Cristiandad abordando la pandemia del coronavirus
Es difícil resistirse a escribir algo sobre el coronavirus. Yo también lo he hecho. La excusa ha sido el número de abril de Cristiandad, para el que me pidieron un texto. Como no soy epidemiólogo, he optado por reflexionar sobre lo que significa lo que estamos viviendo a partir de algunas reflexiones de Bernanos y de Spaemann.
Este número de Cristiandad, que se puede leer online, es realmente interesante: desde la actuación de los apóstoles del Sagrado Corazón durante la peste de Marsella, hasta la conexión entre transhumanismo y pandemia, pasando por el virus de Wuhan y lo que nos dice sobre la eutanasia que nuestro gobierno tanta prisa tiene en aprobar. Y más cosas, que se pueden encontrar en este link.
Les dejo, para ir abriendo boca, con este «Técnica, soberbia, coronavirus y la posibilidad de seguir bendiciendo a Dios»:
La pandemia del coronavirus parece haberlo trastocado todo y la incertidumbre sobre nuestro futuro provoca una angustia generalizada. Pero lo cierto es que si nos detenemos, si nos apartamos por un momento de la vorágine de información en que vivimos sumergidos y reflexionamos con atención sobre lo que está ocurriendo, nos damos cuenta de que más que entrar en un mundo nuevo, la crisis del coronavirus pone de manifiesto aspectos de nuestro mundo que ya estaban ahí, pero preferíamos ignorar en el mejor de los casos o de los que nos enorgullecíamos en el peor. La crisis del coronavirus revela pues la crisis de nuestra civilización, las debilidades de una civilización que, tal y como ya señalara Georges Bernanos tras acabar la Segunda Guerra Mundial, se caracteriza por la primacía de la técnica y por su soberbia, la segunda confiando ingenuamente en la primera.Escribía Bernanos que «una civilización se caracteriza por el tipo de hombre para el que está hecha». En nuestro caso, un hombre que pugna por arrancar de sí los últimos «residuos» de trascendencia, un hombre pretendidamente autoemancipado que, en un gesto de rebelión total contra su Creador, vocifera insensatamente no estar sometido ya a una naturaleza que cree capaz de configurar a su antojo, un hombre que cree que está a un paso de someter incluso a la muerte y dejar atrás la mortalidad asociada a su humanidad (leíamos hace poco pomposas declaraciones, proclamadas con esa solemnidad un tanto pedantesca del cientifismo, afirmando que ya había nacido el hombre que no conocería la muerte).
Ha sido este hombre, que se concibe como emancipado de la naturaleza y a un paso de dejar atrás su condición humana por una nueva transhumana el que, de repente, ha quedado a merced de un virus originado en un remoto mercado del interior de la China. El soberbio candidato a superhombre violentamente golpeado por algo tan antiguo y poco sofisticado como una pandemia. En expresión feliz de Jacques Julliard, Prometeo ha enfermado de coronavirus.
Una humillación en toda regla para una civilización esclava de una lógica de hierro que afirma que no hay límites, que se hará inexorablemente todo aquello que sea fácticamente posible hacer y que, en consecuencia, normaliza prácticas como la eugenesia o la eutanasia. Anunciaba ya Bernanos hace más de medio siglo que la forma óptima de la modernidad para tratar a los «débiles y los tarados: desde el punto de vista general el suprimirlos pura y simplemente» es lo más económico. «Por lo tanto, tarde o temprano serán suprimidos por la técnica». ¡Qué proféticas palabras cuando asistimos a la eliminación casi total de los niños síndrome de Down antes de que alcancen a nacer!
Se ha construido así una civilización inhumana que, bajo su manto de pretencioso dominio del mundo por la técnica, esconde a duras penas una realidad mucho más sórdida. Con fina psicología, Bernanos observaba que «el mundo moderno que presume de sus excelentes técnicas es en realidad un mundo entregado al instinto, es decir, a sus apetitos». Y añade: «el hombre moderno es un angustiado. La angustia ha ocupado el lugar de la fe».
