Entrevista al P. Pablo Blanco Sarto sobre su libro: «Benedicto XVI. La biografía»
Pablo Blanco Sarto estudió filología, filosofía y teología en Roma, Múnich y Pamplona, y es doctor de estas dos últimas disciplinas. Publicó en 2004 la primera biografía de Joseph Ratzinger en castellano, y realizó su tesis doctoral sobre su pensamiento; forma parte de la comisión editora de las obras completas de Ratzinger en castellano. En la actualidad enseña teología y antropología en la Universidad de Navarra.
En esta ocasión nos habla de la reedición de su libro Benedicto XVI. La biografía en una versión corregida, actualizada y bastante aumentada de las obras anteriores.
¿Cómo nace su inquietud por escribir una biografía de Benedicto XVI?
Hice la tesis doctoral en teología dogmática sobre su pensamiento y desde entonces me quedó -de modo comprensible- interés por su figura y su pensamiento. Después fue elegido sucesor de Pedro, por lo que -al comprobar que su personalidad no era del todo conocida- me sentí en la obligación de darla a conocer. Así que lo tomé como un ‘hobby creativo’ y seguí leyendo y escribiendo sobre él en los ratos libres.
¿Qué es lo que aporta de nuevo con relación a lo que ya había escrito sobre él?
Varios años de trabajo y estancias en Centroeuropa. Aunque el objeto por el que me dirigía allí era otro (estudiar el diálogo católico-luterano), también aprovechaba para informarme sobre el actual papa emérito. Me servía de descanso. De modo que es una versión corregida, actualizada y bastante aumentada de las obras anteriores.
Háblenos de la importancia de conocer el contexto geográfico, temporal y cultural en el que vivió el Cardenal Ratzinger…
Grande. Ratzinger es hijo de su tierra y su época. El conocer la historia de los hechos y las ideas en Alemania resulta fundamental para comprenderlo, así como su carácter marcadamente bávaro. Los años del concilio le marcaron también en profundidad. Su experiencia pastoral en Múnich y Roma resultan también definitivos.
Ratzinger es un pensador que fue evolucionando con los años hacia posiciones mucho más conservadoras que en sus primeros años de sacerdote…
Esa es la versión oficial: la ‘grosse Wende’ de la cual hablan sus antagonistas. Sin embargo, él prefiere verlo como una evolución natural que todos tenemos, al mismo tiempo que aprecia cambios mayores en los demás, por lo que lo que antes estaba a un lado resulta ahora estar en el otro. “Han cambiado ellos más bien", decía refiriéndose a los que prometieron mantenerse fieles al Vaticano II, mientras después pedían un Vaticano III…
Ya fue uno de los grandes puntales del Pontificado de Juan Pablo II…
Qué duda cabe. Durante 23 años Wojtyla y Ratzinger formaron un tándem imbatible, como se puede apreciar en la documentación emanada por los organismos que dirigía el teólogo bávaro. También cuando san Juan Pablo II iba a viajar por el mundo, era Ratzinger quien “se quedaba en la tienda". Cada uno supo estar en su sitio y se complementaron mutuamente.
Su elección no fue tanto una sorpresa, al ser ya una figura muy prestigiosa y conocida…
Sí, incluso aquellos que no estaban del todo de acuerdo con él en todo apreciaban su buen hacer y su amplia visión. Fue adquiriendo un discreto prestigio durante todos los años que trabajó en la curia romana, que le convirtieron en una opción creíble para ser elegido papa.
¿Se puede decir que fue un Papa eminentemente intelectual?
Intelectual pero no místico. Indudablemente Benedicto XVI es el papa de la razón y la palabra, pero también sabía abordar las situaciones concretas si era necesario. Tiene también un cierto carácter práctico, aunque para él lo teórico contiene un poder iluminador que permite abordar con éxito lo más práctico. El querer entrar a los abusos y la corrupción en la Iglesia no era sin más un presupuesto teórico.
¿Qué aporta sus escritos, su Magisterio….al pensamiento católico?
Aporta reflexiones sobre temas importantes: la Escritura y la Eucaristía, la tradición y la historia de la Iglesia, la contemporaneidad de la verdad y el amor. Nos ha dejado además un libro importante sobre ‘Jesús de Nazaret’, y otros muchos más temas pensados en una perspectiva eclesial y teológica.
Un Papa que sigue profundizando en la relación entre la fe y la razón…
Sí, porque piensa que la mejor defensa de la fe ha de ser racional. Este diálogo entre razón y religión es una constante en su pensamiento que hizo llegar a su magisterio. Por ejemplo, cómo la razón entra en contacto con la religión, para curar de las respectivas “patologías” del fanatismo y de una razón cerrada y ajena a la ética y la dignidad humana.
