Toni, voluntario en peregrinación a Covadonga: “Con actitud de humildad y servicio venceremos a Satanás”
Antonio García Cortés es vocal de Hispania Martyr y adorador nocturno español. Ha participado en la peregrinación a Covadonga Nuestra Señora de la Cristiandad sirviendo en labores de voluntariado en el capítulo de Santa Eulalia para que otros pudieran caminar. Valora la experiencia de la peregrinación y la vocación de servicio.
¿Cómo han vivido en su capítulo la vocación de voluntariado y de servicio?
En el corazón del capítulo de Santa Eulalia late la parroquia de San Jorge, lugar dónde tenemos costumbre de sumar bajo el buen criterio de nuestro rector. Estamos ejercitados en el servicio y respetamos la jerarquía, cosa que nos ha facilitado cuidar la vida de nuestro capítulo de la misma manera que lo hacemos en la parroquia. Cierto es que hemos tenido el privilegio de prestar más atenciones dadas las circunstancias de la peregrinación, cosa que también nos ha permitido mejorar el ánimo a participantes de otros capítulos.
Usted afirma que el servicio nos ubica en un lugar de privilegio desde dónde podemos olvidarnos de nosotros mismos.
Cuándo estás en el sitio adecuado la obediencia ayuda a desarrollar capacidades que en algunos casos no nos pertenecen. Servir es dejarnos hacer en las manos de Dios, de la misma manera que cuando nos enseñan a escribir una mano cubre la nuestra y nos enseña a trazar cada letra, palabra y frase con la que rubricar nuestra vida.
Observar y prestar atención es algo que nos hace reales, ya sea durante la liturgia, la asistencia a Misa o en ocasiones como la de estos días. Servir es desarrollar una dimensión sobrenatural que ordena nuestras vidas, pero también nos enseña a reconocer el lugar, alto o bajo, que nos corresponde en cada momento. Un ejercicio de humildad que necesito para combatir mis excesos por soberbia. Solo con actitud de humildad y servicio podemos vencer a Satanás.
¿Qué supone para usted haber vivido estos días tan especiales?
Tengo la impresión de que se nos ha ofrecido una gracia inmensa y de que ahora nos corresponde ser agradecidos. Se nos ha permitido reconocer cómo la Liturgia crea vida y comunidad por si misma, esto nos certifica en la fe que mantenemos por el vetus ordo y nos interpela para seguir caminando con paso firme hacia la Tradición. Esto es lo que he percibido en mí y en otros dias después de nuestro regreso.
¿Era consciente de ser testigo de un acontecimiento importante?
Sí, pero no hasta el punto de lo que allí se ha vivido. Se tiene la impresión de estar haciendo historia pero desde dentro, una especie de gestación que aún está por dar a luz.
¿Cómo ayuda el hecho de poder vivir el Evangelio con familias católicas y hermanos bajo un mismo ideal?
Es importantísima una buena comunión entre familias dentro de la Iglesia, el ambiente de la peregrinación sea ha enriquecido con la asistencia de familias que son auténticos ejemplos de unidad y entrega. Pienso que ha sido muy beneficioso para todos y ha propiciado el carácter entrañable y familiar que ha tomado la peregrinación.
¿Por qué las amistades en Dios caen en tierra fértil y duran más?
Bien sabes que los lazos que nos unen no son de éste mundo, con esto estaría dicho todo. Pero a veces hay una admiración mutua que nos hace iguales y nos ayuda a perseverar en la fe, hay una necesidad fraterna de ver el bien en el otro cómo propio que no se da fuera de la Iglesia.
¿Con qué momento se quedaría de toda la peregrinación?
Me resulta difícil definir un momento que no me haya resultado emocionante, inmersos en la gracia todo es bueno. Pero si he de elegir me quedo con la llegada a Covadonga, fue una explosión de bondad, entrega, entusiasmo, plenitud…algo muy grande acababa de llegar.
¿Por qué es vital que los fieles vean en los sacerdotes a verdaderos padres en su peregrinar al cielo?
El sacerdote tiene que ser un modelo en el que reflejarse, alguien que nos recuerde que pertenecemos a Nuestro Señor mediante sus obras pero también por su capacidad de buscar a Dios en toda decisión. El ejemplo de un buen pastor nos facilita nuestra conversión, necesitamos a alguien que cuide las almas para bien de nuestra santificación.
Era muy necesario vivir el espíritu de oración y penitencia.
Si, los más jóvenes tienen una ocasión extraordinaria para vencer a la barbarie mundanizante que hoy nos asedia, la fe se ha hecho efectiva a lo largo de la peregrinación. El sacrificio se ha vivido con alegría y así la dificultad ha resultado parte de una misma pasión. Esperemos que muchos jóvenes encuentren arraigo y sean aún más en próximas convocatorias. Es muy alentador el buen ambiente en las familias y más cuándo compruebas el buen comportamiento y respeto que muestran los más pequeños. Un soplo de aire fresco.
Por Javier Navascués
1 comentario
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No es casual que cuando más cerca del tradicionalismo se está, mejor se entiende y se vive la sana doctrina sobre la gracia.
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