Una angustia, ya presente entre nosotros desde hace décadas pero que habíamos conseguido disimular y que ahora aflora masivamente en estos tiempos de pandemia. Nuestro mundo, orgulloso y autosuficiente, se muestra ahora desconcertado e impotente no ya para cumplir con sus fatuas promesas, sino ni siquiera para proteger nuestras vidas. Nos prometía la vida eterna, ser como dioses, y se tambalea ante un virus que no nos ha pedido permiso para devastarnos. Ante tamaño naufragio, ¿cómo no caer en el nihilismo y la desesperación?, ¿cómo podemos seguir afirmando, con el salmista, «bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios»?
No, no podemos hacerlo desde nuestra mirada soberbia y pretendidamente autosuficiente; para dar gracias siempre y en todo lugar necesitamos mirar la realidad desde otra perspectiva. Es lo que escribe San Pablo a los Romanos: «a los que aman a Dios, todo les sucede para el bien». Pero para mirar así tenemos que contemplar el mundo y la historia a la luz de Dios, pues sólo esa luz nos permite ver las cosas como realmente son. Como escribe Robert Spaemann en su meditación sobre el salmo 110, nos hemos olvidado de ver en las atrocidades de la historia – como hicieron siempre los apóstoles y los cristianos – la mano de Dios, también cuando la pena alcanza a los inocentes. Misterio que sólo se puede abordar desde el reconocimiento de que «la pena alcanzó con toda su fuerza al que es absolutamente inocente». Es la mirada desde la cruz la única que puede comprender, una mirada que no solamente acepta con resignación, sino que osa afirmar que «contemplar el actuar de Dios en la historia de la salvación significa alegrarse en ella». Sí, también cuando el mundo, ese mundo soberbio que se ufana de haber expulsado a Dios de nuestras vidas, se muestra en toda su fragilidad y zozobra ante esta infección invisible.
¿Hay esperanza para este nuestro mundo? Sí, nos atrevemos a afirmar con la Iglesia. Si la soberbia es el origen del pecado, nuestra debilidad es fundamento de la misericordia que es la fuente de nuestra salvación. Escribe Spaemann, meditando sobre el salmo 113, que «el ángel no puede ser perdonado porque es fuerte. Su decisión en pro o en contra del amor de Dios es definitiva, dado que los seres espirituales están totalmente presentes en aquello que hacen. El hombre es débil como todos los organismos vivos; «sus días son como la hierba»… El hombre no se identifica completamente con aquello que es. Y si es cierto que su debilidad constituye el fundamento de la misericordia de Dios, entonces la negación de esta debilidad, la soberbia, constituye el pecado original, y la humildad es la «madre de las virtudes».
Sólo una civilización construida por hombres humildes, que reconozcan sus límites y miserias, pero también esperanzados al saberse amados por Dios hasta la locura, será capaz de afrontar la pandemia, confiados en la bondad de la Divina Providencia y sabiendo que no debemos temer a quien puede matar solamente el cuerpo pero no el alma.
48 comentarios
- No me nueve mi Dios para quererte
el Çielo que me tienes prometido
ni me mueve el Infierno tan temido
para dexar por esso de ofenderte.
- Muevesme tu, Señor, mueveme el verte
clavado en esa Crus y escarnecido
mueveme el ver tu cuerpo tan herido
muevenme tus afrentas y tu muerte.
- Muevesme alfin mio Dios de tal manera
que sino huviera Çielo yo te amara
y sino huviera Infierno te temiera.
- Ni tienes que me dar por que te quiera
por que si quanto espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.
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Debería enviar una propuesta a la RAE para que incluya esa similitud en las definiciones del diccionario de esas palabras.
Me llama especialmente la atención esto de Bernanos: «el mundo moderno que presume de sus excelentes técnicas es en realidad un mundo entregado al instinto, es decir, a sus apetitos». Creo que C.S. Lewis dice algo muy parecido en La abolición del hombre.
Así mismo, la distinción que hace Spaemann entre castigo y pena ilumina el debate reciente sobre este tema.
En el libro, que recoge una serie de conferencias justo al acabar la Segunda Guerra Mundial, se nos muestra un Bernanos con todos sus "defectos" (pasional, exagerado, obsesivo...) pero con abundantes momentos de enorme genialidad.
