(RV/InfoCatólica) Los documentos confidenciales fueron difundidos ayer por el periódico británico «The Guardian» y se refieren a diversos asuntos propios de informes de la embajada de EE.UU. en el Vaticano.
El padre Lombardi ha asegurado en un comunicado que «sin entrar en la evaluación de la extrema gravedad de la publicación de una gran cantidad de documentos reservados y confidenciales y de sus posibles consecuencias, la Oficina de Prensa de la Santa Sede observa que una parte de los documentos hechos públicos recientemente por Wikileaks se refiere a las relaciones enviadas al Departamento de Estado de EE.UU. por la embajada estadounidense ante la Santa Sede».
«Naturalmente –añade el Padre Lombardi– tales relaciones reflejan las percepciones y las opiniones de quienes las han redactado, y no pueden ser consideradas expresión de la misma Santa Sede, ni citaciones precisas de las palabras de sus oficiales. Su credibilidad, por lo tanto, debe ser evaluada con reserva y con mucha prudencia, teniendo en cuenta esta circunstancia».
Por su parte, el Embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede ha hecho pública una Nota condenando «enérgicamente la divulgación de lo que se alega como información clasificada del Departamento de Estado».
«Sin comentar el contenido o la autenticidad de dicha información», el embajador estadounidense ante la Santa Sede escribe que «el presidente Obama y su administración realizan una firme política exterior que se centra en la promoción de los intereses nacionales de Estados Unidos y que, en ámbito mundial, se propone impulsar la solución de los desafíos más complejos de nuestro tiempo: como estabilizar la economía mundial, derrotar el terrorismo internacional, detener la propagación de armas catastróficas, defender los derechos humanos en todo el mundo, así como hacer frente al cambio climático y la protección del medio ambiente. Valores que son valores universales».
«La embajada de los Estados Unidos ante la Santa Sede participa con el Vaticano en los esfuerzos que se realizan para impulsar el diálogo interreligioso de forma activa, por el bien común, añade la misma Nota, que termina asegurando que, así como en todo el mundo, también en la Santa Sede, este país trabaja y colabora para alcanzar objetivos importantes, confiando en que las relaciones impulsadas por el presidente Obama, por la secretaria de Estado Hillary Clinton, y por los diplomáticos estadounidenses soportarán este desafío».