(Fides/InfoCatólica) Según ha explicado el padre de las dos hermanas, Rehmat Masih, hace unos días un rico empresario local, Muhammad Waseem, había advertido previamente que quería casarse con las dos chicas, y luego amenazó con secuestrarlas y convertirlas por la fuerza. Rehmat ha denunciado todo a la policía, pero no ha recibido ninguna asistencia. El martes, 24 de mayo, las dos niñas fueron detenidas al regresar del mercado, y algunos hombres las secuestraron en un coche que pertenece a Waseem.
Rehmat ha regresado nuevamente a la policía que le ha dicho que las dos chicas, probablemente han huido de su hogar de forma espontánea. Los oficiales, después de completar la investigación, han declarado que se trata de “acusaciones falsas contra Waseem” y que Rehmat, a menudo borracho, maltrataba a las chicas que han decidido huir de sus tortura. Otros testigos y vecinos de casa, juran que Rehmat es un hombre respetable y que nunca ha hecho daño a sus hijas.
El 25 de mayo, Muhammad Waseem ha contraído matrimonio islámico con Saima Masih, en presencia del líder Muhammad Zubair Qasim, un mullah involucrado en el grupo fundamentalista “Sip-e-Sahaba”, conocido por organizar a menudo secuestros y conversiones forzadas de chicas cristianas e hindúes. Durante el último interrogatorio, la policía ha dicho a Rehmat que “se olvide de sus hijas”.
Cientos de casos similares no salen a la luz
Haroon Barkat Masih, Director de la “Masihi Foundation”, que se ocupa de Asia Bibi, condena el episodio diciendo a Fides: “El secuestro de chicas cristianas, la conversión y los matrimonios forzosos son una práctica común en Punjab. A la policia se le paga para que cubra y no registre las denuncias. Estos funcionarios públicos reciben un sueldo de los grupos extremistas. Punjab se está convirtiendo en un paraíso para estos grupos: los líderes musulmanes invitan abiertamente a la violencia en sus sermones, sin ninguna vergüenza. Cientos de casos como el de las hermanas Masih no salen a la luz. Hemos apelado al gobierno de Punjab en repetidas ocasiones pero no nos ha dado ninguna respuesta: parece estar aliado con estos grupos”.
Una religiosa católica de Faisalabad - que ha pedido permanecer en el anonimato por razones de seguridad – se ocupa de recuperar y esconder a las chicas cristianas que logran huir de la violencia. La religiosa explica a Fides: “Hay cientos de casos al año en Pakistán, que desde hace tiempo, la Iglesia está denunciando, pidiendo el respeto de los derechos fundamentales. El caso de las Hermanas Masih es un destino común de muchas niñas y chicas cristianas, en una sociedad que tolera la discriminación contra las minorías religiosas, especialmente contra las mujeres”. En su labor pastoral, la religiosa “busca promover la condición social de las niñas que, por razones de casta o religión, viven en condiciones de subordinación y pobreza, en particular mediante la educación y la formación profesional”