Entrevista a Albert Cortina sobre su nuevo libro ¡Despertad! Transhumanismo y Nuevo Orden Mundial
Albert Cortina es abogado y urbanista. Ensayista y experto en transhumanismo, posthumanismo y ética de las tecnologías exponenciales. Director del Estudio DTUM. Master en Estudios Regionales, Urbanos y Metropolitanos. Consultor en planificación urbana y territorial. Promotor de una ética aplicada al urbanismo, la ordenación del territorio y la intervención y gestión del paisaje. Impulsa un humanismo avanzado para una sociedad donde las biotecnologías exponenciales estén al servicio de las personas, de las redes de vida y del bien común. Docente, investigador y autor de diversas publicaciones relacionadas con estas materias. Coautor y coordinador de la trilogía de libros ¿Humanos o posthumanos? Singularidad tecnológica y mejoramiento humano (2015), Humanidad infinita. Desafíos éticos de las tecnologías emergentes (2016) y Singulares. Ética de las tecnologías emergentes en personas con diversidad funcional (2016). Autor del libro Humanismo avanzado para una sociedad biotecnológica (2017).
En esta ocasión profundiza en su último libro ¡Despertad! Transhumanismo y Nuevo Orden Mundial, un trabajo imprescindible para conocer dos de los temas que cada vez están más de actualidad y que nos conciernen a toda la humanidad.
¿Por qué un nuevo libro sobre transhumanismo, esta vez relacionado con el Nuevo Orden Mundial?
Porque el transhumanismo/posthumanismo es la ideología emergente de la globalización y de la actual sociedad biotecnológica. En el presente siglo XXI esta nueva utopía/distopía pretende liberar al individuo de su naturaleza y condición humana mediante la hibridación con la inteligencia artificial y a través de la modificación genética.
En el libro ¿Humanos o posthumanos? publicado en el año 2015, el científico Miquel-Àngel Serra y yo abrimos un debate entre distintas disciplinas y puntos de vista sobre la singularidad tecnológica y el mejoramiento humano. En el año 2016 con los libros Humanidad infinita y Singulares, planteamos los desafíos éticos de las tecnologías exponenciales emergentes y los cambios disruptivos que estamos viviendo en el presente y que se incrementaran en el futuro. Finalmente, en el año 2018 propuse una alternativa a la ideología transhumanista/posthumanista con el libro Humanismo avanzado fundamentado en el desarrollo integral de la persona, en nuestra misión de custodios de la naturaleza y de las redes de vida que forman parte de la creación, y en una concepción trascendente del ser humano compuesto por cuerpo y alma, que tiene plena libertad y una dignidad singular ya que está creado a imagen y semejanza de Dios.
Ahora, con el libro ¡Despertad! pretendo que el lector tome conciencia de los graves acontecimientos que se están produciendo y acelerando con el llamado “Gran Reinicio” del mundo. Este reset del sistema conlleva una agenda para la construcción de un Nuevo Orden Mundial centrado en la globalización homogeneizadora, se caracteriza por tener un importante déficit democrático y su implantación puede causar una grave brecha de desigualdad en la humanidad. Esta “nueva normalidad” que se nos propone/impone va a suponer la aceptación progresiva de las tecnologías exponenciales invasivas de mejoramiento humano y la ideología del transhumanismo/posthumanismo.
Sin embargo, lo fundamental de este nuevo libro es que propone una serie de claves desde la convergencia de saberes (ciencia-tecnología, filosofía-ética y teología- espiritualidad) que permiten interpretar los signos de los tiempos - incluso desde el conocimiento profético- ofreciendo un mensaje de paz para nuestros corazones, en estos momentos de gran confusión y tribulación, renovando la confianza y esperanza en el ser humano y en el futuro de la humanidad. Y es que la esperanza es un mensaje universal.
Vayamos por partes, según usted, ¿quién tiene que despertar y cuál es el sueño?
Tenemos que despertar todos los ciudadanos. El sueño que hemos vivido - al menos en Occidente- se ha sustentado en una fe ciega depositada en el progreso ilimitado derivado de los avances científico-tecnológicos, en la entronización exclusiva de la razón, así como en una ilusión o espejismo de bienestar basado principalmente en una cosmovisión materialista del ser humano, de la naturaleza y del universo.
Buena parte de la sociedad, en estas últimas décadas, ha vivido centrada en el consumo y en sus problemas cotidianos - que son múltiples y acuciantes - sin ser demasiado consciente de lo que se estaba fraguando de forma discreta y poco democrática. Y es que en estos últimos años se ha ido construyendo la arquitectura de un incipiente Nuevo Orden Mundial, basado en una gobernanza global, y dirigido por unas élites financieras y tecnocráticas codiciosas de un poder total sobre la población mundial. Y al parecer, este proceso se ha acelerado con la crisis sanitaria de la pandemia por la Covid-19.
En efecto, según mi opinión, las élites globalistas han acelerado sus propuestas de “salvación” para la humanidad basadas en la ideología transhumanista/posthumanista, las tecnologías exponenciales invasivas y la sustitución de la democracia basada en la soberanía de los ciudadanos y de los países por una cibercracia global que supera en influencia a la tecnocracia de los organismos supranacionales y a las burocracias corporativas tradicionales. De este modo, Silicon Valley, a nivel icónico, es ahora mismo el centro del poder mundial de esa cibercracia, junto con el poder financiero de Wall Street que lo sostiene: principalmente los megabancos y las gestoras de fondos de inversión. El ciberespacio no solo son las redes sociales, sino la industria del software y programación, de los algoritmos, la ciencia de datos, la inteligencia artificial, los servicios de hosting y el sector del entretenimiento, ocio y psicología de masas.
No obstante, a esa cibercracia occidental hay que sumar actualmente la cibercracia oriental. Asia, y concretamente China, está librando una “guerra mundial híbrida” por la hegemonía del mundo, del ciberespacio, del espacio ultraterrestre y por el control de la mente humana, es decir, por la conquista de nuestro cerebro.