no se suele hablar de ello. Conocer qué supone la infertilidad en la vida de una pareja ayuda a enfrentarse a ella con un poco más de serenidad y, sobre todo, de esperanza, aunque finalmente no se tengan hijos.

1 de cada 6 parejas es un porcentaje alto, que afecta a muchas personas…¿Por qué suele ser un tema tabú del que no se habla?

Creo que porque es un tema que afecta a la intimidad de la pareja. Pero si no hablamos sobre la infertilidad, seguirán existiendo mitos y falsas creencias. Por ejemplo, todavía hay gente que piensa que si eres infértil eres “menos hombre” o “menos mujer”, o que quienes no tenemos hijos vivimos muy bien, como si no tener hijos te protegiera de tener problemas. Claramente no se conoce qué supone la infertilidad. No hace falta dar detalles de lo que ocurre en la pareja, pero sí se puede hablar de cómo puede afectar, qué sufrimientos conlleva, etc., sin invadir la intimidad.

¿Cuáles son las reacciones más comunes que suelen tener las parejas al conocer que no pueden tener hijos?

En primer lugar, desconcierto porque lo que pensaban que iba a ser fácil, no lo es. Después pueden aparecer la tristeza, la culpa, la rabia, el miedo. Son reacciones habituales en un proceso de duelo, porque la infertilidad es la pérdida de un proyecto vital y toda pérdida conllevo un duelo. También es normal sentir envidia y no alegrarse ante los embarazos de las demás, porque esos embarazos te recuerdan que tú no lo has conseguido y eso, inevitablemente, duele.

¿Qué soluciones puede haber dentro de lo que enseña la moral de la Iglesia?

Más que soluciones, yo prefiero hablar de opciones o de caminos, como por ejemplo, intentar restaurar la fertilidad para conseguir el embarazo de manera natural (es lo que hace la Naprotecnología), la adopción o la acogida. También vivir sin hijos es una opción. Cada matrimonio tendrá que discernir cuál es su camino. No todos estamos llamados a la adopción ni tampoco tenemos la obligación de someternos a todos los tratamientos disponibles. Por otra parte, hay matrimonios católicos que deciden recurrir a las técnicas de reproducción asistida, aunque la doctrina de la Iglesia es clara rechazando estas técnicas. En el libro explico todos los detalles de la reproducción asistida y qué dice la Iglesia al respecto. Todos los católicos deberíamos conocerlo. Luego, con toda la información, que cada cual decida qué hacer. Lo que está claro es que no podemos juzgar a los demás y por supuesto, que todos los niños son amados por Dios, independientemente de cómo hayan sido concebidos.

¿Por qué es clave la aceptación y ver en ello la voluntad de Dios?

Porque si no llegamos a la aceptación de la situación que nos ha tocado vivir, nos vamos a perder muchas cosas. Es lo que llamo en el libro poner la vida en “stand-by”. Posponemos planes, aficiones, viajes, sueños profesionales, esperando a que llegue el embarazo. Y así va pasando la vida ante nuestros ojos y nos olvidamos de vivir el presente. No sabemos por qué Dios no nos concede esos hijos que tanto anhelamos. Él es capaz de ver el lienzo completo de nuestras vidas, mientras que nosotros sólo vemos unas cuantas pinceladas. Habrá que fiarse… La experiencia nos dice que confiar en Dios siempre merece la pena.

En caso de que el camino no sea la adopción o la acogida, ¿cómo pueden abrirse los matrimonios sin hijos a la fecundidad?

Ser fecundos no significa únicamente tener hijos. Significa dar fruto. Y el amor siempre da fruto. Por eso cualquier persona, esté o no casada, tenga o no tenga hijos, puede ser muy fecunda. Las maneras de amar y de entregarse a los demás son infinitas. Muchas veces son pequeñas y muy concretas, como sonreír por la mañana a tu pareja o escuchar a una amiga, y otras puede que sean más grandes, como fundar una ONG para ayudar a los más necesitados.

Además de sus conocimientos en bioética y sexualidad, ¿cómo le ha ayudado su experiencia personal a la hora de escribir este libro?

Evidentemente, haber pasado por la infertilidad me ha ayudado a explicar muchas de las situaciones que abordo en el libro y que son comunes a quienes transitamos este camino. Pero hay otras que no he vivido personalmente, como por ejemplo sufrir un aborto. En esos casos, el haber hablado con otras parejas que sí han pasado por esas situaciones, me ha ayudado a escribir sobre ello.

¿Por qué merece la pena leer el libro?

Porque los matrimonios que se enfrentan a la infertilidad necesitan sentirse acompañados, que alguien les cuente lo que se van a encontrar durante el camino y como hacer frente a las dificultades. Por otra parte, aunque la Iglesia no es ajena a la infertilidad, muchas veces los católicos no sabemos qué hacer ni qué decir. Hay matrimonios que se han sentido juzgados y hasta olvidados dentro de la Iglesia por no tener hijos. El libro ayudará tanto a quienes sufren la infertilidad como a quienes quieran conocer mejor qué supone. Responde a las dudas que suelen tenerse, desmontando mitos y falsas creencias. Quienes lo lean conocerán los desafíos a los que se enfrentan muchas parejas hoy en día y descubrirán la belleza de la vida cuando nos abrimos a lo inesperado.

