Ignacio Taló habla de la Fundación Brafa, obra social, educación y deporte para descubrir a Dios

Ignacio Taló. Licenciado en Ciencias Biológicas (1991) y Monitor Nacional de atletismo (1993) Atleta retirado. PDD IESE (2001) Actualmente Director de la Fundació Brafa y del portal de internet www.bchampion.org. Colaborador de El Mundo Deportivo entre otros proyectos.

¿Cómo nace la Fundación Brafa y con qué finalidad?

Brafa nació en 1954 impulsada por 5 o 6 amigos, algunos de ellos eran del Opus Dei. Su intención fue organizar unos partidos de fútbol en un campo municipal para chicos del barrio. Era una manera de ayudarles a ocupar el tiempo de manera saludable y crecer en amistad. Poco a poco el proyecto fue cogiendo forma. Alquilaron un campo y le pusieron nombre al club (BRAFA, que obedece a los deportes que pensaron que harían, fútbol, remo, atletismo, baloncesto y alpinismo). Desde el principio tenían claro que querían hacer una labor social y educativa a través del deporte y que esta actividad ayudara a los participantes a descubrir a Dios.

¿Por qué en Brafa quieren dar la oportunidad a los niños de recibir una excelente formación técnica y humana a través del deporte?

Bafa está situado en un barrio bastante pobre. Hasta ahora hemos conseguido dar todas las becas necesarias para que ningún niño se quede sin hacer deporte por un motivo económico.

Entendemos que el deporte es una gran herramienta para educar. Nosotros lo resumimos en frases como: Campeones en el deporte, campeones para la vida. Es decir, es bueno aspirar a alcanzar el éxito deportivo, pero lo más importante es que a través del deporte podemos adquirir unas virtudes que nos ayudarán a crecer como personas y, en definitiva, a ser felices. Hace unos años acuñamos como lema la frase: Beyond victory! Que significa ¡Más allá de la victoria! Esta frase la sacamos de un documento de la Santa Sede titulado Dar lo mejor de uno mismo. Phil Jackson, entrenador de los Chicago Bulls, decía una frase parecida: Nuestros objetivos van más allá de la victoria.

¿Por qué fomentan el desarrollo de 20 competencias de liderazgo?

Las 20 competencias de liderazgo son las 20 virtudes que nos conforman como personas. Estas competencias están muy experimentadas en el mundo de la empresa y en otros ámbitos. En nuestro caso las hemos adaptado al deporte y les hemos dado contenido. Durante la temporada, trabajamos en cada categoría las 20 competencias. Cada dos semanas nos centramos en una de ellas, con unos contenidos diferentes para cada edad, que consisten en una breve charla y un objetivo para el entreno y otro para casa. Una característica de este plan es que el entrenador evalúa a cada deportista y envía un informe a la familia sobre el progreso de su hijo.

Pero el fin último no es una mera filantropía, sino el apostolado y la caridad, para hacerlos mejores cristianos o en algunos casos predisponer a los niños y a sus familias a la fe…

Brafa nació bajo el impulso de San Josemaría, fundador del Opus Dei. Nuestra ilusión es ayudar a cada deportista y a sus familias a crecer en virtudes y desarrollarse como personas. El deporte, la formación que les ofrecemos y el clima de amistad que se genera ayuda a muchas personas a encontrar a Dios. Cada año hay algunos padres que deciden casarse, varios jóvenes que se bautizan o hacen la primera comunión. En nuestro caso podríamos decir que damos liebre por gato.

¿Cómo suelen acoger los jóvenes las enseñanzas cristianas?

Nos encontramos en una sociedad secularizada, hay ignorancia. En la mayoría de las personas no hay cerrazón. Todos nos hacemos preguntas que nos abren a la trascendencia y a los demás. Lo que intentamos hacer es presentarles el mensaje cristiano de manera atractiva, para que despierte su interés y conecten. Esto es un reto y estamos continuamente pensando cómo hacerlo mejor. El ambiente de amistad y confianza que se genera en el deporte facilita hablar de estos temas con las familias.

¿Qué casos recuerda más paradigmáticos del bien espiritual que han recibido los niños?

A lo largo de un curso hay muchas anécdotas. Desde un niño de 10 años que dice: me quiero bautizar, pero en mi casa no me hacen caso. A una familia que bautiza a sus tres hijos y se casan aprovechando un peregrinaje que hacemos cada año a un santuario de la Virgen, con paella incluida, como banquete. Para esta familia una de las trabas para casarse era que decían que era caro. La verdad es que les salió muy barato. Pienso que los niños tienen una sencillez que les facilita abrirse a la trascendencia, a mí me dan una lección cuando les veo rezar o entrar en la capilla de Brafa para darle un beso a la Virgen.

¿Cuáles son las principales dificultades que encuentran al hacer su labor?

