La edad de las nueces: la vida infantil en Roma y cómo cambió con el cristianismo

¿Un libro sobre cómo era la vida de los niños en la antigua Roma? Será para especialistas, uno de esos libros para ratas de biblioteca y doctorandos, pensarán algunos de ustedes. Enorme error.

No es que La edad de las nueces, el interesantísimo libro que José Mª Sánchez Galera acaba de publicar en Ediciones Encuentro, sea Los tres mosqueteros o Ivanhoe. Se requiere una cierta inquietud y algo de conocimiento histórico ayuda, pero cumplidos esos mínimos requisitos su lectura resulta fascinante.

No, no estamos ante un libro abstruso, al contrario, la prosa de Sánchez Galera se lee con gusto, tanto que podemos afirmar que estamos ante un libro entretenido. Lo cual no está reñido con el rigor: numerosas referencias a objetos, inscripciones, esculturas de la época nos ayudan a ir conociendo mejor cómo era la vida de los niños en aquella sociedad romana y, desde esta perspectiva, a comprender mucho mejor la antigua Roma. El recurso abundante a las referencias a la infancia que encontramos en la literatura latina (y griega) nos confirman que estamos ante una obra seria y enormemente instructiva (recuerden lo que decía Chesterton, lo contrario de divertido no es lo serio, sino lo aburrido).

La edad de las nueces, José María Sánchez GaleraUno de los grandes méritos de su autor, además de la profusa documentación que cimenta su escrito, es su atención a los detalles, las pequeñas observaciones, a menudo más eficaces para captar los entresijos de un mundo que muchos tratados generales.

Así, el libro, cuya clara estructura es también uno de sus méritos, va explicando cómo estaba organizada la familia romana, qué ocurría en los primeros años de vida, cómo funcionaba la enseñanza, cuál era el camino hacia la adolescencia y la edad adulta, cómo era considerada la pederastia y cuél era la reacción ante la no tan improbable muerte durante la niñez. El segundo bloque se centra en desgranar el impacto, las transformaciones que supuso la llegada y extensión del cristianismo, en qué aspectos hay continuidad y en cuáles hay ruptura radical.

Como ven, un recorrido apasionante a lo largo del que descubriremos, por citar algunas cuestiones que me han llamado la atención, la estructura de los nombres romanos, cómo en el 33 dC el hombre más rico de España no se libró de ser arrojado desde la roca Tarpeya por un crimen de incesto o que los pedagogos eran esclavos encargados de acompañar al niño a la escuela, iluminando el camino con un candil y evitando que frecuentase malas compañías (¡cuánto ganaríamos si los pedagogos actuales regresaran a su cometido original!).Descubrimos cómo en cierto modo ya existían los vientres de alquiler en la antigua Roma, pues muchas esposas legítimas preferían evitar el embarazo y alumbramiento, usando a esclavas para ello. Encontramos aspectos increíblemente similares a nuestra vida actual, como biberones de vidrio decorados con figuras de animales, y otros que no eran raros no hace tanto, como el trabajo infantil. Por cierto, que el título del libro viene de un modo de llamar a la infancia en referencia al juego de las nueces, un juego similar a las canicas. Ah! Y los romanos tenían pelotas de tres tipos: ligeras como las de playa, normales como las que usamos para jugar al fútbol y pesadas como las de los gimnasios. En cuanto a juegos, si al menos hasta hace poco era habitual jugar a polis y cacos, en Roma uno de los juegos preferidos era jugar a abogados. ¡Tan fundamental era el Derecho romano! Y siguiendo con los juegos, me ha parecido brillante el modo de datar las muñecas: al tener tallado el peinado de moda de su época, la comparación con el peinado de las emperatrices en las imágenes acuñadas en las monedas nos permiten saber cuándo fue hecha una muñeca.

