Los tres momentos del aborto: intelectual, legal, social
El último número de la revista Verbo dedica un interesante cuaderno al tema del aborto. El lector puede encontrar allí una detallada explicación, por parte del colombiano Juan David Gómez, sobre el proceso de introducción del aborto en Estados Unidos a partir de la sentencia Roe vs. Wade, un escrito ya clásico de Juan Vallet de Goytisolo desmontando lo que fue la ley del 85 y un interesante artículo de Ignacio Barreiro titulado “La imposición socio-económica de la ideología contraria a la naturaleza del hombre”, en la que amplía el marco del debate, especialmente en diálogo con Matthew Tan y su texto “Abortion in/as consumer structure”.
Pero me voy a detener brevemente en el artículo del director de Verbo, Miguel Ayuso, titulado “El aborto: algunas premisas ideológicas y políticas”. El texto, enjundioso, como todo lo que escribe Ayuso, tiene la gran virtud de señalar tres momentos que explican cómo se ha llegado a la situación actual: “a través de un proceso intelectual, que se ha apoyado en un proceso legal y se ha convertido en un proceso social”. De este modo se ha producido algo de extrema gravedad, lo que expreso Julián Marías en aquella frase, que Ayuso recoge: “La aceptación social del aborto es, sin excepción, lo más grave que ha acontecido en este siglo que se va acercando a su final” (se refería, claro está, al siglo XX).
No voy a resumir el artículo, que está fácilmente accesible en la revista Verbo, pero sí señalaré algunos aspectos que me han llamado la atención:
- Indica Ayuso, al tratar de las raíces, del proceso intelectual, el nefasto impacto de la ideología de la emancipación y del vitalismo. Curiosa paradoja la de ese vitalismo que está en el origen de la “cultura de la muerte”, que se entiende, no obstante, si caemos en la cuenta de que el vitalismo presenta al sujeto humano “reducido a un haz de latidos momentáneos y contingentes”. Si el sujeto debe hacerse, se construye, y en consecuencia no tiene consistencia ontológica, no es de extrañar que podamos eliminar a ese sujeto que ni ha empezado a autodeterminarse.
- En cuanto al proceso legal, una apreciación de suma importancia, vital: la distorsión que supone tomar la personalidad civil por la personalidad ontológica. Son dos conceptos diferentes y confundirlos lleva a interpretaciones jurídicas aberrantes.
- Y ya en el último estadio, el del proceso social, destacar la importancia del movimiento eugenésico (Margaret Sanger, ahora exaltada por la cultura hegemónica, llegó a afirmar que “lo más misericordioso que una familia humilde puede hacer por uno de sus miembros más pequeños es matarlo”) y luego de la “liberación sexual”. También merece un momento de reflexión la relación entre salarios de subsistencia y bajísima natalidad, siendo el segundo elemento la condición necesaria para el primero. No es de extrañar entonces la promoción de los medios, aborto incluido, para evitar un mayor número de hijos.
26 comentarios
Segundo: Le siguen en vulnerabilidad los discapacitados mentales profundos. Si no cuentan con algún familiar que les quiera, su suerte está echada.
Tercero: Continúan los abuelitos, si la familia les da la espalda, cualquiera puede "darles el pasaporte".
Siento haber sido sarcástico, pero con la esclavitud no lo tenían tan fácil estos fascistoides, al esclavo negro que llevaban a Cuba nadie le apoyaba y nadie le quería (salvo honrosas excepciones), pero su fuerza física y su capacidad mental (aunque limitada por su incultura forzosa) hacían que su amo temiera algún mal golpe sorpresivo si se pasaba de la raya. Se es muy valiente con los pobres indefensos (intelecto-ley-sociedad), con otros colectivos no hay tantos c....
En los casos que él plantea, sin embargo, se trata de desechables: nasciturus, discapacitados y ancianos. Eso que el Papa Francisco llama "cultura del descarte", los esclavos no eran descartables sino que estaban en la base de la producción y también en la base de la sociedad misma. En el caso de los esclavos ni tenían personalidad civil ni ontológica, porque en muchos casos se discutía su humanidad, pero en la práctica la sociedad dependía de ellos.