Una dificultad es la ignorancia, en algunos casos, los prejuicios. Y especialmente la indiferencia. Pienso que estamos en una sociedad poco reflexiva, del ir tirando, que mira el corto plazo y que no se pregunta por el sentido de las cosas. El reto es despertar este interés, ayudarles a pensar, a volar alto, a buscar el sentido de las cosas y a plantearse temas de fondo.

¿Cuál es el balance de la labor que han realizado en todos estos años?

Por un lado está la satisfacción de mirar hacia atrás y ver la cantidad de jóvenes que han pasado por Brafa y cómo les ha ayudado a ser mejores personas. Muchos de ellos traen ahora a sus hijos. Esto nos estimula a pensar cómo podemos aprovechar mejor el potencial del deporte y la amistad que se genera para ayudar a más personas. Recientemente hemos empezado una actividad con refugiados y personas que están en el paro. Vienen a Brafa dos días a la semana a hacer deporte. Es gratuito. Ellos reciben cariño, un poco de formación, se divierten y mejoran un poco su salud. A nosotros también nos beneficia, pues estas personas nos enseñan muchas cosas sobre superación, cómo sobreponerse a las dificultades, sencillez e ilusión por el futuro.

Continuamente nos planteamos qué más podemos hacer y cómo hacerlo mejor. Fruto de esta reflexión empezamos hace dos años una iniciativa que consiste en que algunos equipos tengan como segundo entrenador una persona con discapacidad psíquica. Actualmente tenemos cuatro. La experiencia es magnífica, especialmente por lo que estas personas aportan en el ámbito educativo.

¿Cuáles son los principales proyectos de cara al futuro?

Tenemos tres proyectos nuevos que nos ilusionan mucho. Uno es el portal de internet bchampion.org en el que cualquier entrenador puede utilizar de manera gratuita nuestro plan de formación. Es una manera de poner nuestro granito de arena para mejorar la sociedad.

Otro es el grupo que crearemos en septiembre para niños de 4 a 10 años con TEA, y el tercero es el equipo de fútbol para jóvenes con diversidad funcional.

¿Cómo se puede contactar con ustedes?

Estamos en Barcelona, en la calle Artesanía nº 75, nuestro teléfono es 933 590 116 y también nos pueden escribir a [email protected]

Por Javier Navascués

3 comentarios

  
Vladimir
Que no se fomente la práctica del boxeo, la lucha libre y otros por el estilo. No pueden ser consideradas como disciplinas deportivas, aquellas cuyo triunfo radica en causar daño al contrincante y en las cuales, la eventual muerte de alguno de ellos queda impune, porque de eso se trata, de aniquilar al otro. EL DEPORTE ES PARA CONSTRUIR, NO PARA DESTRUIR AL SER HUMANO.
05/07/23 3:01 PM
  
mater et magistra
En la sinfonía del deporte, donde el cuerpo se funde con la pasión, se despliega la posibilidad de hallar a Dios. El sudor se convierte en plegaria, el esfuerzo en devoción. Pues, al igual que Santa Teresa nos enseñó, en las más insospechadas sendas se encuentra el rastro luminoso del divino encuentro, hasta en los fogones se encuentra Dios.

En el escenario del deporte, donde el talento se eleva y la excelencia se manifiesta, las vestimentas revelan más que una simple elección estética. Sin embargo, en el tenis, las minifaldas desafían la virtud del pudor, exponiendo cuerpos de forma impropia. ¿Acaso olvidamos que la belleza auténtica reside en la elegancia y el respeto? Es tiempo de repensar estas vestimentas y encontrar un equilibrio entre la expresión individual y la preservación de los valores que sostienen nuestra moral católica.

El conflicto de los baños mixtos, censurados duramente en los concilios de Laodicea y el Cuarto Concilio de Constantinopla, se extiende hasta nuestros días en disciplinas deportivas como la gimnasia rítmica acuática etc. ¿es apropiado exponer a los ojos la intimidad corporal donde se desdibujan los límites de la modestia? En esta encrucijada entre tradiciones y progreso, se requiere un diálogo sensato que proteja tanto la moral como los derechos individuales, buscando armonía en un mundo en constante transformación.
05/07/23 5:08 PM
  
mater et magistra
Vladimir
Que no se fomente la práctica del boxeo, la lucha libre y otros por el estilo.



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Es alentador escuchar a un comentarista valiente que se atreve a afirmar que el boxeo y la lucha no son conformes a la moral católica. Sin embargo, si nos sumergimos en el vasto océano del fútbol, nos encontramos con una realidad que nos estremece. En el día del Señor, en cada campo de juego, lo más suave que se le grita al árbitro desde las gradas es: "eeeeeeeeeeeehhhhhhh!! ¡Cabrón!". ¿Qué ha sucedido con los valores que nos sostienen como sociedad?

El fútbol, se ha convertido en un espectáculo grotesco donde los insultos se entrelazan con cada pase y cada remate. ¿Dónde queda la virtud de la paciencia, la moderación y el respeto? ¿Qué ejemplo estamos dando a nuestros hijos, a aquellos que esperan ver en el deporte un reflejo de integridad y nobleza?

05/07/23 5:14 PM

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