El de Spaemann es Meditaciones de un cristiano II, publicado por la BAC
Jesu, quem velatum nunc aspicio,
Oro, fiat illud quod tam sitio:
Ut te revelata cernens facie,
Visu sim beatus tuæ gloriæ.
_______________________________[Jesús, ahora oculto imaginado, te suplico que se cumpla lo que tanto ansío, que al revelarse tu cernido rostro sea yo feliz viendo tu gloria.]
No creo que sea otra la visión que merezca la pena considerar, solo aquella que tenemos delante de nuestras narices y que no nos decidimos muchas veces ni siquiera a intuir, porque una vez intuida arde en nuestro corazón. ¿Por qué mirar a otra parte? Lo que está oculto y nuestro corazón siente ha de revelarse en su gloria; es cuestión de esperar, y el que no espera desespera. Por eso me apena tanto ver a nuestros obispos y cardenales escondidos y preocupados, confundidos y privados de esperanza, ahogándose en esta tempestad nocturna, espero que nadie siga su ejemplo y que todos busquen en donde hay que buscar. Somos hijos de la luz y no del miedo.
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Desde ese cuasi infierno les hablo, atrapado entre el querer escapar y el deber permanecer , ahogado por una depresión colectiva dantesca, sumido en la más cruel desesperanza, despertando cada día a una cruel pesadilla. Contando día a día cómo una ideología falaz me ha robado los mejores veinte años de mi vida.
La peor de las miserias es sentir claustrofobia respecto del propio país. El despertar en la madrugadas con tal sensación de angustia, de ahogo, de querer irremediablemente, como sea, traspasar los linderos de una ideología que carcome la existencia. Afortunadamente la web, aún no totalmente censurada por el régimen, posibilita una vía de escape virtual hacia el mundo "externo" posible, del cual, con todos los defectos, vicios y limitaciones que se le puedan adosar, el Estado democrático de Derecho es la única opción actual ante el neomarxismo.
Con la inflación porcentuada en miles y los precios subiendo cada hora y duplicándose en semanas, el salario básico es prácticamente inexistente. Sería, comparativamente, como si en España, en función del ingreso mínimo actual, una docenas de huevos o un kg. de carne costasen 900 e, un envase de gas propano 1600 e y una pastilla de jabón de baño 80 e. ¿Imposible sobrevivir así verdad? Eso mismo nos preguntamos nosotros, y sin embargo por puro milagro subsistimos. Es como si al español le rebajasen el ingreso mínimo a 5 euros y por puro "amor" el gobernante les "regalase" 10, además de desperdigar dinero y recursos por las estructuras del partido político oficialista, para generar la rapiña social por los bienes de consumo urgidos, en degradación moral por la prevalencia del más primitivo instinto de sobrevivencia y la sumisión forzada e indigna a una ideología a la que por estarte matando le agradeces la vida. Ese es el proceder criminal del marxismo-leninismo.
Así es que desde hace seis años, cuando asumieron el poder los segundones radicales, mínimos en la más elemental sensatez política pero máximos en ambición de poder, empecinados absurdamente en hacer de Venezuela el epicentro del resurgimiento del marxismo-leninismo, aupados y financiados desde Pekín, Moscú y Seul, se aceleró exponencialmente el proceso de degradación que hoy tienta linderos de implosión definitiva.
Venezuela, un Estado paria con un gobierno desconocido por las principales democracias del mundo y al filo de la conflagración fratricida, que gracias a Dios y a los buenos oficios de la comunidad internacional aún no es otra Corea del Norte, barajándose a nivel diplomático la restitución de Estado de Derecho y la celebración de elecciones generales democráticas y libres.
Siendo desde aquí, desde este estado de precariedad, finiquitada mi pequeña empresa de asesoría y soluciones tecnológicas, cerrado mi sitio web, dañados el vehículo , pc y otros instrumentos de trabajo, sin poder ejercer en forma lo que he estudiado, ejerciendo a penas los oficios de adolescente aprendidos de mis queridos salesianos, resumido a la más visceral condición de sobrevivencia -llevada al extremo por la actual pandemia mundial-, es que apelo a tu solidaridad humana y caridad cristiana, en la afirmación de que si no fuese absolutamente prioritario, jamás lo haría, La humildad también obliga a reconocernos como sujetos pasivos de esas situaciones en los que la necesidad impone el llamado a la caridad cristiana.
