(InfoCatólica) En una decisión que ha sorprendido al mundo, pero a la vez sigue una tradición de diecisiete siglos, el Presidente Donald Trump ha decidido convocar el III Concilio Ecuménico de Nicea.
Precisamente este año se celebra el milésimo septingentésimo aniversario del primer Concilio de Nicea, en el que se proclamó solemnemente la fe de la Iglesia en la divinidad de Jesucristo, contra la herejía arriana. Aquel primer gran concilio ecuménico fue convocado por el emperador Constantino, que se había convertido al catolicismo, pero aún no estaba bautizado.
El mandatario norteamericano ha anunciado su decisión en redes sociales, como es su costumbre, y ha explicado que “el glorioso e invicto Imperio de los Estados Unidos, ¡MAGA, MAGA!, es claramente el sucesor del Imperio Romano y la Pax Americana durará mil años”.
“Como primer Imperator Americanus, considero que es mi deber poner paz entre los cristianos y convocar un gran Concilio en el que las herejías sean condenadas para que la fe católica reine de nuevo en el orbe”. En ese sentido, el Presidente señaló con el dedo a los protestantes, “que no se ponen de acuerdo ni por casualidad” y explicó que hace años que siente una gran admiración por la Iglesia Católica, la “única verdadera”.
Según sus declaraciones, ha sido la devoción a Nuestra Señora, bajo la advocación de “Destructora de Todas las Herejías”, la que ha impelido al mandatario a tomar esta decisión. En efecto, hace tiempo ya que Trump empieza sus discursos con un “Ave María Purísima, sin pecado concebida” y se rumorea que ha pedido que le impongan el escapulario de la Virgen del Carmen y está intentando regularizar su situación matrimonial.
Para seguir la tradición, el Concilio se celebrará en la antigua ciudad de Nicea, actual Iznik (Turquía), en la base militar de los Estados Unidos recientemente establecida en la población. El propio Trump tiene un palacio presidencial en la base, donde actualmente está pasando las vacaciones de Navidad.
Los católicos han acogido con júbilo la noticia, pero en otros sectores ha sentado como un jarro de agua fría. La crítica más contundente a la iniciativa trumpiana ha venido de Vladimir Putin, que se ha quejado de que “yo tuve la idea primero” y entonces “viene el Trumpof ese y me la pisa”. “La verdadera sucesora del Imperio Romano es la Rusia Imperial. ¡Mañana mismo me proclamo Zar de Todas las Rusias y convoco otro Concilio!”.
También han protestado los obispos alemanes, a los que la decisión de Trump les parece “demasiado católica” y, por lo tanto, “intolerante, tiránica, racista y carca”. En vez de un Concilio, los prelados teutones han convocado un festival de danza litúrgica y un concurso de “inventa tu propio pecado, que nosotros te lo bendeciremos”.
Trump se ha mostrado inmune a las reacciones adversas. “Los cismáticos y los herejes son idiotas, feos y gordos”, ha declarado el Presidente en respuesta a las críticas, “y, si se atreven a desafiarme, enviaré a la Séptima Flota para que los bombardee hasta que dejen de cismatizar y herejear”.








