(Aci/InfoCatólica) Carlos Polo, Director de la Oficina del Population Research Institute (PRI) para América Latina, ha denunciado en su último boletín, titulado UNFPA y Ministra peruana plantean control natal hasta el 2050, que con esta propuesta de Vílchez se podría estar a punto de “activar una bomba a tiempo para los gobiernos venideros en las próximas cuatro décadas”.
La Ministra de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES), Nidia Vílchez, había expresado en diversas ocasiones su apoyo al controvertido protocolo del aborto terapéutico, cuyo objetivo real es liberalizar esta práctica infanticida por prácticamente cualquier causa. La propuesta global está desarrollada en el llamado Plan Nacional de Población 2010-2014 y constituye el segundo intento en poner en práctica las políticas antinatalistas.
La primera vez se dio el año pasado, pero no logró concretarse “debido a las graves deficiencias en el manejo de la evidencia demográfica”, que puso de manifiesto un informe técnico presentado al MIMDES en septiembre de 2009 por varios prestigiosos profesionales peruanos, entre ellos, Arturo Salazar Larraín”. Estos expertos, asegura Polo, “utilizando los datos censales y otras estadísticas oficiales mostraron que el Perú de ninguna manera crece demográficamente sino decrece y su población envejece a un ritmo verdaderamente impresionante”.
La misma idea de Margaret Sanger: evitar la reproducción de los pobres para erradicar la pobreza
El miércoles pasado la ministra presentó ante el Consejo de Ministros a Carlos Aramburú, con el mismo plan del año pasado, sin modificación alguna, pero sí acompañado de “una costosa folletería con los créditos de UNFPA”. El plan presentado por Aramburú, explica Polo, intenta establecer “una vez más, la antigua y descartada relación entre población y probreza”, ahora bajo la denominación de “reproducción intergeneracional de la pobreza”, y añade que
“Sin embargo, es la misma idea que a principios del siglo XX animó a Margaret Sanger a promover la ‘planificación familiar’ en clave de eugenesia [...] Tanto la referida propuesta de la Ministra como la de Sanger postulan que la forma más eficaz de terminar con la pobreza es evitar la reproducción de los menos favorecidos o capaces [...] En un castellano más simple: que no nazcan los más pobres. La Sanger quería al mismo tiempo que la riqueza producida sea para las altas clases sociales y casi un siglo después esta propuesta es más de lo mismo bajo la jerga del ‘bono demográfico’”, añade Polo.
Carlos Polo se pregunta: “¿Estará al tanto el Presidente Alan García del costo político de esta bombita de tiempo? ¿Querrá asumir el pasivo que genere? No sería la primera vez que una Ministra de la Mujer quiera sorprenderlo en su Consejo de Ministros”. El plan de la ministra, prosigue Polo, abre una serie de interrogantes como las siguientes:
“¿Cómo plantear más anticoncepción a un país que lleva 30 años haciéndolo dizque para superar la pobreza cuando solamente ha visto ahondar el desajuste en la estructura de edades, centralismo y despoblamiento del resto del país, y un futuro económico y social incierto por los problemas que traerá una bajísima tasa de natalidad y una población envejecida al 2050? ¿Cómo repetirle a los peruanos que la anticoncepción integrará a la familia, eliminará el aborto clandestino, los embarazos adolescentes y los niños fuera del matrimonio cuando los indicadores respectivos muestran lo contrario? ¿Cómo revenderle el combo anticonceptivos-esterilización-aborto a un país que para el 2050 tendrá las mismas figuras de despoblamiento que actualmente tiene Europa?”
El Director de la Oficina para América Latina del PRI afirma luego que, si se cumple el plan presentado, “los peruanos tendrán 20 años de una relativa estabilidad en números pero al mismo tiempo se estará decantando un colapso demográfico sin precedentes en la historia de ese país”, y asegura que, de necesitar Perú algún plan, “éste tendría que ir en sentido contrario al de la Ministra Vílchez”.