Carlos Paz: “El cristianismo no es víctima del islam, lo es de la posmodernidad, relativismo y mundialismo"

Carlos Paz (Madrid, 1972) es escritor y analista político. Autor de diversos libros de narrativa, ensayo y entrevistas -los dos más recientes dedicados a Siria-, ejerce de articulista en diversas publicaciones y portales de Internet e interviene de manera habitual en diversos medios nacionales e internacionales. Así mismo, ha realizado numerosas conferencias sobre diferentes cuestiones de Oriente Medio en importantes y prestigiosas instituciones y universidades.

Ha cursado estudios en Derecho, Filología árabe e Historia del arte. Viajero incansable, y amante de la tauromaquia, ha desarrollado una larga labor de voluntariado social en varios organismos y de un tiempo a esta parte se encuentra inmerso en la realización de documentales.

Desde hace siete años representa al Frente Europeo de Solidaridad con Siria en España, motivo por el cual se ha desplazado repetidamente hasta este país y otros muchos de Oriente Próximo y del resto del orbe islámico, pudiendo entrevistarse con las máximas personalidades políticas, militares, económicas y religiosas. Tras varios años en labores radiofónicas en España e Italia, actualmente es colaborador de Decisión Radio y El Correo de España.

Carlos Paz analiza en esta entrevista su libro Descifrando el islam. Claves para comprender e interpretar el islam

¿Por qué un libro para descifrar el islam?

Descifrando el islam es el título del libro, pero tal vez el subtítulo, Claves para comprender e interpretar el islam, encaja más en la intención que me ha empujado a escribirlo. Sea como fuere, creo que era necesario escribir algo parecido dada la malísima bibliografía existente en España acerca de este tema -salvando los grandes trabajos realizados por algunos arabistas-, así como los errores, las malas interpretaciones y las torticeras narrativas que se ciernen a la hora de abordar esta cuestión. Y lo digo al respecto, tanto desde la izquierda, que con el buenismo como bandera parece desear entregar Occidente a gentes, ideas y querencias extraeuropeas, como a la derecha que en muchas ocasiones destilan fobia hacia cualquier cosa que suene remotamente a islámico.

Creo que la cuestión del islam durante muchísimo tiempo ha importado poco o nada pero que después de haber ido muchos de los países de mayoría islámica ganando peso y, sobre todo, tras el Once de septiembre que ahora se cumplen veinte años, el interés se ha multiplicado exponencialmente, y por ello legiones de advenedizos e intereses políticos e ideológicos han interferido a la hora de analizar el islam y todo lo que le rodea.

Creo que es muy importante, como en cualquier otra cuestión que nos ataña, distanciarse, examinarlo sin apasionamiento, conocerlo en profundidad y sin interferencias que distorsionen nuestro entendimiento, podremos así llegar a un análisis lo más certero posible. Primero hay que comprender algo para luego interpretarlo. Esa ha sido mi intención al menos.

¿Cuáles serían a grandes rasgos las principales claves para interpretarlo?

Al ponernos delante de una religión de estas dimensiones que tiene mil cuatrocientos años, mil quinientos millones de fieles y que se extiende por cuarenta y cinco países, no resulta tarea fácil sacar el bisturí y determinar de un plumazo cuales son las claves para interpretarlo, pero creo que es capital determinar en primera instancia qué es en verdad de lo que estamos tratando, qué naturaleza posee y cuales son sus ramas interpretativas, si es posible que evolucione o no, así como ver su historia y más aún dónde se desarrolla y cómo funciona en cada lugar, porque aquí radica una de las grandes claves, el comprobar que en última instancia, la religión islámica se supedita, se acomoda y se amolda a la cultura previa en la que se desarrolla y de ahí podrían explicarse muchas realidades del islam mismo.

