(Agencias/InfoCatólica) El evento ha tenido lugar de manera simultánea en Alba de Tormes (Salamanca), Roma y Australia, subrayando la dimensión universal de la santa abulense.
El proyecto, impulsado por un equipo interdisciplinar de investigadores liderado por el profesor Ruggero D'Anastasio de la Universidad Gabriele d’Annunzio (Italia), y llevado a cabo por la escultora forense australiana Jennifer Mann, ha culminado en un busto de terracota que muestra el rostro de Teresa de Jesús a la edad de 50 años: un semblante sereno, armónico y dulce, de ojos oscuros y vivos, nariz recta, cejas arqueadas y pómulos marcados.
Para lograr esta imagen, los especialistas combinaron estudios antropométricos, descripciones históricas —especialmente las de la Madre María de San José, una de sus contemporáneas— y modernas técnicas forenses, incluyendo análisis de reliquias y reconstrucción facial digital. El resultado ha sido descrito por los organizadores como «una puerta a la humanidad» de una mujer que, más allá de los siglos, sigue inspirando a creyentes y buscadores espirituales en todo el mundo.
Desde una perspectiva socioreligiosa, esta iniciativa no solo pretende dar rostro a una figura histórica, sino también revitalizar su presencia en el imaginario contemporáneo. La reconstrucción física de Santa Teresa permite acercarla a nuevas generaciones, devolviendo corporalidad y cercanía a quien tantas veces ha sido representada de forma idealizada o simbólica. En palabras de los promotores del proyecto, «ver a Teresa es una invitación a redescubrir su mensaje, su valentía y su inmenso legado espiritual».