(Fides/InfoCatólica) Un total de 17 misioneros y operadores pastorales católicos han sido asesinados en el mundo durante 2025, según revela el informe anual publicado por la Agenzia Fides. Los datos muestran un ligero repunte respecto a los 13 agentes pastorales muertos de forma violenta en 2024, aunque las cifras permanecen por debajo de la media de los últimos diez años, que roza los 23 casos anuales.
Missionari e operatori pastorali uccisi nell'anno 2025: Roma Anche la speranza dei missionari e degli operatori pastorali che muoiono uccisi è «una speranza piena d’immortalità, perché la loro testimonianza rimane come profezia della vittoria del bene… https://t.co/0A592XAejV pic.twitter.com/Mh5VOFAKcX
— Agenzia Fides (@AgenziaFides) December 30, 2025
África concentra la mayoría de las víctimas
El continente africano registra el mayor número de víctimas con 10 religiosos asesinados, seguido de América con cuatro misioneros, Asia con dos y Europa con un sacerdote fallecido de forma violenta en Polonia. Dentro de África, Nigeria se ha consolidado como el país más peligroso para los agentes pastorales, con cinco asesinatos que incluyen a los sacerdotes Sylvester Okechukwu, Godfrey Chukwuma Oparaekwe y Matthew Ella, además de los seminaristas Andrew Peter y Emmanuel Alabi.
El caso de Alabi resulta especialmente dramático por su juventud. Este adolescente fue uno de los tres estudiantes del Seminario Menor de Ivianokpodi secuestrados en julio, muriendo a causa de las heridas sufridas durante el asalto y la marcha forzada impuesta por sus secuestradores.
Una «cortina de humo» que enmascara la persecución sistemática
El arzobispo Fortunatus Nwachukwu, Secretario del Dicasterio para la Evangelización y de origen nigeriano, ha calificado la situación de «causa de gran tristeza y también un poco de vergüenza». En una entrevista con Fides, Nwachukwu señala que la inseguridad generalizada que vive Nigeria funciona como una «cortina de humo» que «impide registrar claramente si hay grupos tomados como objetivo con particular virulencia».
Sin embargo, el prelado reconoce que la información recogida en el último año le hace pensar que «hay grupos con la intención de atacar sistemáticamente a las comunidades cristianas». Para respaldar esta hipótesis, cita datos objetivos como la frecuencia de los ataques y el hecho de que «cuando se pide una intervención de las fuerzas de seguridad, esta intervención, cuando se refiere a los cristianos, no llega o llega con retraso».
El arzobispo ha criticado duramente la inacción del gobierno nigeriano, considerando que debería ser el primero que «debería sentir la vergüenza». Se pregunta: «¿Cómo puede ocurrir que un grupo armado se lleve de una escuela a 300 niños, 300 muchachos, con los instrumentos tecnológicos de control que existen hoy?», cuestionando si se trata «solo de incompetencia o falta la voluntad de reaccionar».
Haití y otros focos de violencia
Junto a Nigeria, Haití figura entre los países más peligrosos para los agentes pastorales. El 31 de marzo fueron asesinadas las religiosas Evanette Onezaire y Jeanne Voltaire, de las Hermanitas de Santa Teresa del Niño Jesús, víctimas de las bandas armadas que mantienen en jaque al país caribeño.
En otros países africanos también se registraron víctimas: los catequistas laicos Mathias Zongo y Christian Tientga fueron asesinados en Burkina Faso el 25 de enero; el sacerdote Luka Jomo murió en El Fasher (Darfur del Norte, Sudán) el 13 de junio; Alloyce Cheruiyot falleció en Kenia el 22 de mayo, y Augustin Dauda Amadu en Sierra Leona el 30 de agosto.
Testimonios silenciosos en la vida cotidiana
El informe de la Agenzia Fides subraya que los misioneros asesinados no buscaban «empresas rimbombantes», sino que daban testimonio «entre las ocupaciones de la vida de cada día». Entre las víctimas más destacadas se encuentra Donald Martin, el primer sacerdote católico birmano asesinado en el conflicto civil de Myanmar, cuyo cuerpo fue encontrado mutilado por algunos feligreses en el recinto de la parroquia el 14 de febrero.
En América Latina, el sacerdote Bertoldo Pantaleón Estrada fue asesinado el 4 de octubre en México, mientras que en Estados Unidos, el presbítero indio Arul Carasala murió el 3 de abril en su parroquia cerca de Kansas City. En Asia, además de Martin, falleció de forma violenta el sacerdote Mark Christian Malaca en Filipinas. Por último, en Europa, el sacerdote Grzegorz Dymek fue estrangulado el 13 de febrero en Polonia.
Una esperanza que trasciende la muerte
Como señala el Papa León XIV en palabras elegidas para introducir el informe, la esperanza de los misioneros y agentes pastorales que mueren asesinados es «una esperanza llena de inmortalidad, porque su testimonio permanece como profecía de la victoria del bien sobre el mal». Desde el año 2000 hasta 2025, el número total de misioneros y operadores pastorales asesinados en todo el mundo asciende a 626 personas, una cifra que evidencia los riesgos que afrontan quienes dedican su vida a la labor pastoral en contextos de conflicto y miseria.