No vale, como se está haciendo muy habitualmente, quedarnos en la explicación de que el islam es monolítico, una cosa fija e inmutable que nos ha llevado a quedarnos con una foto de la situación que igual explica el siglo VIII que el XXI, no. Diversas ramas del islam han evolucionado y han contado con pensadores que han ido haciendo evolucionar el mundo islámico y esto es ignorado constantemente, tal vez porque no nos interesa profundizar y estudiar… en último término porque que esto fuera así nos sirve para creer que comprendemos esa parte del mundo.

Para comenzar empieza aludiendo a una interpretación histórica del islam, ¿Por qué es importante conocer su historia y su contexto?

Parece obvio que resulta fundamental saber el origen y la génesis de cualquier cuestión si lo que pretendemos es conocer lo tratado. Creí por lo tanto oportuno que comenzar con una aproximación histórica al hecho islámico era lo más acertado.

Habitualmente nos encontramos con que a menos que caiga en nuestras manos un libro muy específico, los libros de historia del islam terminan su cometido de manera abrupta poco después de la Edad media o con el Imperio otomano como si desde entonces apenas hubiera sucedido alguna cosa, precisamente por esa imagen de “foto fija” que se nos quiere ofrecer del islam, y ni qué decir tiene que creo que es necesario que la historia se cuente de manera completa, de Mahoma al día de hoy, a la guerra de Siria o la situación en Afganistán.

Precisamente un cometido de la historia es proporcionarnos las claves, las pistas, de por donde van los tiros a la hora de interpretar el islam según sea su localización y la corriente a la que pertenezca, y porque, al fin y al cabo, conociendo la historia, nos será posible conocer gran parte del presente y en algunos aspectos, parte de un posible futuro.

Tras tratar la historia pasa a abordar la fe y los pilares del islam y del derecho islámico. ¿Cuáles serían por tanto los fundamentos del islam?

El islam es en principio una religión poco complicada y ahí radica en parte la explicación de su rápida aceptación y expansión. Simplificándolo al máximo podríamos decir que consiste en la creencia en un Dios único y la aceptación a someterse a su voluntad.

El islam no posee “unos mandamientos” ni una Iglesia, pero sí cinco preceptos básicos que hay que cumplir: pronunciar la profesión de fe, las oraciones diarias, el pago a los más necesitados, el ayuno en el mes prescrito y el peregrinaje a la Kaaba al menos una vez en la vida. Estos serían los requisitos desde un punto de vista formal, ahora bien, desde un plano teológico, la cosmogonía islámica no difiere tanto de la cristiana si consideramos que cree que hay un solo Dios creador del universo, en la realidad del Juicio final con la consecuencia de un premio y un castigo, o que Dios se ha comunicado con los hombres a través de los profetas. Pensemos que Jesús de Nazaret es el profeta más importante después de Mahoma o que su madre, María, es mencionada en más ocasiones en el Corán que en el propio Nuevo Testamento, siéndole reservado todo un capítulo. Y es el Corán y en la Sunna (las palabras y actos del Profeta) las que constituyen las dos fuentes primordiales sobre las que se establece tanto la teología como la legislación.

Ahora bien, la concreción de todo esto se plasma en el derecho islámico, eso que muy a menudo oímos que es la Sharía… que, al no ser un libro ni un código, queda a la interpretación de la comunidad de creyentes, una interpretación que viene muy condicionada según sea la rama del islam y el trasfondo cultural que tratemos. Es esta una cuestión trascendental: la interpretación que del islam se haga. Porque creo que cuando se habla del islam se hace de manera muy genérica, sin profundizar, y por eso creo también que es tan importante descifrarlo.

Luego habla de la localización geográfica, pero hay que tener en cuenta el carácter expansionista del islam… de hecho hay un sector que habla de reconquistar Europa…

Bien. La localización geográfica es importante… y más aún el trasfondo cultural y étnico que exista en una localización dada. Es el Hombre el que ha hecho una cultura determinada y no al revés. Quiero decir que no es lo mismo hablar de unos pastores del Hindu Kush, que cubren a las mujeres de pies a cabeza y tienen un código penal medieval, o de los habitantes del Creciente fértil o los persas, pueblos que cuentan con una larga historia y que han generado formas de cultura propia plenamente homologables con Occidente. Esto es muy importante tenerlo en cuenta. Sin embargo, desde aquí esta distinción no la hacemos y vamos y englobamos a todos como musulmanes de la misma manera y santas pascuas. No es serio. Sería como si desde donde fuera nos metieran en el mismo saco a norteamericanos, españoles y filipinos, y se hiciera un totum revolutum cultural por la estúpida simplificación de que somos cristianos. Absurdo, ¿verdad? Pues en estas estamos.