Por Javier Navascués

6 comentarios

  
AJ
La reproducción asistida es una inaceptable intromisión en la ley natural.
30/05/24 10:38 AM
  
M. A.
No veo que se oferte la reproducción asistida «... con toda la información, que cada cual decida qué hacer» Es una opción intrínsecamente mala, como lo es el aborto en el caso contrario.
No todo vale. Por lo demás, gracias por el resto de la información.
30/05/24 5:01 PM
  
Miguel Etche
@AJ

Intromisión en la "Ley Natural" tal como cuando te sacas sangre y la meten en una máquina para analizarla y decirte si tenés colesterol, de manera que puedas tomar una droga que es otra intromisión en la "Ley Natural". O que por medio de una asistencia médica te abran el pecho para colocarte un bypass coronario. Todo muy natural.

Si fuera por la Ley Natural, una vez en edad reproductiva ya podríamos copular padres e hijas, nueras y suegros, yernos y tías, que mas da si así está en la Ley Natural.
30/05/24 5:15 PM
  
Rafael
La Iglesia preparó un documento, publicado con fecha 22 de febrero de 1987, que lleva la firma del entonces Cardenal Joseph Ratzinger (hoy Papa Benedicto XVI) y cuenta con la aprobación de quien era entonces el Papa, Juan Pablo II Leer “Instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente y de la dignidad de la procreación”. El título breve en latín es Donum vitae. Y por supuesto el Punto 2377 del Catecismo de la Iglesia Católica
30/05/24 7:25 PM
  
AJ
Miguel Etche:

Para hablar en contra de la ley natural, lo primero que hay que hacer es entenderla. La ley natural es el derecho por naturaleza que tenemos todos los hombres por el hecho de ser tales y está inscrito en nuestra naturaleza. Uno nunca tiene derecho a tener un hijo como no tiene derecho a tener salud. Tiene derecho para poner los medios para obtener ambas cosas. Pero desligar el sexo de la procreación, todos sabemos que atenta contra la naturaleza del sexo en si. Bien sea por sexo sin procreación o bien por procreación sin sexo.

Desde el punto de vista cristiano, esa ley natural inscrita en el corazón humano tiene su origen en Dios creador. Y, como tal, la naturaleza en si tiene una forma de funcionar y un fin. Lo que hace la FIV es romper con ese fin. Los ejemplos que usted ha puesto, pueden ser una intromisión en la naturaleza pero no en la ley natural. En todos los casos anteriores, se trata de elementos defectuosos que no cumplen adecuadamente su fin... Pero buscas un medio para que lo lleve a cabo adecuadamente.

Ejemplo Bypass: Las venas están hechas para llevar sangre, pero por un defecto no la llevan. Vamos a ayudar con un bypass a que cumpla su función natural.

Ejemplo colesterol: sabemos que el colesterol acumulado puede impedir que las arterias lleven a cabo su fin natural. Podemos medir los niveles. Vamos a prevenir que esto pase.

Ejemplo droga. Depende de qué droga. Si es medicinal, se aplica lo anterior. Si es para suicidarse, todo ser humano tiende a conservar la vida. Por tanto si, sería una intromisión en la ley natural. Uno sabe que quitarse la vida está mal y protegerla está bien.

Lo que uno hace con la FIV no es solucionar un elemento natural defectuoso que no llega a su fin. Eso pasaría si existe una esterilidad por endometriosis e intentamos solucionar este punto. Lo que hace es desligar el fin del sexo y de los órganos sexuales y hacer un niño en una probeta, con la destrucción de embriones que conlleva. Por eso la Iglesia acepta la naprotecnologia pero aborrece la FIV.

Sobre el tema del incesto, eso ocurre en la naturaleza pero va en contra de la ley natural (¿Ve como no sabe lo que es?). Todos tenemos una repulsión a acostarnos con la hermana y sabemos que está mal. En todas las culturas

El principal problema es que confunde naturaleza con ley natural. Para someterse a una ley, hay que tener raciocinio y conocimiento del bien y del mal. Los animales no lo tienen. Incluso se aceptan leyes contra natura En el ámbito civil, como el "matrimonio gay" , la ley trans o el viogen. Pero vamos, que si queremos encontrar a los causantes de esto no hay que ir a buscarlos entre los de la bandera arcoiris. Es mejor buscarlos entre los millones de matrimonios católicos que negaron algo tan simple como que los niños nacen del sexo

30/05/24 11:57 PM
  
Cristián Yáñez Durán
Miguel Etche.

Usted confunde dos cosas distintas:
- Naturaleza: principio de operaciones de un ser creado.
- Ley Natural: principios de orden moral inscritos en el alma del hombre, para que actúe conforme a la recta razón.

Que una cosa no sea contranatura no implica que sea conforme a la ley moral. Ejemplo: el mal moral. Es propio de la voluntad tender al bien universal. Pero el pecado, que es mal moral por antonomasia, siempre se hace bajo razón de bien. En ese sentido, es natural porque implica que la naturaleza tiende a un bien, o lo que le parece un bien. La voluntad no puede tender al mal bajo razón de mal, eso sería cotrario a la naturaleza misma de voluntad.
31/05/24 2:07 PM

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