(JMJ/InfoCatólica) Benedicto XVI ha recordado especialmente “el entusiasmo incontenible con el que los jóvenes me han recibido, el primer día, en la plaza de Cibeles, sus palabras ricas de esperanza, su fuerte deseo de orientarse a la verdad más profunda y enraizarse en ella”.
Cada uno de los encuentros que ha celebrado en Madrid guarda un especial recuerdo para el Papa. Del Monasterio de El Escorial ha rememorado su encuentro con las jóvenes religiosas, a las que “he recordado la belleza de su vocación vivida con fidelidad, y la importancia de su servicio apostólico y de su testimonio profético”. A los profesores que le esperaban en el interior de la Basílica del Monasterio les ha recordado “ser verdaderos formadores de las nuevas generaciones, guiándolas en la búsqueda de la verdad no solamente con las palabras, sino también con la vida, conscientes que la Verdad es Cristo mismo”.
Sobre el Vía Crucis, celebrado el viernes en la plaza de Cibeles, ha mostrado un pensamiento sobre el significado del sufrimiento: “La cruz de Cristo da mucho más de aquello que exige, lo da todo, porque nos conduce a Dios”.
Seminaristas, jóvenes con discapacidad y voluntarios
Tras ellos, otros tres colectivos de los que guarda un especial recuerdo. Tras el encuentro con los seminaristas ha mostrado su deseo de que “crezcan las vocaciones al sacerdocio”, para lo que ha manifestado que “estoy seguro que también en Madrid el Señor ha llamado a la puerta del corazón de muchos jóvenes para que le sigan con generosidad en el ministerio sacerdotal o en el de la vida religiosa”. Del encuentro con jóvenes enfermos y discapacitados en la Fundación-Instituto San José ha rememorado “el gran respeto y amor que se nutre hacia toda persona”, además de “agradecer a los miles de voluntarios, que testimonian silenciosamente el Evangelio de la caridad y de la vida”. Por último, los voluntarios, de cuyo encuentro destaca “el clima de entusiasmo” con que se desarrolló.
“Intensidad” en Cuatro Vientos
De los actos más multitudinarios en el aeródromo de Cuatro Vientos han sido para el Papa “dos momentos muy intensos”. El sábado por la tarde, durante la vigilia ha recordado a “una multitud de jóvenes en fiesta, para nada atemorizados por la lluvia y por el viento, permaneció en adoración silenciosa de Cristo presente en la Eucaristía, para alabarlo, en acción de gracias, rogando su ayuda y luz”. Al día siguiente, en la misa de clausura, “los jóvenes manifestaron su exuberante alegría, celebrando al Señor en la Palabra y en la Eucaristía, para insertarse cada vez más en Él y reforzar su fe y vida cristiana”.
El Santo Padre no ha querido desaprovechar la oportunidad para renovar su agradecimiento a las autoridades españolas, instituciones, organizadores “y a cuantos han ofrecido el apoyo de la oración”.
El Papa ha deseado asimismo a los jóvenes participantes en la JMJ de Madrid que “lleven al mundo entero la alegría del Evangelio, con la palabra y una vida colmada de obras de caridad”.