Y otros temas importantes como la dignidad humana…
Ratzinger/ Benedicto XVI los relaciona siempre con la naturaleza. El Logos creador ha dejado su huella en la creación, por lo que no es fácilmente manipulable, y además pueden ser conocida por la razón humana. El olvido de la dignidad de la persona humana supone siempre un acto irracional, en el sentido más amplio y más profundo de la expresión. De ahí el profundo deterioro que crea en las personas y en el entorno.
Con relación al Concilio Vaticano II, él defiende la llamada hermenéutica de la continuidad con relación a la Tradición de la Iglesia…
No exactamente, pues él habla de la “reforma en la continuidad del único sujeto Iglesia que el Señor nos dio". La tradición ha de tener también un sentido amplio, sin circunscribirse a unos siglos en particular sino atendiendo -como diría Newman- al desarrollo orgánico de las verdades creídas. Por eso según el Vaticano II y Benedicto XVI debe haber una cierta reforma, pero no una revolución o una ruptura en la Iglesia.
No fue un pontificado fácil, pues tuvo feroces enemigos tanto dentro como fuera…
Ninguno lo es… y el de Benedicto XVI tampoco. Pero en parte quiso él mismo “complicarse la vida” al querer entrar a fondo a la cuestión de los abusos sexuales y financieros. Cuando viajó a Fátima y le preguntaron si había un complot contra la Iglesia, respondió sencillamente: “el mayor ataque contra la Iglesia es el pecado dentro de ella". Por eso había que sacarlo y purificar la Iglesia. Esta es la verdadera reforma.
Quizá por esa imagen rígida e inquisitorial que crearon sobre él…
Claro, había estado trabajando durante 23 años en “el lugar más duro de la Iglesia", como decía un cardenal español. Después, con su pontificado, pudimos ver su verdadera imagen: alguien tímido y tranquilo, que tan solo aspiraba a limpiar y reformar poco a poco la Iglesia, sin necesidad de nerviosismos.
¿Qué balance podemos hacer de su pontificado?
Tendería a resumirlo en tres dimensiones: un magisterio luminoso, unas decisiones valientes, una enorme esperanza y generosidad para el futuro. Benedicto XVI dejó una clara hoja de ruta al menos para Europa, que -si sabe acogerla- podría evitar caer en el colapso.
¿Renunció al Pontificado por bien de la Iglesia? Hay tantas opiniones diversas sobre este asunto, ¿Usted personalmente considera que fue lícita su renuncia y justificados sus motivos?
Él dijo que primaba el bien de toda la Iglesia sobre el suyo particular. En el caso de Ratzinger y teniendo en cuenta su trayectoria, no me cabe duda de que fuera así. Él es muy racional, no improvisa ni cede ante la presión. Nunca el miedo fue un argumento de peso para él. Sus limitaciones físicas en un vertiginoso tiempo de cambio eran igualmente conocidas.
Su renuncia estaba prevista y pensó racionalmente que había llegado el momento de pasarle el relevo a otro para que siguiera adelante. ¿Qué problema hay? Sé que es más un argumento de razón que de fe, pero la fe no dice nada sobre la duración de los pontificados.
¿Cuál es el papel que tiene ahora y su influencia moral en la Iglesia?
Dijo que se retiraba a llevar una vida de trabajo y oración. ¿Le parece poco? Decimos que la oración es importante en la Iglesia y él ha querido seguir sirviéndola de este modo. La oración es lo que realmente mueve el mundo y eso es lo que está haciendo. Luego de vez en cuando nos regala algún pequeño texto, luminoso como siempre.
Javier Navascués Pérez
24 comentarios
Agradecería al bloguero, o a quien pueda responder, que me aclarase estas dudas. Gracias
Nos quieren vender como continuidad lo que es una ruptura con el magisterio previo. Algo que los protagonistas del cambio han reconocido. El argumento de ellos es que dicho magisterio tenía un contexto histórico que permite dejarlo atrás, superarlo. Que es lo mismo que decir la barbaridad de que el Reinado Social de Cristo es algo contingente.
De hecho, es exactamente el mismo argumento que usa Francisco para condenar algo que la Iglesia siempre ha aprobado: la pena de muerte.
Newman jamás habría aceptado que se puede llamar evolución a enseñar una cosa y la contraria.
Clamorous errors in the Latin of the Renunciation
Br. Alexis Bugnolo
From Rome blogspot
2. Prima facie, y hasta que sepamos la verdad última, Benedicto XVI ha sido un Doctor de la Iglesia, pero en general, un pésimo gobernante y un peor estratega. Tenía en su gobierno al siniestro Bertone, y su renuncia ha precipitado a la eclesiocatástrofe de Francisco, el peor Papa de la historia. Ojos de lince, al revés te lo digo...
