Hablamos con Guillermo Pérez Galicia sobre su nuevo libro España: esencia y origen, un nuevo acierto de la editorial SND. Al final de la entrevista pueden ver la biografía del autor.
¿Por qué un libro sobre la esencia y origen de España?
Principalmente porque no se puede amar lo desconocido. Y para conocer lo que es algo, necesitas saber de dónde viene y observar cómo se comporta.
¿Saben los españoles cuál es nuestra esencia y origen?
Creo que en general lo desconocen. Como mucho, saben cuatro logros militares y literarios de los siglos XVI y XVII. No saben que la monarquía hispánica fue la única que intentó acabar con la esclavitud, ni que las bases de la llamada Revolución Científica son españolas, ni cuál es nuestra verdadera constitución histórica, ni tantas otras cosas…
Usa un estilo original pues hablando de historia va dando un mensaje potente entre líneas…
Y no sólo de historia, sino de cierta cantidad de hechos muy importantes para cualquier hispano, que nos afectan cada día, publicados ya en revistas académicas en múltiples áreas. Pero, debido quizá, entre otras cosas, a la falta de actualización de los libros de texto y a la ultraespecialización de la gente, no son conocidos. Se nos presenta una imagen totalmente falsificada, de una España siempre pobre, atrasada científicamente y débil. Lo cual es rotundamente falso. Por eso el libro compara los hechos y realidad de las demás naciones frente al mundo hispánico y demuestra con datos la falsedad de la aparición del Estado de derecho, de democracia o libertades con la Revolución francesa, pues más bien con ella empieza la mayor tiranía de la historia de la humanidad.
¿Cuál es el mensaje principal del libro?
Que el mundo hispánico no saldrá de su estado de decadencia, crisis y corrupción mientras no empiece a tomarse en serio a sí mismo y a tomar conciencia de lo que es capaz. Es absurdo salir a buscar joyas donde no las hay, mientras tienes los mejores tesoros olvidados en un baúl del desván.
Lo divide en 10 capítulos a modo de decálogo…y en dos bloques…
Dos bloques para dos enfoques: la esencia de España en el segundo y el origen en el primero. ¿Por qué al revés que en el título? Es una estructura poética de quiasmo, es decir en forma de X, como la bandera que representa a todos los pueblos hispánicos. Es necesario ir primero al origen y al desarrollo de España, pues en todas las cosas lo primero es observar hechos. Y así el bloque I parte de lo que nos es cotidiano y luego explica de dónde sale, hasta la raíz de España, desde nuestra tradición política hasta los mismos edificios o el lenguaje que utilizamos, pasando por todo lo demás. Y el bloque II analiza los hechos observados y los pone en comparación con la distorsión perpetrada por las ideologías, dando al lector las herramientas necesarias para que se defienda. Aunque sea un texto divulgativo, en toda actividad humana primero hay que ver los hechos objetivos (Bloque I) y luego razonar y sacar conclusiones para tomar la decisión más apropiada (Bloque II)
¿Por qué empieza con Roma? ¿Hay vida antes de Roma?
Porque Roma engendra a España, al darle por primera vez una unidad política, cuando el emperador pagano Diocleciano crea la diocesis Hispaniarum y pone un vicario al frente. En efecto, hay vida antes de Roma y por eso se pasa revista rápida a los elementos anteriores a Roma, usados por ella para construir la entidad unitaria llamada Hispania en latín. Con Roma puede decirse que tenemos ya el embrión de lo que va a ser España.
La conversión de Recaredo y el III Concilio de Toledo son muy importante en la fundación de España…
Exactamente. No es que sean muy importantes, sino que se puede decir a todos los efectos que España surge como nación en el año 589, bajo el III Concilio de Toledo y con el rey Recaredo como rey de todos sus habitantes. Aun así, la gente olvida una etapa preciosa y riquísima como la visigoda.
Igualmente fue muy importante el esplendor de la España medieval…
Y sin embargo se suele presentar a los reinos cristianos medievales hispanos como estados feudales pobres y atrasados, siempre en guerra entre ellos y sin conciencia alguna de ser españoles, sin continuidad constitucional alguna con la España visigoda. Por eso el capítulo tercero expone que fue todo lo contrario, mientras el Estado Islámico que ocupó gran parte de la Península durante siete siglos nada tiene de paraíso de ciencia y poesía, idílico, romántico que algunos se sacan de la manga.
