(ACIPrensa/InfoCatólica) El Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Francisco Cerro Chaves, ha presidido la bendición e inauguración de una nueva capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe, reconocida como «Reina de la Hispanidad». La ceremonia tuvo lugar en el histórico Campo de los Pastores, en Belén (Cisjordania), un lugar tradicionalmente venerado como el sitio donde los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento del Salvador.
La celebración eucarística fue concelebrada por el propio Arzobispo junto a Fray Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, y varios sacerdotes más, con la participación de numerosos peregrinos españoles que acompañan a Mons. Cerro Chaves en su visita a los Santos Lugares del 4 al 6 de abril.
Una capilla en el corazón de la Navidad
La iniciativa de construir esta capilla mariana surge en el contexto del Jubileo de la Virgen de Guadalupe, celebrado entre los años 2020 y 2022. En su carta dominical del 9 de marzo, Mons. Cerro Chaves explicó que «se propuso como uno de los signos, construir una capilla externa en el Campo de los Pastores, en Beit Sahur, a un kilómetro y medio de la basílica de Belén».
El proyecto ha contado con la generosa colaboración de fieles de diversas diócesis españolas, entre ellas Toledo, Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia, así como de instituciones de distintas regiones del país.
Tal como señaló el Arzobispo en la misma carta, la capilla servirá como «una capilla externa para más de ciento veinte peregrinos, en el Campo de los Pastores, donde siempre es Navidad».
Además, la nueva capilla se presenta como un espacio de acogida para todos los peregrinos de lengua hispana que visiten Tierra Santa. Mons. Cerro Chaves subrayó que «con esta capilla se extiende, también en Tierra Santa, esta devoción tan querida de toda la Iglesia universal: Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura, Reina de la Hispanidad».
Raíces de una devoción mariana profundamente hispánica
La devoción a la Virgen de Guadalupe en Extremadura tiene una historia ligada a un relato milagroso. Según la tradición, en el siglo XIII la Virgen se apareció al pastor Gil Cordero, pidiéndole que desenterrara su imagen en un lugar cercano al río Guadalupe.
La leyenda cuenta que dicha imagen habría sido originalmente tallada en el taller de san Lucas Evangelista, trasladada posteriormente a Hispania y ocultada bajo tierra en el siglo VIII, durante la invasión musulmana, para protegerla.
Tras su hallazgo, se construyó en ese lugar el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, que con el tiempo se convertiría en uno de los principales centros de peregrinación y devoción mariana en España.
Con la inauguración de esta nueva capilla en Tierra Santa, la Virgen de Guadalupe no solo cruza fronteras, sino que se hace presente en el mismo lugar donde resonó por primera vez el anuncio del nacimiento de Cristo, convirtiéndose en signo de unidad espiritual para los pueblos de habla hispana.