Un poco, lo poquito que pueda usted aportarme sería muchísimo, no sólo en su valor relativo material, sino también en su significado moral. Dios les retribuirá. Correo: [email protected]
He visitado en muchas ocasiones Lincoln. En su catedral hay miles de cosas maravillosas. Una de ellas es lo que queda del relicario del pequeño santo Hugo de Lincoln, un niño de nueve años. Hay una repugnante explicación frente al relicario que nos explica por voz de la moderna iglesia de Inglaterra que hay creencias que desprestigian a la Cristiandad. Evidentemente los anglicanos fueron precoces en modernizar su pensamiento. Yo sigo considerando al pequeño Hugo un mártir, al margen de lo que sea correcto, esa nota explicativa me parece tan humillante como la que don Poncio colocó en la Cruz.
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Echando un vistazo al mapamundi y cómo afecta el virus, se comprueba que va dando saltos imposibles, tanto en proporción como en letalidad. Que es imposible que su propagación haya sido simplemente de persona a persona. Que, por ejemplo, habiendo mil millones de chinos les afecta mucho menos que a los españoles.
Apartados de la vorágine, vemos que a los pacientes les están administrando más de veinte distintos tipos de medicinas, que son para otras enfermedades, que la Agencia del Medicamento “no recomienda” pero auspicie que se les administre. Como la propia Agencia confiesa, muchas de ellas contraindicadas, como el Interferon o las altas dosis de hidroxicloroquina. Vemos que a muchos pacientes les están dando ventilación contraindicada, y que es esa ventilación la que provoca la letal tormenta de citoquinas, como han confesado recientemente. Vemos que han sustituido desde el poder la medicina de siempre contra la fiebre y la tos por unos nuevos protocolos, que son acientíficos. Vemos que se han inventado un concepto ajeno a la medicina: “síntomas compatibles con el coronavirus”. Y que a quienes se lo adjudican, sólo por tener fiebre y tos, les dan ventilación y medicación contraindicadas.
Que cesen ya los experimentos contra la fiebre y la tos, y los nuevos protocolos impuestos desde el poder. Que vuelva ya la medicina de siempre, con los internistas de siempre, que son los que curan.
Y si es posible, que cese la soberbia de los poderosos, que pretenden ser los creadores de un nuevo mundo, infernal, y que cese la sumisión continua y boba de las masas.
«En este tiempo, en el que comienza a haber disposición para salir de la cuarentena, rezamos al Señor para que dé a su pueblo, a todos nosotros, la gracia de la prudencia y de la obediencia a las disposiciones, para que no regrese la pandemia».
Se comienza sacando a un niño mártir del santoral y se termina pidiendo que el Señor colabore con las autoridades. Queda la alternativa de negarse a rendir culto a esa "gracia", y salvar la conciencia ya que a la civilización la veo condenada sin remedio aunque esté tan bien acompañada por las nuevas religiones.
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Paz y Bien
Y la cosa no puede ser más actual, porque hay dos idolatrías: la implícita y la explícita. Los tesoros que no tienen fin ahora son llamados "estado de bienestar", la prosternación ante las obras de nuestras manos es la ciencia que ocupa el lugar de Dios, la fraternidad con los filisteos es el mensaje de que toda religión es querida por Dios y, para colmo, ya explícitamente los ídolos aparecen en la Sede de Pedro, que era lo que faltaba.
Y eso va seguido de una pandemia que será, seguramente, una casualidad...
¿Quiénes fueron lo que claramente no fueron nazis? Aquellos a quiénes los nazis mataron o tuvieron que exilarse; ¿quiénes fueron los que no eran etarras ni alentaron a ETA? Aquellos a quiénes los etarras mataron o tuvieron que exilarse.
En la Iglesia puede haber fallado gran parte de la jerarquía pero también aquellos que no hemos querido ver.
Ni siquiera es convincente el juicio positivo a partir de las apariencias.
Es más, dejemos el juicio a Dios y reflexionemos sobre lo que está en nuestra mano hacer por los demás.
Seguramente las pretensiones de otros serán mucho mayores pero no porque sus méritos los avalen.
No sé para qué sirve todo eso.
