(Cope/InfoCatólica) Los críticos afirman que las escuelas serían forzadas a enseñar SRE según los principios de “igualdad”, “diversidad” y “derechos”, lo que es interpretado por el Gobierno como que incluye el aborto, control de natalidad, homosexualidad y “un amplio abanico de prácticas sexuales”. También tendrán que examinar sus programas de SRE según los principios de la ley, y tener en consideración el programa de educación sexual del Gobierno.
El Gobierno insiste en que las escuelas confesionales tienen derecho a proteger su ideario, pero queda sin clarificar si el Gobierno permitirá a las escuelas confesionales no aceptar su agenda de salud sexual. Grupos de defensa, como la ‘Sociedad para la Protección de los Niños no Nacidos’ (SPUC), afirman que aunque las escuelas puedan adaptar “el modo en que se enseñan las cosas”, el Gobierno a pesar de todo insistirá en que todos los aspectos de SRE tendrán que ser impartidos en todas las escuelas.`
“Igualdad y diversidad” serán utilizadas para obligar a aceptar la educación sexual contraria a las creencias de los padres
“No puede haber duda de que el Gobierno usará la ley, si se aprueba, para promover el aborto en las escuelas", dijo John Smeaton, director de SPUC. Los principios de la ley serán usados para asegurar que la propaganda pro-aborto domine el contenido de la educación sexual. “Igualdad y diversidad”, aseguró Smeaton, “serán usadas para suprimir la oposición al aborto” y la abolición del derecho de los padres a retirar a los chicos mayores de las clases de educación sexual, “asegurará que ningún niño deja la escuela estatal sin que su cerebro haya sido lavado con la mentalidad pro-aborto”.
Los padres pueden pedir retirar a sus hijos de las lecciones de SRE, pero una vez que sus hijos llegan a los 15 años no podrán hacerlo. Los críticos señalan que esta edad está por debajo de la edad legal de consentimiento en el Reino Unido que es de 16 años. Actualmente, los padres tienen derecho a retirar a sus hijos de las clases de educación sexual a lo largo de todos los años de la educación obligatoria, aunque quienes se oponen a la ley afirman que el proceso es “confuso”.