Summorum Pontificum. ¿Un problema o una riqueza? (P. Manuel María de Jesús)
Titulo: Summorum Pontificum. ¿Un problema o una riqueza?
Autor: P. Manuel María de Jesús
Editorial: Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina
Páginas: 111
Precio aprox.: > 2 €
ISBN: 978-84-613-9827-0
Año edición: 2010
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Seguramente, todo lo relacionado con el Motu Proprio de fecha 7 de julio de 2007 de Benedicto XVI denominado Summorum Pontificum (SP desde ahora), es muy dado a la polémica. Por una parte, los partidarios del contenido del mismo se han encontrado, digamos que de golpe y porrazo, con la confirmación de lo que, en su corazón, creían; por otra parte, las personas que se oponen, de la forma que sea, a la puesta en práctica del SP creen que se ha lesionado algún tipo de realidad espiritual que tenían por sólida.
En este pequeño, en páginas, libro editado por la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina su autor, el Padre Manuel María de Jesús, procura, con la confluencia de textos escogidos por su importancia y relación al tema tratado, descifrar lo que puede parecer un enigma: ¿Existen razones para oponerse a que el uso extraordinario del rito romano se ponga en práctica puesto que nunca fue derogado?
En realidad, en un momento determinado, concreta lo que aquí pasa: "Se trata más bien de un problema de fe, de obediencia, de disciplina, de rebeldía y desafección pública hacia el Vicario de Cristo y hacia su voluntad" (página 43). No se trata de nada más pero de nada menos.
Esto, sin embargo, supone una actuación contraria al c. 331 CIC que dice, en concreto, refiriéndose al Santo Padre, que el mismo "tiene, en virtud de su función, potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia, y que puede siempre ejercer libremente" aunque también es lógico pensar que quien así actúa, contra SP poco parece importarte aquello que debe respetar.
El autor del libro se encarga de desmitificar algunos aspectos del uso extraordinario del rito romano que hacen mucho daño a la misma celebración eucarística. Ambos, el ordinario y el extraordinario pueden auxiliarse y no hay razón alguna para que así no sea.
De aquí que, en la Carta a los Obispos que acompaña al SP escribe Benedicto XVI que "las dos Formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse mutuamente: en el Misal antiguo se podrán y deberán inserir nuevos santos y algunos de los nuevos prefacios. En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo" (página 64)
Además, "El uso extraordinario no menoscaba la autoridad del Concilio Vaticano II" porque, por ejemplo, "el Misal de 1962 fue utilizado por los Padres durante el Concilio". Además, "¿La fe expresada en el Misal utilizado durante siglos y que alimentó a miles de santos y al entero Pueblo de Dios, no sería ya la misma a partir del Vaticano II?" (por ambas citas, página 55)
Por otra parte, "El Motu Proprio no disminuye la autoridad del episcopado" porque con el cumplimiento del mismo se está a lo establecido en las normas canónicas como, por ejemplo, se ha hecho referencia supra.
Pero, sobre todo, lo que más solivianta a más de un creyente católico, es que pueda parecer que Benedicto XVI estaba pensando en la Hermandad San Pío X cuando escribió y ordenó entrar en vigor al SP. Nada más lejos de la realidad.
Es, al contrario "un don que Benedicto XVI ha querido hacer a toda la Iglesia, a todos los fieles y a todos los pastores" (página 81) lo que hace difícil entender la oposición que, a veces, se manifiesta contra el mismo.
Y es, por decirlo pronto, una "riqueza para todos".
¿Qué hacer, pues, ante la situación aquí descrita?
En realidad, resulta bastante fácil la respuesta. Nos la da el autor del libro quien escribe (página 95) que "lo mejor y más prudente sería por parte de todos atenerse a lo que realmente dicen los textos papales, a cuanto explican los organismos competentes de la Santa Sede, o aquellas personas que colaboran directamente con el Santo Padre en el gobierno de la iglesia y que han sido por él encargadas de todo cuanto a esta materia litúrgica se refiere".
De todas formas, y ya para terminar, cuando se lee un libro con intención de decir algo sobre el mismo, se debe hacer una recomendación de a qué tipo de personas puede ir dirigido. En este caso particular deberían ser las siguientes:
- A cualquier persona que quiera conocer cómo se encuentra la situación del Motu Propio Summorun Pontificum en cuanto al debate sobre el mismo.
