(Efe/InfoCatólica) Napieralski, considerado por la prensa local como el Zapatero polaco, defiende que se destinen los recursos que ahora sufragan los sueldos de los capellanes de los centros de enseñanza a mejorar la formación de los profesores de informática e idiomas, algo que, en su opinión, redundaría en el beneficio futuro de los alumnos.
Aunque la Izquierda polaca tiene una escasa presencia en el Parlamento, dominado ampliamente por una derecha bien relacionada con la Iglesia, lo cierto es que la enseñanza de religión en las escuelas e institutos está cada vez más cuestionada.
Según la encuesta del instituto Homo Homini recogida hoy por la radio pública polaca, un 15 por ciento de los padres de alumnos preferiría que sus hijos cursasen ética, mientras que un 32 por ciento considera que son los propios chicos los que han de elegir entre las dos materias.
De acuerdo a la ley, los colegios polacos deben de ofrecer una alternativa a las clases de religión, aunque en la práctica la falta de recursos hace que en muchos casos no exista. Hace veinte años la religión volvió a las aulas polacas, después de varias décadas de prohibición comunista, convirtiéndose en una asignatura más del currículo escolar en un país donde más del 90 por ciento de la población se considera católica.