Director de Desarrollo de Torreciudad afirma que el santuario ha recibido ya más de 10 millones de visitas
Antonio Quintana es Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Valencia y actualmente desempeña el cargo de Director de Desarrollo del Santuario de Torreciudad (www.torreciudad.org), situado en el alto Aragón, en la encrucijada de las tres comarcas más septentrionales de Aragón y a 20 km de Barbastro, Aínsa y Graus.
Desde que se incorporó al Santuario es miembro de la Junta Directiva del patronato de Torreciudad. Previamente estuvo desarrollando en Jerusalén el Proyecto Saxum (www.saxum.org), un centro de peregrinaje internacional.
Ha desarrollado a su vez distintos proyectos de formación de equipos durante más de 20 años en Valencia. Su infancia y juventud se desarrolló en Zaragoza, lo que le convierte en un aragonés de carácter internacional, que no olvida su vinculación a la tierra que le vio crecer.
Haga una breve una introducción histórica del Santuario de Torreciudad.
El Santuario de Torreciudad nace en el siglo XI. Una imagen románica encontrada después de años de conquista y reconquista da origen a esta advocación, mantenida a lo largo de tantos siglos. La imagen de la Virgen de Torreciudad fue entronizada en torno a 1084 en una ermita junto al río Cinca. Se trata de una talla románica adornada de una verdadera devoción secular: durante más de nueve siglos, ha recibido la visita en peregrinación de los habitantes de sus alrededores, que le han confiado alegrías y penas, han pedido por sus necesidades y han agradecido sus favores.
Si pudiéramos definir qué es Torreciudad, creo que la mejor descripción es la de ser un santuario mariano, un lugar para honrar a la Virgen, que nos bendice con sus gracias y nos devuelve la alegría junto con la renovación interior. Bajo la advocación de Torreciudad, la Virgen muestra su cercanía a las realidades cotidianas de las personas y de las familias, atendiendo con cariño y generosidad sus peticiones desde hace más de nueve siglos.
San José María Escrivá ya profetizó que a ese lugar tan apartado vendrían millones de personas y así fue…
Así es. Es llamativo ver entre los papeles de San Josemaría, fechados allá por los años 40, su deseo escrito de promover muchos santuarios a la Virgen como agradecimiento a lo que Ella ha hecho y hace por la Iglesia. Y así nace la iniciativa de promover un santuario en este lugar. También tiene relación con la curación recibida cuando tan solo tenía dos años de una epidemia de meningitis en su localidad natal, en Barbastro, allá por el 1904. Sus padres lo encomendaron a nuestra Señora de Torreciudad y se curó de manera milagrosa. “Para algo grande te tiene reservado el Señor, porque estabas más muerto que vivo” le decía su madre. Fruto de su gratitud empezaron las gestiones para estudiar la posibilidad de ampliar la ermita y construir una casa para retiros espirituales. Ante la carencia de espacio (esta zona es de montaña y riscos muy pronunciados provocados por la erosión del río Cinca) se promovió el nuevo santuario, una casa más grande para la Virgen, a unos pocos metros de la ermita.
Después de recibir el primer proyecto encomendado al arquitecto Heliodoro Dols, le sugirió unas cuantas indicaciones: doblar el tamaño de la iglesia y crear una explanada, porque aquí vendrían millones de personas. Es realmente sorprendente su visión profética porque a fecha de hoy han venido más de 10 millones de personas desde su inauguración en 1975.
En una carta de junio de 1967, San Josemaría Escrivá dejó escrito: “Un derroche de gracias espirituales espero, que el Señor querrá hacer a quienes acudan a su Madre Bendita ante esa pequeña imagen, tan venerada desde hace siglos.” (San Josemaría, Carta a D. Florencio Sánchez Bella, jun.67)
Y no solo eso. Ahora mismo podemos decir que, desde 1975, se han recogido más de 20 mil páginas de testimonios y favores. Se ha recibido la visita de más de 500 advocaciones marianas de todo el mundo, exponente de la universalidad de la devoción a la Virgen. Es el tercer destino turístico de Aragón. Se ha atendido grupos procedentes de 105 Naciones. Cuenta con una red de más de 600 delegados- voluntarios en todo el mundo. Acoge una media de unos 220.000 visitantes al año, tanto en Jornadas organizadas por el Santuario como con peregrinos que acuden todos los días del año. Y en su ADN está muy presente también contribuir a mantener la población de su entorno, ya que ha proporcionado trabajo a más de 600 familias de unos 50 pueblos cercanos.
Es sin duda uno de los grandes centros de espiritualidad a nivel mundial, ya que la Virgen de Torreciudad se puede ver en cualquier país del mundo.
Torreciudad está siendo ya un santuario de referencia universal como foco de devoción mariana y un lugar incomparable para un filial encuentro con la Virgen. A lo largo de los años, no solamente la gente del entorno viene con frecuencia a cuidar y venerar a la Virgen, sino que se han ido sumando personas de más de 100 países entre los que destacan Francia e Italia. Por supuesto, la mayoría de los peregrinos son españoles. Más de 220.000 visitantes se acercan cada año al Santuario.