Con respecto al carácter expansionista… Decir primeramente que, de las tres grandes religiones monoteístas, solo el islam y el cristianismo cuentan con misioneros y un afán de proselitismo. Creer que se está en posesión de la Verdad mueve al Hombre a sentir la obligación de llevarla a los cuatro rincones del mundo. Ahora bien, dejando a un lado la manera de esa expansión, de la que bien se podría decir mucho… Es cierto es que una parte del islam habla, y así lo proclama abiertamente, de “reconquistar Europa”. Una vez más habrá que “descifrar” quienes lo dicen, quienes son los que apoyan este disparate y quienes lo sufragan… pero parece no importar mucho hacerlo porque nos encontraremos que son nuestros socios en Oriente Medio. Y es que Occidente, en franco estado de decadencia y con graves tendencias suicidas, apoya, sufraga y justifica a esa parte del islam que atenta contra Occidente, contra el cristianismo y contra la civilización europea que conocemos. Espeluznante.

En la parte segunda del libro ya habla propiamente del islam político, del islamismo… ¿Cómo se integra el mundo musulmán en las democracias modernas?

Vaya por delante que no creo que la democracia haya de ser la forma de organización política que tenga que existir en todo el cosmos…. porque este parecer resulta generalmente aceptado cuando se habla con muchísimas personas, periodistas, políticos… Creo firmemente que cada país ha de organizarse como mejor tenga a bien, en consonancia con sus propias particularidades e imponerle, en muchas ocasiones a cañonazos, la democracia, lo considero erróneo, estúpido y contraproducente.

El islamismo, el islam político, es la intencionalidad de plasmar el sentido religioso islámico en las estructuras políticas y no solo eso, si no que sea el islam la única fuente del derecho. A día de hoy desde el mundo sunní es el lugar desde donde se pretende imponer, bien de manera democrática bien de manera violenta según sea la ocasión, el islam como única forma de organización política tanto en el orbe islámico como fuera de él. Con esta idea presente nos daremos cuenta que el encaje con unas mínimas nociones democráticas es imposible.

Creo que resulta imperioso que Occidente entienda que su interpretación del islam y de su relación con él ha de ser una bien distinta de la que hasta el momento existe y que se ha de ser consecuente cuando enarbolamos los derechos humanos y la democracia y al mismo tiempo contamos con unos socios que no observan ni lo uno ni lo otro.

Si las sociedades de mayoría islámica han de cambiar, lo han de hacer desde dentro, ser ellos mismos quienes realicen dicho cambio, y evolucionar acorde a su idiosincrasia, porque de otra forma se verá indefectiblemente como una injerencia, como una imposición y el resultado será el opuesto, tal y como vemos que está sucediendo en los últimos cuarenta años.

También aborda el tema de la violencia del islam y del terrorismo, sin duda una amenaza para nuestro mundo.

Muy a menudo se relaciona el islam con la violencia, con el terrorismo…y tal y como dices se percibe como una amenaza. Como te decía antes, el islam era una cuestión que a pocos interesaba pero que desde hace veinte años con el atentado de Nueva York se presentó en sociedad de manera fulminante.