Dios ya me dará lo que sea preciso. Todo es para bien de los que aman al Señor.
Recuerdo una canción del colegio.
Confiar siempre en Dios es el camino recto. A menudo nada sabes del mañana estás desorientado y te falta ánimo. Nada ves, todo te parece estar sin salida pero tú sabes que el Señor te ayudará.
Indudablemente el padre Sherwin no cumplió con las normas esenciales de prudencia que tan bien defiende Bergoglio y sus obispos en 'descomunión' con los santos, el padre Sherwin contradiciendo toda sensatez quiso ir a Londres, y fue. Entonces era habitual que el Papa fuera al altar de la capilla del Colegio Inglés para ofrecer a Cristo a los estudiantes allí presentes, frente a la exaltación de los mártires ingleses que se pintó para ese altar. La Cruz es el árbol de la vida, otro árbol fue el que trajo la muerte. Todo esto, indudablemente, sacude los intelectos acostumbrados a lo que los sentidos informan, escandaliza y mueve a la risa a muchos todo esto. Pero era en lo que creía la Iglesia hasta anteayer, bien es cierto que ahora nos quieren mostrar lo equivocada que estaba la Iglesia y lo atrasados que permanecían los que creían que el mundo estaba condenado, pero alguien aún persiste y cree, ni supone ni considera, creen algunos porque el amor así les mueve. Por cierto, no conoce el amor quien es amado sino quien ama.
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Yo me limito a decir q todo es para bien de los q aman al Señor y q Dios nos juzgará. Por supuesto admiro todo lo q sea admirable, pero no comparo porque no le veo ningún sentido a la comparación.
Ya sé, porque todo está hablado antes, q hay quien no puede evitar intentar calcular méritos y necesita hacer comparaciones y me parece muy bien.
Yo me limito a admirar la obra de Dios, como quien admira un paisaje sin pretender ser ni compararse con el mar o la montaña.
Cada cual tendrá q dejar q Dios le transforme en su mejor yo. ¿Tiene q importarle al dedal lleno de agua no ser una piscina cuando se trata de la plenitud? Es como es, pero puede estar pleno y hasta Dios lo podría agrandar si quisiera. Pues bien está lo q Dios tenga para cada uno. Sin más.
Ya he explicado cómo admiro yo la obra de Dios.
Y con una admiración profunda, disfrutando al admirarla.
Ni aplano la montaña ni pretendo meter el mar en un hoyo. Ni los comparo ni comparo a nada con nada ni a nadie con nadie. En cuanto a mí, ni siquiera formo parte del cuadro.
Ni se me ocurre ir de humilde: la humildad es la verdad según Santa Teresa. Y yo no veo por qué tengo que presentar ninguna imagen, ni por qué mirarme en el espejo y analizarme: basta con estar, sin más.
La verdad de cada cual solo Dios la sabe y lo que quiera Dios de mí es lo único que me tiene que preocupar.
La revista "Cristiandad" tiene muy buenos artículos, todos de tipo general, pero, claro, si no meditamos sobre la parte proporcional que nos corresponde a cada uno en la situación que estamos, las generalidades nos van a absolver porque lo que entre todos hicimos no lo hizo nadie.
"Estar" no es un verbo puramente estático, es bastante más dinámico que ser y más circunstancial. Cuando intentas explicar su uso a estudiantes de español, procuras dejárselo claro.
No sé por qué pretendes que hay que ver todas las cosas como tú. A mí me parece muy bien que las veas como quieras; simplemente yo no tengo la misma perspectiva. No estamos discutiendo sobre hechos objetivos sino sobre modos de mirar.
¿Que cómo sé lo que Dios quiere de mí? Pues para algo tengo su Palabra y mi conciencia. Y en caso de duda, siempre hay otras conciencias a las que consultar.
No he dicho que no me conozca a mí misma. He dicho que no necesito mirarme al espejo y dedicarme a analizar esa imagen y preguntarme qué imagen doy. Lo esencial no se ve, no es imagen, no es apariencia. Conozco mis reacciones sé lo que hago mal cuáles son mis puntos fuertes y mis puntos flacos etc y procuro actuar en consecuencia. Eso no se aprende contemplando tu imagen. Para eso no necesito ni ponerme una etiqueta ni compararme con nadie, ni pesarme ni medirme. Simplemente hay que saber lo que se debe hacer y procurar hacerlo. Si no resulta ver en qué se ha fallado y volverlo a intentar.
