(Crux/InfoCatólica) Un estudio reciente sobre la religión en Estados Unidos muestra que, mientras el porcentaje de adultos blancos, negros y asiáticos que se identifican como católicos se ha mantenido relativamente estable desde 2007, el porcentaje de adultos hispanos que se identifican como católicos ha disminuido drásticamente.
El Estudio del Panorama Religioso 2023-24 del Pew Research Center encontró que, entre 2007 y 2023-24, el porcentaje de adultos blancos en Estados Unidos que se identifican como católicos ha pasado del 22 % al 17 %, el porcentaje de adultos negros del 5 % al 4 %, y el porcentaje de adultos asiáticos del 17 % al 14 %. Mientras tanto, el porcentaje de adultos hispanos que se identifican como católicos ha caído del 58 % al 42 %.
«El porcentaje de católicos en la población hispana de Estados Unidos ha estado disminuyendo rápidamente desde hace mucho tiempo», afirmó Gregory A. Smith, director asociado senior de investigación en Pew, quien ha liderado estudios sobre la religión en la vida estadounidense. «Hubo un tiempo en que, cuando hicimos por primera vez el estudio del panorama religioso, podíamos decir que tal vez nos dirigíamos a un futuro en el que la población católica de Estados Unidos sería mayoritariamente hispana, aunque la mayoría de los hispanos en el país no fueran católicos. Sin embargo, ahora no hemos llegado al punto en que la mayoría de los católicos sean hispanos, pero sí hemos llegado al punto en que la mayoría de los hispanos no son católicos, y llevamos ya un tiempo en esa situación», declaró a Crux.
Para contextualizar, el 36% de los católicos en Estados Unidos son hispanos.
«No es sorprendente ver esos números», dijo a Crux Hosffman Ospino, profesor de Ministerio Hispano y Educación Religiosa en Boston College. «Cuanto más grande es la población hispana y mayor es la porción que ha nacido y crecido en Estados Unidos, más disminución continuaremos viendo».
Ospino explicó que ya no estamos en la década de 1990, cuando más de la mitad de la población hispana en Estados Unidos eran inmigrantes, quienes tienen más probabilidades de ser religiosos. Según el estudio de Pew, el 58 % de los inmigrantes en Estados Unidos son cristianos.
Hoy en día, aproximadamente el 64 % de los hispanos han nacido y crecido en Estados Unidos, señaló Ospino. Espera que ese número continúe creciendo, lo que significa que más hispanos nacerán en una cultura pluralista y secularizada, y, por lo tanto, no serán católicos.
Otro factor, según Ospino, es la responsabilidad de la propia Iglesia. Señaló que los hispanos están alejándose de la fe en Estados Unidos en gran parte porque «gran parte de nuestro alcance pastoral es inadecuado», lo que significa que la segunda generación, los nacidos en el país, quedan desatendidos.
«La mayoría de los esfuerzos en el ministerio hispano en Estados Unidos están dirigidos a la población inmigrante: misas en español, sacramentos en español, servicios sociales para la comunidad inmigrante. Todo eso es muy importante y muy necesario», afirmó Ospino.
«Sin embargo, no hemos encontrado la manera de acompañar a esos dos tercios de latinos que han nacido y crecido en Estados Unidos», continuó Ospino. «Muchos líderes pastorales asumen que vivirán su fe como sus padres, abuelos y hermanos inmigrantes, o que se americanizarán y simplemente se integrarán en la comunidad católica blanca de habla inglesa. La verdad es que ninguna de esas dos cosas está ocurriendo».
«Necesitamos mejores maneras de acercarnos a esta comunidad», subrayó.
Para avanzar en esta área, Ospino dijo que la Iglesia debe enfocarse a nivel local, con parroquias que brinden mejor apoyo a los jóvenes y las familias. A nivel nacional, señaló que se necesitan menos planes pastorales «globales» y más planes que fortalezcan los esfuerzos locales, como los movimientos apostólicos, las parroquias, la catequesis y el ministerio familiar.
Más allá del aspecto hispano, la conclusión principal sobre el catolicismo en el estudio es que la fuerte disminución del porcentaje de católicos en la población, experimentada en los primeros años de los 2000 y los primeros años de la década de 2010, se ha estabilizado en la última década.
En 2014, los católicos representaban el 21 % de la población. En 2023-24, representan el 19 %.
Aun así, Smith advirtió que no se debe asumir que esta estabilidad se mantendrá. De hecho, explicó que, para que se mantenga, algo tendría que cambiar.
«Sabemos que los estadounidenses de mayor edad, que en promedio son altamente religiosos, representarán una porción cada vez menor de la población en el futuro, ya que los más ancianos de ese grupo fallecerán. También sabemos que los adultos jóvenes de hoy son mucho menos religiosos que los adultos mayores de hoy. Por lo tanto, si nada cambia, la disminución de la religiosidad en Estados Unidos continuará a largo plazo», explicó Smith.
«Para que la estabilidad perdure, algo tendría que cambiar», insistió. «O bien los adultos jóvenes de hoy tendrían que volverse más religiosos a medida que envejecen, o bien tendríamos que ver que las nuevas generaciones de adultos jóvenes sean más parecidas a los adultos mayores de hoy en términos de religiosidad».
La pregunta es: ¿cómo evangeliza la Iglesia Católica en Estados Unidos a esos jóvenes? Desde la perspectiva del arzobispo Charles Thompson, es esencial continuar en el camino sinodal.
«Cuando veo estos números, pienso: ‘¿Cómo transforma la Iglesia la cultura abordando estos problemas?’ No necesariamente enfrentándolos, sino siguiendo el camino sinodal de diálogo, escucha, acompañamiento y caminar juntos hacia la salvación, como ha dicho el Papa Francisco», declaró Thompson, presidente del Comité de Evangelización y Catequesis de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, a Crux.
Tim Glemkowski, exdirector ejecutivo del Congreso Eucarístico Nacional y actual líder de Amazing Parish, una organización que ayuda a las parroquias a evangelizar, dijo a Crux que los esfuerzos para hacer crecer la fe deben estar enraizados en la realidad local de la parroquia, y que ahí es donde la Iglesia nacional debería enfocar sus esfuerzos también.
«¿Cuál es la mejor manera para que la Iglesia nacional, es decir, la USCCB, apoye la evangelización que ocurre en las diócesis, y luego, en última instancia, que las diócesis apoyen lo que sucede en las parroquias?», planteó Glemkowski. «No tengo todas las respuestas, pero creo que esa es la forma correcta de verlo».
