(Fides/InfoCatólica) El riesgo de graves represalias, explica el sacerdote, se está viviendo en Abbottabad, la ciudad donde Bin Laden se escondía. La comunidad cristiana local está en alerta máxima y 150 católicos de la parroquia dedicada a San Pedro Canisio todavía continúan escondidos en sus casas.
En la sociedad paquistaní, señala el p. Rodríguez: "circulan sentimientos contradictorios: una parte de la opinión pública y las minorías religiosas han acogido con satisfacción la muerte del líder terrorista, otros sectores más radicales han expresado una enorme desaprobación. Esperemos que no se produzcan otros actos simbólicos de venganza contra las minorías”.
“La gente común - explica a Fides el p. Bonnie Mendes, un sacerdote de Faisalabad – manifiesta una ira que podría explotar en cualquier momento. Hay varias razones: en primer lugar, para muchos Bin Laden era un héroe; después se critica al gobierno paquistaní por haber abdicado a su soberanía, dejando campo libre a las fuerzas especiales americanas; además a nivel religioso, existen polémicas y resentimiento por el funeral apresurado y la ausencia de una tumba".
Estos problemas, señala el p. Mendes, “se agregan a los desafíos a los que se enfrentan todos los días los cristianos y las minorías religiosas en Pakistán, donde son víctimas de discriminación y violencia”.