La parábola de los talentos no tiene nada que ver con decidir si a ti te han dado muchos o pocos - eso se ve claro en el simple hecho de que existan dos versiones diferentes, la de Mt con un reparto desigual y la de Lc con un reparto igual aunque diferentes resultados. Lo esencial es saber que los talentos son de Dios y confiar en Él, no hay mas que meterlos en su banco y seguro que producirán.
En cuanto a lo que ha dicho el papa Francisco, yo prefiero la fórmula de Pedro: que sepamos dar razones de nuestra esperanza.
No necesito comparar personas para tratar a cada una como a mí me gustaría que me trataran si estuviera en su caso, teniendo en cuenta a la vez que nadie es igual a nadie, que todo el mundo es único y hay que estar atento a lo que verdaderamente necesita cada cual.
Y si me piden razones de mi esperanza, yo sé darlas. Si llegan a tener efecto o no, eso ya no depende de mí.
Las generalidades no van a resolver nada, en efecto, pero es que yo no generalizo absolutamente nada, todo lo contrario. Por eso decía que pidamos a Dios que nos haga ver a cada uno qué es lo que podemos hacer por los demás.
Paz y Bien.
Esos criterios respecto de las penas y el castigo divino han sido precisamente una de los instrumentos de manipulación, el opio con que mantienen sumisos a ciertos sectores sociales, en complicidad con sacerdotes de la liberación...
Así, la atroz crisis es para purgar las penas, es el preámbulo de la felicidad y prosperidad por venir. La violación de los derechos y garantías ciudadanas, la destrucción de la institucionalidad y de l aparato productivo, la abrogación del Estado democrático de Derecho, la proscripción del libre pensamiento, el exterminio las tradiciones y valores culturales, y el negar al ser humano en toda su prlenitud y posibilidad existencial, en función de un ser alienado a una ideología falaz; todo ello se debe aceptar con resignación y esperanza por el gozo por venir...
Resulta muy simplista explicar el acontecer del hombre y de las sociedades en función del sometimiento lerdo a la quiniela del castigo y premio divino.
El deber moral impone la resoonsabilidad en el actuar, y desde el correcto o incorrecto ejercicio de ésta facultad divina, el hombre urdimbra los bienes y males de su existir, dentro de los linderos de su libre albedrío, que siempre expresarán la voluntad de Dios.
El responsable por los actos del hombre es el hombre, y cuando se le enjuicia moralmente, se invoca la voluntad divina siempre presente en el parabién o paramal del ejercicio del maravilloso y sublime privilegio que es al hombre el libre albedrioa.
Sofía: Yo tampoco me miro al espejo para preguntarme que imagen doy, si me lo preguntara diría cosas menos contundentes, porque eso queda bien siempre, en cambio a mi esa cuestión me preocupa un ardite. El espejo que lleva la Prudencia no es para mirarse la cara sino que tiene el significado de conocimiento de si misma.
De los actos del hombre todos son humanos. El calificativo de inhumano aplica sólo en cuanto referencia. Tan humano fue Hitler como la madre Teresa. Si el hombre no se asume en toda la posibilidad de su ser, continuará con su irresponsabilidad existencial.
Dentro de esas absurdas pretensiones secesionistas del "ser" humano, se restringe de lo jurídico lo moral y las expresiones de su espiritualidad, terminando en mamotretos legales inicuos al ser humano.
Todo respondiendo a una causa: el peso que le significa al ser humano el privilegio,deber y responsabilidad de su racionalidad y conciencia moral.
Científicos que le huyen hacia delante a la religión, y sacerdotes que la hacen cruces a toda ciencia y tecnología, lo jurídico que le hace ascos a lo moral y espiritual, lo político que se divorcia de la ética y del ser humano, y el hombre cuyo libre albedrío apenas le alcanza para deshojar las margaritas de sus males y parabienes.
Con toda razón el mundo está como está, si nadie hace nada, si nadie es responsable, pues el culpable es Dios.
En la responsabilidad está la respuesta...
