Escándalo hipócrita ante un cartel electoral, sacerdote denuncia el doble rasero de la izquierda
Comparto por su interés el testimonio de un sacerdote que analiza la hipocresía y el odio de la izquierda política y mediática para demonizar un cartel contra la inmigración ilegal mientras son muy permisivos por ejemplo con una ley, esta sí abiertamente inmoral, que pretende robar la inocencia de nuestros hijos y la patria potestad de sus padres.
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En estos últimos días se ha generado un gran debate en torno a un cartel electoral que se ha hecho mediático en plena campaña electoral de la Comunidad de Madrid. Muchos se han apresurado en estigmatizar al partido anunciante porque, según entienden, ellos mismos estigmatizan a los emigrantes, generando odio…(¡!)
Ciertamente no me extraña este discurso entre los voceros del paganismo mediático… es más doloroso, sin embargo, cuando, con intenciones electoralistas, se escucha y se quiere influir con criterios de un cuestionable “humanismo cristiano” en el votante de Iglesia, desde dentro de la Iglesia…
Como miembro también de esta misma Iglesia a la que amo, pienso que este posicionamiento mediático, con tamiz “buenista” no nos hace ningún favor. La cuestión de las migraciones, como tantos otros asuntos, es un tema complejo a nivel social, político y moral y no se resuelve en un solo articulo de opinión. Solo quiero, sin embargo, poner un rayo de luz, en mitad de la confusión intencionadamente creada para turbar la conciencia de los creyentes y modificar su voto. Por consiguiente, huelga, en este caso, debatir con quien no comparta nuestra misma fe. Así, hablemos pues, como creyentes y en términos morales.
En primer lugar, no es lo mismo inmigración legal que ilegal. La bondad o maldad de los flujos migratorios se basa no en los derechos del inmigrante mismo que nadie cuestiona, y menos aún en el hecho de ser persona extranjera o de casa, de la misma o distinta raza, cultura o religión, sino en el hecho de que tales flujos migratorios se hagan de manera legal o ilegal. Ciertamente, no toda legalidad garantiza “per se” la moralidad de la ley, lo deberíamos saber todos (el aborto es legal y, sin embargo, no es moral) …, pero de ahí a fomentar la ilegalidad por sí misma, así, sin más, además de una irresponsabilidad, eso sí que es inmoral.
La inmigración es un fenómeno humano y social en sí mismo neutro, e incluso podríamos calificarlo también ¿por qué no? por sus numerosos beneficios, como moralmente positivo…, pero, como todo en la vida, será moralmente correcto, si está correctamente encauzado. El ejemplo del agua es iluminador: nadie duda de la influencia vital y benéfica del agua, sin embargo, esta misma agua, fuera de sus cauces y totalmente descontrolada puede ser enormemente mortal y destructiva…, ¡¡¡y que no me hablen después de las bondades del agua…!!! Debe ser, pues, una ley justa y la correcta aplicación de la misma, la que debe regularizar y encauzar estos flujos para que no dañen a nadie.