Rafael Navarro-Valls analiza su obra De la Casa Blanca a la Santa Sede
El jurista Rafael Navarro-Valls escatedrático emérito y profesor de honor de la Facultad de Derecho, de la Universidad Complutense de Madridy vicepresidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislaciónde España.Ha recibido numerosos premios y distinciones, siendo académico de Honor de un buen número de universidades.
En esta ocasión analiza su libro De la Casa Blanca a la Santa Sede, editado por Almuzara. Un riguroso análisis de los recientes presidentes norteamericanos y los datos más relevantes de los últimos sucesores de San Pedro.
¿Por qué decidió escribir un libro titulado De la Casa Blanca a la Santa Sede?
Este libro y otros de tema similar tienen una larga historia. Por una parte, yo soy Catedrático de la Complutense y experto en relaciones Iglesia-Estado.
Por otra parte, cuando era muy joven (unos 13 años) mi padre, que era un abogado del Estado muy erudito, me propuso una lista de libros para leer, diversos de los habituales sobre Julio Verne, Emilio Salgari etc. Entre ellos, estaba uno de André Maurois titulado: “Historia de los Estados Unidos”.
A partir de ese momento, fui especializándome poco a poco en la Presidencia de los Estados Unidos, de modo que el libro que acabo de publicar recoge artículos sobre Kennedy, Nixon, Bush, Obama, Hillary Clinton, Trump y Biden. Al tiempo, analizo las figuras de los últimos papas como Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. En el fondo, es el análisis de los dos centros de poder más intensos de la Tierra.
¿En qué medida ambas entidades simbolizan el poder temporal y el espiritual?
Estados Unidos es hoy el mayor centro de poder político, económico, militar y científico.
La Santa Sede es un poder espiritual que abarca unos 1.300 millones de fieles. Desde mi punto de vista, el poder espiritual es más extenso y perdurable, mientras que el terrenal es más concreto y transeúnte. De todas formas, el modo de acceder a la cúspide de esos dos poderes es muy distinto, pues para llegar al despacho Oval de la Casa Blanca tienes que superar una campaña que es una locura, con unas primarias que son una tortura política y a veces debes arrebatar “la victoria de las fauces de la derrota”.
Sin embargo, la elección de los Papas se opera a través de mecanismos mucho más discretos. Por ejemplo: si sobre los electores de un Presidente se cierne una avalancha de imágenes, redes, etc., el aislamiento total de los electores de un Papa está al resguardo de toda la parafernalia que rodea al Presidente de los Estados Unidos.
¿Hasta que punto es cierto que el presidente de Estados Unidos es el hombre más poderoso del mundo o es un poder que en cierta manera está muy condicionado?
Cuando se habla del hombre más poderoso del mundo, no hay que olvidar las reglas del circo político en el que el Presidente actúa. No hay que olvidar que los miedos a la tiranía de los primeros inmigrantes europeos les hizo elaborar un sistema de contrapoderes: la Cámara de Representantes, el Senado, el Tribunal Supremo, etc.
Necesita el continuo apoyo de poderosos consejeros que lo rodean. Sin esos consejeros, sería como una tortuga patas arriba que puede moverse mucho pero no ir a ningún sitio.
¿Cuáles han sido a su juicio los principales hitos que se han producido entre la Santa Sede y el despacho oval?
Las relaciones entre ambos poderes siempre han sido fluidas. Por ejemplo, el crack del 89 que tumbó a todo el Telón de Acero, se debió, por una parte, a la presencia reiterada de Juan Pablo II en Varsovia proclamando que los derechos de Dios son también los derechos del hombre. Por otra parte, Ronald Reagan con su amenazante guerra de las galaxias sobre la Unión Soviética, contribuyó también primero a la perestroika y luego a la caída entera del muro de Berlín.
Hay otras veces, en que las relaciones han sido hostiles. Recuerdo que Joaquín Navarro-Valls (q.e.p.d), portavoz durante muchos años de Juan Pablo II y Benedicto XVI, tuvo un fuerte encontronazo con el Vicepresidente Al Gore, al que le reprochó tener dos caras en la conferencia de El Cairo (1994): una cara interna promoviendo el aborto y el control de natalidad y otra cara externa en la que aparecía una afabilidad y una comprensión aparentes. El choque fue tan intenso que uno de los periodistas norteamericanos presentes se acercó a Joaquín y le preguntó: ¿afirma usted que el Vicepresidente de Estados Unidos miente? Sin inmutarse, el portavoz contundentemente respondió: “Sí, esto es lo que digo”.
¿Hasta qué punto el papa mantiene su influencia en el mundo secular?
Desde luego tiene un importante peso. Le voy a poner un ejemplo: los últimos papas, en especial Juan Pablo II, han tenido que librar una auténtica batalla en tres frentes: el primer mundo imbuido de un galopante proceso secularizador; el segundo, lo que fue el bloque soviético, con una aplastante carencia de derechos humanos; y el tercero, envuelto en un marasmo de pobreza. En los tres frentes, ha demostrado la fuerza del poder espiritual.
¿Cuál es la aportación específica del libro en relación a todo lo que se ha escrito hasta ahora?
Ante todo, es un repaso cronológico a la historia de los últimos pontífices y Presidentes de Estados Unidos.
En este análisis, aporto consideraciones que creo que son de interés sobre el asesinato de Kennedy o el papel moderador de Michelle Obama sobre su marido. También hablo del estado de salud de los políticos, muchas veces oculto tras informes médicos manipulados. Etc.
