Entrevista al P. Pablo Blanco, prestigioso premio Ratzinger 2023, considerado el Nobel de la Teología
El P. Pablo Blanco Sarto es filólogo, filósofo y teólogo, siendo doctor en estas dos últimas disciplinas. Se ha dedicado a la estética y hermenéutica del arte, a las relaciones entre fe y razón, y al diálogo católico-luterano sobre eucaristía, ministerio y eclesiología. Es profesor titular de teología sistemática en la Universidad de Navarra.
¿Qué ha supuesto para usted recibir el premio Ratzinger 2023?
Por un lado la lógica alegría de recibir un reconocimiento con el nombre de quien he dedicado parte de mi investigación. Pero también un cierto alivio, pues esto quiere decir que no he ido muy descaminado en la interpretación que he dado de Joseph Ratzinger / Benedicto XVI. Sí, una alegría y una confirmación de mi trabajo.
Y más este año en el que está todavía reciente su fallecimiento a finales del año 2022…
Sí, es una fecha bonita: será la primera entrega del premio sin su presencia física. Pero esto quiere decir que es un premio llamado a perdurar, que continúa la teología crítica y creyente que desarrolló en su día el teólogo bávaro. Quizá se inaugura ahora una segunda generación, a la que seguirán otras tantas.
¿En qué medida es un incentivo para seguir estudiando y profundizando en su obra?
Creo que siempre se podría profundizar más en su pensamiento y casi cada día descubro matices nuevos. Pero también pienso que hay que mirar hacia delante y afrontar nuevos retos y problemas con el espíritu de su teología. En concreto, a mí me ocupa de modo especial el ecumenismo, y creo que ahora toca a otros continuar yendo por el camino que él mismo ha iniciado.
¿Por qué decidió involucrarse de lleno a estudiar su vida y su obra?
Pienso que es una buena síntesis de Escritura y liturgia, teología de los Padres y de los maestros medievales; pero también de las enseñanzas del Vaticano II y de lo mejor de la teología del siglo XX. Pienso que es un buen guía en este proceloso mar. El modo con que él afronta los problemas (con empatía y capacidad crítica) pienso que es un modelo para todos nosotros. Su mérito fue saber establecer un diálogo en torno a la verdad, que nunca agotaremos del todo.
¿Cómo le ha enriquecido a nivel personal consagrarse a esta tarea?
Me ha enriquecido teológicamente, al encontrar un buen maestro; pero también pienso que espiritualmente. Ratzinger es un hombre sencillo, humilde, con una gran capacidad intelectual, pero capaz de expresarlo con una claridad y facilidad notables. Algo parecido me gustaría también hacer a mi. Por otra parte me ha enseñado mucho su disponibilidad y su espíritu de servicio para afrontar tareas que a lo mejor no le apetecían en un primer momento. Pero se entregó a fondo a ellas. También en esto supone una inspiración para mí.
¿Cuál ha sido a su juicio el mayor legado de Benedicto XVI en el campo de la Teología?
Los temas que conozco mejor son la relación entre fe y razón, sus aportaciones al concilio Vaticano II y sus estudios sobre eclesiología y ecumenismo. Pero pienso que, con sus lúcidos diagnósticos y sus certeros análisis, se podría decir esto de tantos otros temas que he estudiado en menor medida. Tengo un amigo que dice que Ratzinger es como el rey Midas: que todo lo que toca se convierte en oro… Tal vez sea una exageración, pero pienso que algo de eso hay.
¿Qué obras destacaría principalmente?
Siempre se menciona la “Introducción al cristianismo” surgida en un cambio epocal, en el paso del paradigma existencialista al marxista de mayo del 68, que en Alemania tal vez sea un poco anterior. Supone una síntesis de lo visto por Ratzinger hasta ese momento.
Pero a mí me gusta decir que el libro de su vida es el “Jesús de Nazaret” que no solo recoge un concentrado de sus ideas sino sobre todo la contemplación de la figura de Jesús. En parte lo escribió durante su pontificado, lo cual significa que para el sucesor de Pedro, hablar sobre Jesucristo es la parte más importante de su ministerio.
¿Qué otras aportaciones de su pontificado destacaría?
En primer lugar, el mencionado diálogo entre fe y razón. Después las tres o cuatro encíclicas (una con el papa Francisco) sobre la fe, la esperanza y la caridad (dos de ellas sobre esta virtud teologal). Unas bonitas reflexiones sobre la Eucaristía y la Escritura en las exhortaciones postsinodales, y unas catequesis sobre la historia de la Iglesia: los apóstoles, san Pablo, los padres y doctores de la Iglesia, maestros medievales, etc. Un magisterio luminoso.
Pero además fue quien inició lo que algunos han llamado la Operación Limpieza en la Iglesia, sobre todo en lo que se refiere a los abusos y a la transparencia financiera, que después ha continuado con decisión el papa Francisco. Han sido momentos dolorosos, que incluso supusieron un cierto detrimento para su popularidad, pero la decisión y la valentía de Ratzinger no siempre son apreciadas.
En fin, para corroborar lo anterior, el gesto de la renuncia nos deja un ejemplo sobre el modo de ejercer el ministerio petrino, que a mí me hace todavía pensar.
¿Cree que será declarado doctor de la Iglesia y qué supondría ese hecho?
Primero tendría que ser canonizado, pero espero que todo pueda llegar. Supondría un reconocimiento a su figura eclesial e intelectual, que puede servir de guía para las futuras generaciones. Un pensamiento vivo para fecundar la vida de la Iglesia y de la teología en los próximos siglos.
Por Javier Navascués
2 comentarios
-Juan Pablo II, es Santo.
-Juan Pablo I, es Beato.
-Pablo VI, es Santo.
-Juan XXIII, es Santo.
-Pio XII, es, Venerable
-Pio IX, es Beato.
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