El Papa pregunta cómo es posible sostener que las acciones bélicas traen la paz
León XIV se reúne en el Vaticano con los participantes en la sesión plenaria de la Reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO)

Denuncia las falsas propagandas a favor del rearme

El Papa pregunta cómo es posible sostener que las acciones bélicas traen la paz

El papa León XIV ha recibido hoy a los participantes en la plenaria de la ROACO, a quenes ha dirigdo uno de los mensajes más contundentes que se recuerda de condena tanto de la guerra como de los falsos argumentos de quienes provocan los conflictos bélicos y piden el rearme como instrumento para lograr la paz

(InfoCatólica) El Papa ha agradecido a los presentes por sembrar «esperanza en las tierras del Oriente cristiano, más que nunca hoy sacudidas por las guerras, agotadas por los intereses, envueltas en un manto de odio que vuelve el aire irrespirable y tóxico».

Violencia diabólica

El Pontífice ha indicado «que hoy la violencia bélica parece abatirse sobre los territorios del Oriente cristiano con una vehemencia diabólica nunca vista» y ha tenido palabras para las guerras en curso:

«El corazón sangra al pensar en Ucrania, en la trágica e inhumana situación de Gaza y en Oriente Medio, devastado por la expansión de la guerra».

León XIV, respondiendo a los argumentos usados recientemente por conocidos dirigentes de potencias militares mundiales, a los que no ha nombrado pero todo el mundo puede identificar, pide añalizar las razones de los conflictos y no dejarse engañar por noticias falsas:

«Estamos llamados todos, como humanidad, a evaluar las causas de estos conflictos, a identificar las verdaderas y tratar de superarlas, y a rechazar aquellas espurias, fruto de simulaciones emotivas y retórica, desenmascarándolas con determinación. La gente no puede morir a causa de noticias falsas».

El Pontífice ha lanzado una andanada de misiles en forma de preguntas para desmontar las mentiras de los mercaderes de la muerte que justifican la imposición de la ley del más fuerte:

«Es realmente triste presenciar hoy, en tantos contextos, la imposición de la ley del más fuerte, en virtud de la cual se legitiman los propios intereses. Es desolador ver que la fuerza del derecho internacional y del derecho humanitario ya no parece obligar, sustituida por el presunto derecho a imponer por la fuerza. Esto es indigno del ser humano, vergonzoso para la humanidad y para los responsables de las naciones. ¿Cómo se puede creer, después de siglos de historia, que las acciones bélicas traen la paz y no se vuelven contra quienes las han llevado a cabo? ¿Cómo se puede pensar en construir las bases del mañana sin cohesión, sin una visión conjunta impulsada por el bien común? ¿Cómo se puede seguir traicionando los anhelos de paz de los pueblos con falsas propagandas sobre el rearme, en la vana ilusión de que la supremacía resuelva los problemas en vez de alimentar odio y venganza?»

Esos mercaderes que se llevan un dinero que debería dedicarse al bien común:

«La gente es cada vez menos ignorante de la cantidad de dinero que va a parar a los bolsillos de los mercaderes de muerte y con la que podrían construirse hospitales y escuelas; y en cambio se destruyen los ya construidos».

León XIV ha invitado a los cristianos a responder al mal no solo con indignación, sino con acciones concretas: orar con sinceridad, convirtiendo las tragedias en intercesión a Dios; ayudar activamente, como muchos lo hacen a través de iniciativas solidarias; y dar testimonio de fe, especialmente en el Oriente cristiano, permaneciendo fieles a Jesús.

Ha instado a imitar a Cristo, quien venció el mal amando desde la cruz, ofreciendo un modelo opuesto al de Herodes y Pilato, quienes representan el abuso de poder y la indiferencia. Y ha enfatizado que seguir a Jesús implica sanar las heridas de la historia con la mansedumbre, el perdón y la esperanza que brotan de la cruz, manteniendo la honestidad y la transparencia en un mundo marcado por la corrupción. Finalmente, ha agradecido y expresado su apoyo a los cristianos orientales que, a pesar de las dificultades, responden al mal con el bien, permaneciendo en sus tierras como discípulos y testigos de Cristo.