Podríamos seguir, pero no quiero aburrirles y el segundo bloque del libro merece un mínimo de atención. Allí se nos explica algo trascendental, algo que ha fundado nuestra civilización, el mundo en que vivimos. El cristianismo tiene una concepción del ser humano, hecho a imagen y semejanza de Dios, que lo va a trastocar todo. Y no digamos la visión que tiene de la familia, de la sexualidad (imagen d ela unión entre Cristo y su Iglesia) y de la infancia. Estamos ante algo inédito, la religión de un Dios que se ha hecho niño, que gusta de rodearse de niños y que nos pide que nos hagamos niños para entrar en el Reino de los cielos. Es fascinante ver qué continuidades hay entre la sociedad cristiano romana y la Roma pagana y qué aspectos son cambiados de arriba abajo. Con el cristianismo el padre de familia ya no puede disponer a su antojo de la vida de sus hijos y cuestiones antes más o menos normalizadas, como el aborto, la exposición de niños, la pederastia o los “vientres de alquiler” son ahora censuradas. Una transformación que, lo siento por quienes consideran la civilización cristiana como el colmo de todos los males, fue muy positiva y alumbró un mundo imperfecto pero infinitamente mejor.

Insisto: si les interesa la historia, la sociología, nuestra civilización, no dejen de leer con atención este libro: saldrán más sabios y, de paso, con unas cuantas anécdotas con las que sorprender a sus amistades.

 

15 comentarios

  
Vicente
porque la fe cristiana es la verdadera novedad.
14/04/21 9:54 PM
  
Adamastor
En la concepción anatómica de los romanos las mujeres nacían con la vagina sellada, y por tanto debían ser desfloradas antes de la primera regla, o morirían al no poder evacuar la sangre menstrual...
14/04/21 11:35 PM
  
sofía
Parece un libro muy interesante.
Está claro que el cristianismo supuso un avance ético enorme respecto a todas las culturas anteriores. En el cristianismo la dignidad humana está bien fundamentada. Los que hablan de dignidad humana desgajándola del cristianismo al final acaban por negar esa dignidad a una parte de la humanidad, es decir a todo ser humano en definitiva.
14/04/21 11:45 PM
  
Valerian
Ciertamente el avance del cristianismo supuso el fin de la práctica de abandonar a los recién nacidos, si al pater familias (la voluntad de la madre no importaba) no le agradaba por cualquier motivo: enfermedad, por considerar que no era suyo, etc..
La potestad del padre matar al hijo si cometía alguna falta grave, existió durante la República pero ya había caído en desuso durante el Imperio.
El aborto igualmente era algo que estuvo prohibido hacerlo a las mujeres de motu proprio y se hacía de forma clandestina, pero el padre podía autorizarlo legalmente.
Con el triunfo del cristianismo fue una práctica prohibida completamente.
Durante una época la pedofilia (más bien efebofilia) estuvo bien vista por influencia griega, y es conocido que el emperador Adriano presumía de tener como amante al joven Antinoo que era un muchacho muy hermoso según se cuenta.
Lógicamente con el cristianismo esta práctica pasó a ser vergonzante y a hacerse a escondidas.
Otras formas de abuso como la esclavitud y la explotación laboral infantil, desgraciadamente fueron legales hasta hace poco tiempo.
15/04/21 1:55 PM
  
Viejo Profesor
Para Valerian:
Hace casi un siglo Marc Bloch (judío y marxista) demostró que el cristianismo acabó con la esclavitud antigua no con cambios legales sino con la conducta de los cristianos hacia los esclavos.
16/04/21 5:42 PM
  