Tras el apogeo de los Reyes católicos y la conquista y evangelización de América vendría la leyenda negra contra el Imperio español.
Efectivamente, las naciones esclavistas y genocidas crearon toda una leyenda contra España acusando a España de hacer lo que ellos mismos defendían y España combatía. La Leyenda Negra es el espejo de las naciones atrasadas ultrapirenaicas que la inventaron. Por eso el libro les da a éstas el justo repaso, cosa en la que muchos autores no son tan exhaustivos (me parecen a veces extremadamente indulgentes y moderados en el trato dado a esas naciones).
Háblenos de la importancia de la Santa Inquisición y del Siglo de Oro español…
Muy difícil resumir toda la importancia del llamado Siglo de Oro y la Santa Inquisición. Por eso tuve que dedicar un capítulo entero (el quinto y último del bloque I) a nuestros logros científicos, técnicos y en menor medida a los artísticos. Y otro al resto de logros, incluyendo la Santa Inquisición, demostrando su importancia para el respeto a la libertad de las personas, el derecho a la sanidad universal o las garantías procesales, en el capítulo cuarto (con diferencia el más largo).
¿Por qué dedica un apartado tan amplio a la Escuela de Salamanca y su impacto universal?
Porque, si la ciencia española fue vanguardia del progreso científico y tecnológico, Salamanca estaba a la cabeza. Y, a excepción de dos, inspiró todas las demás universidades de Hispanoamérica. Salamanca, llamada «Atenas hispánica», era el centro intelectual de la Cristiandad.
Usted define que España es un crisol de tres culturas: la cristiana, la goda y la romana….¿Por qué quieren incluir hoy a judíos y musulmanes?
Nunca me había planteado esta pregunta. Me había limitado a constatar la falsedad de la supuesta convivencia pacífica de moros, cristianos y judíos. Quizá sean más indicados para responderla los políticos, obsesionados con construir una versión de España que sólo existe en su cabeza, cada uno adaptándola a diferentes sectas ideológicas y a quienes les financien sus campañas o les den votos. Curiosamente, dependiendo de la secta ideológica, aplican una doble vara de medir si se trata del colectivo islámico o del judío, fomentando a unos y atacando a los otros, en vez de adoptar un enfoque ecuánime y español.
Es muy importante la distinción que hace entre Estado y Nación.
Y me parece esencial. La nación tiene dos sentidos, uno como sinónimo de pueblo y el otro de nación política, colectivo humano sujeto de derecho. España aglutina ya ambos sentidos en la España visigoda, aunque su pleno desarrollo lo alcance a partir de los Reyes Católicos. En cambio, el Estado en su sentido moderno (Estado-nación) es una aberración construida contra el derecho, ilegítimamente; y me atrevo a sostener que también ilegalmente. Mediante esa herramienta engañosa, las ideologías ultrapirenaicas, además, quieren confundir el Estado con la nación, lo cual pone a individuos y sociedades en manos de un globalismo financiero tiránico o de caciques políticos.
Los nacionalismo se prestan a mitos…
Por eso dedico el capítulo octavo a desenmascarar mitos nacionalistas, tanto nacionalismos surgidos en el mundo hispánico como otros externos a él. La defensa de la nación bebe de la tradición y del derecho: las naciones son tradiciones. En cambio, la defensa del nacionalismo y del Estado-nación bebe del mito, de la falsificación cultural y la fantasía histórica, sin tradiciones ni realidades sobre las que sustentarse, como le ocurre a cualquier secta. Y al igual que las sectas, también los nacionalismos son excluyentes, aplican etiquetas a quien no acepta sus dogmas, así como técnicas de lavado de cerebro; y hacen uso del crimen para imponerse. Es muy divertido compararlos a todos ellos -como hago en ese capítulo- y observar tal cantidad de coincidencias entre sí (por mucho que vivan del fraude del llamado hecho diferencial), que no parece casualidad…
Y acaban en totalitarismos xenófobos.
Las ideologías acaban en totalitarismos, porque buscan que no se les escape nada de un artificio moderno llamado «Estado» al que las personas deben someterse, quieran o no, bajo un partido único o bajo una tiranía multipartido. Y en el caso de las ideologías nacionalistas, su apellido es xenófobo, porque quien se les escapa de la totalidad tiránica que pretenden construir de la nada, es aquel que es considerado extranjero: No encaja en la distorsión de la realidad nacional que el nacionalista pretende construir y a la que llama «nación» sin ser nación.
