Nobel a Memorial, que sacó a la luz los crímenes soviéticos
Hace ya mucho que considero el premio Nobel un castigo cruel, un galardón que desacredita irremediablemente a su receptor. Como trato de no regocijarme en la desgracia ajena, presto escasísima atención a los premios que otorga la Academia sueca.
Este año, no obstante, leí de refilón que le habían concedido el Nobel de la paz a la asociación rusa Memorial junto al Center for Civil Liberties ucraniano y al disidente bielorusso Byalyatski. Y recordé cuando hace ya bastantes años tuve noticia por primera vez de su existencia y de la impresionante labor que realizaban para documentar los crímenes del comunismo en la Unión Soviética. Puede valer la pena recordar su historia.