Puede que Ayuso sea una de estas personas y yo misma, fiel a la ortodoxia, daría no sé qué por poder cantar el Pange Lingua en la festividad del Corpus Christi o rezar, de vez en cuando, el Credo Niceno Constantinopolitano. Pero por lo visto ambas cosas son pedir demasiado. Me aguanto, aunque me duela, pero no deja de dolerme. El que tú no sientas esa necesidad por lo visto te impide la comprensión de los que sienten esa carencia. Así que el no ser progolpista, autoritario ni reaccionario tampoco garantiza ningún tipo de sensibilidad especial como claramente es tu caso.
Mientras cantaba, estaba alegre, contento, me sentía unido a todos los hermanos que estaban en esa adoración Eucarística en esa iglesia, en el corazón de París.
Al salir de allí, los franceses dejaron de parecerme antipáticos ( en Aragón, las consecuencias de la Guerra de la Independencia habían sido sencillamente desastrosas y no sólo por los sitios de Zaragoza) y esto se había conseguido de una forma muy simple : uniéndome con los franceses que en ese momento estaban en adoración eucarística cantando en latín el "Pange Lingua".
Mantener algo de la liturgia en latín creo que es sumamente beneficioso, por lo menos en mi caso lo ha sido. Benedicto XVI hizo mucho bien al permitir, que en ciertas circunstancias, se permita celebrar la Misa tradicional, y que en Occidente debe ser en latín.
"No cobrarás dos sueldos maquillando la contabilidad para que no se sepa".
Un estudioso al que sus estudios le han llevado a una profunda admiración por Lefevbre, a una honda preocupación e inquietud por el Concilio Vaticamo II (por los propios textos del Concilio y no solo por su recepción posterior) y a una afiliación militante con el integrísimo católico Carlista de Dios , patria, fueros, rey.
Yo no sé que clase a abuelos tendrías tú pero los míos no los cambiaría por otros, gracias a ellos adquirí seriedad, respeto y, paradójicamente, amplitud de miras ya que ellos no tenían prejuicios. Su carencia de prejuicios, siendo vascos, les permitió convivir en una paz y entendimiento fuera de lo común, con mi padre que era liberal y, además, andaluz. La paz de Dios que hubo en mi casa en esa feliz convivencia es el mejor legado de mi niñez. Mi padre murió confesando su amor por ellos y lo mucho que le habían dado siendo sus suegros. No pongo la mano en el fuego por los carlistas ni por nadie pero, desde luego, yo les debo mi catolicismo y les honraré mientras me quede un aliento de vida.
La separación artificial entre persona y ser humano hace posible la imposible defensa del aborto. Lo cierto es que, como sostiene Budziszewski en su libro "Lo que no podemos olvidar", el aborto no puede ser defendido como un bien, razón por la cual hay que hacer un largo circunloquio para defenderlo apoyando su necesidad en cuestiones que no están relacionados con él, de la misma manera que el que roba no puede sostener el latrocinio como un bien y tiene que defenderlo con argumentos excéntricos a la cuestión.
Sin embargo un robo por necesidad extrema no tiene eco en las leyes que prohíben todas las formas posibles de apoderarse de lo ajeno, mientras que el mismo argumento fue utilizado para que el aborto fuera, primero despenalizado, y finalmente considerado como derecho.
Como también dice Budziszewski, estas cuestiones nunca permanecen extáticas sino que por su misma naturaleza tienen que ir in crescendo.
Para divorciarse era necesaria una causa cuando se implantó el divorcio, ahora ya no hace falta ninguna. Lo mismo pasa con el aborto, aquellos ejemplos lacrimógenos de las mujeres violadas o abandonadas han dejado paso a un aborto a la carta aunque las circunstancias para tener el hijo no sólo no son adversas sino que son incluso favorables.
