¡Más honestidad, por favor!
¿Qué me impulsa?
¡Más honestidad, por favor!
En las últimas semanas muchos periodistas, y también algunos clérigos, han expresado sus opiniones sobre el Papa Benedicto. Opiniones que contienen muchas medias verdades, falsedades y calumnias. La peor acusación afirma que el Papa desea retornar a un pasado anterior al Concilio Vaticano II. Esta acusación es la peor porque implica que la persona misma que posee la autoridad de enseñar a la Iglesia universal estaría trabajando para minar la autoridad del Concilio. Tal veredicto estaría, sin embargo, completamente errado. De hecho, como joven teólogo, Benedicto XVI, contribuyó mucho dentro del concilio. Quienquiera que busque comprender hoy al Papa, no sólo a través de los medios, sino leyendo lo que él escribe, llegará a la conclusión de que ha orientado todo su magisterio según el Concilio. ¿Cómo debemos entender entonces la acusación?
Mucha gente ha firmado una petición de incondicional aceptación del Concilio. De entrada, la expresión “incondicional aceptación” me irrita porque no sé de nadie – incluido yo mismo – a quien se pueda aplicar esto. Unos pocos ejemplos, arbitrariamente elegidos, serán suficientes:
-El Concilio no abolió el Latín en la liturgia. Por el contrario, -enfatiza que en el Rito Romano, salvo casos excepcionales, el uso de la lengua latina debe ser mantenido. ¿Quién entre los ruidosos defensores del Concilio desea una “incondicional aceptación” de esto?