3. Por cierto, aún nos de decir qué estatuto tiene el emérito Benedicto, pues sigue teniendo signos, simbolos y tratamiento como si fuera Papa... Que tiene infinita más autoridad moral e intelectual que Francisco es evidente, pero falta saber qué munus papal conserva.
Es mejor no tocar las cosas sagradas.
Anónimo,deje de insultar a la Iglesia y a sus hijos para justificar los errores de Francisco y su pontificado.
Tal vez tengas razón, pero para gobernar a la Iglesia (cuerpo místico de Cristo) en realidad lo primero es lo importante. Si es por éxito, un Cristo crucificado y sus apóstoles martirizados y el que se salvó exiliado no es precisamente el mejor modelo. La Iglesia siempre parece caer y triunfa por medio de sus fracasos decía santo Henry Newman.
A ver cuando sale ese libro en la versión kindle de amazon. Es más fácil adquirirlo por ahí a esperar a que llegue a Lima.
«pero falta saber qué munus papal conserva»
Si conserva aunque sea uno, entonces conserva todos: es herejía afirmar que el papado se puede repartir entre varias personas. Mira el Denzinger 1091.
Y lo que he dicho sobre Ratzinger es cierto. ¿Quiere usted que copie sus palabras?
Personalmente tengo gran simpatía por Benedicto XVI, aunque no comparto sus posturas conservadoras. A mi juicio, fue un papa que intentó una cierta conciliación interna, mediante la integración de los tradicionalistas normalizando la misa en latín, suavizó la censura de teólogos disidentes, intentó limpiar la corrupción sexual y económica, redujo el poder de los movimientos laicales y dio más influencia a las órdenes y congregaciones, y no se dedicó tanto a la política como su predecesor.
El problema es que lo hizo muy tímidamente, como corresponde a su personalidad tímida y discreta. Es un hombre con una gran capacidad intelectual, pero carece de dotes de liderazgo, gestión y mando, de carisma y de manejo de los medios de comunicación, cualidades de las que estaba sobrado Juan Pablo II.
Con Francisco me pasa lo contrario que con Benedicto. Comparto más su visión del catolicismo, pero no me gusta su estilo, su lenguaje confuso y ambiguo, su personalidad y su forma de gobernar, que considero que divide más que une.
Si aceptamos que el principal motivo de nuestros papás radica en llevar a flote la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo, quizá no sería muy importante ser millones o decenas.
En primer lugar observo que Benedicto XVI parece no afecto a reconocer errores suyos ni a retractarse de los mismos o a precisar mejor alguna afirmación desacertada. Me limito a cuatro cuestiones.
1- La primera se refiere a la respuesta que da a Messori en “Informe sobre la Fe” (BAC 1985) acerca de su condición de ser uno de los fundadores de la revista internacional “Concilium” “que agrupa a la llamada ala progresista de la teología,..cuyo cerebro está en la “Fundación Concilium” (Nimega, Holanda, 1965), que integran hombres como J.B. Metz, H. Küng, W. Kasper, y otros. Preguntado por Messori, respecto a si su participación fue: “¿Una desgracia? ¿Un pecado de juventud? Y entretanto, ¿qué ha ocurrido? ¿Un viraje en su pensamiento? ¿Un “arrepentimiento” ?”. “Se lo preguntaré como bromeando, pero su respuesta será rápida y seria: “No soy yo el que ha cambiado, han cambiado ellos”. Resulta difícil aceptar que tal número de teólogos de reconocida heterodoxia, hubieran incurrido en ella mucho después del C.V.II.
2- En Pascua 1991, publica Ratzinger “Iglesia y Modernidad” (Ediciones Paulinas), en el C.5 trata sobre sobre “Europa entre esperanzas y peligros”. Cito: “De este modo, Europa quedó afectada por una crisis de conciencia. El orgullo de la propia riqueza se ha trocado en sentimiento de culpa, el “eurocentrismo” en un motivo de reprocche, y la historia de los éxitos de Europa se ha transformado en relato de los pecados de origen. No más de una generación anterior, Paul Claudel había podido escribir su “Cristóbal Colón” como drama de la liberación de Iberoamérica de sus divinidades sanguinarias, como itinerario hacia la unidad del género humano en la plenitud de humanidad de la fe cristiana, que vence la parcialidad y la crueldad de los ritos y supersticiones. En la actualidad, ¿Se atrevería alguien a presentar todavía en estos términos la entrada de los europeos en tierras de América? No son pocos los que piensan que hubiera debido suceder lo contrario, o sea, que habría que haber liberado a Europa del cristianismo y de la pretensión de dominio, que él deduce de la certeza de su propia verdad. Pero, aun el que no llega tan lejos, puede no ver en la colonización española más que una vicisitud de violencia y opresión, una historia llena de avidez y de crueldad, que no alcanza a contrabalancear ni aun el humilde servicio de una falange tan numerosa de grandes evangelizadores. El quinto centenario del primer encuentro entre Europa y América, para el que se están haciendo preparativos en América Latina, cae bajo la insignia de semejantes interrogantes. Desde el fatal viaje de Colón en adelante, Europa se ha extendido hacia las Américas, y allí, por así decirlo, una vez más se ha puesto en escena así misma. ¿Fue una gracia o una maldición para América y para la misma Europa? RESULTA DIFÍCIL HACER EL BALANCE (mayúsculas mías) de la una o de la otra y cotejarlos recíprocamente”. ¡Increíble! que Ratzinger dude sobre el sentido providencial del Descubrimiento, conquista, evangelización y civilización del Nuevo Mundo. ¿Somos una incógnita, una gran X todavía para Benedicto XVI? No me atrevo a responder por él. El Sínodo del Amazonas ya ha respondido. Pero antes respondió en 1992 S.J.P.II en su Discurso ante al IV Asamblea General del CELAM en Santo Domingo con motivo del V Centenario del Descubrimiento (12 de octubre de 1992). Puede leerse el texto en mi comentario que ha tenido a bien publicar hoy el P. Javier Olivera Ravasi en su artículo : “Isabel la Católica: santa súbito”.