Bergoglio debe de referirse a los católicos chinos a los que él y su curia han vendido al Partido Comunista Chino. De todas formas me alegra mucho que el Papa haya hablado de mártires, ya era hora de que leyera lo que escribo aquí y me contestara. Ahora bien, veo al Papa muy desorientado y rehén de los peores asalta-doctrinas del Tiber, lo de "estructuras de pecado" es un monumento.
Me gustaría hablar de la prudencia, de lo que es virtud y lo que no lo es, pero es muy tarde y creo que será más prudente que lo deje para mañana, total no creo que Dios me castigue por posponerlo, estará ocupado con su vicario en la tierra.
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Cuando en realidad están haciendo lo que manda el librito de Marx, Mao, Lenin, Gramsci... destruir el Estado, su institucionalidad y sus valores y tradiciones, para erigir una comunista que ni Marx supo precisar lo que es. Nivelar la pobreza haciendo a todos pobres. Y os méritos, talentos, esfuerzos, creatividades, estudios, disciplinas, investigaciones y trabajos, al carajo; solamente la lisonja y el voto a sujetos disfrutando a todo lujo las mieles de un poder usufructuado a la miseria humana. La persona procurando sobrevivir, no tiene tiempo para pensar, aconseja el librito...
Y después que alguien venga a decirme que este infierno no es culpa del marxismo ni de los sujetos que por tan falaz ideología han destruido a un país, sino de Dios. ¡¡por favor!!
En cuanto a la petición que hice, dentro del escepticismo que me han causado esas acciones, decidí hacerlo por tres cosas, por necesitarlo, por experimentar en viva carne la contradicción entre el dicho y el hecho, y para buscar ese aliento moral de la excepción que siempre "salva" a la institución, y que de no aparecer sería porque no haberse enterado...
En verdad parece fácil entrar a Paypal y en cinco minutos máximo enviar unas monedas que juntadas harían mucho bien, pero el asunto es tan complejo como el ser humano.
Además, lo hice porque yo lo hube hecho.
¡Ostras! Me he despistado de esta bitácora por motivos laborales y ls Sofi (besote para ells) ya se ha enganchado con Palas, aunque Sofi afirmaba que no discutía y parece que según Palas, puede estar en lo cierto pues Palas afirma que no discute sino que argumenta.
No, espera, no. Si los argumentos expuestos son opuestos o no concordantes, entonces se discute.
De todas formas coincido con Palas en que el hombre que actúa por su "libre albedrío" está más perdido que el bsrco del arroz, mientras que el hombre que ejercita el Libre albedrío, como don de Dios es más feliz y más inteligente csda día que vive.
Zorra práctica leguleya que por por principios éticos detesto.
El que quiera opinar tiene suficiente espacio, gracias a la generosidad del blogger.
Adelante pues, con buena fe y honestidad.
He visto una enfoque de la situación que no coincide con el mío.
He expuesto otra forma de mirar la situación
Mi comentario decía exactamente:
"sofía
Pues nada, olé el juicio temerario de los amigos de Job...
Ni siquiera es convincente el juicio positivo a partir de las apariencias.
Es más, dejemos el juicio a Dios y reflexionemos sobre lo que está en nuestra mano hacer por los demás.
29/04/20 10:05 AM"
No he visto argumentaciones por su parte sino divagaciones y tergiversaciones.
Seguí exponiendo simplemente mi enfoque de la cuestión:
"sofía
Méritos, juicios, comparaciones...
No sé para qué sirve todo eso.
Dios ya me dará lo que sea preciso. Todo es para bien de los que aman al Señor.
Recuerdo una canción del colegio.
Confiar siempre en Dios es el camino recto. A menudo nada sabes del mañana estás desorientado y te falta ánimo. Nada ves, todo te parece estar sin salida pero tú sabes que el Señor te ayudará.
29/04/20 1:53 PM
A continuación sigo sin ver ningún argumento en contra de que el juicio se lo dejemos a Dios o de que confiemos en Él, pues todo es para bien de los que aman al Señor.
Veo más divagaciones contradictorias y tergiversaciones por su parte. Y a ellas contesto.