Por último, el Papa ha alabado la labor de la ROACO que, en medio de las miserias causadas por guerras y atentados, como el reciente en la iglesia de San Elías en Damasco, descubre la perseverancia del pueblo de Dios en el Oriente cristiano, que reza, ama al prójimo y mantiene vivas sus ricas tradiciones litúrgicas y espirituales, marcadas por cantos, alabanzas y súplicas de perdón.

Los dos pulmones de la Iglesia

 

El Pontífice ha reconocido el testimonio de mártires y santos anónimos que, en la oscuridad de los conflictos, hacen brillar la luz de la fe. Además, ha instado a la Iglesia católica a superar la ignorancia sobre el Oriente cristiano y a cumplir el deseo de san Juan Pablo II de que la Iglesia respire con sus «dos pulmones» -oriental y occidental-, promoviendo el conocimiento de las Iglesias orientales mediante cursos en seminarios y universidades, y fomentando el encuentro pastoral con los católicos orientales, quienes, tras migraciones forzadas, conviven en Occidente, ofreciendo su espiritualidad y fe como un valioso aporte para la sed de Dios en el mundo actual.

 


Discurso del Santo Padre León XIV a los participantes en la asamblea plenaria de la «Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales» (ROACO)

Sala Clementina
Jueves, 26 de junio de 2025

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡La paz esté con vosotros!

Eminencia y excelentísimos señores,
queridos sacerdotes, hermanos y hermanas:

¡La paz esté con vosotros! Os doy la bienvenida, contento de encontrarme con vosotros al término de vuestra asamblea plenaria. Saludo a su eminencia el cardenal Gugerotti, a los demás superiores del Dicasterio, a los oficiales y a todos vosotros, miembros de las agencias de la ROACO.

«Dios ama al que da con alegría» (2 Co 9,7). Sé que para vosotros apoyar a las Iglesias orientales no es ante todo un trabajo, sino una misión ejercida en nombre del Evangelio que, como indica la propia palabra, es anuncio de alegría, que alegra ante todo el corazón de Dios, que nunca se deja ganar en generosidad. Gracias porque, junto a vuestros benefactores, sembráis esperanza en las tierras del Oriente cristiano, más que nunca hoy sacudidas por las guerras, agotadas por los intereses, envueltas en un manto de odio que vuelve el aire irrespirable y tóxico. Vosotros sois la bombona de oxígeno de las Iglesias orientales, exhaustas por los conflictos. Para tantos pueblos, pobres en medios pero ricos en fe, sois una luz que brilla en las tinieblas del odio. Os ruego, con el corazón en la mano, que hagáis siempre todo lo posible por ayudar a estas Iglesias, tan valiosas y tan probadas.

La historia de las Iglesias católicas orientales ha estado a menudo marcada por la violencia sufrida; por desgracia, tampoco han faltado atropellos e incomprensiones incluso dentro de la propia comunidad católica, incapaz de reconocer y apreciar el valor de tradiciones distintas de la occidental. Pero hoy la violencia bélica parece abatirse sobre los territorios del Oriente cristiano con una vehemencia diabólica nunca vista. También ha afectado a vuestra sesión anual, con la ausencia física de quienes debían venir desde Tierra Santa, pero no han podido emprender el viaje. El corazón sangra al pensar en Ucrania, en la trágica e inhumana situación de Gaza y en Oriente Medio, devastado por la expansión de la guerra. Estamos llamados todos, como humanidad, a evaluar las causas de estos conflictos, a identificar las verdaderas y tratar de superarlas, y a rechazar aquellas espurias, fruto de simulaciones emotivas y retórica, desenmascarándolas con determinación. La gente no puede morir a causa de noticias falsas.