Y respecto a los Papas, aporto una serie de anécdotas sobre Juan Pablo II inéditas, así como un repaso detenido sobre las fuerzas que atacaron a Benedicto XVI y el renacer con Francisco de nuevos aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia.
Por Javier Navascués
9 comentarios
Equiparar comunismo y cristianismo, como ha hecho, ¿es un renacer de la DSI? ¿No es más bien su demolición?
Estoy muy harto de quienes nos quieren vender un Francisco impecable cuando es el papa más desastroso de la historia de la Iglesia.
Comunismo es odio, lucha de clases. Cristianismo, amor, incluso a los enemigos.
Francisco posee una impronta peronista y es económicamente antiliberal y seguidor de la teología del pueblo, una rama argentina y no marxista de la teología de la liberación, basada en una idealización del pueblo como sujeto histórico y político. Estas corrientes marcan su pensamiento socio-económico, más que la doctrina social de la Iglesia tradicional.
En el libro “Jorge Mario Bergoglio. Una biografía intelectual”, de Massimo Borghesi, se analizan las influencias intelectuales de Francisco, entre las que se señalan la oposición polar de Romano Guardini, la armonía de los contrarios de Gaston Fessard, Luigi Guissani, Von Balthasar, Amelia Podetti y Alberto Methol Ferré.
Yo creo que las influencias más importantes en su pontificado son el pensamiento de la filósofa peronista Amelia Podetti y la filosofía del Methol Ferré, de gran importancia en el desarrollo de la teología del pueblo. El resto de pensadores no creo que tengan mucho peso en sus escritos y su praxis como papa, aunque se puedan encontrar ciertas influencias en alguno de los documentos papales.
Francisco presenta diferencias con relación a sus predecesores, pues ataca el capitalismo y la economía de libre mercado como sistemas en sí mismos, mientras que Juan Pablo II y Benedicto XVI critican el capitalismo salvaje, es decir, los excesos del sistema, aceptan el libre mercado con valores morales y alertan de las consecuencias antropológicas de un capitalismo exacerbado.
Sin embargo, y a pesar de su anticapitalismo, Francisco ha forjado una alianza con algunos de los más importantes líderes del capitalismo mundial y la globalización, como los ejecutivos de Dupont, Estée Lauder, Johnson & Johnson, Bank of America, Mastercard o Allianz y las fundaciones Ford y Rockefeller. Crearon el Consejo para el Capitalismo Inclusivo con el Vaticano, una organización que dice tener como objetivo implementar un capitalismo más justo y sostenible que tenga en cuenta el bien común. No sé muy bien qué hay políticamente detrás de esta alianza, pero parece más una estrategia de los grandes lideres empresariales para salvar el capitalismo. Francisco no siempre es fácil de entender, o sí.
Me gustaría saber si el pensamiento de Navarro Vals es compartido por la mayoría de los integrantes de la Obra. Pienso que es muy inocente y poco doctrinal (aunque entiendo que no es un libro doctrinal), querer analizar el pensamiento del Papa Francisco sin considerar por ejemplo los escritos del Padre Sanahuja, también del Opus Dei, sobre el NOM.
En el Opus Dei cada uno piensa lo que quiera en cuestiones opinables. Puede leer Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer de Ediciones Rialp. En verdad ese punto le costo mucho a San Josemaría defenderlo ya que lo mas común es "la mentalidad de partido único".
Hace algunos años leí otros dos libros Navarro Valls: "Entre la Casa Blanca y el Vaticano (Ediciones Internacionales Universitarias); y Entre dos orillas: De Barack Obama al Papa Francisco (Ediciones Internacionales Universitarias).
Gracias Ángel por su respuesta.
Conozco perfectamente lo que usted expresa.
Con mi comentario sólo quería asentar lo siguente: El autor del libro comentado, sólo considera el punto de vista de su especialidad. [es el clásico problema que se enseña en universidades sobre los excesos, errores o consecuencias de la excesiva especialización].
El mismo tema, tratado a la luz de la teología y de la Ética, nos da otras conclusiones. Y el tema es tan delicado, y tan de actualidad, que me parece imprescindible su consideración.
Antes los libros tenían Nihil Obstat e Imprimatur.
Y algunos otros por lo menos moraleja. Actualmente, nada de esto.
Considerando la libertad de pensamiento de la Obra, se que también está actualmente buscando en sus Universidades, reafirmar la "identidad cristiana", la cual, ante tal pensamiento de poner sobre la balanza el pensamiento del Papa Emérito, de San Juan Pablo II y del Papa Francisco, cae por su propio peso sobre un lado de la balanza, y no el mejor, porque no se considera "la verdad", tema que también corresponde a otras ciencias y disciplinas.
Por eso considero que el libro adolece o falla en la propia visión del autor, y es parte de lo que está ocurriendo actualmente en la Obra.
Como un comentario más, me acabo de llevar una gran sorpresa al ver que la facultad de Pedagogía de una Universidad de la Obra, habla abiertamente de "ciudadanos del mundo" al proponer un programa de "Influencers".
Esta misma universidad se ha incorporado a los programas de la ONU. Esto, me parece, choca con los intentos por hablarse de una "identidad cristiana", [aunque conozco bien el mandato Evangélico: "Id por todo el mundo", en su relación con la universalidad y/o catolicidad], además de con el pensamiento original de San Josemaría, de quien conocí el espíritu original de la Obra en su relación con la "verdad".
Me pregunto ¿cómo es que los fieles de la prelatura no se han rebelado ante la afirmación del prelado de que no se puede criticar a Bergoglio, por lo que hay que asumir todas y cada una de las barbaridades con que nos cabrea un día sí y otro también?
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