Luis Segura afirma que la sed de conocimiento es en el fondo ansia de verdad, belleza y bien
Luis Segura es escritor, profesor de secundaria y bachillerato, historiador y crítico literario. Licenciado en Humanidades, máster en Humanidades Digitales y graduado en Ciencias Religiosas. Apasionado lector y bibliófilo, su amor por los libros le llevó a crear, en 2010, La cueva de los libros, espacio de crítica literaria leído en los cinco continentes. Su último libro, El más raro y milagroso crucifijo, es un estudio histórico-artístico sobre una magnífica y desconocida talla del renacimiento español, custodiada en un tranquilo pueblo de la provincia de Albacete.
Católico convencido y profesor de religión, analiza los textos clásicos con una profunda cosmovisión católica.
¿Por qué un libro titulado La cueva de los libros, nombre homónimo de su blog?
En primer lugar, como homenaje a un espacio al que he dedicado una atención desmedida en los últimos diez años. Respecto al título, alude al poder de inmersión de los libros y al hecho de que son, en efecto, un refugio frente al ambiente envilecido imperante, por su capacidad de evasión e incluso de iluminación, entendido esto último como el esclarecimiento de verdades que pueden llegar a ser fundamentales para no confundir lo esencial con lo accesorio, y lo eterno con lo transitorio.
¿Puede hablarnos del contenido y de la razón de ser de su blog?
La materia prima del blog, y del libro mismo, son reseñas literarias, aunque también he publicado en dicho espacio otros textos, como crónicas de viajes, artículos y relatos. Todo ello me permite tener una estrecha relación con asuntos que me apasionan y que me enriquecen intelectual y humanamente. Ésa es la razón de ser del blog, no hay otra: dedicar mi tiempo libre al estudio, a la investigación y al cultivo de las bellezas y verdades encerradas en los libros.
Su vida ha cambiado mucho en estos últimos diez años, pero su pasión por los libros sigue intacta.
Por supuesto. Aunque mi vida ha cambiado mucho, mi sed de conocimiento permanece.
Leer tanto le ha enriquecido, ¿pero cuál es el alto precio que ha tenido que pagar?
De entrada, la inocencia. Al inquirir acerca de la condición humana y del mundo que nos rodea, siempre se descubre, antes o después, que vivimos en entornos en parte benévolos, en parte hostiles, que nos rodea gente buena y también lobos con piel de cordero, que hay hombres de mala fe, realidades aparentes y espejismos, y multitud de demonios (envidia, codicia, ira, etc.) que persiguen desesperadamente robarnos la felicidad, la armonía y la paz interior. Esto produce un regusto agridulce, como el librito devorado por San Juan, que al principio sabe dulce pero después amarga. En segundo lugar, también se paga un precio social. Hoy la humanidad vive muy engañada, y sin embargo es más crédula que nunca. ¿Y a quién puede apetecerle tener un trato sincero y profundo con personas tan banales y grises como las que hoy abundan?
Aparecen autores tales como Homero, Galdós, Cervantes, Tolsoi, Blasco Ibáñez, Pardo Bazán, Rosalía de Castro, Juan Manuel de Prada, Valle-Inclán, y muchos otros literatos, vivos y muertos…Sin duda un elenco selecto.
Desde luego, la nómina de autores que trato en este libro es impresionante. En realidad me interesa lo que tiene vigencia y no perece.
Pero han quedado fuera de la antología verdaderas obras maestras…
Bueno, cuando se hace una selección de este tipo es inevitable dejar fuera libros notables. Lo cierto es que no he seguido un criterio claro para hacer la selección de estas 125 obras. Por ejemplo, no he citado siquiera El Lazarillo, pero sí he dedicado unas páginas a La Celestina. No están los Trabajos y los días de Hesíodo, o Las metamorfosis de Ovidio, pero están La Ilíada, La Odisea y La Eneída. No están Los cuentos de Canterbury, pero está La muerte de Arturo y La Divina Comedia. No he incluido a Dickens, pero he dedicado docenas de páginas a Galdós y Blasco Ibáñez. No está El conde de Montecristo, pero sí Los tres mosqueteros. Por no estar, no está ni La isla del tesoro, que me encanta. Pero ni en este libro he reunido el catálogo de mis libros favoritos, ni he pretendido, y perdón por la expresión, hacer un ranking.
¿Qué aportan de nuevo sus comentarios y reseñas a los textos literarios?
Normalmente me fijo en aspectos que me llaman la atención y no han sido destacados suficientemente, o enfoco algún asunto, y trato de iluminarlo, a través de una óptica cristiana, o simplemente espiritual. En las reseñas al uso tampoco se profundiza en las obras como yo lo hago, porque se trabajan poco o de manera muy superficial. En fin, las reseñas, a mi modo de ver, no son convencionales. Por eso creo que pueden interesar.
Afirma que será un libro que gustará mucho y será muy leído. ¿Por qué está tan convencido de ello?
No sé si se leerá mucho, sinceramente. Porque leer, hoy se lee más bien poco, y lo que se lee, suele ser de poca enjundia o gravedad. Pero creo que dicha obra puede al menos avivar la lectura de los clásicos, y, sobre todo, contribuir a educar el gusto por lo bello y verdadero que hay en estas historias que no caducan nunca; aunque, como siempre, solo será una selecta minoría la que las aproveche de verdad.
https://elcaballerodeloslibros.com/
Por Javier Navascués
6 comentarios
Si un libro no nos informa de alguna manera de la condición humana, no trata el asunto con alguna profundidad (a través de los personajes o en los ensayos a través de las conclusiones del autor), no es literatura.
Voy a comprar el libro inmediatamente. Enhorabuena al autor y a Infocatólica por descubrirlo.
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