Basta que una mujer quiera abortar para que lo haga, incluso si está casada, ya que el marido no pinta nada. El único recurso que le queda a un marido que desee tener el hijo es divorciarse de la abortista pero no puede hacer nada para salvar la vida de la criatura.
Ejemplos como el de la mujer que abortó porque la criatura era varón los veremos cada vez más.
Ahora bien, si una ideología Carlista y tradicionalista lleva a alguien a no aceptar determinadas partes de un Concilio de la Iglesia, incluso a considerarla nocivas, entonces esa ideología mundana sí es un problema para un cristiano.
En ningún momento he realizado un ataque personal contra Miguel Ayuso, seguro es una magnífica persona y un creyente convencido. Me limito a discrepar de sus ideas.
De hecho, Chesterton estaba muy lejos de ser liberal en lo económico: era distributista.
El fin de semana que viene van a celebrar misas por los mártires de la Tradición en toda España, y creo que no son misas lefebvristas;
www.carlismo.es/?p=4306
Se puede creer que el rito anterior es mejor que el actual y estar dentro de la Iglesia, Benedicto XVI autorizó este rito. Lo que creo es lógico, el rito en latín que ha formado parte de la Iglesia durante siglos no se puede considerar ahora algo malo, cuando por ejemplo tenía la ventaja de que un católico podía viajar a cualquier lugar del mundo y salvo cosas como la homilía en la lengua local el resto se podía seguir porque era igual en todas las misas.
Y además Benedicto XVI favoreció el acercamiento a los lefebvristas levantando la excomunión a los obispos excomulgados, etc.
Creo que se pueden compartir preocupaciones de los lefevristas como los abusos en la liturgia y estar dentro de la Iglesia.
Pienso que no se pretendía que fuera dogma todo lo que dice el Concilio Vaticano II, imagino que se puede discrepar siempre que se argumente desde la tradición de la Iglesia, como dijimos no basándonos en como queramos que sean las cosas (como hacen por ejemplo los progresistas), sino apoyándonos en lo que ya está escrito y forma parte de la doctrina católica, porque como dijimos la verdad en esencia no cambia y lo que era cierto antes lo sigue siendo ahora. Muchas veces se ha dicho que hay que interpretar el concilio a la luz de la tradición.
Y como te dije antes, si crees que determinada afirmación de Miguel Ayuso es contraria a la doctrina católica, intenta rebatirla, pero no haciendo afirmaciones genéricas tipo; es militante del "integrísimo católico Carlista de Dios, patria, fueros, rey" y por otro lado llamas al carlismo mundana ideología, etc. (¿no son cosas contradictorias?)
No soy experto en el carlismo, pero representó la resistencia al relativismo que al final se iba a imponer, que la verdad la decidía un político, sin querer tener una referencía que le orientase. Esa fue la lucha entre lo que llamas integrismo carlista y el liberalismo del siglo XIX y después sus variantes. Y como ganaron los segundo tenemos cosas como el aborto, porque como no hay una referencia que obliga, si un político decide que el aborto es una práctica admisible y lo declara un derecho, lo lleva a las leyes sin nada que se lo limite.
En el siglo XIX una parte importante de los católicos españoles siguieron al carlismo, entre otras cosas porque los que promovían el cambio de la sociedad se dedicaron a desamortizar los bienes de la Iglesia. ¿Los simpatizantes del carlismo seguían todos a algo contrario a la Verdad de Cristo y su Iglesia?, no lo creo.
El distributismo y lo que mis abuelos tenían en la cabeza se parece mucho precisamente por sus raíces cristianas.
Supongo que tú no votarás en las elecciones porque todas las opciones políticas son, por su misma naturaleza, mundanas.
"Es decir que, según tú no se puede ser carlista ni liberal, ni ninguna ideología "mundana" sino que sólo se puede ser cristiano."
Es que no he dicho eso. he dicho justo lo contrario:
"No hay ningún problema en que un cristiano tenga la mundana ideología carlista. Como no hay ningún problema en que tenga otra mundana ideología, siempre que no sea contraria a la Verdad de Cristo y su Iglesia. "
Lo digo unos comentarios más arriba.
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