El Cardenal Kasper en entrevista
Durante la semana pasada, se celebró en Chipre la reunión de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa en su conjunto, que discutió sobre la cuestión del primado del Obispo de Roma en el primer milenio. Sobre esta reunión, presentamos una entrevista al cardenal Walter Kasper, co-presidente de la Comisión mixta y presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos.
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Eminencia, en estos días, junto a los ortodoxos, habéis afrontado la cuestión del primado del Papa. ¿Hay resultados?
Puedo decir que hemos dado pequeños pasos hacia adelante. No hay grandes resultados pero debemos tener presente que estaba en discusión un argumento difícil y delicado cuya sola evocación, hasta poco tiempo atrás, bastaba para desencadenar polémicas en los ambientes de la ortodoxia. Lo más importante es que todos los miembros de la Comisión mixta, tanto católicos como ortodoxos, han reiterado su firme voluntad de continuar en el diálogo y de buscar un acuerdo sobre la doctrina del primado. Es cierto, requerirá tiempo, pero el camino está señalado y nadie quiere volver atrás.
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Tratemos de explicar, también para quien no es teólogo, en qué punto se encuentra la discusión…
En estas reuniones hemos examinado la cuestión del primado del Obispo de Roma en el primer milenio. Me parece que ha surgido un acuerdo unánime sobre el hecho de que no se trataba simplemente de un primado honorífico. Es algo más. Por el momento, sin embargo, no hay acuerdo sobre cómo definir exactamente esta forma de autoridad. Debemos continuar discutiendo.
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Un autorizado miembro de la Comisión, el obispo ortodoxo Gennadios, dice que los trabajos proceden demasiado lentamente…
¡Y yo estoy totalmente de acuerdo con él! Pero debemos preguntarnos el porqué. Nuestro método de trabajo se remonta a treinta años atrás, cuando fue constituida la Comisión mixta para el diálogo teológico con los ortodoxos en su conjunto. Lo que implica la participación de todas las Iglesias autocéfalas, cada una con sus delegados y con sus posiciones. Si hay una propuesta para agilizar los trabajos, será bien aceptada.
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Recientemente usted ha afirmado que entre católicos y ortodoxos ha terminado la estación del frío intenso. ¿Quiere decir que las relaciones se han hecho muy calurosas?
Con los ortodoxos estamos en temporada alta. Pero incluso en verano hay a veces grandes temporales. Aquí, en Chipre, hemos visto uno, repentino pero afortunadamente pasajero. La pública contestación de un grupo de fanáticos contrarios al diálogo con la Iglesia Católica ha sido condenada inmediatamente por el arzobispo Chrysostomos II (número uno de la Iglesia ortodoxa de Chipre) y también por el Santo Sínodo de la Iglesia de Grecia.
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¿Las contestaciones han perturbado vuestros trabajos?
Absolutamente no. Es cierto, han creado un poco de incomodidad en quienes nos hospedaban. Pero yo les he dicho que en Occidente estamos acostumbrados a las minorías ruidosas. He sido decano de la universidad después del ’68 y recuerdo que las contestaciones estaban al orden del día.
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Eminencia, la Iglesia Católica abre las puestas al regreso de los anglicanos. ¿Qué impacto tendrá sobre el diálogo ecuménico esta decisión histórica?
El asunto no ha sido conducido por el Consejo para la Unidad de los Cristianos sino por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Nosotros, obviamente, estábamos informados. Debo limpiar el terreno de las interpretaciones erróneas: no se trata de proselitismo, no hemos robado fieles a otra Iglesia. El Papa ha respondido a un apremiante pedido de algunos sectores de la Iglesia anglicana. Un gesto de gran apertura y acogida realizado en espíritu de diálogo. En este sentido, tendrá un influjo positivo sobre el ecumenismo.
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Fuente: Papa Ratzinger Blog
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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