José Manuel Bou afirma que la Hispanidad es la única fuerza cultural global capaz de oponerse a la anglosajona, ya declinante
José Manuel Bou Blanc es licenciado en derecho y escritor, autor de los libros “Asociacionismo en la UVEG, una mirada crítica”, “Crisis y estafa” y “El sueño de España", libro sobre el que reflexiona en esta entrevista.
¿Por qué un libro titulado “El Sueño de España”?
Barajé varios títulos y finalmente me decidí por este a pesar del chiste fácil de decir que el sueño acabó en pesadilla, porque creo que, en realidad, la pesadilla fue el mundo moderno que crearon los enemigos de España, cuando los delirios de Lutero, Calvino y Enrique VIII lo poblaron de monstruos, el mundo de los genocidios y los gulags, que ahora agoniza en la posmodernidad.
¿Cuál es el sueño de España?
El sueño de España es el sueño de sus marinos y aventureros, de ver que había más allá del mar; el de sus reyes y emperadores, de unidad y grandeza; pero también los sueños de sus sabios, de libertad y justicia, expresados en Trento; y los de sus místicos, de salvación del género humano formando una gran familia. En definitiva, los sueños de España le han dado forma al mundo. Por eso, desde que España ya no sueña, el mundo va a la deriva.
En la primera parte, “El brazo de Dios” destaca la misión providencial de nuestra patria… ¿Hasta qué punto fue importante en la expansión del catolicismo por el mundo?
De una importancia fundamental. Ya dijo Menéndez Pelayo aquello de que los españoles eran capaces de “entregar a la Iglesia romana cien pueblos por cada uno que le arrebataba la herejía” con la evangelización de América, que fue una gesta espectacular. Además de eso, España salvó dos veces a la Iglesia en el mismo siglo, frente al turco en Lepanto y frente a la herejía protestante en Trento. Sin España el islam hubiese conquistado toda Europa, y de igual modo, sin España, el protestantismo hubiera destruido a la Iglesia Romana. El mundo sería entonces, objetivamente, un lugar peor, más frio y cruel, porque la fraternidad y el perdón, antes considerados debilidades, integran ahora nuestra sensibilidad colectiva gracias al ejemplo de Cristo. Además, filósofos ateos como Gustavo Bueno reconocen que el catolicismo salvó la razón frente al totalitarismo islamista y al irracionalismo protestante. Sin contar con que, para los que somos creyentes, la expansión del catolicismo significa la salvación de millones de almas.
¿Se podría decir que el Siglo de Oro en las artes y con la Escuela de Salamanca en Teología el Imperio alcanza todo su esplendor?
No solo el Imperio español, toda la Civilización europea-occidental-cristiana alcanza su punto de máxima perfección, ese “momento superior en la especie humana” a decir de Hippolyte Taine. En el Siglo de Oro se consigue la excelencia literaria y artística y en la Escuela de Salamanca se construyen los cimientos de la modernidad bien entendida, antes de que el protestantismo lograra introducir las semillas de decadencia que ahora dan sus amargos frutos. En Salamanca, además de la perfección de la teología, se sientan las bases del desarrollo científico, que tuvo en el descubrimiento de América su máximo catalizador, nace la economía como ciencia, el derecho de gentes…etc.