Valerian
Viejo Profesor, eso que usted dice me suena a paternalismo.
"Sí, teniamos esclavos pero los tratábamos bien". Es una escena de Lo que el viento se llevó.
Yo siempre he pensado que la mejor manera de tratar a un esclavo es liberarlo y que sea legalmente persona y no mercancía.
Es fácil tener esclavos y llamarles "hermanos". Lo difícil es darles un sueldo a cambio de su trabajo.
Reconozco que no he leído a Marc Bloch (gracias por mencionarlo, lo buscaré), pero sí sé que en Bizancio es decir el Imperio Romano de Oriente siguieron teniendo esclavos.
Y puede que tras la caída de el Imperio Romano de Occidente en la Alta Edad Media la esclavitud fuera sustituida en gran parte por la servidumbre (que tampoco era muy distinta), pero tuvo un repunte con los carolingios (precisamente la palabra esclavo viene de "eslavo" por las personas de Europa oriental capturads en las razzias de los francos para ser vendidas). Luego volvió a decaer y posteriormente en el s.XV y especialmente con la colonización de América tuvo un renacimiento espectacular.
Hubo esclavitud en Brasil hasta 1881 y en la Cuba española hasta 1886, casi casi llegando al s.XX.
16/04/21 6:06 PM
  
Alex
Valerian:

Para que veas lo que verdaderamente enseñaba la Iglesia en esos tiempos le dejo un par de citas del Doctor Angélico:

“El dominio tiene doble acepción. 1) Una, como opuesto a la servidumbre; y en este sentido domina quien tiene un siervo. 2) Otra, referida a cualquier modo de tener a alguien sometido; y en este sentido domina quien tiene el gobierno o dirección de personas libres. El dominio en el primer sentido NO se daba en el estado de inocencia; mientras que el segundo ciertamente era posible”. (Suma Teológica, I, q. 96, a. 4.)

“El hecho de que este hombre, al considerarlo en absoluto, sea más siervo que otro NO TIENE NINGUNA RAZÓN NATURAL, sino sólo, ulteriormente, una utilidad consiguiente, en la medida en que es útil a aquél que sea dirigido por uno más sabio, y a éste que sea ayudado por aquél, como se dice en I Pol. Luego la servidumbre, que pertenece al derecho de gentes, es natural en el segundo modo, pero NO en el primero” (Suma Teológica, I-IIae, q. 57, a. 3, ad 2um)

Es decir, en Santo Tomás lo que se enseña es que hay una servidumbre mala y otra servidumbre buena. La mala es la de una persona que tiene a otra por su propiedad, la buena es aquella que se da en un relación de dos personas libres en la que una manda sobre otra sin suprimir por ello su condición de persona libre. De ellas solo la segunda se daba en el estado original de gracia y es además la única que viene de derecho natural.

¿Cambió la doctrina católica tomista de entonces para hoy? Para nada, de su concepto de servidumbre a las relaciones trabajador-empresario de las sociedades capitalistas modernas no hay ninguna diferencia notable.
18/04/21 1:03 AM
  
Rafaelus
Felicitaciones y gracias, don Jorge, por su artículo referido a un libro tan interesante, y también por la reapertura de foro en su columna.
19/04/21 2:14 PM
  
Valerian
Alex, la teoría está muy bien pero en la práctica hasta el s.XIX no se condenó la posesión de esclavos y ya puse de ejemplos en otros artículos documentos que demostraban que incluso clérigos de alto rango en la América colonial tuvieron esclavos.
Y respecto a comparar la servidumbre con los trabajadores de hoy en día, creo que es mucho comparar. Los siervos de la gleba, libres, libres, no lo eran mucho.
Pero vamos que no voy a cargar las tintas contra la Iglesia, porque explotación infantil se da hasta hoy en día y la Iglesia lo denuncia.
20/04/21 9:28 AM
  
Alex
Hombre Valerian, pues ya que habla usted de documentos le comento yo uno; me refiero a la encíclica In Plurimis (1888), donde el papa León XIII felicitaba al gobierno brasileño por haber abolido la esclavitud. Del mismo modo que podría irme un par de siglos más para atrás y mencionarle el caso de San Gregorio de Nisa, quien sobre la esclavitud dejó escrito lo siguiente:

