(Agencias/InfoCatólica) Se trata de la reglamentación de un artículo de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, que regula la universalización de los métodos anticonceptivos. La nueva norma establece que los ginecólogos de las mutualistas deberán prescribir mensual y obligatoriamente a las pacientes un talonario con 13 recetas para pastillas anticonceptivas y otras 13 para preservativos, a un precio de 30 pesos (un dólar y medio).
El presidente de la Junta Nacional de la Salud, Luis Gallo, había dicho el lunes que el Círculo Católico “se trata de una empresa importante, respetable” y que por eso “se está conversando” para buscar alguna solución alternativa. La posibilidad que se abre para que esa empresa cumpla la ley es que se canalice el servicio a través de otras instituciones privadas, en una operación “registrada adecuadamente” para evitar violaciones a la ley, ha precisado Gallo. El Círculo Católico había manifestado que tampoco aceptaría derivar el servicio.
Actualmente, la mayoría de las mutualistas sólo recetan la pastilla anticonceptiva en caso de consultas por problemas hormonales, pero no con fines anticonceptivos. El 70% de las mujeres que compran pastillas anticonceptivas, lo hace en farmacias, sin consulta previa con un médico.
Con o sin acuerdo, la anticoncepción pasa a ser obligatoria
En septiembre del pasado año, el Círculo Católico se negó a recetar pastillas anticonceptivas y a colocar el Dispositivo Intrauterino (DIU), prestaciones que pasaron a ser obligatorias luego de la reforma de la salud. Se acordó que las socias podrán acceder a ellos a través del MSP y, en última instancia, cambiar de sociedad.
Luis Enrique Gallo, presidente de la Junasa, dijo que la reglamentación fue elaborada en diálogo con las mutualistas y los laboratorios que fabrican las pastillas anticonceptivas. La disposición obligatoria de entrega de anticonceptivos en el sistema mutual establece que los prestadores de salud deberán entregar a un costo mínimo de 30 pesos por ticket, preservativos y pastillas anticonceptivas en cualquiera de sus cuatro versiones: monofásicas, trifásicas, de emergencia y para la lactancia. En primera instancia, el talonario sería recetado por un ginecólogo, aunque después podría ser prescrito por un médico de cabecera.
Cuando se comenzó a trabajar en esta reglamentación se previó algunas dificultades con el Círculo Católico o el Hospital Evangélico a raíz de su concepción religiosa. El Hospital Evangélico llegó a un acuerdo con la Junasa, dijo Gallo. Al negarse el Círculo Católico, la Junasa propuso tercerizar este tipo de servicios, o sea, que el Círculo Católico contrate con terceros la venta de preservativos y píldoras.
“Esto se hace con el Círculo Católico o sin el Círculo Católico”, declaró el presidente de la Junasa. El funcionario recalcó que “la disposición es universal y obligatoria” y apunta a “garantizar el acceso de todas las mujeres y los hombres” del país que necesiten anticonceptivos. “El Círculo Católico tendrá que adaptarse o crear alternativas”, indicó Gallo.