- A cualquier creyente católico que quiera reconocer la verdad sobre el SP.
- Al creyente que, sin prejuicios litúrgicos, pretenda saber a qué atenerse en cuanto a la celebración de la Santa Misa según el único rito romano existente aunque con dos usos distintos.
- A quien, en general, no conozca la polémica surgida entorno al Motu Propio aquí referido y quiera comprender la importancia de la verdad.
Al fin y al cabo, cuando se trata de ver reflejada la realidad litúrgica católica en un texto escrito, nada mejor que, fijando en el mismo las diversas opiniones surgidas sobre aquella, estar en la seguridad de no mantener opiniones que, en realidad, se salgan de la verdad de lo que pasa. Y este texto del P. Manuel María de Jesús nos echa, al respecto, una mano bastante grande.
Por Eleuterio Fernández Guzmán
7 comentarios
El Motu Proprio supone de facto una purga radical de los Seminarios, y con purga me refiero a hacer salir de ellos todas esas normas, costumbres y personas que han evacuado de su seno el latín y la música sagrada.
Después de seis años en el Seminario yo no sé qué narices se les enseña a los curas: filosofía no saben, lengua la materna, a Tomás no lo han leído, la notación vaticana ni la entienden... debe de ser que se les imparte mucha psicología (pseudociencia donde las haya).
El Motu Proprio implica la reforma de los Seminarios y por es escuece, escuece más de lo que aparenta.
Pero el Papa toma las riendas de la Iglesia: ¿qué nos estraña? A mí nada, a muchos obispos parece que mucho.
Es bien cierto que la puesta en práctica, en profundidad, del Motu Proprio del trata el libro del P. Manuel María de Jesús, ha de suponer o, mejor, tendría que suponer (pues no sé hasta dónde se llegará con la misma) el cambio de muchas actitudes y muchas situaciones dadas, a lo mejor, como no modificables.
En realidad, yo creo que se trata, nada más pero nada menos, que volver a que las cosas tornen por donde solían aunque, es más que posible, que a muchas personas no guste tal forma de ser es, en realidad, una forma tan válida, sino más, que la actual.
Ahora bien, la actitud de hacer como si no que tiene muchos obispos de España me recuerda a un argumento de las rabiosas abortistas.
Ellas dicen a los católicos: "no metais vuestros rosarios en nuestros ovarios" y los obispos le dicen al Papa: "no metas tu báculo en nuestros seminarios".
El Motu Proprio es un proyectil dirigido a la línea de flotación del estilo de los seminarios postconciliares, y por eso duele tanto a tantos obispos.
Que Dios mantenga a Benedicto en la sede de Pedro la friolera de 200 años, si no más... jeje.
El propio Papa "teologo" nunca ha ocultado en sus escritos que la extinta Iglesia preconciliar nunca le gusto...pero es que la actual Iglesia conciliar ¡¡¡ TAMPOCO LE GUSTA !!! como lo ha demostrado resucitando el cadaver de la misa latina, llamada extrañamente MISA DE JUAN XXIII y no de San Pio V como era la legendaria misa de Trento. (El motivo del cambio de nombre ha sido depurar de toda sombra de antisemitismo preconciliar la misa latina, tema que al Papa "aleman" le perturba mucho).
En su libro sobre Jesus de Nazaret vuelve a la carga con su "extraña teologia" recuperando el papel del Jesus "rabino"...mientras poco despues le levanta la excomunion a un Obispo reaccionario que ¡ niega el Holocausto judio por television!
Y no nos salgas con lo de los perfidi porque no creo que tu ignorancia sea tan oceánica como para ostentarla con un simple tema semántico.
¿Porque llamas a lo evidente "extraña teología" Carlos?¿Cual es la correcta, que Jesús no era maestro?.
Negar el holocausto puede ser una estupidez intelectual - con bastante mala uva incorporada muchas veces-, pero no es motivo de excomunión. Tampoco lo es defender la Evangelización de América o defender que los españoles éramos unos genocidas, o montones de cosas similares. Pueden ser estupideces humanas, pero no son dogmas revelados del cielo.
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