"Tengo esclavas y esclavos. ¿A qué precio, dime? ¿Qué encontraste en la existencia que valiera tanto como esta naturaleza humana? ¿Qué precio le pusiste a la racionalidad? ¿Cuántos óbolos consideraste el equivalente a la semejanza de Dios? ¿Cuántos estadistas obtuviste por vender ese ser formado por Dios? Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Si él es semejante a Dios y gobierna toda la tierra, y Dios le ha otorgado autoridad sobre todo lo que hay en la tierra, ¿Quién es su comprador, dímelo? ¿Quién es su vendedor? Sólo a Dios pertenece este poder; o, mejor dicho, ni siquiera al mismo Dios. Porque sus obsequios, dice, son irrevocables (Romanos 11:29). Por lo tanto, Dios no reduciría a la raza humana a la esclavitud, ya que él mismo, cuando fuimos esclavizados al pecado, espontáneamente nos llamó a la libertad. Pero si Dios no esclaviza lo que es libre, ¿Quién es el que pone su propio poder por encima del de Dios? (Homilías sobre el Eclesiastés)

Y conste que San Gregorio de Nisa es la única persona de la Antigüedad de la que nos han llegado escritos en los que se oponga a dicha institución. Poca cosa...

Y por cierto, eso de que para Santo Tomás la servidumbre buena (que no mala) no se puede equivaler a los trabajadores modernos, pues, bueno... solo le aclaro que en sus tiempos el concepto de proletariado no estaba muy especialmente al uso, mientras que por otra parte una relación de personas libres en la que una manda sobre otra sin suprimir por ello su condición de persona libre, como la que él sostuvo, no tiene mucha distinción teórica de la relación trabajador-empresario. Allá usted.

Dios le bendiga.
20/04/21 3:37 PM
  
Valerian
Sí ya Alex, en 1888 se felicita el Papa por la abolición de la esclavitud.
Pero desde 1480 hasta 1836 hay constancia de que existe el tráfico de esclavos negros y moros en España, del cual participó la Iglesia tanto por parte de laicos como de clérigos de manera totalmente legal y admitida moralmente.
Se pueden consultar los protocolos notariales o las reales cédulas de la Casa de Contratación de Sevilla, y muchos archivos de otros puertos como Valencia o las Canarias.
Sólo unas pinceladas:
-Real cédula de la Casa de Contratación 10 de mayo de 1504 por la que fray Nicolás de Ovando, comendador mayor de la Orden de Alcántara y gobernador de la Indias, solicita el envío de "...bestias de carga, yeguas, asnos y veinte esclavos negros".
-En 1514 Pedro Suárez de Deza, obispo de La Concepción de la Española, solicita diez esclavos negros.
-1518 Mosén Guillermo Vandese, solicita diez esclavos negros.
-1536 fray Juan de Zumárraga obispo de México, solicita tres esclavos negros.
Incluso había regulaciones sobre cómo los amos debían bautizar e instruir en la fe a sus esclavos, porque lo primero es lo primero y se puede esclavizar el cuerpo pero hay que procurar la salud del alma (Sínodo diocesano de Canarias 1514, instrucciones del Arzobispo de Sevilla Pedro Castro en 1614).

Y por otro lado, y hablando de infancia, educación y esclavitud, señalaría que me gustaría saber más sobre un oscuro episodio de la historia ibérica: tras la expulsión de los judíos de España muchos de ellos se refugiaron en Portugal, hasta que el rey Manuel I decidió también expulsarlos en 1497 pero permitió quedarse a los conversos, si bien en el año 1500 tomó una terrible decisión: separar de sus padres a los niños judios menores de diez años, para usarlos en un proyecto de repoblación de las lejanas islas africanas de Santo Tomé y Príncipe, además de para poder adoctrinarlos como católicos lejos de la influencia paterna.
(Esta decisión sin embargo no era nueva, pues ya en época visigoda el XVII concilio de Toledo dictó en su canon VIII una orden semejante, condenando a la esclavitud a los judíos y obligándoles a entregar a familias cristianas a sus hijos para ser educados).
Se supone que de unos dos mil niños que partieron de Lisboa, al poco tiempo en las islas apenas sobrevivieron 600, que encima dieron quebraderos de cabeza a los religiosos encargados de su catequesis, pues todavía en el s.XVII persistían en sus costumbres judías.
20/04/21 5:00 PM
  