3 – Año 2000, “El Tercer Secreto de Fátima” Congregación para la Doctrina de la Fe, “Comentario Teológico”, firmado por Joseph Card. Ratzinger, Prefecto.
Cito: “Hemos llegado así a una última pegunta: ¿Qué significa en su conjunto (en sus tres partes) el “secreto” de Fátima? ¿Qué nos dice a nosotros? Ante todo, debemos afirmar con el Cardenal Sodano: “…los acontecimientos a los que se refiere la tercera parte del “secreto” de Fátima, parecen pertenecer ya al pasado”. En la medida en que se refieren a acontecimientos concretos, ya pertenecen al pasado. Quien había esperado en impresionantes revelaciones apocalípticas sobre el fin del mundo o sobre el curso futuro de la historia debe quedar desilusionado. Fátima no nos ofrece este tipo de satisfacción de nuestra curiosidad, del mismo modo que la fe cristiana no quiere y no puede ser un alimento para nuestra curiosidad. Lo que queda válido lo hemos visto de inmediato al inicio de nuestras reflexiones sobre el texto del “secreto”: la exhortación a la oración,como camino para la “salvación de las almas”, y, en el mismo sentido, la llamada a la penitencia y a la conversión”.
Los hechos producidos desde el 2000, que han involucrado su propia renuncia al Pontificado en 2013, y lo que hoy acontece en la Iglesia, son un desmentido contundente a tales especulaciones simplificadoras del entonces Prefecto de la Fe.
4 – Encíclica “CARITAS IN VERITATE”, n° 67: “Ante el imparable aumento de la interdependencia mundial, y también en presencia de una recesión de alcance global, se siente mucho la urgencia de la reforma tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones. Y se siente la urgencia de encontrar formas innovadoras para poner en práctica el principio de la responsabilidad de proteger y dar también una voz eficaz en las decisiones comunes a las naciones más pobres. Esto aparece necesario precisamente con vistas a un ordenamiento político, jurídico y económico que incremente y oriente la colaboración internacional hacia el desarrollo solidario de todos los pueblos. Para gobernar la economía mundial, para sanear las economías afectadas por la crisis, para prevenir su empeoramiento y mayores desequilibrios consiguientes, para lograr un oportuno desarme integral, la seguridad alimenticia y la paz, para garantizar la salvaguardia del ambiente y regular los flujos migratorios, urge la presencia de una verdadera AUTORIDAD POLÍTICA MUNDIAL, como fue ya esbozada por mi Predecesor, el Beato Juan XXIII”, (29 de junio de 2009). ¿Se refiere al NUEVO ORDEN MUNDIAL?.
Estas son cuatro cuestiones que, creo, no han sido respondidas debidamente por Ratzinger.
La Iglesia: Es Signo eficaz de la Gracia de N.S. J. hoy, para la salvación del mundo! Pero con tanta ambigüedad...
Colocando las cosas en Su propio lugar, es más fácil ver las diferencias de "estilo" llámese "pastoral" de cada uno de los últimos papados.
Me quedo, sin embargo, con los del siglo pasado... antes del Concilio Vat II por la seguridad que daban en sus enseñanzas. En la forma "pastoral" de llevar la iglesia sin los "bamboleos = zarandeos" a que la tiene sometida la cultura de hoy, tal vez por estar infestada de ambigüedad... y por ello llegado el momento bailan al son que toque el momento... Eso diluye La Verdad... Toca en estos momentos ORAR mucho! Y escoger Vivir el Evangelio!
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