Son aquellas corrientes muy determinadas suníes las que alientan el terrorismo: el wahabismo y todo ese universo de la Hermandad musulmana que desde países que son fuertes socios de Occidente, alientan y sufragan el terrorismo. Y no solamente esos grupos que tristemente conocemos como al Qaeda o el Estado Islámico, si no una miríada de organizaciones que atentan día si y día también a lo largo y ancho del mundo. ¿Se hace algo para terminar con ellos? No solamente no se hace nada si no que se les protege de mil maneras diferentes, con dinero, con los medios de comunicación o permitiendo que se prodiguen en suelo europeo con subvenciones incluidas. ¿Es esto serio? La guerra de Siria ha sido un ejemplo de esto de lo que estoy hablando. Pero una vez más, en vez de analizar la situación, de esclarecer el asunto, lo oscurecemos y nos contentamos con decir que es el islam el que quiere atentar contra Occidente y no el islamismo, el mismo islamismo al que cortejamos obscenamente.

Por Javier Navascués

10 comentarios

  
Manuel Rodríguez Blanco
El principal aliado de Occidente el el mundo musulmán es Arabia Saudí. Ja, ja,ja
06/09/21 9:43 AM
  
c
El odio laicista nihilista fue siempre anti-católico (y incluso en el siglo XVI, hubo alianza en el sur de Francia entre los hugonotes y los mahometanos). La postmodernidad anti-familias, anti- nacimientos, pro nuevos derechos y valores inversos, acentuó el fenómeno. Y por supuesto todas las herramientas le parecen útiles a ese nihilismo postmoderno. Sin embargo no se sabe si el islam favorecido por la postmodernidad para destruir la cristiandad, no va a ser también el vencedor de la postmodernidad, sin la reconquista de las almas gracias a Dios. Oremos, terrible época.
06/09/21 10:53 AM
  
África Marteache
El Cristianismo es víctima de lo que se ha generado en su seno, en la genealogía de todo Occidente hay cristianos porque no puede haber otra cosa, por lo tanto lo periférico no es culpable de su descomposición interior. Los musulmanes nada tienen que ver con la sociedad líquida porque ellos no lo son, hace siglos que impidieron el pensamiento y, al impedirlo, pararon la degeneración para quedarse petrificados.
Los ateos, agnósticos, aficionados a las religiones orientales, New Age, gnósticos o medio gnósticos y herejes de todo tipo, incluidos los comunistas, vienen de raíces cristianas.
Así que el islam podrá infiltrarse en Occidente o podrá occidentalizarse, en el sentido de perder su fe, que es lo que Occidente exporta hoy en día. Lo que Francia exige al Islam no es que se cristianice sino que acepte los principios de Republique, que son los de la Revolución Francesa Anticristiana. Por lo que muy tontos son los islamistas atentando contra iglesias, parecen no haberse dado cuenta del cambio de situación. ¿Cómo va a ser su enemiga una religión en retroceso? Su enemiga, en todo caso, será la sociedad atea.
06/09/21 3:55 PM
  
Cos
desde un plano teológico, la cosmogonía islámica no difiere tanto de la cristiana si consideramos que cree que hay un solo Dios creador del universo, en la realidad del Juicio final con la consecuencia de un premio y un castigo, o que Dios se ha comunicado con los hombres a través de los profetas. Pensemos que Jesús de Nazaret es el profeta más importante después de Mahoma o que su madre, María, es mencionada en más ocasiones en el Corán que en el propio Nuevo Testamento, siéndole reservado todo un capítulo.
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Eso es así porque el Islam es una herejía, y establecer esas semejanzas entre el cristianismo y el Islam es engañoso. Nada tiene que ver El Jesús de Nazaret musulmán con Cristo, una de las tres personas de la santísima Trinidad. El islám es una falsa religión y así hay que proclamarlo con toda claridad si es que estamos afrontando la cuestión desde un punto de vista teológico. Y todos los practicantes de esta falsa religión están llamados a ser redimidos por la sangre del Cordero y a hacerse amigos de nuestro Señor en comunión con nuestra santa Iglesia.