Es realmente triste presenciar hoy, en tantos contextos, la imposición de la ley del más fuerte, en virtud de la cual se legitiman los propios intereses. Es desolador ver que la fuerza del derecho internacional y del derecho humanitario ya no parece obligar, sustituida por el presunto derecho a imponer por la fuerza. Esto es indigno del ser humano, vergonzoso para la humanidad y para los responsables de las naciones. ¿Cómo se puede creer, después de siglos de historia, que las acciones bélicas traen la paz y no se vuelven contra quienes las han llevado a cabo? ¿Cómo se puede pensar en construir las bases del mañana sin cohesión, sin una visión conjunta impulsada por el bien común? ¿Cómo se puede seguir traicionando los anhelos de paz de los pueblos con falsas propagandas sobre el rearme, en la vana ilusión de que la supremacía resuelva los problemas en vez de alimentar odio y venganza? La gente es cada vez menos ignorante de la cantidad de dinero que va a parar a los bolsillos de los mercaderes de muerte y con la que podrían construirse hospitales y escuelas; y en cambio se destruyen los ya construidos.

Y me pregunto: como cristianos, además de indignarnos, alzar la voz y arremangarnos para ser constructores de paz y favorecer el diálogo, ¿qué podemos hacer? Creo que ante todo es necesario rezar de verdad. Nos corresponde a nosotros convertir cada noticia e imagen trágica que nos impacta en un grito de intercesión a Dios. Y luego ayudar, como hacéis vosotros y como muchos hacen, y pueden hacer, a través de vosotros. Pero hay más, y lo digo pensando especialmente en el Oriente cristiano: está el testimonio. Es la llamada a permanecer fieles a Jesús, sin enredarse en los tentáculos del poder. Es imitar a Cristo, que venció el mal amando desde la cruz, mostrando un modo de reinar distinto del de Herodes y Pilato: el uno, por miedo a ser destronado, había asesinado a los niños, que hoy siguen siendo destrozados por las bombas; el otro se lavó las manos, como corremos el riesgo de hacer cada día hasta rozar lo irreparable. Miremos a Jesús, que nos llama a sanar las heridas de la historia con la sola mansedumbre de su cruz gloriosa, de la que brotan la fuerza del perdón, la esperanza de comenzar de nuevo, el deber de permanecer honestos y transparentes en el mar de la corrupción. Sigamos a Cristo, que ha liberado los corazones del odio, y demos ejemplo para salir de las lógicas de la división y la represalia. Quisiera dar las gracias y abrazar idealmente a todos los cristianos orientales que responden al mal con el bien: gracias, hermanos y hermanas, por el testimonio que dais, sobre todo cuando permanecéis en vuestras tierras como discípulos y testigos de Cristo.

Queridos amigos de la ROACO, en vuestro trabajo veis, además de muchas miserias causadas por la guerra y el terrorismo —pienso en el reciente y terrible atentado en la iglesia de san Elías en Damasco—, también brotes del Evangelio que florecen en el desierto. Descubrís al pueblo de Dios que persevera mirando al Cielo, rezando a Dios y amando al prójimo. Tocáis con vuestras propias manos la gracia y la belleza de las tradiciones orientales, de liturgias que permiten a Dios habitar el tiempo y el espacio, de cantos seculares impregnados de alabanza, gloria y misterio, que elevan una incesante súplica de perdón por la humanidad. Encontráis figuras que, a menudo en el anonimato, pasan a engrosar las grandes filas de los mártires y santos del Oriente cristiano. En la noche de los conflictos sois testigos de la luz de Oriente.

