(NCRegister/InfoCatólica) Cuando mostramos a nuestros hijos cómo funcionan juntos los pilares de la Cuaresma, los ayudamos a vivir un tiempo fructífero en el que pueden acercarse más a Cristo, tomar conciencia de las necesidades de los demás y esperar con anhelo la Pascua.
Como padres, siempre buscamos formas de transmitir la fe a nuestros hijos y ayudarlos a asumirla como propia. Un marco esencial para ello es el de los tres pilares de la Cuaresma: oración, ayuno y limosna.
Aquí hay algunas ideas para comenzar. Puedes adaptarlas según la edad y madurez de tus hijos.
Oración:
- Asiste con ellos a la Misa diaria al menos una vez por semana, aunque no sea en su parroquia habitual. Seguramente en tu diócesis hay muchas opciones de Misas en la mañana, al mediodía y en la tarde que pueden ajustarse a tu horario. Como madre de cuatro niños pequeños, he encontrado en la Misa diaria una experiencia pacífica, y mis hijos suelen concentrarse mejor debido a la menor cantidad de distracciones, la duración más corta y la mejor visibilidad.
- Agrega una devoción extra a tu oración diaria. La Coronilla de San Miguel, la Letanía de la Preciosísima Sangre de Jesús o la Coronilla de los Siete Dolores de María son excelentes opciones para la Cuaresma. Aunque al principio tus hijos no estén familiarizados con estas devociones, con el transcurso de los 40 días las aprenderán con facilidad.
- Reza el Vía Crucis cada viernes de Cuaresma. Recomiendo «El Camino de la Cruz con la Madre Angélica» si lo rezas solo o en familia. Los niños pueden turnarse para dirigir cada semana, y hasta los más pequeños pueden participar en este recorrido espiritual.
- Visita a Jesús en la adoración eucarística. Casi todos los amigos de Jesús lo abandonaron en su crucifixión. ¿Tú y tu familia lo acompañarán en este tiempo? Incluso si no es posible hacer una Hora Santa completa, esfuércense por ir a la iglesia y pasar un momento con Él.
- Comprométanse a leer 15 minutos adicionales de la Sagrada Escritura. Puede ser con un recurso de lectio divina para niños, lectura independiente o en familia de un pasaje de la Biblia. Sabemos que los niños pequeños tienen períodos de atención cortos, así que incluso un esfuerzo menor a 15 minutos cuenta mucho.
Ayuno y abstinencia:
- Además de la abstinencia de carne los viernes (obligatoria para los católicos de 14 a 65 años), incluyan una comida sin carne adicional durante la semana.
- Absténganse de condimentos, aderezos, sazonadores extra y sus ingredientes favoritos. Cada vez que tú o tus hijos piensen en cuánto extrañan la salsa de tomate, el aderezo ranchero o el queso, ofrezcan una breve oración por las almas del purgatorio.
- Eviten los postres. Puede ser difícil para los niños, pero ¡cómo amará Jesús sus pequeños sacrificios!
- Coman sus comidas frías (siempre que sea seguro hacerlo). Usa el sentido común.
- Renuncien a la comida rápida o a las cafeterías. Si eres un padre o madre cansado como yo, sabes que ya es suficiente penitencia cocinar la cena cada noche y resistir la tentación de pedir pizza o comida para llevar.
Limosna:
- Hagan una «colecta familiar» para una buena causa. Similar a las campañas de donaciones, cada miembro de la familia se compromete a donar una cantidad durante la Cuaresma (además de su ofrenda habitual). Escriban los montos y colóquenlos en un lugar visible. Recojan las donaciones y entréguenlas a una causa especial para la familia.
- Utilicen el dinero obtenido por hacer tareas extra en casa para ayudar a los necesitados. Los niños pueden elegir a qué causa destinarlo.
- Pausen las suscripciones a servicios de streaming o membresías. Ese dinero puede destinarse a una causa que lo necesite más.
- Donen productos no perecederos a un banco de alimentos local. Inviten a sus hijos a ir de compras con ustedes para comprar alimentos, productos de higiene y artículos de primera necesidad para quienes más lo requieren, cumpliendo juntos una importante obra de misericordia.
- Ofrézcanse Misas por intenciones especiales. Nuestra familia frecuentemente solicita Misas a través de la Asociación de Misas Seráficas. Ya sea por seres queridos (a quienes también pueden enviar una hermosa tarjeta de Misa) o por almas del purgatorio, realizar una donación a comunidades como estas garantiza que muchas almas sean espiritualmente atendidas.
El tiempo de Cuaresma es mucho más que dejar de comer dulces o refrescos. Cuando mostramos a nuestros hijos cómo estos tres pilares se entrelazan, los ayudamos a vivir un tiempo de gracia en el que pueden crecer en su relación con Cristo, sensibilizarse ante las necesidades de los demás y esperar con gozo la Pascua, la gran victoria de Cristo sobre la muerte.
Nota: Si estás embarazada, amamantando o tienes una condición de salud seria, no estás obligado a ayunar. Consulta a tu médico y/o a tu párroco si tienes dudas, y recuerda que la Iglesia contempla excepciones razonables para el ayuno y la abstinencia.