Alex
Valerian:

- Me encanta como cierras el periodo de tráfico de negros en 1836 cuando en España dicho trafico no finalizó hasta 1882; entre otras cosas porque poco tiempo después (de 1836) el papa Gregorio XVI condenaría la esclavitud por vía encíclica y con ello ya no puedes decir que a partir de entonces era admitida moralmente (no por nada los oligarcas cubanos hicieron cuanto pudieron por evitar la publicación de la encíclica en la isla).

- Resulta curioso que de todos los perfiles de eclesiásticos que mencionas como posesores de esclavos, todos ellos tuvieran solo esclavos negros y no indígenas. Este punto es importante pues el humanista Fray Bartolomé de las Casas defendió que los indios eran seres humanos y racionales y por tanto sujetos del derecho natural, cosa que en cambio no sostuvo con los negros. De modo que la esclavitud negrera no se justificaba en base a que esclavizar a una persona estuviera bien, sino en tanto que dichos negros no eran entonces considerados personas (y por tanto sujetos de derechos); muy al estilo del aborto por cierto, donde éste se justifica en base a que el no nato tampoco es un ser humano y carece de ningún derecho.
Por cierto, ya que quiere mencionar la actitud de eclesiásticos respecto a la esclavitud de negros, haga el favor de no ser tan selectivo e incluya a otros como San Pedro Claver.

- El llamado Concilio XVII de Toledo no se trató en modo alguno de ningún concilio doctrinal universal sino de uno real y local. Este punto es importante pues en la monarquía visigoda el concilio local actuaba como una institución política al estilo de un parlamente (el mismo San Isidoro había sido teórico de dicha forma de gobierno) y por tanto sus cánones no constituyen en forma alguna magisterio infalible.
20/04/21 8:44 PM
  
Valerian
Alex:

-En 1836 no cierro el período del tráfico de esclavos que por desgracia siguió existiendo.
Lo que cierro es el período en que ese tráfico tuvo una aceptación moral por la Iglesia, pues en esa fecha Gregorio XVI condena la trata negrera.

-Me estoy refiriendo a la esclavitud africana que fue legal y éticamente aceptada.
La de los indígenas americanos fue ilegal y condenada por la Iglesia (aunque también se practicó especialmente en Brasil).
Aunque como curiosidad en los documentos de la Casa de contratación también se mencionan a "esclavos blancos" enviados a América. Que seguramente se trataba de prisioneros moriscos de las diversas guerras, e incluso guanches canarios o circasianos (musulmanes del Caucaso)

-A San Pedro Claver ya le mencioné en otro post, pero es que precisamente mencionarlo es ser selectivo pues desafortunadamente la mayoría de clérigos, incluyendo a los de la orden de Claver los jesuitas, poseían esclavos.
Por ser justos habría que destacar la labor emancipadora de los capuchinos en Angola, precisamente en contra de los jesuitas que justificaban el comercio negrero.
Tanto en Brasil, como en los virreinatos de Nueva España y Perú, la Compañía de Jesús tenía extensas plantaciones con miles de esclavos, así como esclavos domésticos.
Incluso en los EEUU la Universidad de Georgetown pidió perdón hace poco por tener esclavos en su inventario a principios del XIX.
20/04/21 9:38 PM
  
Valerian
De todas formas que conste que sería estúpido odiar a la Iglesia por cosas sucedidas hace doscientos años.
Se trata simplemente de recordar la historia.
Hoy en día la Iglesia denuncia y lucha contra la explotación infantil.
21/04/21 10:03 AM
  
Rafaelus
Hoy la Iglesia denuncia la explotación infantil y lucha contra ella, y también por eso le acusan de buenista, mundana y hasta socialista.
25/04/21 11:44 AM

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