Me gustaría que esta luz de sabiduría y de salvación fuese más conocida en la Iglesia católica, donde aún subsiste mucha ignorancia al respecto y donde, en algunos lugares, la fe corre el riesgo de volverse asfixiante también porque no se ha hecho realidad el feliz deseo expresado en múltiples ocasiones por san Juan Pablo II, que hace 40 años dijo: «La Iglesia debe aprender de nuevo a respirar con sus dos pulmones: el oriental y el occidental» (Discurso al Sacro Colegio de Cardenales, 28 de junio de 1985). Sin embargo, el Oriente cristiano solo puede conservarse si se ama; y solo se ama si se conoce. Es necesario, en este sentido, aplicar las claras invitaciones del Magisterio a conocer sus tesoros, por ejemplo, comenzando a organizar cursos básicos sobre las Iglesias orientales en los seminarios, en las facultades de teología y en los centros universitarios católicos (cf. san Juan Pablo II, carta apostólica Orientale lumen, 24; Congregación para la Educación Católica, carta circular Eu égard au développement, 9-14). Y también es necesario el encuentro y el compartir de la acción pastoral, porque los católicos orientales ya no son hoy primos lejanos que celebran ritos desconocidos, sino hermanos y hermanas que, debido a las migraciones forzadas, viven junto a nosotros. Su sentido de lo sagrado, su fe cristalina, hecha granítica por las pruebas, y su espiritualidad impregnada del misterio divino pueden ser un bien para la sed de Dios, latente pero presente, en Occidente.

Confiamos este crecimiento común en la fe a la intercesión de la Toda Santa Madre de Dios y de los apóstoles Pedro y Pablo, que unieron Oriente y Occidente. Yo os bendigo y os animo a perseverar en la caridad, animados por la esperanza de Cristo.

Gracias.

26 comentarios

cjuarez21
Lamentablemente, la realidad es que algunos se abstienen de atacar a otros, solo si alguien tienen un garrote más grande. No es la voluntad de Dios, pero eso es la realidad con que hay que vivir. Es lo mismo que cuando se pide más policía en alguna parte de la ciudad, simplemente es tener más garrotes que intimiden a los criminales de intentar hacer algo.
26/06/25 3:22 PM
María del Pilar
Las guerras solo traen muerte y desolación. Eso sí, pingües beneficios para los fabricantes de armas y para los que buscan algún tipo de beneficio con el sufrimiento de la población.
En la guerra siempre sufren los mismos y ganan los de siempre, la masonería y sus adláteres.
26/06/25 3:55 PM
fernando
La reconquista, Lepanto, La defensa de Viena, La guerra Cristera en Méjico, La guerra civil española.
26/06/25 5:21 PM
jandro
Está muy bien lo que dice el Papa León, en estos momentos en que Europa pregona la guerra, una guerra puramente de desestabilización de los contrarios ideológicos.

No le leído nada en el artículo sobre las matanzas de cristianos en Africa que si tienen derecho a defenderse a través de acciones bélicas
26/06/25 5:43 PM
Narciso de Valladoldid
La batalla de Lepanto ¿no sirvió para nada? En el Antiguo Testamento hay múltiples guerras que tenían como fin dar a conocer al Dios verdadero, el conocimiento de Dios, por ejemplo, la lucha de David contra Goliath, Josué, la destrucción por las plagas, el ahogamiento de los egipcios en el mar Rojo, e incluso a través del Imperio Romano que se hizo con guerras y conquistas, San Pablo pudo extender a Cristo por todo el mundo. La historia está llena de ejemplos que demuestran (por desgracia) que a veces es necesaria la guerra, ahí está la Segunda Guerra Mundial. La pena es que el comunismo y el islam siguen ahí. Y contra ellos no cabe otra cosa la guerra.
26/06/25 5:49 PM
luismi
Si vis pacem, para bellum
26/06/25 6:36 PM
Ignacio María
Más claro el agua. Este Papa es norteamericano pero no se calla con Israel ni con la OTAN. Tampoco con Rusia respecto a Ucrania. Puede parecer un hombre de poco carácter o de carácter suave pero es valiente. Hasta ahora lo poco que vamos viendo de él apunta a un buen Papa, quién sabe si el profetizado en Fátima como el último.
26/06/25 7:32 PM
Fred
La maxima latina dice "Si vis pacem, para bellum".
El ser humano es lo que es y no lo que nos gustaria que fuera.
26/06/25 7:53 PM
hidaspes
En el caso concreto de la actual coyuntura, es defendible la duda razonable acerca de que el papel militar traiga la paz.