06/09/21 4:34 PM
  
rocamador
En el libro "Cien preguntas sobre el Islam", del jesuita egipcio Samir Khalid Samir, se expone con la mayor claridad la radical diferencia entre Cristianismo e Islam, ésta sí una "religión del Libro", y creo que se explica mejor el concepto de "sumisión", que no deja al hombre la posibilidad de rechazar a Dios. Islam significa justamente eso, y todo ha de estar sometido a Alá. En el Cristianismo sí, y por eso el hombre puede condenarse. El Reinado de Cristo tiene un significado diferente.
06/09/21 6:24 PM
  
Centurión Cornelio
En "La abolición del hombre" C.S.Lewis distingue entre las gentes de Tao y los enemigos de la tradición, y en este contexto los musulmanes están más cerca de nosotros que el vecino del 2º derecha.
06/09/21 9:37 PM
  
Ramón montaud
Bueno España lucho, vivió, convivió y lucho contra el Islam desde el siglo VIII hasta el Siglo XV. Existieron los mozárabes , los mudéjares, los almohades, los almorávides, los benimerines. Nos dejó lo mejor en los cristianos como fue el martirio. Hoy en día es un actualizar el motivo de cualquiera de las invasiones que tuvimos, pero frente a Estados que
Ya no son cristianos.
07/09/21 5:22 PM
  
SS
En la primera guerra mundial, desaparecieron los imperios cristianos, el trabajo de 2000 años dió sus frutos, la cristiandad aniquilada, Basta ver y leer los medios,la enseñanza, las legislaciones, a nivel mundial, que confirman que el mundo entero está bajo el poder del maligno , incluso los que tenían que dar testimonio, son cizaña, pongamos el corazón en manos de Dios, y que se queden con sus mentiras.
09/09/21 7:30 AM
  
c
En la Francia de hoy muy laicista y islamizada, hay dos libros muy interesantes sobre ambos temas : « La laïcité, mère porteuse de l’Islam ?» escrito por el Padre Michel Viot y Odon Lafontaine (también autor de « Le grand secret de l'islam, l'histoire cachée de l’islam révélée par la recherche historique », y que se puede descargar gratuito).
10/09/21 11:18 AM
  
JUAN NADIE
Lo que dice este tipo esta muy bien, aunque hay algo en lo que me demuestra que no conoce el catolicismo. Es que patina clamorosamente.
Eso de que la cosmología es la misma,en el sentido de que hay un solo Dios creador y un juicio final y unos profetas, es una autentica patraña.
El Juicio final de ambos y sus consecuencias no pueden ser mas diferentes. El paraiso de los musulmanes es un paraiso terrenal, con goces terrenales basados en la posesión de 72 concubinas en el caso mas favorable y en el disfrute del cuerpo de las mismas. El paraiso cristiano consisten en gozar de la presencia de Dios que como San Pablo dijo ni ojo humano vio ni oido humano oyo lo que Dios tiene preparado para aquellos que le aman.
Lo de los profetas es otra falsedad. Los profetas católicos anuncian un mesias que es Cristo y no otro profeta posterior. Y Cristo no es un profeta sino Dios mismo. Vamos lo mismito que Mahoma.
Y lo de que el nombre de Mariam salga mas veces en el Coran que en los evangelios es otra tontería. María en los evangelios es la Madre de Dios en la tierra, es el vehiculo inmaculado de la Encarnación. Para Mahoma es una figura mas, junto con Cristo de las que pretende aprovecharse para atraer a los cristianos, desvirtuando completamente sus figuras, y por supuesto rebajandolas miserablemente. No hay ninguna coherencia en la supuesta continuidad de Mahoma entre el antiguo testamento y Cristo y Maria. Es todo un burdo bluff, una historia mágica donde se inventa una nueva vida de Cristo.
Ademas los musulmanes actuales desprecian a Cristo. Entre otras cosas porque odian la Navidad, porque no tienen nada similar que oponer. Si realmente fueran sinceros se alegrarían de la Navidad.
Muy burdo todo. Me gustan muchas de las cosas que dice sobre como ha enfocado el trabajo, pero en eso es un perfecto desconocedor.
10/09/21 3:03 PM

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