Apología del comunismo en Barcelona, que causó más de 100 millones de muertos
Acabo de contemplar como en algunas marquesinas de las paradas de autobuses de Barcelona han aparecido loas a los genocidas Lennin y Stalin, a los que se califica de héroes de la revolución.
Igualmente en el segundo cartel piden gloria a los llamados “mártires del socialismo”. Ver para creer, cada vez hay más descaro para ensalzar abiertamente esta ideología criminal que ha sembrado la tierra con más de 100 millones de muertos.
Razones de la condenación del comunismo por parte de la Iglesia
Además de los rotundos argumentos de las muertes, devastación y miseria que ha provocado el comunismo a lo largo de la historia reciente vamos a dar las razones principales de la Iglesia para condenar esta ideología intrínsecamente perversa.
Según enseña el P. Aspiazu No hay que ir muy lejos para comprender las razones de la condenación del comunismo. El título de la encíclica Divini Redemptoris, de Pío XI (17 de marzo de 1937), contra el comunismo ateo nos lo manifiesta. El comunismo es ateo, antiespiritualista, antieclesiástico, anticatólico y, por tanto, condenable.
Por consiguiente, los bautizados entregados voluntaria y conscientemente al comunismo, a sus doctrinas y consecuencias, son verdaderos apóstatas, y como tales, condenados (canon 2.314). El sello del ateísmo ha caracterizado siempre el socialismo, y, sobre todo, el comunismo bolchevista ruso (recuérdese la Liga de los sin Dios), el mismo sello anticristiano y de invitación a la apostasía llevan actualmente los ensayos comunistas yugoslavos, checos y polacos, y lo llevaron los regímenes comunistas mejicano de 1932 y español de 1936.
Toda la encíclica de Pío XI, Divini Redemptoris, contra el comunismo tiende a probar verdades encerradas en este párrafo:
«Esto es lo que, por desgracia, estamos viendo; por primera vez en la Historia asistimos a una lucha fríamente calculada y cuidadosamente preparada contra todo lo que es divino. El comunismo es por naturaleza antirreligioso; considera la religión como “opio del pueblo”, porque los principios religiosos que hablan de la vida de ultratumba desvían al proletariado del esfuerzo por realizar el paraíso soviético, que es de esta tierra» (número 22).
No es, sin embargo, el ateísmo la única razón condenatoria del comunismo. Porque, aparte de esta ausencia de Dios, tiene en su seno el comunismo otra serie de doctrinas que están en abierta oposición con la doctrina católica, como son, por ejemplo, la doctrina de la lucha de clases y la doctrina contra el derecho natural de la propiedad privada, repetidas veces condenadas por la Iglesia.
Por Javier Navascués
9 comentarios
Para lograr una condena que no ha llegado, dicho partido se remitía a la resolución que el Parlamento Europeo aprobó en septiembre de 2019, en la que animaba a todos los estados miembros de la UE a que hicieran "una evaluación clara y basada en principios de los crímenes y los actos de agresión perpetrados por los regímenes comunistas".
En Rusia hubo dos hambrunas con millones de muertos y además exportaban trigo, en China, una. donde para sobrevivir se rebuscaba en los excrementos de pájaros y boñigos (eso lo leí en dicho libro) y se intercambiaban los hijos pequeños para comérselos, en Corea se hacía puntería a los ojos de los reclusos y no deseo seguir. Que hizo el frente popular en España?, martirizar y robar, robar oro, joyas, enseres, etc. Ese es el comunismo tan ensalzado al que quieren volver
El problema es que esos tarados y sectarios están en el gobierno de la Nación, otro estercolero aun mayor si cabe, y aquí no pasa nada.
Otra de gambas. Y unos chopitos si pue' ser.
Mantén un respeto. ¿No serás tú quien está cubierto de heces?
Los judíos murieron por ser judíos y los kulaks porque eran kulaks. ¿Qué diferencia hay? Vasili Grossman, al final de su vida, llegó a la conclusión de que no había ninguna y quién no lo crea que lea "Todo fluye".
Aprenda a leer y a comprender. Y menos insultar que yo no he dicho ni mu de la ciudad si no de su ayuntamiento con la Colau, si la que meaba en las calles y se hacía fotos, a la cabeza.
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