Pero interesa constatar que, en términos abstractos, el Magisterio de la Iglesia afirma la posibilidad de la guerra justa.
26/06/25 8:50 PM
Maricarmen
Cuánto cambiarían las cosas si quienes ostentan el poder y comienzan una invasión o un ataque perjudicando a tanta gente inocente tuviesen un corazón libre de maldad...
Ojala podamos vivir algún día en un mundo sin guerras ni odio, y sin tanta ansia de riqueza.
Roguemos a Dios por ello.

Saludos.
26/06/25 8:54 PM
Atinasio
Este papa me conmueve, una y otra vez.
26/06/25 9:19 PM
anawim
El Papa Francisco convocó en el 2013 una jornada mundial de oración y ayuno por la paz en Siria, cuando terminó la jornada algunos le dijeron que Dios no nos había escuchado porque Siria seguía en guerra. El Papa Francisco les dijo: Si, Dios nos ha escuchado porque ha concedido la paz a nuestros corazones. Siguiendo la línea del Papa León, seguiremos rezando por la paz en el mundo, y conseguiremos la paz en nuestros corazones, que dicho sea de paso, con la que está cayendo en el mundo no es poco. No es poco que sigamos rezando por la paz en el mundo con paz, el Diablo cada vez tiene más fuerza y más poder, pero la oración nos blinda contra él y sus secuaces, que no es nada poco.
26/06/25 9:33 PM
L.C.
" para bellum "no es "bellum facere ."
26/06/25 11:11 PM
Jordi
León XIV: Demasiado Platón (mundo de las ideas buenistas) y poco Aristóteles (realismo moderado).

Si se dan las condiciones de guerra justa, es un deber y derecho efectuarla, por muy lamentable que sea (y lo es):


SANTO TOMÁS, basándose en SAN AGUSTÍN:

GUERRA JUSTA

1. La autoridad del príncipe bajo cuyo mandato se hace la guerra
2. Causa justa.
3. Recta la intención de los contendientes; intención encaminada a promover el bien o a evitar el mal.


"Quienes luchan en guerras ordenadas por Dios o por un gobierno legítimo, entonces actúan como representantes de la justicia o la autoridad.

Al hacerlo, SI matan a quienes cometen graves injusticias, NO están violando el mandamiento 'No matarás', porque NO actúan por motivos personales, SINO en nombre de un bien mayor."

San Agustín, La Ciudad de Dios de San Agustín, específicamente del Libro I, capítulo 21
27/06/25 1:36 AM
Roberto
No creo que matar a 50.000 civiles en 2 años entre en los parámetros de una guerra justa.
---

LF:
Más bien entra en los parámetros de genocidio.
27/06/25 1:42 AM
Luis Fernando
A mí me parece OBVIO que el Papa está hablando en el contexto actual. Y es OBVIO que hoy las guerras no son justas sino de carácter geopolítico.

27/06/25 8:01 AM
Juan Mariner
Fernando, es "legitima defensa". Un pueblo, una etnia, una colectividad... puede ser aniquilada. La defensa debe realizarse en la propia frontera, excepto casos muy extraordinarios como Lepanto, lo demás es imperialismo.
27/06/25 11:18 AM
Alvar
Me parece acertada la opinión del Papa siempre que se refiera al contexto actual, en el que los gallitos del patio abusan de todos los demás y se justifican mediante la mentira, o las medias verdades.
Pero no se puede generalizar, porque hay un precedente histórico (que es como el elefante en la habitación) que demuestra que las guerras sí pueden traer la paz, ese precedente es España cristiana y su historia.
Además en la Biblia se habla de la guerra entre los ángeles y las huestes de Satanás, y la victoria del arcángel San Miguel.
27/06/25 11:20 AM
Masivo
Creo que fue Tácito el que dijo "los romanos crearon un desierto, y a eso lo llamaron paz".

