(RV/Zenit) Mons. Twal añadió que “estamos muy, muy contentos” por la visita del Papa, porque “Chipre tiene algo en común con Jerusalén: los muros que están a cuatro pasos de aquí, que separan la isla en dos partes, norte y sur”.
“Nosotros estamos habituados a estos muros de vergüenza que separan a la gente, a las familias, las propiedades, las parroquias, a los sacerdotes, a los fieles –explicó–. Es un drama que continúa”. El patriarca latino de Jerusalén recordó: “Nosotros no olvidamos que somos todavía una Iglesia del Calvario y la Cruz es ahora nuestro pan de cada día, sin olvidar que el Calvario no está lejos de una tumba vacía. Somos la Iglesia de la Resurrección y de la esperanza”.
“Nos toca a nosotros, líderes religiosos, junto al Santo Padre, animar a la gente a no tener miedo, a ir adelante –destacó el patriarca–. Es una dimensión espiritual, es un Dios que está con nosotros, que nos ama, que nos perdona; no debemos tener miedo”.
El incidente con la flotilla turca agrava la situación
Desde este punto de vista, el reciente ataque de las fuerzas israelíes contra la flotilla de activistas filopalestinos “no ha hecho más que agravar la situación”, según el patriarca. “El sentido común falta totalmente allí –declaró–. Si la gente ve que la política está hecha solamente de reacciones por miedo, no podemos hacer nada”.
Monseñor Twal asegura que “falta la paz, falta la confianza, falta la buena voluntad y quizás nos toca a nosotros y a ellos, a la comunidad internacional, hacer algo para crear una mentalidad de paz, para cambiar la manera de pensar y no tener miedo a la paz”. “Hasta ahora, algunos han tenido más miedo a la paz que a la guerra –concluyó–. Sin embargo la paz es bella, la necesitamos y merece todos nuestros sacrificios”.