Porque no se aclara, primero critica la prudencia después defiende el espejo por ser su símbolo, primero generaliza sobre la culpabilidad merecedora de un castigo de los que sufren, después dice que no se puede generalizar - cosa que no sé por qué me la dice, porque yo nunca he generalizado, sino todo lo contrario. etc etc.
Pues nada, vd deja ahí su propuesta y yo dejo la mía
PS
Lo que dice su amigo sobre el libre albedrío está muy bien, solo que yo no he visto que lo haya dicho vd, sino él, y no veo su oposición a lo q he dicho yo de que cada cual pida luz a Dios para ver lo que puede hacer por su parte - te devuelvo el besote Chuchi.
No se preocupe, su comentario no era inapropiado, la prueba es que en un blog con censura he visto que se lo han publicado, cosa que no habrían hecho de considerarlo inapropiado.
Está bien que nos haga ser conscientes de la situación en Venezuela. Esta Navidad se tuvo mucho en cuenta a Venezuela en mi diócesis, pero ahora el coronavirus nos tiene enclaustrados y desinformados.
Que no contestáramos puede tener muchas lecturas diferentes y muchas razones diferentes.
Paz y Bien
Gracias, Sofi, muy atenta.
Sofi es diminutivo de Sofía y de sofisma, ¿no te parece curioso?
En otro orden de cosas mucho menos elevado:
Dábale arroz a la zorra el abad.
El abad era generoso con la zorra.
Muy mal por el abad, de cierta clase de zorras no sirve ni el pellejo.
Si no ha visto ninguna argumentación entonces ¿qué ha visto? un enfoque de la situación que no coincide con el suyo pero sin argumentación alguna, por lo visto. ¿Y cómo se enfoca algo sin argumentar? Porque hay algo más que evidente una cosa es que le gusten o no mis argumentos y otra que me diga que no sé argumentar. Yo no divago jamás, la prueba es que lo que he dicho se puede sintetizar.
Javier: Los mártires están para dar lustre y esplendor a los demás, no para imitarlos. Es más, no veo la razón ni siquiera para mencionarlos. Fue el tema del otro post, pero eran del s. XVI y XVII, los chinos actuales no son mártires, no pueden serlo si el Vaticano mira para otro lado. ¿Cómo van a ser mártires de la Iglesia Católica si ésta les dice que obedezcan al PC chino y ellos se niegan? Están solos, y algún comentarista recuerdo que les aconsejaba que se buscaran el modus vivendi, es decir que rezaran al enorme cartel con la imagen de Xi Jinping que les han colocado en el lugar donde antes estaba Jesucristo.
No se puede subvertir la Iglesia sin manipular las palabras.
Se enfoca algo sin argumentar, simplemente describiendo lo q vd ve, cosa q se puede hacer con divagaciones o sin ellas.
Y no sé en dónde está la síntesis de su exposición. Yo me he limitado a poner un par de ejemplos de sus divagaciones a partir de un escueto comentario mío q se limitaba a no estar de acuerdo con el enfoque de los amigos de Job.
Me parece muy bien q ud siga reflexionando sobre la prudencia o los mártires o cualquier otro tema, siempre q quede claro q nada tiene q ver con nada q haya dicho yo. Porque en comentarios anteriores aparecen sus propias reflexiones sobre temas diversos mezcladas con alusiones q nada tienen q ver.
Nuevo tema el de Javier q obviamente no tiene nada q ver con nada de lo q yo he dicho en ninguno de mis comentarios. Aunque vd ha intentado relacionarlo.
Me parece muy bien q se planteen otros temas. Y por mi parte no solo creo q hace muy bien en tener presente a los católicos chinos cuando hace oracion ante el santísimo como dijo en alguna ocasión (ahora tendrá q ser con los medios q tenemos) , sino q creo q es nuestra obligación atender a la Iglesia necesitada, denunciar lo q ocurre en otras partes del mundo, ayudar en lo q podamos.
Y desde luego, como Iglesia debemos tener presentes a nuestros mártires de todos los tiempos con los q estamos en comunión.
No he dicho nunca nada en otro sentido.
Pax y Bien
Y en el mismo orden de cosas, curioso autorretrato el q se hace con su amiga. Yo nunca les hubiera adjudicado el palíndromo, pero vds sabrán.
Despedida cordial.
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