Ahora ese desierto además se queda sembrado de uranio empobrecido, y no de sal.
27/06/25 4:14 PM
Juvenal
Las cifras de 50.000 murtos civiles es falsa,
Son las cifras que da la organización terrorista Hamas.
No conviene hacerles el juego.
Además claro que hay guerras justas. Sin ir más lejos nuestra gerra civil fue una cruzada.
---

LF
Sí, la cifra es falsa. Es casi seguro que son más, tal y como ha reconocido la Organización Mundial de la Salud. Pero no solo la OMS: La revista The Lancet publicó un informe en el que se indica que esos 50.000 pueden ser solo un 41% del total. La Universidad de Cambridge publicó su propio estudio y fijó en 70.000 los muertos hasta octubre del año pasado. Y la Nagaski University, de reconocido prestigio en el estudio sobre las víctimas en conflictos bélicos, también asegura que las cigras de Hamás se quedan cortas.

Así que estamos de acuerdo. No hay que hacerles el juego. Dan menos cifras de muertos de los reales. El genocidio cometido por Israel es aún mayor.
27/06/25 7:41 PM
Juvenal
Las cifras de 50.000 murtos civiles es falsa,
Son las cifras que da la organización terrorista Hamas.
No conviene hacerles el juego.
Además claro que hay guerras justas. Sin ir más lejos nuestra gerra civil fue una cruzada.
27/06/25 9:45 PM
Juvenal
Si fueran de verdad 70.000 los terroristas habrían dicho 200.000.
Seamos serios.
Los terroristas siempre mienten.
27/06/25 9:47 PM
Juan Mariner
La "guerra justa" tiene que ver con la LEGÍTIMA DEFENSA, que debe presentar unos claros requisitos exigidos por el Derecho:
- Agresión ilegítima: debe existir una agresión actual e ilegítima contra bienes jurídicos propios o ajenos, ya sean personas o propiedades.
- Necesidad racional del medio empleado: el medio utilizado para repeler la agresión debe ser proporcional a la gravedad de la misma, y el medio empleado debe ser el menos dañino posible para lograr repeler la agresión.
- Falta de provocación suficiente: El defensor no debe haber provocado la agresión de manera intencionada.

Como ven, el genocidio gazatí es un genocidio de manual.


Puede darse el caso que un Estado o un grupo social promueva una invasión violenta o por otros medios (ej. Marcha Verde), exterminando a la población autóctona u obligándola al exilio (ej. Armenia) y reemplazándola, y apropiándose de sus bienes.


28/06/25 10:10 AM
Tamayo
Parece mentira pero en el actual gobierno de Israel el más moderado es el propio Netanyahu.
Alguno de sus ministros si estuviera en Europa no dudaríamos en calificarlo de fascista.
La intención de hacer de Israel un estado exclusivamente judío, reduciendo a los árabes, armenios y otras minorías a ciudadanos de segunda es evidente.
Así como la intención de ocupar totalmente Gaza y Cisjordania (para ellos Filistea, Judea y Samaria) limpiandolas de sus habitantes mediante el exterminio y el exilio.
Incluso los más extremistas tienen preparado levantar el tercer templo sobre la mezquita de la Roca en Jerusalén, sin importarles una guerra contra todo el islam.
28/06/25 12:01 PM
Oscar de Caracas
Don Luis,
Toda guerra es pura geopolítica desde hace siglos.

Le recomiendo Don Luis la lectura de la "Encyclopedia of
wars" de Charles Phillips y Alan Axelrod.
Es una obra monumental sobre todas las guerras documentalmente escritas desde Karkemish en adelante.
Se llevarán una sorpresa sobre las guerras religiosas. Son las menos ni un 7% de todas ellas.

Ni la paz es un bien absoluto (la mala paz)
Ni la guerra un mal absoluto (luchar contra el mal)

Les dejo este enlace para que todos puedan consultar gratuitamente (PDF) esta obra. Cuyo valor entre coleccionistas es muy elevado.

prussia.online/Data/Book/en/encyclopedia-of-wars/Encyclopedia%20of%20Wars%20(2005),%20OCR.pdf

Por favor infocatólica, revisad vuestra política de spam.



28/06/25 7:18 PM
Juan Pablo B.
Una guerra puede ser " justa " en teoría , pero no forzosamente conveniente .
29/06/25 4:35 PM

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