Sobre el autor
Guillermo Carlos Pérez Galicia (Salamanca, 1984), creció a caballo entre su ciudad natal y las comarcas de Arévalo y Medina del Campo, lo que le familiarizó con el cultivo directo de la tierra, el amor por la naturaleza y el apego a las tierras de Isabel la Católica, las de su abuelo materno, general honorífico de aviación. Iniciado por éste en el estudio de los clásicos desde su infancia, se licenció en Filología Clásica por la Universidad de Salamanca a los 21 años. Aficionado al tiro y a deportes de fuerza y de combate, es desde hace 8 años reservista voluntario de aviación.
Obtuvo su Doctorado cum laude a los 27 años, por las Universidades de Salamanca y Valladolid, con una tesis doctoral sobre helenismo y retórica epistolar, defendida en francés y español, refrendado Doctor Internacional por las Universidades Federico II de Nápoles, Von Humboldt de Berlín y Paul Valéry de Montpellier. Familiarizado con el mundo empresarial por la dedicación de su padre y abuelo paterno (del sector vitivinícola y alimentario) e iniciado en la afición genealógica por su padre (descendiente directo de Hernán Cortés y Fernando el Católico) habla y ha enseñado varios idiomas y pronunciado conferencias y ponencias en varios congresos y seminarios.
Por Javier Navascués
17 comentarios
abajo la leyenda negra
¡Arriba Cristo Rey!
A este paso, la Alhambra tan resto arqueológico como la catedral de Toledo. Y no le quita arte.
Sinceramente, tenía a los católicos por más magnánimos con los derrotados. Y así vamos, camino de la derrota. Unos por ignorantes y los otros por desdén.
elpais.com/elpais/2019/06/04/ciencia/1559654994_049558.amp.html
Las palabras de nuestro idioma procedentes del árabe fueron importadas por los cristianos que huían del acoso y la persecución en Al Andalus, tal era el grado de convivencia entre las tres culturas.
Y, en fin la Catedral de Toledo no es un resto arqueológico. Es un templo vivo donde se da gloria a Dios mediante la celebración diaria del culto divino.
https://www.elmundo.es/elmundo/2008/12/04/ciencia/1228409780.html
Un 10%
Hasta hace dos días, con más horas de asistencia turística que de culto divino. Casi como la Alhambra.
¿Y dejan por eso de ser árabes ajonjolí, azofaifo, almocafre?
Si ellos batallan con el lenguaje, yo también. Cuando dicen "la época de la colonia", les digo :"¿cuál colonia?", Ya que nosotros nunca lo fuimos. Teníamos la dignidad de virreinato.
En cuanto a la Santa Inquisición, ¡cuánta falta nos hace! Ya basta de chamanes , Nueva era, ritos afrobrasileños y demás que tanto mal le ocasionan al alma.
Saludos desde en Virreinato del Río de la Plata.
En cuanto a los nacidos judíos que se convirtieron al cristianismo y fueron cristianos sinceros, como Cartagena o Jerónimo de Santa Fe, al convertirse renegaban de su pasado; no había en ellos simbiosis alguna entre judaísmo y cristianismo.
Eso es lo que decía también. Pero, además, que gracias a eso, tuvimos una escuela bíblica envidia de la Europa moderna: lea a Egidio de Viterbo (y todavía no había llegado la Biblia Regia, obra de otro gran hijo de conversos). Y no sólo los místicos: también la nobleza emparentó pronto familias judeoconversas de Fernando el Católico para abajo (Trastámaras, Mendozas, Rojas, Arellanos...)
Lo uno y lo otro me basta para no pensarme, como español, una especie de godo del sur. Mi historia les incluye. Como la historia de los pueblos americanos. O la de los sefardíes expulsos que siguen hablando mi lengua, con otro acento. Españas son también ellos, esa historia. Desgajarla, una falta de impiedad. Su desprecio merece el mío. Otra cosa es lo que podamos discutir en porcentajes.
Hay que ser porfiado para negar lo evidente .
Y los 780 años de ocupación musulmana son parte de la historia de España ...
En la costa Atlántica , entre la desembocadura del Rio Loire , y el estuario de la Gironde , los habitantes son descendientes de soldados Arabes que se quedarón después de la derrota de Poitiers por Carlos Martel .
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